Aumenta la fricción en la campaña electoral francesa
A poco más de dos semanas de los comicios, el tercero en discordia en la elecciones francesas, el centrista François Bayrou, crece de cara a una segunda vuelta. Según las encuestas, si llega al balotaje vencería al candidato derechista, Nicolas Sarkozy, y a la socialista Ségolène Royal. Contacto con el corresponsal en París, Rafael Madressi.
(Emitido a las 8.27)
ANDRÉS GIL:
En Europa, llegó la primavera. Y con la primavera, los primeros calorcitos. Pero en Francia, uno debería pensar que ya llegó el verano. Porque la campaña electoral se puso muy caliente...
Falta ya poco para las elecciones presidenciales. La primera vuelva va a ser el próximo 22 de abril. Y a medida que nos acercamos a la fecha, la cosa se empezó a picar y los cruces de acusaciones entre los dos candidatos principales, Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal, se volvieron más intensos.
Pero repasemos brevemente el menú para esta elección:
JOSÉ IRAZÁBAL:
Por la centroderecha tenemos a Nicolas Sarkozy, de la Unión por un Movimiento Popular.
AG - Por el Partido Socialista Francés a Ségolène Royal. Además, en las últimas semanas han crecido sustancialmente las chances de un tercero en discordia: François Bayrou, de la Unión para la Democracia Francesa.
JI - Aparece ya un poco más alejado en los sondeos, Jean Marie Le Pen, líder del Frente Nacional de extrema derecha.
AG - Y también hay otros candidatos, tanto de derecha como de izquierda pero sin chances de acceder a la segunda vuelta.
Para conocer más detalles de lo que está sucediendo en la recta final de la campaña electoral en Francia, nos vamos a París, en contacto con nuestro corresponsal Rafael Mandressi.
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Rafael, ¿está completa la lista que yo daba recién?
RAFAEL MANDRESSI:
Son 12. La lista sustancial está completa. Son 12 candidatos de los cuales solamente cuatro tienen cierto peso, por lo menos de acuerdo con lo que dicen las encuestas, el resto está por debajo del 5%.
AG - ¿Cómo vienen las encuestas?
RM - Las encuestas dan números muy distintos, pero es coincidente en todos los casos el orden en que los candidatos estarían situados en este momento, con una ventaja para Sarkozy, en segundo lugar Ségolène Royal, en tercer lugar el candidato centrista François Bayrou y cuarto Jean Marie Le Pen. Con una interrogante bastante importante respecto de la extrema derecha y de Le Pen, porque es un electorado muy difícil de sondear. Extraoficialmente se sabe que los números brutos que dan las encuestas, antes de ser retocadas y corregidas por las metodologías de las empresas encuestadoras, dan 3% de intención de voto para Le Pen, pero ya se sabe que ese 3% significa por lo menos 13% o 15%. De manera que son números muy difíciles de estimar, lo cual ya se había visto en la campaña presidencial anterior.
AG - Es interesante el crecimiento que ha tenido Bayrou, se señala que en caso de ser él uno de los dos que pasen a la segunda ronda le podría ganar a cualquiera de los dos contendientes posibles.
RM - Para la segunda vuelta las encuestas dan que Bayrou, si pasa, sería el vencedor en cualquier hipótesis. Esto inquieta bastante a cualquiera de los otros partidos en esta carrera que se ha vuelto muy importante de la primera vuelta, porque lo que se podía presumir como confrontación esperable en la segunda, entre Sarkozy y Royal, ha dejado de ser 100% seguro, nunca lo fue pero lo es cada vez menos. E incluso no habría que descartar, aunque es más improbable, una sorpresa por el lado de la extrema derecha.
AG - ¿Cómo se explica que el candidato de la Unión para la Democracia Francesa tenga tantas chances en un eventual ballotage? ¿Qué tipo de votos va a recolectar que quedan por fuera en la primera instancia?
RM - Mi impresión es que es un mecanismo bastante simple en principio. Recogería los votos de la izquierda, o buena parte de los votos de la izquierda, en caso de enfrentar al candidato de la derecha, y viceversa. A pesar de que tiene una larga historia de coaliciones con la derecha francesa, en los últimos tiempos, en el último año y medio, en los últimos dos años, ha marcado posiciones muy duras de diferenciación y de distanciamiento del gobierno, y se ha corrido un poco más hacia la centroizquierda. Esto lo sitúa en una posición verdaderamente centrista y de rechazo incluso al sistema bipartidista, lo cual lo haría eventualmente recoger los votos del bando que quede fuera.
JI - ¿Estás de acuerdo con lo que decíamos en el arranque en cuanto a que el clima se ha recalentado? ¿Podés contarnos algunos ejemplos de este fuego cruzado?
RM - Efectivamente, el clima está bastante espeso. Hace pocos días hubo un hecho casi de la crónica roja, con unos incidentes bastante grandes en una estación de trenes en París a raíz de que partieron de un control de un individuo, de identidad y de ver si había pagado el boleto para subir al tren, lo que degeneró en una trifulca generalizada entre un grupo de personas mayoritariamente jóvenes y la policía. A ese incidente se le dio mucha difusión y volvió a traer el tema de la inseguridad a los debates de campaña, Sarkozy y la extrema derecha han puesto mucho énfasis en eso, y la izquierda tuvo que salir a dar respuestas. Esto recordó lo que se vivió en la campaña anterior, en la que el tema de la inseguridad había estado en el centro de los debates y había favorecido a la candidatura de Jean Marie Le Pen.
