Concluyó Barcelona
Sin acuerdos de fondo, quedan muchas interrogantes de cara a la Cumbre de Cambio Climático de Copenhague.
La reunión de Barcelona terminó sin los acuerdos que podían convertir la Cumbre de diciembre en la capital danesa en una clara señal del compromiso con el cambio climático por parte de los líderes mundiales.
Tras cinco días de negociaciones de perfil técnico es poco lo que se ha sacado en limpio en los grandes temas: reducción de emisiones, financiación de los planes de mitigación y transferencia de tecnología.
Mientras los países integrantes del Grupo77 y China denunciaron que "ningún compromiso de los países desarrollados ha sido tomado acá. Y eso sucede aunque hemos manifestado nuestro malestar" y reclamaron "un compromiso mayor de Estados Unidos y que la Unión Europea (UE) reduzca sus emisiones más de un 30%", el secretario ejecutivo de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Ivo de Boer reiteró su pedido de "mayor compromiso y ambición para lograr acuerdos en Copenhague", al tiempo que espera alguna señal desde la administración Obama.
Hay que recordar que los países del G77 se comprometen a reducir sus emisiones en un 40% para 2020, tomando como base 1990, tal cual lo establece el protocolo de Kyoto, mientras que la UE no quiere comprometerse por encima del 30%.
La respuesta del jefe de la misión norteamericana no sumó calma a la difícil coyuntura. "Sabemos que los demás esperan cifras de nuestra parte", expresó Jonathan Pershing en conferencia de prensa, al tiempo que explicó que si bien es posible que la cifra aparezca antes de Copenhague, tampoco es seguro que eso suceda.
La reacción desde las ONG ambientalistas no se hizo esperar. En entrevista con El Espectador, José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, afirmó que ""es preocupante que no se avance en la línea de lo que se necesita con Copenhague. Los países desarrollados, fundamentalmente Estados Unidos, no han avanzado en la línea de reducción de emisiones. Todo bajo la excusa que ésta fue una reunión de técnicos, pero los técnicos han hecho su trabajo. Los que están fallando son los políticos".
García explicó la necesidad de que los líderes mundiales tomen la palabra y actúen de cara a la reunión de diciembre. "El problema del cambio climático no se resolverá en base a decisiones técnicas. El tema se resuelve si hay voluntad política. No es aceptable excusas como que no hay tiempo. No es un tema de tiempo, es un tema de voluntad. En Kyoto se planteaba la misma disyuntiva. Se decía que había que bajar expectativas para que estuviera Estados Unidos y ellos no lo refrendaron. La lección es clara, hay que mantener las exigencias, con una acuerdo legalmente vinculante, exigente y ambicioso que comprometa a los países más poderosos a reducciones de cara a 2020".
Antonio Hill, analista de Oxfam, concluyó que los técnicos hicieron su trabajo, aunque recordó a El Espectador que la historia se está repitiendo: "Por novena vez en dos años falta la voluntad política de países como Estados Unidos, Canadá y Japón, mientras la UE ha demostrado un compromiso con el cambio climático".
Para él "los negociadores llegan hasta donde les da el mandato que tienen y los países del sur hemos venido cediendo, mientras que el mandato de los industrializados no cambia. Lo que hace faltó es que Obama diera instrucciones precisas a sus negociadores".
Quedan cuatro semanas para Copenhague, donde serán los políticos los grandes protagonistas de la Cumbre. Se asegura que al menos 40 presidentes y primeros ministros dirán presente en el duro invierno escandinavo.