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La difícil tarea de luchar contra el terrorismo en Pakistán

El gobierno pro-occidental de Pakistán emprendió esta semana la Mezquita Roja, un centro de formación islámica en la capital del país, Islamabad. El siguiente comentario de Elisa Lieber aborda las causas de esta operación y sus posibles consecuencias.

(Emitido a las 8.15)

EMILIANO COTELO:
Desde el comienzo de la lucha contra el terrorismo auspiciada por George W. Bush, Pakistán se erigió como un abanderado de esta causa pero esta lucha no le ha resultado nada fácil.

Un ejemplo de las dificultades que enfrenta el gobierno de Pervez Musharraf es la llamada "Operación Silencio", que comenzó hace una semana cuando las fuerzas paquistaníes rodearon la Mezquita Roja y los institutos educativos aledaños, ubicados en la capital, Islamabad.

Los datos que llegan desde la región son confusos. Allí se encontrarían recluidos unos 1.500 estudiantes, entre ellos numerosos extremistas islámicos.

Hace pocas horas, las tropas entraron al complejo y están enfrentándose con los radicales. Los últimos despachos hablan de al menos 50 muertos en este asalto.  Para intentar comprender qué está ocurriendo en Pakistán en estos momentos, les proponemos conversar con Elisa Lieber.


Elisa, hace pocas horas el gobierno paquistaní informó que al menos 40 radicales islamistas murieron después que las tropas entraron en la Mezquita Roja, donde los militantes habían estado bajo asedio durante la última semana.

ELISA LIEBER:
Recordemos que el primer intercambio de fuego se produjo el martes de la semana pasada. Según las autoridades, desde entonces murieron 25 personas, aunque los líderes de la Mezquita Roja hablan de cientos de muertos. Ahora, hace algunas horas, las tropas finalmente ingresaron al recinto

EC - En primer lugar, vale la pena aclarar, ¿qué es la Mezquita  Roja?

EL - También llamada Lal Masjid. La mezquita cuenta con dos madrasas o escuelas coránicas, una femenina y otra masculina, a donde asistentes miles de estudiantes, sobre todo de las áreas tribales de Pakistán. Este complejo es administrado por Abdul Aziz y su hermano Abdul Rashid Ghazi. Esto hermanos reclaman la imposición de un régimen integrista en Pakistán, con la aplicación de la "sharia", la ley islámica.

Estos ulemas son hijos de Mohammad Abdulá, un conocido clérigo musulmán que defiende a los talibanes del vecino Afganistán y que es un férreo seguidor de Osama Bin Laden, el líder de la red terrorista Al Qaeda.

Ahora bien, sus hijos aseguran no tener vínculos con organizaciones prohibidas por Occidente, aunque han sido vehementes en su apoyo a la Yihad o guerra santa contra Estados Unidos.

EC - ¿Pero qué significa esto? ¿Cuál es su posición respecto al gobierno de Musharaf?

EL - Por lo pronto, se los acusa de intentar atentar contra la vida de Musharaf. El viernes pasado, el presidente escapó de un ataque contra su avión que al parecer fue perpetrado por extremistas islámicos. Aunque no se confirmó que los seguidores de la Mezquita estuviesen implicados en el intento de atentado.

Lo que está claro es que se oponen a la guerra contra el terrorismo emprendida por el gobierno dictatorial de Pakistán.

Pero quizá resulte más claro mencionar algunas acciones concretas de las escuelas de la Mezquita Roja. Después de los atentados de junio de 2005 en Londres, el ejército paquistaní intentó entrar a la Mezquita Roja con la intención de hacer una redada en el complejo. No lograron ingresar porque un grupo de mujeres integrantes de la escuela de la mezquita les prohibió el paso a bastonazos.

Otro ejemplo: los responsables de administrar la Mezquita Roja y sus escuelas también promovieron las manifestaciones en Pakistán contra las caricaturas que publicó un diario danés sobre el profeta Mahoma.

EC - Desde que comenzó el sitio de la Mezquita por parte de las autoridades paquistaníes, los medios dicen que sus miembros venían burlando al gobierno de Islamabad desde principios de año con más intensidad. ¿Cómo es esto?

EL - Recién decíamos que sus líderes buscan imponer la ley islámica en el país. Para eso, sus clérigos empezaron a enviar "brigadas morales" a recorrer la capital de Pakistán. ¿Para qué? Para "prevenir pecados y promover la virtud", un concepto que había sido instaurado en Afganistán por el régimen talibán.

Estas "brigadas morales", compuestas de hombres y mujeres armados, se paseaban por la ciudad amenazando a dueños de tiendas de música y secuestrando a mujeres a las que acusaban de administrar prostíbulos.

Hasta la semana pasada, cada vez que agredían a habitantes de Islamabad el gobierno optaba por negociar argumentando que el uso de la fuerza podría provocar un enfrentamiento a gran escala.

EC - ¿Y qué cambió ahora entonces?

EL - Un grupo de estudiantes de la Mezquita secuestró a siete trabajadores chinos, a quienes también acusaron de administrar un prostíbulo. Este secuestro fue una especie de detonante. China, que es un importante aliado de Pakistán, comenzó a protestar por la pasividad del gobierno de Musharaf.

Y surgieron las críticas de opositores internos y, como era de esperarse, de los aliados occidentales. Entonces, el gobierno decidió sitiar la Mezquita, para desbaratar a este grupo.

EC -  El domingo también hubo un asesinato de tres ciudadanos chinos, ¿no es así?

EL - Sí, en la ciudad de Peshawar, al noroeste de Pakistán. En realidad, se desconoce el motivo del asesinato. Pero las autoridades señalaron que podría tratarse de un acto de venganza por la operación emprendida por las fuerzas de seguridad paquistaníes contra los ocupantes de la Mezquita Roja.

EC - ¿Y hoy llegó el tan anunciado asalto final de la Mezquita por parte de las tropas paquistaníes?

EL - Desde hace unos días, Musharraf venía advirtiendo que los militantes que se encontraban en el interior de la mezquita iban a morir si no se rendían. En los últimos días ya se habían rendido unos 1.000 estudiantes. Un dato de color, por llamarlo de alguna forma, uno de los líderes de la mezquita, uno de estos hermanos que mencionábamos recién, intentó escaparse en medio de los estudiantes pero fue detenido.

Intentó salir camuflado, disfrazado de mujer, debajo de una burka, la vestimenta típica de las mujeres usulmanas. Su hermano permanece dentro de la mezquita y dijo que prefería el "martirio" antes que la rendición.

EC - Y este fin de semana, las fuerzas de seguridad intensificaron el cerco de la mezquita y explotaron algunos muros perimetrales o sea que el asalto final se veía venir.

EL - La cuestión es que no se sabe quiénes están dentro del recinto, si todos están compenetrados con la causa de los líderes religiosos de la Mezquita o si hay estudiantes tomados como rehenes. Entonces, lo que se temía era un baño de sangre que pudiera desatar una ola radical en todo el país que pusiera en riesgo al gobierno dictatorial de Musharraf.

Sin lugar a dudas, Musharraf estaba en una encrucijada: defender su imagen ante Occidente, sin poner en riesgo su liderazgo interno. Hasta ahora, había logrado una especie de equilibrio. La incursión armada está ocurriendo en estos momentos, así que tendremos que estar atentos a su saldo.