JI - ¿Se especuló en algún momento con que esto haya sido armado para dar argumentos a los grupos que aprovechan para poner el tema seguridad en la campaña?
RM - Sí; no hay pruebas pero, entre otros, Bayrou, el candidato centrista, insinuó la posibilidad de que esto fuera un hecho armado. Pero no hay pruebas. Esa hipótesis está presente en la cabeza de mucha gente pero no es posible confirmarla. De todas maneras, siendo el candidato Sarkozy ministro del Interior hasta hace una semana, esa sospecha no deja de tener su atractivo como hipótesis.
AG - ¿Qué otro tema domina la agenda del debate político?
RM - Hay otro tema, que a primera vista puede parecer un poco sorprendente, un poco extraño, que es la identidad nacional, que apareció con una propuesta de Sarkozy de crear un ministerio de la inmigración y de la identidad nacional. Esto generó reacciones muy duras e indignadas por parte de otros candidatos, de Ségolène Royal en particular, que calificó inmediatamente de infame ese planteo de asociar la problemática de la identidad nacional con la de la inmigración. Por supuesto que la extrema derecha aplaude. Eso condujo a que el tema se debatiera y pasara a formar parte de la agenda de la campaña, en estos días ha estado en el centro de los debates, Ségolène Royal misma se ha plegado al debate con propuestas tan sorprendentes como la de desear públicamente que todos los franceses tengan una bandera de Francia en su casa y que todo el mundo sepa cantar La Marsellesa. Se generó toda una discusión sobre un tema que suele venir cargado de lodos, suele ser bastante espeso y por momentos desagradable, por lo menos visto con los ojos de un extranjero como yo. La única corriente política que nítidamente se desmarcó de estos asuntos fueron los seguidores de François Bayrou y él mismo, destacando que en la agenda hay otros temas más importantes de los que ocuparse que la identidad nacional.
AG - ¿Se puede decir que está jugando como un free raider, recolectando votos de las disputas entre los otros dos candidatos?
RM - Absolutamente, es clarísima la estrategia de Bayrou, situarse al margen de los dos grandes partidos en prácticamente todos los temas y posicionarse a sí mismo como un candidato prácticamente antisistema, lo cual le dio muy buenos réditos en su tiempo a la extrema derecha.
JI - Por todo esto que nos estás contando, ¿podemos decir que la población está bastante prendida, que está siguiendo con intensidad esta campaña?
RM - Absolutamente sí, hacía mucho tiempo que no veía un interés tan generalizado por una campaña electoral. De hecho, la campaña presidencial de 2002 en la primera vuelta marcó un récord histórico de abstención, y desde ya está claro que la abstención va a ser comparativamente muy baja en esta oportunidad. Ha habido una gran cantidad de nuevos inscriptos en las listas electorales, el voto en Francia no es obligatorio, por lo tanto la inscripción en los registros electorales tampoco, de ahí que este número de más de 6% de nuevos inscriptos sea significativo. Hay un gran interés y una gran participación en los actos de campaña, en todo lo que tiene que ver con la discusión de los temas que la campaña está trayendo.
AG - También porque los temas son bastante cercanos para la gente.
RM - Sí, tanto que algunos temas que serían propios de una campaña electoral están bastante ausentes todavía, y presumo que lo seguirán estando, como por ejemplo la política internacional e incluso la política europea de un futuro gobierno francés, por el momento están bastante lejos del centro de atención.
AG - ¿Qué se puede esperar para estas dos semanas y pocos días que quedan para la primera vuelta de las elecciones?
RM - Presumo que va a haber una aceleración y un crecimiento en la intensidad de la campaña, no descarto que se vuelva aun más intensa porque es muy incierto el resultado, el juego todavía está muy abierto. Es imposible, yo no me animaría a pronosticar ningún tipo de desenlace. Dada esa situación, no cabe esperar si no un incremento de estas tendencias de los últimos quince días a la fecha en cuanto a la intensidad y la vivacidad del debate, salvo que haya cambios muy significativos en lo que las encuestas vienen marcando, cosa que por el momento no parece avizorarse.
AG - ¿Tú decís que quizás los dos principales candidatos, los dos que están liderando las encuestas, Sarkozy y Royal, podrían divisar lo que ha sido esta tendencia de Bayrou a recolectar votos a partir de sus enfrentamientos y que tiendan a enfriar el debate para llegar al ballotage?
RM - Eso podría ser, pero para eso tienen que dedicarse no sólo a pegarse entre sí, sino a pegarle a Bayrou, cosa que han empezado a hacer con la notoria intención de no dejar que un tercero en discordia capitalice efectos de la campaña. No ha tenido una traducción significativa en las encuestas. De hecho, la única variante ha sido un crecimiento de dos o tres puntos de la extrema derecha a raíz de los incidentes en la estación de trenes. Esto no cambia el orden pero marca a quién beneficia más este tipo de situaciones. Por lo demás hay una estabilidad desde hace dos o tres semanas que probablemente se mantenga hasta los últimos días. Suele haber una precipitación de las tendencias en los últimos tres o cuatro días de campaña, que suelen ser muy decisivos en las presidenciales en Francia, y por lo tanto todo hace esperar que hasta ese momento las cosas sigan muy tensas, porque si un candidato da un paso en falso eso puede significar salir del juego.
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Edición: Mauricio Erramuspe