Un relanzamiento de la Ronda de Doha desde Uruguay tendría un impacto positivo para el país, dijo el ex canciller Sergio Abreu.

Las ventajas de relanzar la Ronda de Doha

Un relanzamiento de la Ronda de Doha desde Uruguay tendría un impacto positivo para el país, dijo el ex canciller Sergio Abreu. El Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales, que él preside, está acompañando la visita del director general de la OMC, Pascal Lamy, a Uruguay. Es una oportunidad para que Uruguay siga asociado "con resultados positivos en lo internacional", opinó.

(Emitido a las 9.14)

EMILIANO COTELO:

Cuatro meses después de que se suspendieran las reuniones de la Ronda de Doha para liberalizar el comercio, el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, se encuentra en Montevideo para participar en la conmemoración de los 20 años de la Ronda Uruguay del GATT.

Lamy fue recibido ayer por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, el canciller Reinaldo Gargano y los integrantes de la Comisión Interministerial para Asuntos de Comercio Exterior, conformado por los ministerios de Ganadería, Industria, Economía, Turismo y Relaciones Exteriores, además del Banco Central.

Entre los objetivos del gobierno uruguayo se encuentra ayudar a Lamy para que se concrete el relanzamiento de las negociaciones que se suspendieron en julio de este año debido a la postura inflexible de los seis países más industrializados.

Con ese telón de fondo, Montevideo será hoy sede de una reunión de expertos en negociación internacional entre quienes figuran el director general de la OMC y el canciller de Brasil, Celso Amorim. De este encuentro saldrá un comunicado con un llamado a reimpulsar la Ronda de Doha, según destaca hoy el diario El Observador.

La reunión es organizada por la cancillería y el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales (CURI), y se enmarca en los festejos por los 20 años de la Ronda Uruguay del GATT.

Estamos en diálogo con el senador Sergio Abreu, que es senador de Alianza Nacional, Partido Nacional, pero fue canciller de la República y hoy preside el CURI.

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Senador Abreeu, ¿Qué es el CURI? Seguramente para varios de nuestros oyentes resulta una novedad.

SERGIO ABREU:

Es algo nuevo, sobre todo en Uruguay. Instituciones de este tipo son muy importantes en Argentina (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales), en Brasil (CEBRI), en Paraguay (CEPEI), en Chile, en Estados Unidos, en México, en España. Son consejos que están integrados por actores políticos, académicos, economistas en particular, negociadores, todos los que tienen experiencias presentes o pasadas en relaciones exteriores, sobre todo en política exterior.

EC - ¿Qué papel juega un centro como este?

SA - Lo importante es que está ajeno a la agenda política partidaria o a las discusiones de carácter puntual. Es un centro de reflexión en el que participan no sólo todos estos actores, se invita del exterior, este año hemos hecho una serie de reuniones. Tiene una característica, lo hacemos en forma bastante reservada para que no tenga la publicidad que a veces entorpece desde el punto de vista de las discusiones o del cambio de ideas que están más allá de los temas puntuales de la realidad nacional.

EC - Hay que admitir que lograron la reserva.

SA - Sí, hemos trabajado en forma importante, incluso hemos elevado a los otros centros documentos sobre el propio Mercosur elaborados por el CURI. Discutimos con la presencia del embajador Botafogo Gonçalves y del ex canciller Rodríguez Savarini, de Argentina. Concurren y actúan en forma muy intensa todos los actores, algunos con pasado importante y otros con presente. Hoy está invitado el embajador Stancanelli, de Argentina, también el embajador De la Vega, que es un alto funcionario de la cancillería, ex embajador en Brasil; incluso más allá del tema bilateral Argentina-Uruguay vamos desarrollando discusiones sobre estos temas.

Tiene un gran efecto porque nos sustraemos de las agendas de gobierno y podemos analizar temas como la marcha del Mercosur, el sector industrial, las negociaciones en la OMC, los posicionamientos de los países en la región, el tema Venezuela, qué repercusiones tienen en su incorporación al Mercosur los aspectos comerciales, los temas vinculados con la no intervención, la fragmentación de América Latina. Una reflexión que nos hace madurar incluso porque hay personas importantes del gobierno en el CURI, que son transportadoras de este tipo de preocupación no con sentido político puntual y partidario sino como una reflexión de carácter general que nos enriquece a todos.

