Barcelona va por un acuerdo que reduzca emisiones de CO2
Este lunes comienza en Barcelona la última reunión preparatoria de la Cumbre de Copenhague, sobre el cambio climático. La misma se llevará a cabo en la Fira Gran Vía.
Por Gonzalo Sobral, enviado especial de El Espectador
Cuatro mil delegados de 180 naciones y 200 organizaciones no gubernamentales tratarán durante cinco días de llegar a acuerdos que puedan refrendarse en diciembre en la capital de Dinamarca.
En Barcelona, tanto los mayores responsables por la contaminación de los gases de efecto invernadero como quienes más sufren su impacto, buscan un primer avance a las negociaciones que comenzaron hace dos años en Bali y que poco han avanzado sobre lo establecido en el protocolo de Kyoto.
La semana pasada, Ivo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático (Unfccc) afirmó que "es físicamente imposible finalizar todos los detalles de un tratado en Copenhague", aunque explicó que debería avanzarse en un acuerdo general "que contemple, al menos, los recortes de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por parte de los países desarrollados, y establecer las cifras que estén dispuestos a transferirles a los países pobres, para que éstos se sumen a la lucha contra el cambio climático".
La Unión Europea, reunida en Bruselas el viernes pasado, reiteró su disposición "a asumir la parte que le corresponda", en un esfuerzo financiero que podría ascender a 150.000 millones de dólares anuales y beneficiaría a los países en vías de desarrollo. Aunque la cifra exacta (y la voluntad final) depende, en gran medida, de lo que la administración Obama esté dispuesta a firmar, para que no se repita la historia de Kyoto.
El jefe de la delegación uruguaya en la reunión, Daniel Rueda, del Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, comentó a El Espectador que Uruguay "ve con preocupación las indefiniciones de las grandes potencias de cara a Copenhague. Tenemos una actitud cooperante, ya estamos trabajando en la mitigación de las emisiones aún cuando no recibimos contrapartidas y sufrimos la variabilidad climática. En los últimos años hemos incorporado energías renovables, llegando este año al 9% de la generación por ese camino", explicó.
Las organizaciones ecologistas ya se han hecho sentir en Barcelona, cuando en la tarde del sábado un millar de manifestantes marcharon por la parte antigua de la ciudad exigiendo a los gobernantes una rápida puesta en marcha de los acuerdos firmados en torno a la reducción de emisiones. Como parte de estas protestas, Greenpeace ya tiene atracado en el puerto al mítico Rainbow Warrior.
Foto: Fira Gran Via, Barcelona (local donde se desarrollará la cumbre)