Nueva Zelandia y su estrategia de inserción internacional
Pese a la histórica coincidencia entre uruguayos y neocelandeses en los foros internacionales, el presente de las estrategias de inserción de ambos países no se asemeja. Con un gran vecino que ya tiene un TLC con Estados Unidos, el gobierno isleño busca lograr el propio, pero no encuentra mayor disposición en la potencia. Crónica de Emiliano Cotelo, desde la ciudad de Rotorua.
(Emitido a las 8.29)
ANDRÉS GIL:
Emiliano, ¿desde dónde nos estás saludando hoy?
EMILIANO COTELO:
Hoy los estoy saludando desde Rotorua. Hemos tenido un día nublado, con una temperatura mínima de 4ºC y una máxima de 15ºC.
Estoy viniendo desde la capital, Wellington, donde nos encontramos ayer, y voy de regreso a Auckland. Después de un vuelo de una hora llegué hoy de tarde a esta ciudad, que está ubicada en el centro de la isla norte de Nueva Zelandia. Rotorua tiene apenas 60.000 habitantes y es el principal destino turístico de Nueva Zelandia, recibe anualmente un millón y medio de turistas, tiene algún parecido con Bariloche, pero sus atractivos están por otro lado, son distintos.
En esta zona se concentra con fuerza la cultura maorí, los pobladores originales de esta región del mundo. Además hay una intensa actividad geotermal, es una zona de géiseres, de piletas de agua caliente de origen subterráneo, por allí hay un gancho muy fuerte. Tiene paisajes realmente pintorescos, con ondulaciones suaves, mucho bosque, es un lugar muy requerido por los amantes del turismo aventura, y en los alrededores se desarrollan la ganadería ovina y lechera y la forestación, es una de las principales zonas forestales de Nueva Zelandia, con una forestación basada fundamentalmente en plantaciones de pinos.
AG - Vamos a repasar algunos de los contenidos de tu muy nutrida agenda. Nos quedamos con ganas de saber algo de la reunión que mantuviste ayer en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio. Supongo que el tema del comercio, la apertura comercial, tiene mucho que ver con el fenómeno de Nueva Zelandia, que se va estableciendo como una referencia para nosotros.
EC - El diálogo fue con los máximos responsables de la inserción internacional, especialmente de las negociaciones comerciales de Nueva Zelandia. Ambos conocen muy bien a los diplomáticos uruguayos destacados en Ginebra. Ocurre que Uruguay y Nueva Zelandia han tenido tradicionalmente una sintonía muy fuerte en las tratativas multilaterales a nivel de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los dos países tienen intereses muy similares en la medida que sus economías se basan tan fuertemente en la actividad agropecuaria. Vale la pena recordar que durante la reciente elección del nuevo director general de la OMC Nueva Zelandia acompañó de manera calurosa la candidatura del uruguayo Carlos Pérez del Castillo. Según me decían ayer mis anfitriones en esa reunión, Nueva Zelandia fue tal vez el principal impulsor de la candidatura de Pérez del Castillo, que fue derrotada por la postulación del francés Pascal Lamy, que hoy es el director general.
De todos modos, en este momento hay una coordinación. Esa afinidad Uruguay-Nueva Zelandia en la OMC se encuentra en una situación de stand by porque la posibilidad de desbloquear realmente la ronda de Doha hoy está por otro lado, está concentrada en las conversaciones que vienen desarrollando los llamados cuatro grandes, Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y la India, que van a tener una reunión cumbre ahora en junio.
AG - Uno de los temas bastante interesantes en el frente comercial es que Nueva Zelandia está enfrentada a una coyuntura más o menos parecida a la de Uruguay, también está discutiendo el tema de los TLC, y en particular la posibilidad de firmar uno con Estados Unidos.
EC - Sí, fue uno de los puntos sobre los que quise charlar especialmente en el encuentro de ayer. Nueva Zelandia entiende que sus mejores posibilidades de futuro están en las negociaciones multilaterales, pero lo cierto es que observa, como observamos todos, que la ronda de Doha está en cuestión y mientras tanto siguen creciendo los TLC, siguen abundando la negociación y la concreción de tratados de libre comercio entre diferentes países. En ese contexto los TLC pasan a ser una cuestión importante para Nueva Zelandia, quizás no tanto por los beneficios que pueda obtener con ellos sino, especialmente, para no perder terreno en la competencia con aquellos países que sí firman TLC. En particular ahí aparece la eventualidad de un TLC con Estados Unidos. Nueva Zelandia aspira a negociar un TLC con Estados Unidos, pero Washington no le abre la puerta. Y eso es un problema, entre otras cosas, porque Australia, el "big brother" de Nueva Zelandia en la región, sí tiene su propio TLC con Estados Unidos.