EC - Pero pese a que ustedes dicen "nos mantenemos fuera de las agendas políticas", llegan a colaborar con el gobierno, como en esta reunión de hoy.

SA - Hemos tenido reuniones con el propio ministro de Transporte, con el vicepresidente de la República, con otros ministros de carteras y negociadores, en las que se han discutido temas en profundidad, sobre todo la estrategia de Uruguay, su inserción, sin tomar decisiones. Yo estuve viajando a Ginebra invitado por una reunión que tuve allá, me entrevisté en la OMC, hicimos la invitación, hablamos con la cancillería, la cancillería organiza y lleva adelante este tipo de invitación oficial a Pascal Lamy y el CURI copatrocina, de forma que ayer de tarde, en el CEFIR, un edificio ubicado en el Prado, cerca de 100 empresarios uruguayos de primer nivel, todos preocupados por el tema, tuvieron la oportunidad de conversar en forma abierta, con preguntas sin ningún tipo de condicionamiento a Pascal Lamy, que actuó con gran transparencia y franqueza.

EC - ¿Cuál es el objetivo del encuentro de hoy?

SA - Conmemorar los 20 años de la Ronda Uruguay del GATT, en dos sentidos. Por un lado, rescatar el posicionamiento de Uruguay en la visión multilateral. Uruguay es un punto de referencia en estos temas, hace 20 años fue el país que lanzó la ronda y que cambió la faz antigua del relacionamiento del GATT por la nueva OMC a la que se incorporaron el sector agrícola, los servicios, la propiedad intelectual, todos los temas que hoy son modernos. Eso se hizo en la Ronda Uruguay. Aprovechamos, además, a dar un respaldo de carácter institucional de todo Uruguay a que desde aquí el propio Pascal Lamy emita un mensaje llamando a reanudar las negociaciones en la OMC para que la Ronda de Doha tenga un resultado exitoso y positivo y no fracase, lo que sería un elemento muy negativo para todos los países, en particular para aquellos en vías de desarrollo.

EC - Le propongo repasar brevemente qué ocurrió, por qué se trabó la negociación de la Ronda de Doha.

SA - Como decía un viejo dirigente político uruguayo, esto es festín de leones, son los grandes países desarrollados los que deciden, confrontan y destraban las situaciones. En la Ronda del GATT, el acuerdo posterior fue el que habilitó que el sector agrícola tuviera una luz verde para poder habilitar y terminar la negociación. En este caso hay una distancia muy grande entre Estados Unidos y Europa. Estados Unidos es el país que tiene mayores subsidios en materia agrícola y Europa también tiene pero está estableciendo más dificultades en el nivel arancelario. Otro actor importante es Japón, que es uno de los países más proteccionistas, sobre todo en el arroz, en el sector agrícola. Y obviamente las nuevas economías emergentes, que son la India y China, la India en particular porque tradicionalmente ha tenido un posicionamiento muy activo, y China porque ingresó a la OMC y ahora son 150 miembros, 149 y uno en estado especial; en el caso de China se ha creado un eje de relacionamiento comercial por lo que significa en la economía mundial.

Hay que buscar un acuerdo entre las grandes potencias para entenderse primero ellas sobre sus estrategias y después atender a los países en vías de desarrollo que tienen la gran preocupación, sobre todo los países productores agrícolas, como los nuestros, de estar luchando con subsidios, ayudas directas y subvenciones que no sólo distorsionan nuestro acceso a esos mercados sino que además nos desplazan de otros en los que compiten con esos productos.

EC - Entre esos países altamente desarrollados que usted mencionó, que son hoy los principales responsables de este bloqueo, hay un contencioso particular entre la Unión Europea y Estados Unidos.

SA - Exactamente.

EC - La Unión Europea dice: "Vamos a llegar a la misma reducción que haga Estados Unidos".

SA - Exactamente, esa negociación es el eje del éxito o el fracaso de la Ronda, más allá del Grupo de los 20, del sector agrícola. A la técnica le llaman single undertaking o el todo o nada, o se arregla todo o no se arregla nada, hasta que no quede todo arreglado no se puede avanzar. En este caso también está pendiente el tema Estados Unidos-Europa, una vieja confrontación que en la Ronda Uruguay también hubo, de una magnitud importantísima, entre otras en los aspectos culturales. Pero hoy hay temas nuevos, Estados Unidos y Europa todavía no han laudado esta situación, que repercute en los reclamos de los países en vías de desarrollo que, como en el caso de Uruguay, no entienden cómo no se han aplicado y ejecutado las decisiones de la Ronda Uruguay, sobre todo para el desmantelamiento del sector agrícola, que todavía está pendiente.

