Entrevista con el candidato presidencial argentino Roberto Lavagna tras los triunfos de los opositores Mauricio Macri y Fabiana Ríos.

Lavagna: queda claro que Kirchner no es invencible

Con la elección de Mauricio Macri en Buenos Aires y de Fabiana Ríos en Tierra del Fuego –ambos opositores a Néstor Kirchner- "queda claro que el gobierno está muy lejos de ser invencible", dijo el candidato presidencial argentino Roberto Lavagna. "Implica derrumbar un gran trabajo publicitario del gobierno sobre su supuesta invencibilidad y que la aceptación es mucho menor", agregó.

(Emitido a las 9.11)

EMILIANO COTELO:
Mauricio Macri arrasó en la capital y será el nuevo jefe de Gobierno. Obtuvo más de 60% de los votos y confirmó la ventaja que había logrado en primera vuelta. Habló con el actual jefe de Gobierno, Jorge Telerman, y dijo que hoy pedirá una audiencia con el presidente Néstor Kirchner. Paralelamente el oficialismo sufrió otra derrota en Tierra del Fuego.

Esta es la crónica de un resultado anunciado. Después de arrasar en la primera vuelta, Mauricio Macri volvió a imponerse ayer ampliamente en el balotaje y le cambió el signo político a la ciudad de Buenos Aires. El empresario es el primer dirigente postulado por una fuerza de centroderecha que se consagra jefe de Gobierno desde que en 1996 los porteños fueron habilitados para dirimir el cargo por voto popular.

El diario Clarín recuerda hoy que el gobierno nacional aspiraba a que su candidato, Daniel Filmus, acortara de manera significativa la diferencia de 22 puntos que Macri le había sacado en la primera vuelta del 3 de junio. Pero Filmus no alcanzó a cubrir esas expectativas.

Para colmo, ayer también fue derrotado en segunda vuelta el gobernador kirchnerista de Tierra del Fuego, Hugo Cóccaro, coronando la jornada electoral más negra para el presidente Néstor Kirchner desde que está en el poder. La provincia patagónica le regaló una sonrisa a Elisa Carrió, allí se impuso la candidata del ARI, Fabiana Ríos, que se convirtió en la primera mujer electa como gobernadora en el país.

Estamos con el economista Roberto Lavagna, ex ministro de Economía, ya candidato presidencial en la República Argentina y una de las figuras fuertes de la oposición al kirchnerismo.

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Economista Lavagna, hasta ahora usted no se ha alineado con ningún partido...

ROBERTO LAVAGNA:
Las elecciones que ha habido por ahora en Argentina han sido todas locales. Nosotros tenemos nuestro propio partido formado por un sector muy amplio del Justicialismo (el que no está con Kirchner), el Partido Radical y un partido más chico pero con mucha tradición que es el Movimiento Integración y Desarrollo, del presidente Frondizi. Ese es el partido que ha formado la concertación por Una Nación Avanzada (UNA), con el cual vamos a concurrir a las elecciones presidenciales.

EC - En particular, en esta elección para jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires usted no llegó a pronunciarse a favor de ninguno de los candidatos.

RL - Sí, nos habíamos pronunciado a favor de Macri.

EC - ¿Cómo observa este triunfo tan contundente que Macri acaba de obtener?

RL - No hay que centrarse exclusivamente en Capital, Capital es la vidriera del país, pero esto viene ocurriendo desde la derrota del presidente en Misiones el año pasado. En Misiones hubo una elección referida a una reforma constitucional que el gobierno esperaba ganar ampliamente y perdió muy ampliamente. A partir de ahí se fue produciendo un cambio en prácticamente todas las jurisdicciones, ayer en Capital y en Tierra del Fuego.

EC - ¿Qué significa esta evolución de los acontecimientos, en particular para el kirchnerismo, para el Frente Para la Victoria? ¿Cómo es la situación?

