(Emitido a las  8.34)

EMILIANO COTELO:
La semana pasada el Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley muy polémico: levantar un muro de 1.100 kilómetros a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México para frenar la inmigración ilegal. Ahora el proyecto debe ser conciliado con una propuesta similar que fue aprobada por la Cámara de Representantes. Después de ser refrendado por el presidente George W. Bush, quien ayer aprobó una ley que asigna parte de los fondos para la construcción de esa valla.

Con este telón de fondo, las protestas del gobierno mexicano llegaron de inmediato. Por ejemplo, el presidente Vicente Fox fue bien directo.

(Audio)

"VICENTE FOX:
A mí me parece una vergüenza ese muro."

(Fin.)

EC – Tanto Fox como su sucesor, Felipe Calderón, compararon la valla con el muro de Berlín que separó a Alemania durante el transcurso de la guerra fría, mientras que la Cancillería mexicana ya expresó su desacuerdo al gobierno Bush.

Estamos en contacto con Ricardo Galarza, periodista uruguayo radicado en México.

***

Ricardo, ¿cuál es el ambiente en México, ahora que el tema ha ido avanzando con estos distintos pasos que se dieron en estos días en Washington?

RICARDO GALARZA:
Aquí hay una gran indignación por el tema, como tú bien decías el presidente Fox y el presidente electo Felipe Calderón condenaron esta medida que ha tensionado mucho las relaciones bilaterales. Es un duro golpe para Fox, justo al final de su mandato y cuando había pasado todo el sexenio desde el primer día cabildeando por una reforma migratoria. La Cancillería dijo ayer que incluso le había mandado una nota a Bush pidiéndole que vetara esta ley, cosa que obviamente no hizo. Ayer hubo una dura reacción del Congreso, los legisladores mexicanos consideran la construcción de este muro como una medida lesiva para su soberanía y una afrenta a su buena vecindad, y estas son las consecuencias.

ELISA LIEBER:
La Cancillería mexicana dice en uno de los comunicados que envió en los últimos días al gobierno de Estados Unidos que esto es más una respuesta política que una solución viable. ¿Cuál es la hipótesis que se maneja en México? ¿cuáles fueron las motivaciones políticas para firmar la construcción del muro a las que hacen alusión?

RG – Hay indignación porque es un acto simbólico, ellos lo consideran un agravio, pero en medios políticos se entiende que la firma que Bush hizo ayer para la financiación de la construcción de este muro es una medida eminentemente política de cara a las elecciones parlamentarias del mes que viene en Estados Unidos, una medida efectista destinada a ganar votos y para no perder la mayoría en el Congreso. Porque para la construcción de este muro se necesitan 7.000 millones de dólares y Bush aprobó 1.200 millones ayer, menos de la quinta parte. Entonces es a todas luces un acto simbólico y así se entiende aquí en los círculos políticos. Pero justamente, es un acto simbólico que es visto como hostil por parte de un país con el que México tiene una larga relación de amor y odio, o de admiración y repulsión.

EL – ¿Desde México se ve la posibilidad de que el gobierno Bush se retracte y dé marcha atrás en esta iniciativa de construir el muro, o se ve que avanza con todo?

RG – Es obvio que si aprobó la financiación parcial va a aprobar también –no la aprobó todavía– la edificación del muro, la autorización para que lo construyan. Pero la Cancillería ya anunció que va a buscar todos los medios diplomáticos –como lo han hecho en otros diferendos fronterizos que han tenido–, como ir a los tribunales internacionales o a la propia ONU para ver si se puede frenar. Obviamente un muro no se puede construir de la noche a la mañana, requiere algún tiempo y ese es el tiempo que van a utilizar para procurar impedir su construcción.

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Edición: Mauricio Erramuspe