EC - Tema particularmente sensible para un país como el nuestro.

SA - Claro, en la Ronda Uruguay negociamos las 20.000 toneladas de carne, estas que estamos exportando a Estados Unidos, más las 180.000 toneladas que hacen 200.000, aproximadamente. Fue la entrada, la cuña que tuvo Uruguay en el ámbito multilateral. Como el tema de la cuota Hilton, que también es de carácter multilateral, no bilateral. El otro punto que se plantea siempre es si se puede avanzar en forma bilateral sin que en lo multilateral se llegue a un acuerdo. Lo multilateral, ¿es tan importante como para que hagamos todo el esfuerzo político para privilegiarlo frente a los acuerdos bilaterales? Es una pregunta de carácter político que a veces nos hacemos en el CURI, reflexionamos, y que obviamente se está haciendo el gobierno en este momento para saber hacia dónde va.

EC - Pascal Lamy, en una entrevista que publica hoy el diario El País, dice: "Estoy seguro de que los acuerdos bilaterales no son un reemplazo de las tratativas multilaterales. En el caso de los subsidios agrícolas, o los subsidios a la pesca, o las normas antidumping, nada de eso es posible abatirlo a través de acuerdos bilaterales, que son lo segundo mejor que puede ocurrir".

SA - Es absolutamente cierto, son las dos cosas que se van acercando. Imagine a Estados Unidos negociando con Uruguay, ¿nos harán algunas concesiones en materia de subsidios agrícolas y ayuda directa? No, no van a hacer ningún tipo de concesión bilateral que después sea un precedente para negociar en el ámbito multilateral. Y en el ámbito multilateral estos temas son centrales, tanto que son los que deciden destrabar la ronda entre Europa, Estados Unidos y otros países. En los acuerdos bilaterales existe un avance, pero es lo que a veces se llama el OMC plus, algunos temas en los que no ha habido acuerdo, como el ambiental o el laboral, se van colocando en forma ascendente en los distintos acuerdos bilaterales. Hay un problema adicional: la asimetría que existe entre los países más grandes y los más pequeños hace que la negociación sea más dura, más difícil. Con esto no digo que haya que descartarlos, digo simplemente que el multilateral es el paraguas que después permite bajar en los temas sensibles. También hay que profundizar y seguir adelante con los bilaterales porque no podemos estar a la espera de que se entiendan los países más grandes.

EC - Con respecto al entendimiento entre los países más grandes, que a su vez es determinante para la Ronda de Doha, ¿qué caminos podrían conducir a destrabar la situación actual? Porque ahora se está intentando relanzar la ronda, todo indica que va a salir un documento de esta reunión de Montevideo exhortando en esa dirección, pero hace unos pocos meses había un sentimiento muy extendido de pesimismo, como que la ronda había muerto. ¿Dónde puede estar la alternativa?

SA - Hay un tema técnico, plantear los aspectos técnicos de forma de identificar los números o las cifras involucrados, qué intereses se afectan cuando se habla de eliminar los subsidios o el apoyo directo en Estados Unidos, o bajar los aranceles industriales, cada país hace su análisis para decidir su concesión, porque se trata de concesiones recíprocas. Son insatisfacciones compartidas, un país no puede decir "aquí salgo yo airoso" respecto de otro porque son 149 países y tienen que buscar un promedio en esa decisión única. Es un tema técnico que hay que propiciar y ayudar para identificar los números y los intereses en juego.

Después hay aspectos políticos que tienen una gran importancia, como por ejemplo la elección en Estados Unidos, el cambio del Congreso, que puede tener o no una repercusión sobre el fast track que vence en julio del año próximo. Si no se prorroga el fast track cualquier tipo de negociación va a tener que pasar por el Congreso y enfrentar serias dificultades. Pascal Lamy hizo ayer una reflexión en cuanto a que es necesaria una prórroga del fast track de Estados Unidos para poder seguir adelante.

