Bachelet busca aumentar su popularidad con más gasto social
El fracaso del nuevo sistema de transporte en la capital, junto a la muerte de un obrero a manos de la policía y preocupantes índices en la educación han inmerso a Michelle Bachelet en un "annus horribilis". Para esto, echará mano a las reservas, hasta ahora intocables, para aumentar el gasto social. Contacto con el corresponsal en Chile, Horacio Brum.
(Emitido a las 8.35)
EMILIANO COTELO:
En Chile, la presidenta Michelle Bachelet cedió a las presiones y abrió la billetera fiscal (una billetera fiscal abultada últimamente) para habilitar un aumento importante en el gasto social, en una estrategia que busca, entre otras cosas, elevar su popularidad, que viene un poco alicaída últimamente.
El lunes pasado, en su balance anual de gestión, Bachelet anunció una flexibilización en la regla fiscal para aumentar el gasto público.
ELISA LIEBER:
Esta medida había sido largamente reclamada por la coalición oficialista y por diversos gremios. Hay un dato que no es nada menor, estos anuncios tienen lugar en momentos en que la popularidad de Bachelet cayó a 40%, su nivel más bajo desde que asumió el poder, hace poco más de un año.
EC - ¿Qué cambios en concreto anunció Bachelet en su rendición de cuentas? ¿Cuál es el contexto? ¿Cómo podrían influir estos anuncios en el posicionamiento del gobierno? Vamos a conversarlo con nuestro corresponsal en Santiago, Horacio Brum.
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Horacio, ¿cómo está Santiago esta mañana?
HORACIO BRUM:
Hemos amanecido con mucho frío y con la alerta ambiental de contaminación del aire más importante en lo que va de todo este año, ya empezamos con los problemas del invierno.
EC - Fue un episodio importante la presentación de la presidenta Bachelet en el Congreso el lunes.
HB - En efecto, a pesar de que hay comentarios que dicen que no hubo mucho de novedoso, lo cierto es que hay dos medidas concretas que pueden tener un efecto en el futuro inmediato. Una es la que comentabas en la introducción, cambiar lo que se llama la regla del superávit fiscal, que determina el ahorro que debe hacer el Estado, reducir ese ahorro de 1% a 0,5% de los ingresos. Eso va a representar una gran inyección de fondos que se van a destinar principalmente a obras sociales. El año pasado Chile logró acumular 12.500 millones de dólares con este mecanismo del ahorro fiscal. 12.500 millones de dólares que estaban en el exterior ganando intereses.
EC - El cambio es pasar de una regla de superávit fiscal de 1% del PBI a 0,5% del PBI.
HB - Exactamente, se va a bajar a 0,5%. Lo importante es que esta había sido casi una regla de oro del presupuesto chileno hasta ahora, por lo tanto la medida ha sido bastante audaz.
La otra medida que también va a tener repercusión importante en el tema económico es que se autorizó a las administradoras de fondos de pensiones (las que se conocen como AFAP en Uruguay) a elevar a 45% de sus recursos las inversiones en el exterior, hasta ahora era solo 30%. Esto también amplía el mercado de opciones para los fondos de pensión, lo que indudablemente va a repercutir en el mercado interno chileno.
EL - ¿De dónde sale todo este dinero para aumentar el gasto social?
HB - En los últimos dos Chile ha tenido una excelente temporada de venta de cobre, principalmente a causa de la gran demanda de China. Las ventas de cobre generalmente superan más de 50% de las exportaciones del país, de manera que esa ha sido la gran acumulación. Y se espera que en parte gracias al cobre este año se llegue a 27.000 millones de dólares de ingresos favorables para este ahorro fiscal.
EC - ¿En qué contexto político tuvo lugar esta rendición de cuentas de la presidenta Bachelet?
HB - Por usar una expresión que ha sido muy común en el periodismo, diría que lo que va del año ha sido el annus horribilis de Bachelet, utilizando aquella expresión de Isabel de Inglaterra de la época cuando murió la princesa Diana. Ha habido una serie de problemas, en parte de ella, en parte heredados del gobierno de Ricardo Lagos, pero el principal ha sido el Transantiago, un megaplan para cambiar el transporte público de la capital, de un transporte que era sumamente primitivo, sumamente contaminante, a un sistema moderno, digno del primer mundo. Pero esto se ha querido en hacer en tres meses, alterando recorridos, cambiando totalmente hábitos de la gente, por ejemplo instando a la gente a que revise sus recorridos de ómnibus en computadora, que planifique en computadora de dónde a dónde quiere llegar, lo cual ha tenido resultados desastrosos desde el punto de vista práctico para la gente.
