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Sarkozy fue electo presidente en Francia

El conservador Nicolas Sarkozy derrotó este domingo a la socialista Ségolène Royal en el balotaje presidencial francés. Según el corresponsal en París, Rafael Mandressi, Sarkozy impulsará "un programa claramente de derecha, muy anclado en una visión conservadora, que combina el liberalismo económico con una serie de valores tradicionalmente de derecha, como el orden, la autoridad, el respeto, y el endurecimiento en algunas condiciones, por ejemplo, para el ingreso de extranjeros".

(Emitido a las 8.30)

EMILIANO COTELO:
En Francia, el candidato conservador, Nicolas Sarkozy, derrotó ayer a la socialista Ségolène Royal en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

El líder de derecha obtuvo 53,3% de los votos, mientras que su rival se quedó con 47%. Al igual que en la primera vuelta, los franceses acudieron masivamente a las urnas para elegir al sucesor de Jacques Chirac. La participación fue de 84% del electorado.

ELISA LIEBER:
Casi al mismo tiempo que se difundían los primeros sondeos a pie de urna, Ségolène Royal compareció en la Casa de América Latina para reconocer su derrota y para prometer que continuará con lo comenzado durante esta campaña.

Royal llamó a su electorado a permanecer movilizado para futuros desafíos democráticos (ya se vienen las elecciones legislativas). Después dice que juntos harán vivir la esperanza, que esa es su convicción de mujer de izquierda y de progreso. Y cierra con el tradicional: "¡Viva la República, viva Francia!".

Minutos después, Nicolas Sarkozy habló ante sus seguidores en una sala de fiestas del distrito VII de París, un distrito bastante coqueto.

Sarkozy dijo: "Mis queridos compatriotas, juntos escribimos una nueva página de la historia. Mis queridos compatriotas, esa página de nuestra historia será grande, será bella. Y desde el fondo del corazón les quiero decir, con la mayor sinceridad: ¡viva la República y viva Francia!".

EC - ¿Cómo queda planteado el escenario político en Francia después del triunfo de Sarkozy? Para saberlo, nos trasladamos a París para conversar con nuestro corresponsal, Rafael Mandressi.

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Rafael, ¿algún dato complementario a propósito de los resultados finales?

RAFAEL MANDRESSI:
No, los datos esenciales son esos, los porcentajes respectivos 53% y 47%, y volver a señalar la muy alta participación que confirma lo que se había dado ya en la primera vuelta. Hay que recordar que el voto no es obligatorio, parece una obviedad decirlo pero es lo que hace significativa esa cifra de participación, bastante próxima a las de países donde el voto es obligatorio, como Uruguay.

EC - ¿Por qué se dio esta afluencia masiva de votantes?

RM - Las explicaciones que han estado circulando van por el lado de la renovación del personal político, la idea de que en estas elecciones se jugaba algo importante, cambios en un sentido o en otro respecto de los últimos años, de los últimos quinquenios o septenios, recambio generacional, cambio de políticas, cambio del mundo en el que se vive, a lo que contribuyó también lo ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales, en las que la muy alta abstención en la segunda vuelta había dado como resultado un enfrentamiento entre el candidato saliente, conservador, y la ultraderecha de Jean-Marie Le Pen. Esto movilizó fundamentalmente al electorado de izquierda.

EC – Un 53% de los franceses terminó designando a Sarkozy, se cumplieron bastante bien los anticipos de las encuestas.

RM - Sí, se cumplió todo lo que las encuestas fueron dando, incluso para la primera vuelta pero con mayor exactitud en este caso.

EC - Es una muy buena votación para un candidato de derecha si comparamos con elecciones anteriores. ¿Cuál es la interpretación que se hace en Francia?

RM - En primer lugar, hacía mucho tiempo que Nicolas Sarkozy venía preparando su elección presidencial, desde la última elección. Él personalmente estuvo en campaña desde hace prácticamente cinco años. En cuanto a la campaña en sí misma, fue muy inteligentemente llevada y logró reunir (algo inédito en la historia de la derecha francesa) todas las vertientes conservadores y de derecha, desde la derecha nacionalista e incluso la ultraderecha, a una derecha liberal y lo que aquí se suele llamar bonapartista, que es la tradición más fuerte del gaullismo, del cual su partido se dice heredero. En todo caso hay una federación de las derechas francesas a las que Sarkozy logró llegar y movilizó, por lo tanto, a buena parte del electorado conservador que en otras ocasiones era más abstencionista en algunas de sus vertientes.

EC - Vamos a ubicar a Nicolas Sarkozy. ¿Quién es este hombre descendiente de húngaros que se coloca ahora como nuevo presidente de Francia? ¿Qué es y qué propone?

RM - Comencemos por algunos datos personales. Tiene 52 años, es una persona relativamente joven para acceder a la función, tiene una carrera política muy extensa, comenzada en 1976. Ocupó prácticamente todos los cargos electivos y no electivos existentes, fue durante mucho tiempo alcalde de una comuna limítrofe con París y presidente del Consejo de Gobierno del departamento al que esa comuna pertenece, en ambos casos (tanto la comuna como el departamento) de los más ricos de Francia. Y fue varias veces ministro, últimamente del Interior pero también de Economía, y también parlamentario. Esa es su carrera política.