Y obviamente se requiere la voluntad política de todos los estados en el entendido de que si no hay un acuerdo multilateral -y acá está el centro de la discusión- el ámbito comercial mundial se puede transformar en una guerra sin ningún tipo de límite y sin reglas de juego adecuadas.

EC - ¿Por qué un fracaso liso y llano de la Ronda de Doha podría tener esas consecuencias tan graves?

SA - Tenemos definiciones sobre los aranceles; las reglas de juego, por ejemplo, el antidumping, que establece cuándo hay una competencia desleal; la solución de controversias, vamos discutir cuáles son los países que no cumplen; las posiciones de tomar represalias. Si ningún tipo de norma nos puede proteger y no hay una decisión a la que podamos acudir, sobre todo los países más pequeños, los países más grandes toman decisiones en forma unilateral y no sólo imponen el criterio fuera del derecho sino que además en general desconocen cualquier tipo de resolución que se tome en cualquier ámbito.

EC - Eso ya está ocurriendo, ¿por qué empeorarían las cosas si esta ronda no llegara a resultados?

SA - Porque cada uno quedaría librado exclusivamente a la fuerza que tenga como Estado, sin respaldo jurídico multilateral que lo alcance. Hoy está ocurriendo eso, entre otras cosas porque no hay definición de la Ronda de Doha, entonces puede profundizarse ese tema, Estados Unidos puede seguir tomando medidas unilaterales en materia de subsidios, Europa puede hacer lo mismo, y la gran franja se va a ahondar con un desplazamiento de los países de menor desarrollo o en vías de desarrollo que no van a tener reglas de juego que los ampare o compromisos que asuman los países.

Estados Unidos, Europa y Japón, los países grandes, necesitan estas reglas de juego incluso para reclamarse entre ellos. No es tanto por la magnanimidad que tengan o por la generosidad con los países más pequeños, necesitan esas reglas de juego para que la guerra comercial no se practique entre ellos sin ningún límite.

EC - ¿Qué sensación le quedó de las conversaciones que hubo ayer en Montevideo? ¿Qué dice Lamy y qué dicen otros expertos? ¿Es factible reanudar la Ronda de Doha, es factible llegar a algún resultado?

SA - No es fácil, la situación es muy difícil a partir del fracaso de Hong Kong. También es cierto que el director general Lamy está haciendo un gran esfuerzo por rescatar la multilateralidad. El tema político tiene que estar resguardado o basado en aspectos técnicos importantes y sobre todo en intereses económicos. Hay que salir adelante con negociaciones técnicas ahora, Lamy lo lanzó en Ginebra y lo está lanzando ahora desde Uruguay, y comenzar a trabajar a partir del año que viene en una agenda que permita a los países ir haciendo concesiones y darse todo este año próximo para poder aprovechar el fast track de Estados Unidos o el tiempo del Congreso de ese país. Pero no es fácil.

Para Uruguay, que es un país pequeño, que Lamy lance aquí hoy este llamado al multilateralismo lo vuelve a colocar en un eje importante en el ámbito internacional del que hace tiempo estaba relegado.

EC - Es importante ese detalle, puede pensarse que Uruguay es sede de estas reuniones, de esta conmemoración de los 20 años del lanzamiento de la Ronda Uruguay, que fue motivo de un encuentro de gran envergadura en Punta del Este. Algunos pueden pensar que es una coincidencia, que Uruguay oficia de locatario de estos encuentros. ¿Hay algo más? ¿Hay un cierto protagonismo?

SA - Sí, estas cosas no son casualidad, no es aquello de festejamos un cumpleaños. Esto fue pensado, discutido y planteado al director de la OMC para aprovechar los 20 años de la Ronda Uruguay, el éxito que tuvo, que dio cierta seguridad y un marco multilateral nuevo. El nombre de Uruguay está asociado con resultados positivos en el ámbito internacional. Entonces que Uruguay esté nuevamente en el centro internacional, como cuando lanzó el Grupo de Contadora, el Grupo de Río, la propia Ronda Uruguay, indica que de alguna forma sigue siendo un punto de referencia en el aporte positivo, más allá de su pequeñez en el sentido económico y comercial.

Esto a Uruguay le hace muy bien, a todos los uruguayos. Lo podrá tomar el gobierno con un criterio político a favor o en contra, lo cual es un tema que nos debería tener sin cuidado porque Uruguay es más importante que los gobiernos que rotan.

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Edición: Mauricio Erramuspe