Sarkozy y Royal competirán por la presidencia francesa
La primera vuelta de las elecciones francesas tuvo una alta participación y dejó, tal como se preveía, al conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal en carrera para el balotaje. Según el corresponsal en París, Rafael Mandressi, esta elección marca muchos finales y la llegada de una generación política que por primera vez aspira a cargos de primer orden en esta potencia europea.
(Emitido a las 8.28)
EMILIANO COTELO:
En Francia, el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal serán los protagonistas del duelo final para llegar al Palacio del Elíseo. Ellos dos disputarán la segunda vuelta el próximo 6 de mayo, después de la primera vuelta, que se cumplió ayer y que estuvo marcada por una asistencia histórica a las urnas, de 85%.
Vamos a repasar algunos otros números.
ELISA LIEBER:
Con el total de las mesas escrutadas, Sarkozy obtuvo 31,1% de los votos, seguido por Royal con 25,8%; tercero quedó el centrista François Bayrou con 18,5% que, aunque no logró pasar a la segunda vuelta, obtuvo una votación mejor que la prevista, quizás fue la gran sorpresa; el cuarto lugar fue para el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, que obtuvo 10,5% de los votos, un resultado muy magro con relación a las elecciones pasadas.
EC - En la noche de ayer, inmediatamente después de conocerse los resultados, los dos postulantes, Sarkozy y Royal, ya se largaron de lleno a la segunda fase de la campaña presidencial.
"Colocándome a la cabeza de esta primera vuelta y colocando a la señora Royal en segundo lugar, los electores han marcado claramente su deseo de ir hasta el final del debate entre dos ideas de la nación, dos proyectos de sociedad, dos sistemas de valores, dos concepciones de la política", dijo Sarkozy
EL - Royal no se quedó atrás, también aprovechó la oportunidad de ayer para lanzar su campaña.
"Una nueva campaña se abre, dentro de 15 días Francia va a elegir su destino y su rostro. Hago un llamamiento a todos y a todas los que quieren que Francia haga triunfar la República del respeto, porque no hay libertad sin justicia ni eficacia económica sin progreso social", dijo Royal que ya marcaba sus diferencias con Sarcozy.
EC - Está corriendo ya la cuenta regresiva hacia el 6 de mayo. Para saber qué dejó la jornada de ayer y qué cabe esperar para los próximos días, estamos en contacto con nuestro corresponsal Rafael Mandressi, directamente desde París.
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Rafael, ¿qué es lo más destacable de la jornada de ayer? ¿Tú coincides en que el alto nivel de participación merece algún comentario especial?
RAFAEL MANDRESSI:
Sin duda, primero porque es una participación histórica, y segundo, porque parte de los resultados de los distintos candidatos tiene que ver con esa participación muy alta. En especial el descenso de la extrema derecha es una de las consecuencias del bajo nivel de abstención, exactamente a la inversa de lo que ocurrió hace cinco años en las elecciones en las que Jean-Marie Le Pen pasó a la segunda vuelta.
EC - Además de ese detalle, la alta asistencia o la baja abstención, los medios están destacando lo que denominan el "voto útil". ¿A qué aluden? ¿Cómo es esto?
RM - En la medida en que los candidatos de los que aquí se suelen llamar partidos de gobierno, es decir la Unión por un Movimiento Popular (UMP), de Nicolás Sarkozy, y el Partido Socialista (PS), de Ségolène Royal, atrajeron una cantidad de votos desde la primera vuelta, lo cual redujo considerablemente el espacio de los otros partidos de izquierda y de derecha que se sitúan más hacia los extremos. Esto se vio con mucha notoriedad en la izquierda, en particular después de haber sido eliminado el PS en las elecciones pasadas. Hay como un reflejo, por decirlo en términos populares, el electorado de izquierda quedó vacunado en la elección de 2002 y esto hizo que Ségolène Royal obtuviera ayer un porcentaje histórico para cualquier candidato de izquierda que se haya presentado en las elecciones en Francia, incluido François Mitterrand en su momento, para una primera vuelta, y que los candidatos de extrema izquierda hayan tenido todos porcentajes por debajo de 5%, en algunos casos muy por debajo.
EC - En el año 2002, Leonel Jospin, que venía muy controvertido dentro del propio PS, no logró motivar a los votantes de su colectividad, y tan fría fue su votación que terminó quedando fuera de la segunda vuelta, permitiendo que pasara nada menos que Jean-Marie Le Pen. Tú dices que los socialistas aprendieron aquella lección y esta vez no quisieron correr ese riesgo.
RM - Exacto, no corrieron el riesgo de dispersar los votos de izquierda en candidaturas menores y se concentraron desde la primera vuelta muy mayoritariamente en la candidata que tenía chances reales de pasar a la segunda vuelta.
EL - A la luz de los resultados, ¿se puede ya hablar de una tendencia a la izquierda o a la derecha en Francia?
RM - Electoralmente, lo que se puede verificar con una simple aritmética es que hay una derechización muy clara del paisaje político francés. Todos los votos de los candidatos de izquierda de ayer sumados llegan a 36%, aproximadamente. De todas maneras, hay que ver la incógnita del candidato centrista, que para algunos fue uno de los grandes ganadores de ayer, cuántos de ese 18,5% que obtuvo son votos de centroizquierda o de centroderecha, incluso a la hora de especular sobre lo que puede pasar dentro de 15 días.
Globalmente hay un claro corrimiento a la derecha del electorado francés. Salvo en su época el general De Gaulle, ningún otro candidato de derecha había tenido un score tan alto desde hace 50 años en la primera vuelta. Si se suma a los votos de Sarkozy el 10% de Jean-Marie Le Pen, más los votos de algunos otros candidatos menores, el resultado es un desequilibrio bastante pronunciado a favor de la derecha política.