RL - Implica sobre todo derrumbar un gran trabajo publicitario y de cobertura que había hecho el gobierno sobre su supuesta invencibilidad, y pone de manifiesto que el grado de aceptación del gobierno es mucho menor, como ya ocurrió en la elección de octubre de 2005, la elección de mitad de mandato, que el presidente planteó como un plebiscito y obtuvo 48% de los votos, no más que eso. Ese resultado quedó muy tapado por una fenomenal operación de prensa que en algunos casos contó con la colaboración de medios de prensa por una u otra razón, pero en los últimos meses, desde octubre del año pasado y desde Misiones, han empezado a derrumbar esa imagen y a dejar que emerja la realidad tal como es.

EC - Ayer a la hora de evaluar el resultado en el caso de Capital Federal el candidato respaldado por Kirchner, Daniel Filmus, prefirió mirarlo de esta manera, dijo: "Nunca nuestra fuerza nunca había tenido un resultado de esta envergadura, nunca nos habíamos acercado a 40% en la Ciudad de Buenos Aires".

RL - Si se conforma con eso, está bien. Va en la línea de lo que le estoy diciendo, el intento de transformar derrotas en victorias o, como ocurrió en 2005, de transformar un triunfo moderado, con 38% de los votos, en algo que creaba un escenario de invencibilidad. Cuando uno cuenta con muchos medios masivos de prensa puede generar este tipo de operaciones, pero en algún punto la realidad termina emergiendo.

EC - El artículo de Clarín que yo citaba, un poco más adelante señala: "Con su abrumador triunfo en la vidriera porteña, segundo distrito electoral de la Argentina, Macri se erige en referente central de la oposición. De todos modos, las dificultades del arco antikirchnerista para estructurar un frente común le impiden mostrar, por el momento, a Macri como una alternativa seria de poder".

Ubiquemos cómo queda la oposición después de resultados como este que se dio en Buenos Aires y como el que se dio ayer en la provincia de Tierra del Fuego, donde ganó Fabiana Ríos, del ARI.

RL - Sin cambios en lo que hace estrictamente a lo que usted llama el arco opositor. Ocurre lo que decíamos antes, se derrumba todo un montaje hecho por el gobierno. Después, como todas las elecciones fueron de carácter estrictamente local, todas las campañas se dieron en torno a temas exclusivamente locales, no se tocó ningún tema de carácter nacional, y en Capital es una opción más bien a la derecha, en Tierra del Fuego es una opción a la izquierda y en Córdoba, en elecciones en los municipios más importantes que hubo en las últimas semanas, hubo un triunfo del Partido Radical. De manera que no hay conclusiones de carácter nacional de ninguna de estas elecciones, salvo lo que hablábamos antes: queda claro que el gobierno está muy lejos de ser invencible.

EC - La otra lectura, que hacen algunos analistas, es que estos resultados de ayer son un problema para la oposición, que ahora pasa a tener tres figuras que se disputarán el liderazgo de ese espacio: usted, Mauricio Macri y la candidata del ARI que tuvo este triunfo ayer en Tierra del Fuego. ¿Qué dice usted sobre ese escenario?

RL - Los analistas a veces no escuchan lo que los propios partícipes o actores dicen. Macri ha sido muy terminante, muy preciso en cuanto a que ha sido elegido con un programa para la capital, por la capital, que va a ser este su primer cargo público de carácter ejecutivo, que tiene que demostrar en el gobierno los próximos cuatro años. Muchos analistas intentan forzar la mano dando explicaciones que le convienen al gobierno, cuando los propios actores se han manifestado muy claramente sobre esto.

EC - ¿Qué piensa que va a pasar? ¿Cómo observa las posibilidades de aproximaciones y de acuerdos?

RL - Con mucho cuidado, porque no hay demasiados puntos en común cuando se habla de temas que tienen que ver con la Nación, con el posicionamiento de Argentina en la región, en el mundo, en materia económica. No se trata de amontonar gente en un proyecto anti, un país no se construye con un proyecto anti, al revés, se construye con proyectos coherentes, con una visión de país y demás. Como consecuencia, hay que tener mucho cuidado, cada uno tendrá que explicarle a la ciudadanía cuál es su posición, cuáles son sus ideas, y esta decidirá después libremente.

EC - Me quedan dos o tres dudas. Usted recordó al pasar que en esta ocasión, en la elección para jefe de Gobierno para la Ciudad de Buenos Aires, apoyó a Macri. ¿Por qué? Tienen notorias diferencias políticas e ideológicas, usted se define más bien como de centroizquierda y Macri se ubica en la centroderecha. ¿Por qué hubo esta aproximación en el caso de Buenos Aires?