Es una personalidad relativamente atípica en el contexto de la política francesa, que combina una cierta pertenencia a un mundo de clase acomodada, de clase alta, con un lenguaje popular, lo cual, supongo, ha contribuido a la reunificación de distintos electorados conservadores.

Propone un programa claramente de derecha, muy anclado en una visión conservadora de la sociedad, que combina por un lado liberalismo económico, por otro una serie de valores tradicionalmente de derecha, como el orden, la autoridad, el respeto, y el endurecimiento en algunas condiciones, por ejemplo para el ingreso y el establecimiento de extranjeros en Francia, una reforma fiscal que incluye rebajas impositivas que apuntan a las empresas y a los sectores de mayores ingresos, y en lo que respecta a su política internacional, pretende relanzar la dinámica europea de la que Francia había estado relativamente ausente en los últimos tiempos después del No al referéndum constitucional. Más ampliamente, es un amigo de Estados Unidos, esta es una de las diferencias tal vez más importantes con Jacques Chirac, Sarkozy forma parte de lo que aquí se llama el "mando atlantista", es decir, tiene una clara predilección y voluntad de alianza y de compañerismo internacional con Estados Unidos.

Para tomar puntos de referencia de personalidades políticas tal vez más conocidas en Uruguay, en el campo europeo una persona como Aznar en España o alguien como Berlusconi en Italia pueden estar próximas no al personaje, al individuo, pero sí a sus ideas y su política. Y no está demasiado lejos en algunos aspectos, con una cantidad de diferencias, de George Bush en Estados Unidos.

EL - Pasemos a Royal, la derrotada en esta oportunidad. ¿Cómo queda parada la candidata socialista, sobre todo de cara a las elecciones legislativas que se vienen?

RM - En el Partido Socialista las cosas están en este momento bastante efervescentes, a raíz de la derrota de Ségolène se lanzó nuevamente el internismo, es decir la discusión sobre quién va a asumir la tarea de recomponer filas y de conducir la campaña de las elecciones legislativas. En ese sentido hay dos o tres viejos caciques, entre otros el propio compañero de Ségolène Royal, François Hollande, que es el secretario nacional del partido, y la propia candidata.

EL - Sería importante aclarar cómo fue la votación de Royal respecto al desempeño de la izquierda en elecciones anteriores, para entender un poco más la interna.

RM - El desempeño de Royal respecto de la izquierda en las elecciones inmediatamente pasadas ha sido claramente mejor, por lo pronto en las elecciones de 2002 el candidato Jospin no llegó a la segunda vuelta. Esta es la tercera elección presidencial que la izquierda pierde, y en los casos anteriores (con la excepción de 2002, pero sí en el 95, cuando se dio la primera elección de Jacques Chirac) el porcentaje de su rival fue similar al que obtuvo en esta ocasión Ségolène Royal. Es un porcentaje que estimo muy honorable dada la situación del Partido Socialista y de la izquierda en general en Francia en este momento, que no es de las mejores. Se puede considerar que 47% frente a 53% (un millón de electores de diferencia) es una derrota dura, pero si se toma en cuenta el punto de partida, dónde comienza su recorrido Ségolène Royal, no es una performance tan mala.

EL - ¿Cómo queda el escenario político después de estas elecciones? ¿Qué pasa con el candidato de ultraderecha Jean Marie Le Pen? ¿Qué pasa con el candidato centrista François Bayrou, la revelación de estas elecciones?

RM - En cuanto a Jean-Marie Le Pen, su reacción de ayer mostraba a las claras que su ciclo político está efectivamente, como podría presumirse, terminado, y probablemente también estemos asistiendo a la decadencia, por lo menos en términos electorales, de su movimiento. No parece que vaya a tener un peso importante en los meses venideros, en particular no parece que vaya a tener mayor incidencia en las elecciones legislativas en particular.

Distinta es la situación de François Bayrou, que pasado mañana va a lanzar un nuevo partido (o la transformación de su partido) que se va a llamar Movimiento Demócrata. Las encuestas para las elecciones legislativas, que ya anoche empezaron a circular, le dan 15%, con lo cual puede llegar a tener una bancada propia y ser determinante en el juego de alianzas de las elecciones legislativas, que no son de representación proporcional integral sino de escrutinio mayoritario.

EC - Falta agregar a este análisis las elecciones legislativas que se vienen. Ayer se eligió el presidente, ¿qué va a pasar después con la gobernabilidad de ese presidente? ¿Qué puede ocurrir en función de los resultados de las parlamentarias?

RM - Teóricamente puede ocurrir de todo, puede ocurrir que consiga una mayoría parlamentaria y por lo tanto el gobierno, el Parlamento y el presidente sean del mismo partido (esa es la configuración más probable), pero puede también darse que haya mayorías parlamentarias que no coincidan con el color político del presidente, en ese caso se estaría (como ya ocurrió en el pasado) ante una configuración de cohabitación, con una mayoría parlamentaria de un color político y un presidente de otro, pero esto es altamente improbable. La verdadera incógnita de las elecciones legislativas es cuál será la amplitud de la mayoría que consiga la derecha que respalda al presidente electo, Sarkozy.

En tres o cuatro días se va a dar a conocer la conformación del nuevo gobierno, no se espera hasta las legislativas para nombrarlo. Después podrá cambiar o no, pero en los próximos días habrá un gobierno nombrado por Sarkozy.

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Edición: Mauricio Erramuspe