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Turquía se debate entre secularismo e islamismo

Con el ingreso a la Unión Europea en el horizonte, Turquía vive una crisis política entre las ideas islámicas o el secularismo tradicional. Un debate que podría resolverse con el triunfo del partido de tendencia religiosa pero con un candidato moderado. Comentario de Elisa Lieber.

EMILIANO COTELO:
Nos instalamos en Turquía, que desde hace varias semanas está sumida en una crisis política profunda, en la que están en juego los cimientos mismos del país.

Por estos días, los turcos se debaten entre un Estado secular o islamista; entre un Estado democrático o militar; entre un Estado a semejanza de sus vecinos europeos o de sus vecinos asiáticos.

Las noticias que llegan de la región dan cuenta de manifestaciones masivas, de más de un millón de personas, que rechazan las propuestas políticas del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, también amenazado por el propio Ejército.

¿Cómo se entienden estos hechos en país que se erige como un puente de civilizaciones? ¿Qué consecuencias puede tener esta situación cuando está pendiente la aprobación del ingreso de Turquía a la Unión Europea?

Vamos a intentar comprenderlo en diálogo con Elisa Lieber.

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Elisa, comencemos por los hechos, por las noticias que estuvimos dando en los últimos días. ¿De qué se trata esta crisis política que está viviendo Turquía?

ELISA LIEBER:
El origen de esta disputa, de esta crisis política, es la elección de un nuevo presidente turco. El período del actual presidente finaliza el próximo 16 de mayo.

Ahora bien, en Turquía el presidente es electo por el Parlamento. A fines de abril, el Parlamento eligió como presidente al actual ministro de Relaciones Exteriores, Abdullah Gul, representante oficialista, o sea, al candidato del primer ministro Erdogan. Y aquí surge el problema.

Gul es acusado de mantener una agenda islamista secreta que  -según la oposición-  podría amenazar la tradición secular de la Turquía moderna.

La cuestión es que en Turquía el presidente, como jefe de Estado, puede vetar cualquier ley del país y designar a algunas figuras claves dentro del gobierno, o sea, tiene bastante poder.

EC - ¿Pero el Parlamento tiene el mandato de elegir al presidente?

EL - Hasta ahora sí. La Corte Constitucional anuló la votación parlamentaria y estipuló a posteriori que era necesario que dos tercios de los legisladores estuviesen presentes para el resultado fuese válido. De hecho, los representantes del partido secular no asistieron a la votación y no se logró el quórum.

En esa primera instancia, Erodgan acusó a la Corte de atentar contra la democracia al cambiar las reglas de juego a mitad de camino. El Parlamento volvió a reunirse para la votación pero tampoco se logró el quórum necesario.

EC - Recién decías que el primer ministro acusó a la Corte de atentar contra la democracia al invalidar la votación. ¿Por qué se cambiaron las reglas de juego a mitad de camino?

EL - Acá hay un punto más que relevante que no mencionamos hasta ahora.  Después de que el Parlamento eligiera como presidente por primera vez a Gul –el canciller con inclinaciones islamistas-,  más de un millón de personas salieron a las calles a protestar por su designación.

Los manifestantes argumentaban que Gul iba a transformar a Turquía en un Estado islamista, a semejanza de otros países asiáticos de la región.

A su vez, el Ejército amenazó con intervenir en caso de que Gul fuese designado presidente.

EC - ¿Y qué rol tiene el Ejército en Turquía?

EL - El secularismo, es decir la separación de la religión y el Estado, es fundamental para la identidad de Turquía como nación. Y la intervención del Ejército en ese sentido es un legado histórico. El ejército considera su deber defender la herencia del general Mustafá Ataturk, fundador de Turquía en 1923.

Ataturk, como primer presidente, consideraba que este país mayoritariamente musulmán debía ser moderno y laico. Por eso, introdujo una serie de reformas, como un código jurídico, la abolición de instituciones islámicas, la emancipación de la mujer y el uso de ropas occidentales, entre otros.

Un comentario al margen: las esposas de Erdogan y de Gul usan velos islámicos, lo que ya había generado grandes controversias.

La cuestión es que el ejército -que ya encabezó tres golpes de Estado contra gobiernos electos- considera esencial proteger el legado de Ataturk y estima que con la posible elección de Gul como presidente, el secularismo estaría corriendo peligro.

EC - ¿Y cuál es la salida a esta crisis política? Porque supongo que de alguna forma hay que elegir a un nuevo presidente.