RL - Porque era una elección local en torno a temas locales y porque el gobierno no presentó un candidato con autonomía. Lo que uno puede esperar de un gobernador o su equivalente, como es el caso del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es personalidad política propia, no ser un mero delegado del presidente. Esa sola razón era una divisoria de aguas entre Telerman, el actual jefe, que quedó excluido del balotaje, y Macri por un lado, ambos eran en principio aceptables de acuerdo con este criterio, y el candidato oficial que era apenas un delegado.

EC - Esas fueron las razones de su voto en el caso de Buenos Aires.

RL - Así es, las expliqué antes de la primera vuelta, dije explícitamente que la Ciudad de Buenos Aires no podía repetir la experiencia de la provincia de Santa Cruz, que ha tenido ya dos o tres gobernadores que han ido cayendo uno detrás de otro, que son apenas delegados del presidente de la Nación.

EC - Mirando a octubre, usted recién señalaba que lo mejor será que cada uno de los espacios y sus referentes exhiba sus posiciones, dé a conocer sus opiniones y sus propuestas para que la ciudadanía juzgue. ¿Es razonable que estos tres movimientos que hoy pautan la oposición vayan cada uno por su lado? ¿Eso no es un riesgo a la hora de enfrentar al gobierno?

RL - Hoy esa es la realidad, no se hace política sobre la base de ficciones, se hace sobre la base de realidades, y hoy esa es la realidad concreta. Además las cosas no se analizan sin ver cuál es el costo alternativo. El costo alternativo de un mero amontonamiento, de un mero rejunte (si me permite la palabra), después genera graves problemas de gobernabilidad, como los tuvo la Alianza hace no muchos años en Argentina. Eso está muy fuerte en la memoria de la ciudadanía, aquello fue un amontonamiento que terminó muy mal. De manera que no hay que hacer la comparación entre lo ideal que sería una unión de la oposición o la nada, sino eso versus un amontonamiento incoherente de personas, de opiniones, de equipos.

EC - Yo recién utilizaba una definición rápida para ubicar a su movimiento político, decía centroizquierda.

RL - Yo lo definí como centro progresista desde el principio.

EC - Con un poco más de precisión, ¿qué es lo que usted encara en el tablero político argentino de hoy?

RL - Partes muy sustantivas del Justicialismo, del Partido Radical y del Movimiento de Integración y Desarrollo.

EC - Pero en cuanto a propuesta, a posicionamiento.

RL - El carácter de centro progresista y una historia de gestión. Me tocó estar casi cuatro años al frente del Ministerio de Economía en lo que los economistas y los historiadores económicos califican como la peor crisis en Argentina en poco más de un siglo, en más de 100 años. Ahí hay material para saber de qué se trata, qué es lo que uno propone, sobre todo si se tiene en cuenta que en ese momento el Ministerio de Economía tenía responsabilidades que se extendían a la política internacional, al tratamiento con el Congreso, donde el gobierno no tenía mayoría propia. Era un campo que iba mucho más allá del de la economía, ya de por sí complejo.

EC - A propósito de economía, ¿cuál es su evaluación? ¿Cómo está la economía argentina hoy?

RL - En una foto, bien. Si pasa a una película, a tomar en cuenta los elementos dinámicos, hoy, a mediados del año 2007, todos los datos centrales de la economía o de la macroeconomía están decididamente menos bien que en diciembre del año 2005. Hay más inflación, hay menor creación de empleo, hay menor inversión, hay una inflación mucho más alta, hay una dinámica que se fue produciendo a lo largo del año 2006 (por diversos errores que se fueron cometiendo) no positiva sobre una foto que todavía parece buena porque el punto de partida era muy sólido, con márgenes prácticamente en todos los datos. Como consecuencia la foto todavía es buena.

EC - ¿Por qué la película pasa a ser preocupante? ¿Dónde están las razones para esas tendencias que avizora y que lo llevan a ver con inquietud el futuro? Habló de errores, ¿errores del gobierno?