AG - Una diferencia importante con el caso nuestro, nuestros vecinos o nuestros hermanos mayores de la región no tienen TLC con Estados Unidos. El TLC Australia-Estados Unidos data de 2004.
EC - Sí, es un tratado relativamente reciente. En el corto plazo implica una competencia complicada para Nueva Zelandia en el rubro inversiones, allí está la principal preocupación del gobierno de Nueva Zelandia, no tanto en los principales segmentos de exportación, los productos lácteos o la carne vacuna, porque en esos capítulos Australia no tuvo grandes ventajas en el acceso al mercado de Estados Unidos, por lo menos en el corto plazo. Por eso Nueva Zelandia apuesta, por un lado, a las negociaciones a nivel de la OMC, donde entiende que podría conseguir un acceso al mercado de Estados Unidos mejor que el que Australia tendrá en un futuro cercano, pero por otra parte, para cubrirse de riesgos, también está interesada en lograr su propio TLC con Estados Unidos. Pero Estados Unidos no habilita esa negociación o, por lo menos, ha venido descartándola hasta ahora.
AG - ¿Hay alguna explicación lógica para esa negativa?
EC - Todo indica que ese trato diferencial de Washington con Nueva Zelandia y Australia tiene origen en los años ochenta en cuestiones de defensa. Nueva Zelandia y Estados Unidos supieron ser aliados muy estrechos en cuestiones de defensa, hasta que la posición antinuclear que siempre ha sido muy firme en Nueva Zelandia y ha sido carne en la población, enfrió aquella relación. Esto ocurrió cuando el gobierno de Nueva Zelandia decidió no volver a participar en maniobras militares conjuntas con Estados Unidos si alguna de las naves estadounidenses poseía armas nucleares. Se dio una pulseada y el resultado fue un empantanamiento, porque Estados Unidos no reconocía estar enviando ese tipo de armamento en los barcos que intervenían en las maniobras conjuntas, pero Nueva Zelandia tenía serias sospechas de que sí estaba en juego esa tecnología.
A partir de aquel momento toda la cooperación militar de Estados Unidos con Nueva Zelandia se congeló y, aunque nadie en Washington lo ha dicho oficialmente, ese enfriamiento en cuestiones de defensa terminó teniendo otro tipo de consecuencias. Por ahí estaría la explicación de por qué Estados Unidos negoció y firmó un TLC con Australia y no acepta siquiera conversarlo con Nueva Zelandia.
De todos modos, esa situación ya lleva 20 años, las dos partes reconocen que no tiene sentido prolongar este distanciamiento, ninguno de los dos países ha cedido ni piensa ceder en sus posiciones en la cuestión nuclear, pero mientras tanto han surgido varios otros asuntos en los cuales Nueva Zelandia y Estados Unidos coinciden, por ejemplo las cuestiones de seguridad, la prevención del terrorismo, etcétera, que hoy preocupan a ambos.
AG - ¿Puede decirse que hay espacio para que nazca una nueva etapa en la relación entre Estados Unidos y Nueva Zelandia?
EC - Parece que sí, y a ello aludió bastante claramente esta semana la primera ministra, Helen Clark, durante una conferencia que ofreció, paradójicamente, durante su visita de estos días a Australia. ¿Se vendrá, ahora sí, una negociación Estados Unidos-Nueva Zelandia en procura de un TLC? Tal vez, todo indica que las condiciones empiezan a mejorar a esos efectos.
AG - La pregunta es si tienen un TIFA, como ya tenemos nosotros.
EC - En un momento de la charla hice esa pregunta, conté la situación de Uruguay, la evolución de los últimos meses, las discusiones, comenté que Uruguay había firmado un TIFA con Estados Unidos, y les pregunté si conocían cómo era. Y me contestaron: "Sí, claro, nosotros tenemos un TIFA con Estados Unidos desde hace muchos años". Me impresionó, no lo sabía, y lo interesante fue el comentario que vino después: "Bueno, sirve, es mejor que nada, porque implica que existe un mecanismo permanente de diálogo y negociación sobre asuntos comerciales y de inversiones, pero no ha producido resultados muy relevantes en términos de acceso a mercado".
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AG - ¿Mañana vas a estar todavía en Rotorua?
EC - De Rotorua salimos mañana muy temprano rumbo a Hamilton para visitar lo que sería en Uruguay la Expo Activa. Es todo un acontecimiento para la actividad agropecuaria, sobre todo para la demostración y exhibición de tecnología para el agro. Va a estar muy buena esa visita.
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Edición: Mauricio Erramuspe