De todos modos, esto no prejuzga, según la gran mayoría de los analistas, acerca de un resultado en la segunda vuelta. Sarkozy parte favorito pero el juego sigue estando muy abierto.
EC - Todos los comentarios destacan la votación del candidato de centro, François Bayrou, que no pasa a la segunda vuelta pero votó mucho mejor que lo que él mismo esperaba. ¿Cómo lo interpretas tú? ¿Qué dicen otros analistas en Francia esta mañana?
RM - Hay varias interpretaciones posibles. Una de ellas es que hay un importante contingente de votantes de centroizquierda que no adhirieron a la personalidad y por lo tanto a la candidatura de Ségolène Royal, y un porcentaje importante de votantes que no están conformes con el propio sistema político francés y François Bayrou se presentó como un candidato antisistema en el sentido de proponer reforma de las instituciones, ir hacia un régimen parlamentario, desplazar los ejes del debate político entre izquierda y derecha hacia otros enfoques, y esto aparentemente sedujo a una buena parte del electorado. Con el agregado de que muchos de los contrarios a una posible elección de Sarkozy creyeron que en una segunda vuelta Bayrou tenía más chances que Royal de vencerlo, lo que es un análisis bastante acertado.
EL - ¿Qué se prevé que pase con los votos de Bayrou de aquí en más? ¿Para cuál de los dos candidatos irían? ¿Para Sarkozy o para Royal?
RM - Esa es la pregunta del millón de euros. Es un electorado difícil de recortar entre izquierda y derecha por su propia naturaleza. No está claro todavía si el propio Bayrou va a dar alguna consigna precisa de voto, para pasado mañana está prevista una conferencia de prensa pero se especula que no va a adelantar por lo menos una consigna y que tal vez lo haga en los últimos días antes de la segunda vuelta. Lo que haga Bayrou, y por lo tanto contribuya a que los siete millones de electores que lo acompañaron en la primera vuelta hagan a su vez, va a ser un factor claramente decisivo.
Por lo pronto, anoche hubo una unánime alianza con consigna de voto hacia Ségolène Royal de todos los otros candidatos de izquierda, incluso de los de extrema izquierda, los candidatos trotskistas que en general se habían abstenido hasta ahora de hacer manifestaciones para segundas vueltas electorales en este caso lo hicieron. Entonces, si sumamos matemáticamente, lo cual no es demasiado apropiado, los votos que toda esa gente obtuvo más los de Ségolène Royal, estaríamos hablando de que la candidata socialista dispondría de una base del entorno de 36% o 37%. Queda convencer a todos los demás.
EC - Ese es el piso pero está lejos del 50%.
RM - Exactamente. Después habrá que ver cómo se decantan los electores de François Bayrou hacia un lado y otro, no creo que pueda hablarse de un desplazamiento masivo de ese electorado hacia un campo, seguramente va a haber una parte para cada uno, el tema es cuáles son las dosis exactas.
Por otro lado, hay una cantidad de electores que ayer no se desplazaron, y en general la segunda vuelta tiene un porcentaje de abstención menor que la primera. Habrá que ver si esa regularidad anterior se confirma en este caso, porque ayer la cantidad de gente que se desplazó a votar fue mucha.
Todos coinciden en que en esta segunda vuelta, en estos 15 días, va a haber prácticamente una nueva campaña, las cartas se dan de nuevo. Los temas van a cambiar también, porque más que apuntar hacia su propio campo ideológico cada candidato tendrá que apuntar a reunir el mayor número de electores posible.
EL - Ayer mismo se divulgaron algunos sondeos sobre qué ocurriría en la segunda vuelta. Sarkozy se impondría con 52% ante Royal, que obtendría 48%, pero todavía va a correr mucha agua bajo el puente.
Más allá del resultado, hay un hecho sobre el que no hay ninguna duda: estas elecciones marcan un recambio generacional en la política francesa en general.
RM - Absolutamente, sin duda alguna, hay un recambio generacional y un fin de ciclo. Es el final del ciclo de la generación de Chirac, cuyo símbolo es el propio Chirac, una generación desgastada, que ha perdido mucha credibilidad y que es sustituida por gente de 50 y pocos años, como los principales candidatos de ayer.
Es también el final de Jean-Marie Le Pen, que tiene 79 años y uno no imagina que pueda volver a ser candidato. Y habría que ver si el final de su ciclo personal coincide con el final del ciclo de la extrema derecha fuerte en el panorama político francés. Pienso que puede haber algo de eso. De hecho, ayer hubo una pérdida neta de un millón de votantes respecto de las elecciones de hace cinco años.
Hay una serie de etapas que parecen cerrarse o comenzar a cerrarse y aparece gente en el entorno de los 50 y pico de años que, si bien no es nueva, aspira por primera vez a cargos de alta responsabilidad.
EC - El hecho de tener por primera vez una mujer compitiendo por el Palacio del Elíseo, que tanto se comentó hace unos meses, ¿pesa en la definición, o ya se diluyó en las discusiones?
RM - Está bastante diluido. Jugó un papel muy fuerte a nivel de imagen en los primeros tiempos, sobre todo en la campaña interna del propio PS para dirimir su candidatura y algo de eso quedó para esta campaña de primera vuelta, pero con el tiempo fue diluyéndose incluso a instancias de la propia candidata, que dijo más de una vez que no quiere ser juzgada ni a favor ni en contra por el hecho de ser mujer sino por sus propuestas políticas. O sea que no creo que eso llegue a pesar, por lo menos no de manera significativa, en estas dos semanas que nos separan de la segunda vuelta.
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Edición: Mauricio Erramuspe