(Emitido a las 8.31)

EMILIANO COTELO:
En Medio Oriente la situación está nuevamente al rojo vivo.

En las últimas 24 horas al menos 20 personas murieron en enfrentamientos entre facciones de Hamas y de Al Fatah, enfrentamientos internos entre palestinos en la Franja de Gaza.

ELISA LIEBER:
Es el cuarto día de violencia, pese al alto al fuego anunciado por Hamas. Y, por si esto fuera poco, el ejército de Israel realizó varios ataques aéreos contra objetivos supuestamente terroristas en Gaza como represalia por el lanzamiento de cohetes Kazan a territorio israelí.

EC - Una de las ciudades que fueron blanco de estos ataques es Sderot, en el sur de Israel, donde se encuentra nuestra corresponsal Ana Jerozolimski.

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Ana, ¿qué está ocurriendo en ese lugar?

ANA JEROZOLIMSKI:
Se vive una situación de gran tensión, ya es el séptimo año de esta situación pero se agravó intensamente en los últimos días a raíz del aumento de la cantidad de cohetes Kazan (70 aproximadamente) disparados desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí, especialmente hacia este blanco central de la ciudad de Sderot, una ciudad de 20.000 habitantes, 4.000 de los cuales se fueron en los últimos tiempos.

Hoy llegamos aquí cuando el Ministerio de Defensa estaba evacuando en varios ómnibus organizados a familias con niños. Esto es un tema de disputa entre el primer ministro Olmert y el ministro de Defensa Amir Peretz. Olmert dice que esas imágenes de la gente yéndose, aunque más no sea por unos días, son una victoria para Hamas, pero el ministro de Defensa defiende que la gente que está en gran tensión, que vive una situación tan difícil durante tanto tiempo, al menos pueda airearse durante unos días y después volver a su ciudad.

EC - Como represalia, el ejército de Israel ha lanzado varios ataques en Gaza.

AJ - No sé si la palabra exacta es "represalia". Esa es la primera imagen que se crea, sin duda, pero aquí se habla (y es un tema de discusión entre los habitantes de Sderot y el gobierno) de la necesidad de tomar alguna acción militar para intentar amedrentar a las células que disparan los cohetes Kazan desde Gaza hacia Israel, por ahora sin demasiado resultado concreto. Yo misma hoy cuando estaba en la frontera oí los helicópteros disparando hacia los sitios de lanzamiento en la Franja de Gaza, concretamente hacia zonas desde las que operan esas células, porque a veces se hacen disparos hacia campos abiertos, en la parte norte y en el centro de la Franja Gaza. Pero la gran discusión es si acaso habrá un operativo terrestre, de gran envergadura, que por ahora no ha sido aprobado por el gabinete israelí.

EC - ¿Cómo es el ambiente, cómo está la población? ¿Cómo son los testimonios que has estado recogiendo?

AJ - Ante todo la población está cansada. Hoy subí a uno de los ómnibus en los cuales los civiles se aprestaban a salir de Sderot hacia el norte, hacia un sitio de recreo turístico, frente a la playa, y una mujer joven, de 34 años, divorciada, que viajaba con sus cinco hijos, decía: "Yo quiero respirar un poco, por lo menos, no puedo ni entrar a ducharme tranquila porque no sé si el chiquito de 2 años en este momento está realmente junto a su hermano mayor de 14, que lo cuide, y si suena la alarma... (la gente explica que tiene sólo 15 segundos para tratar de resguardarse) Estoy segura de que puedo correr para salvar al chiquitito si el mayor justo entró al baño", daba un ejemplo casi prosaico de la situación que se puede vivir a cada momento. 15 segundos, ese es el tiempo que tiene la gente para correr y tratar de buscar refugio cuando comienza a oírse la alarma en toda la ciudad que dice "color rojo" y pone los pelos de punta.

EL - Eso está ocurriendo entre el ejército israelí y Hamas. Pero por otro lado está esta situación interna en los territorios palestinos que parece no tener fin. ¿Qué relación hay entre una situación y otra, si es que la hay?

AJ - Es cuestión de discusión también si la hay o no. Yo hablé hoy con un brigadier general retirado del ejército que hasta hace poco era uno de los oficiales más altos del Comando Sur y que sigue conectado con el servicio de reserva, y me decía que no considera que sea cierta esa evaluación de la que tanto se está hablando estos días (y que yo también creía que era la explicación), que Hamas intensificó el disparo de cohetes hacia Israel, especialmente hacia Sderot, para tratar de complicar, de arrastrar a Israel al conflicto. Él dice que Hamas, aparte de la guerra interna con Fatah, tiene en su agenda también a Israel, pero que es algo muy notorio que a partir del viernes último se reanudó la crisis interna de violencia, los choques abiertos entre Hamas y Fatah, que ya han cobrado casi 50 muertos, y se intensificó el disparo de cohetes desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí.