EC - ¿Es un plan del gobierno central, no del municipio?
HB - No, esa es otra peculiaridad de Santiago. Estas grandes decisiones en la capital generalmente están a cargo del Ministerio de Transporte y del Ministerio de Vivienda y Obras Públicas, o sea del Poder Ejecutivo central, no de los municipios de la capital.
EL - También se registraron varios conflictos laborales en otros sectores en los últimos tiempos, además de este problema con el transporte que fue bastante sonado.
HB - Exactamente, ha habido varios conflictos laborales, entre ellos algunos que han afectado la industria del cobre, y principalmente conflictos de los llamados subcontratistas, la gente que proviene de empresas que tercerizan los servicios a otros. Hay que destacar que Bachelet ha tenido el primer muerto por represión policial en este gobierno, lo cual es muy importante, muy impactante desde el punto de vista de la opinión pública. Se produjo en un conflicto de obreros forestales hace aproximadamente dos semanas, donde un obrero que tomó una máquina y atropelló a vehículos policiales fue literalmente fusilado por la policía.
EC - ¿Qué otros elementos han estado influyendo en las complicaciones de Bachelet en materia de popularidad?
HB - Ha venido influyendo, ya desde el año pasado, el tema de la mala calidad de la educación. El año pasado hubo importantes huelgas estudiantiles que reclamaban por el gran déficit que tiene la educación municipal. Bachelet anunció en su discurso una inyección de 650 millones más para la educación municipal, pero pocos días antes del discurso se hicieron las pruebas de calidad de la educación y sigue manteniéndose una diferencia tremenda entre la calidad de la educación privada y la calidad de la educación pública. Esta diferencia se mantiene generalmente en un promedio de 80 a 100 puntos, y tenemos un gran porcentaje de alumnos (se averiguó posteriormente) en los primeros cursos escolares que prácticamente no están adquiriendo ningún conocimiento y no pueden siquiera dominar las operaciones elementales de la matemática.
EC - En definitiva, ¿por dónde está la popularidad de la presidenta Bachelet?
HB - La popularidad de Bachelet ha llegado bastante bajo, 46% de los ciudadanos desaprueba su gestión. Lo curioso es que en Santiago la cifra sube mucho más, a 53%, indudablemente por el efecto Transantiago, y en el interior del país se reduce a 39%.
EL - Más allá de estos conflictos puntuales en diversos sectores, ¿qué hay de la conducción de Bachelet, de su personalidad? Al principio hubo mucho temor respecto de si realmente estaba preparada para conducir el país.
HB - Ese es otro problema que surge en las encuestas, en esta encuesta en particular, la última que salió días antes del discurso. La gente piensa que la presidenta tiene poca autoridad, 75% de la población piensa que tiene poca autoridad. Se trata de algo que hemos podido notar los corresponsales, cuando conversamos con la presidenta, ella como Michelle Bachelet tiene una gran calidez, es una mujer de una gran calidez humana, muy buena para conversar, pero de pronto parece que se pusiera el traje de presidenta de la República, cuando tiene que enfrentar situaciones, cuando tiene que responder preguntas periodísticas, y entonces comienza a sonar como que ha aprendido lecciones, como que le cuesta aprender cada medida, cada cosa de la cual va a hablar. Eso refleja un cierto problema de liderazgo. También en La Moneda nos han comentado algunos personeros que no se quieren identificar que la presidenta tiene un problema de querer mantener todo directamente bajo su control, lo cual hace muy difícil el trabajo en equipo. Y eso indudablemente incide en la imagen pública. No hay que olvidar que Chile es un país que está muy acostumbrado a liderazgos, especialmente desde el Poder Ejecutivo, de tipo casi autoritario, y esto viene desde muy antiguo, ni siquiera tiene que ver con la dictadura militar, es simplemente una idiosincrasia de la sociedad. Y cuando un líder muestra cierta duda o cierto problema indudablemente eso baja su popularidad.
Documento relacionado:
Discurso del 21 de mayo de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet
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Edición: Mauricio Erramuspe