RL - Por supuesto.

EC - ¿Algunos ejemplos?

RL - Antes de dejar el ministerio yo había anunciado la creación de un fondo anticrisis que tenía que ver con el manejo del gasto público, ese fondo nunca se hizo; había enviado al Congreso y ya tenía media sanción una ley por la cual la pequeña y mediana empresa pasaba a tener cero impuesto a las ganancias en tanto y en cuanto esas ganancias se reinvirtieran, lo cual era fundamental para el financiamiento de la inversión de la empresa PYME. Estas son las cosas económicas, después hay cosas de carácter institucional que también han jugado.

Yo había eliminado los superpoderes presupuestarios y en noviembre del año pasado fueron reimplantados; hay varias leyes de concentración de poder, en el Consejo de la Magistratura, que es quien designa y remueve a los jueces, los decretos de necesidad de urgencia. Hay una serie de datos, más algún acercamiento extremo, en el caso de relaciones internacionales, a Chávez (de hecho, Argentina hoy mantiene relaciones fluidas solo con dos capitales, Madrid y Caracas). El cúmulo de esas cuestiones influye en el comportamiento social, influye en el comportamiento de los inversores y va generando lo que decíamos.

EC - ¿Para usted el gobierno interviene demasiado en la economía?

RL - Y mal, porque el problema no es intervenir o no, el problema es el tipo de intervención. A lo largo del año pasado, por ejemplo, se compró 5% de Aerolíneas Argentinas, 20% de los aeropuertos, inversiones absurdas en sociedades en las que el Estado va a ser el socio bobo y el sector privado amigo del gobierno retirará las utilidades. Cosas que carecen de sentido en términos de aplicar fondos públicos.

EC - ¿Cómo valora la actuación del gobierno en materia de precios?

RL - La intervención en precios también carece de sentido. Hoy la inflación está en 16%, hay un cúmulo de desvíos importantes que han ido emergiendo. Al principio la sociedad no tiene por qué advertir todas las cuestiones técnicas, pero después empieza a sufrir los efectos, que hoy se ven muy claramente en el caso de la inflación, por ejemplo.

EC - Todavía estamos lejos de octubre, pero ya que estamos hablando de asuntos económicos y de su diagnóstico de cómo están las cosas, me gustaría conocer por dónde vienen algunas de sus principales propuestas. ¿Cómo se pueden combatir esas luces amarillas que usted ve en el horizonte? ¿Con qué otro tipo de medidas?

RL - El programa que nosotros presentamos (de hecho somos los únicos que hemos presentado un programa) en octubre y noviembre del año pasado, más un libro que amplía y profundiza algunas cosas, que presenté este año, en materia económica gira en torno a un tipo de cambio alto, una tasa de interés baja, superávit fiscal, reducción de deuda y seguir considerando al consumo el motor de la economía. Son los cinco pilares con los cuales salimos de ese fenomenal hoyo de crisis en el cual estábamos en abril de 2002. Es el mantenimiento de los cinco pilares centrales que hoy se han ido debilitando claramente.

EC - ¿Qué importancia le asigna al conflicto con Uruguay por la planta de Botnia en Fray Bentos?

RL - La tuvo, desde ya en materia de política internacional, le causó a Argentina un daño importante en el escenario internacional, y además ha generado muchas dudas también internas sobre el comportamiento del gobierno en materia de toma de decisiones.

EC - Supongamos que usted es electo presidente y todavía sigue latente ese conflicto. ¿Cómo lo encara?

RL - Cuando llegue el momento lo vemos, no vamos a hacer de ese el tema central hoy. Es un tema importante, que nos duele, pero no es el central hoy para Argentina.

EC - ¿Quién será su contrincante desde el oficialismo? ¿Será el presidente Kirchner o será su esposa, Cristina?

RL - No lo sé. Pero no va a cambiar mucho, porque el ejercicio del poder otorga ciertas ventajas en materia de uso de recursos, de relación con los medios y demás, y nada de eso va a cambiar en uno u otro caso. Sería bueno para el país dejar de jugar con ese tema, que empieza a ser no serio a esta altura, y tomar una decisión, cualquiera sea ella.

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Edición: Mauricio Erramuspe