EL - ¿Cuál es la situación que se está viviendo actualmente en los territorios? Recién hablabas de 50 muertos desde el viernes.

AJ - En la Franja de Gaza se vive una situación de guerra interna muy clara, muy evidente. Sería erróneo hablar de guerra civil, aunque el término es muy popular y los propios palestinos hablan de una guerra entre hermanos. Es una guerra entre hombres armados, entre Hamas y Fatah, con el elemento de la venganza personal entre los diferentes clanes: cuando muere uno en el marco de estos choques, sea miembro de Fatah o de Hamas, responden del otro clan. Parece todo Hamas y Fatah pero es más complejo.

Hay una mutua desconfianza muy profunda. Hace unos días hablé con el portavoz de Al Fatah en la Franja de Gaza, que hace un año y medio era miembro de los Batallones Mártires de Al-Aqsa, y me decía: "Hamas está decidido a convertir Gaza en un baño de sangre". Según él, Fatah es fuerte para lidiar con eso, pero según los analistas, desde el punto de vista militar Hamas tiene superioridad clara sobre Fatah en el terreno. Y dice el propio portavoz de Fatah, hablando de su presidente, Mahmud Abbas: "El problema es que no estamos organizados suficientemente bien y falta decisión". Una forma delicada de criticar que el presidente Abu Mazen no sea categórico en su orden de terminar esta guerra con Hamas. Lo que está en peligro es el gobierno de unidad nacional palestino.

EC - Justamente, ¿cómo se entiende esta guerra interna, este enfrentamiento interno, con los niveles que está alcanzando, cuando simultáneamente sigue operando un gobierno de unidad entre los dos movimientos?

AJ - Formalmente sigue existiendo, no sé si realmente se puede hablar de un gobierno que sigue operando. En la Franja de Gaza la sensación de la gente (he hablado con muchos civiles, esta vez lamentablemente desde el lado israelí, en conversaciones telefónicas, sin entrar a la Franja de Gaza) es que todas las instituciones se están desmoronando. El portavoz de Gaza que citaba dijo: "Está en peligro el gobierno de unidad nacional, está en peligro el acuerdo de la Meca (se refiere al acuerdo suscrito el 8 de febrero en el que supuestamente se ponía fin a la guerra interna), está en peligro la unidad nacional palestina, está en peligro el pueblo palestino todo".

Evidentemente la pregunta es, si en Fatah están diciendo que Hamas quiere hacer un golpe de Estado para gobernar solo, si existe alguna posibilidad de recomponer una fórmula política que evite una guerra civil totalmente abierta, más amplia que esta lucha entre grupos armados. Las últimas treguas no duraron ni dos horas, ayer a las 20 horas entró en vigencia una y a la hora y 15 minutos ya había un muerto de Fatah y uno de Hamas. En estas circunstancias, cooperación política, por más que formalmente siga existiendo, parece imposible.

EC - Y es obvio decir que esa inestabilidad en el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina a su vez implica riesgos enormes para los tímidos avances en dirección a la paz que pudieran estar construyéndose entre Israel y los palestinos. Esto tiene otras derivaciones.

AJ - Evidentemente, cuando hacemos análisis, incluso en las situaciones más cruentas, siempre tratamos (debe ser por esa esperanza que queda en el fondo del corazón) de aferrarnos a este punto y mencionar aunque sea los atisbos, los intentos, los esfuerzos, porque la esperanza es lo último que se pierde, pero en una situación como la actual es imposible pensar. Y no sólo porque Israel no reconoce al gobierno de Hamas porque Hamas no lo reconoce a él, sino porque se llega a una situación de tal violencia y tal inestabilidad que la sensación de analistas israelíes es que no se puede descartar (y lo presentan como la peor pesadilla) que del otro lado se creen de hecho dos estados, un Estado integrista controlado por Hamas y que Fatah trate de hacer algo. En las circunstancias actuales es imposible volver a las negociaciones de paz. El enfoque alternativo es decir: justamente ahora, cuando es tan difícil la situación, habría que redoblar los esfuerzos por tratar de negociar. Suena bien pero en la práctica es casi imposible.

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Edición: Mauricio Erramuspe