EL - El lunes pasado, el Parlamento aprobó –en una primera instancia- que el presidente sea electo por sufragio universal, que lo elija la población en lugar de los legisladores.

Esta propuesta forma parte de un paquete de enmiendas propuestas por el primer ministro Erdogan. Modificar el mandato presidencial de un período de siete años a uno de cinco, pero renovable. Y la celebración de elecciones legislativas cada cuatro años en lugar de cada cinco.

Hoy o mañana, estas enmiendas constitucionales van a ser examinadas nuevamente por los diputados y después tienen que ser ratificadas por el presidente actual o llevadas a referendo

A todo esto se suma que –después de la crisis política de principios de mes- las elecciones legislativas se adelantaron para el 22 de julio. Estaban previstas para noviembre.

Entonces, el 22 de julio hay elecciones legislativas y el gobierno quiere que al mismo tiempo se realicen las elecciones presidenciales.

EC - ¿Y en ese caso, quién es el candidato favorito? Lo pregunto porque Gul, el aspirante oficialista a presidente había generado una ola de rechazo popular muy grande y amenazas del Ejército. ¿Qué pasaría si él fuese electo por sufragio universal?

EL - Según los analistas políticos turcos, Erdogan sacaría de carrera a Gul y pondría a un candidato menos controvertido. El Partido Islamista de Justicia y Desarrollo, el AK, del primer ministro Erdogan, cuenta con un altísimo respaldo popular y su candidato seguramente resulte electo.

EC - ¿Pero el secularismo turco estaría en riesgo en caso de que este partido gane las elecciones legislativas y las presidenciales al mismo tiempo?

EL - El partido de gobierno tiene sus raíces en el Islam político, pero insiste en que respeta los principios seculares de la constitución. Hasta ahora, el Ejército ha tolerado su posición en el gobierno, pero le preocupa la posibilidad de que uno de sus miembros se convierta en presidente.

Todo dependerá de quién sea el nuevo candidato oficialista a la Presidencia, pero la cuestión no viene nada fácil.

EC - ¿Cómo podría afectar esta situación las perspectivas de Turquía de ingresar a la Unión Europea?

EL - Lo primero que vale la pena aclarar es que las conversaciones para el ingreso de Turquía a la UE comenzaron en octubre del 2005 y podrían llevar hasta 15 años. Y el actual debate sobre el secularismo en Turquía podría tener repercusiones negativas sobre sus aspiraciones de ingresar al bloque. Varias encuestas sugieren que la mayoría de la población europea se opone al ingreso, tanto por diferencias religiosas como por temor a que se desate una ola migratoria de Turquía hacia los países más ricos.

En el actual clima de preocupación por el fundamentalismo islámico, muchos europeos verían como una amenaza a sus democracias liberales la posibilidad de que Turquía deje de ser un estado secular, ya que, con sus 71 millones de habitantes, si pasa a formar parte de la UE se convertiría en el país con más votos en el Consejo Europeo.

EC - Sarkozy, por ejemplo, el recientemente electo presidente de Francia, se opone al ingreso de Turquía al bloque.

EL - Y la posibilidad de que Turquía deje de ser un Estado secular no hace más que echar leña al fuego. Pero aquí hay una cuestión muy importante. La Unión Europea advirtió al Ejército que se mantenga al margen de las diferencias políticas en Turquía.

O sea, la Unión Europea prefiere que Turquía siga siendo un país secular, pero –sobre todo- procura que el Ejército no intervenga militarmente para limitar el rol del Islam en el gobierno. Claro, si el debate se presenta en estos términos es complicado: ¿secular y militar o islámico y democrático?

EC - Si la disyuntiva es muy comprometida, ¿cuáles son las perspectivas?

EL - Las perspectivas son que el partido AK de Erdogan triunfe en las elecciones legislativas y también en las presidenciales, aunque con un candidato moderado.

Y acá hay algunos datos importantes a destacar. El gobierno de Erdogan ha sido el más exitoso en el último medio siglo, sobre todo a nivel económico. Y, además, aunque es de inclinación islámica, no hay signos de que quiera dejar atrás la tradición secular turca. De hecho, Erdogan ha sido un ferviente defensor del ingreso de Turquía a la Unión Europea.

Para finalmente ser miembro, sabe que tiene que respetar el Estado secular y mantener los equilibrios para que el Ejército no intervenga.  Ahora quedan algunas instancias parlamentarias claves y las elecciones previstas para julio próximo.