El respaldo con que cuente el Acuerdo de Copenhague determinará cuáles son las posibilidades de que en 2010 se pueda llegar a firmar un documento con carácter legal que vaya más allá de una declaración de intenciones, publica este domingo el sitio web de la BBC de Londres.

El documento, que surgió en la Cumbre de Copenhague, llama a poner límites al promedio de aumento de las temperaturas a 2º Celsius. Sin embargo, el acuerdo es débil ya que legalmente no es vinculante y carece de objetivos claros y puntuales en lo que refiere a la emisión de gases.

De todos modos, pese a la fragilidad que se le adjudica, uno de los puntos en claro hace referencia a que la fecha límite para asociarse es el 31 de enero de 2010.

En este sentido, a los países se les ha pedido que presenten sus lineamientos para recortar emisiones de gases de efecto invernadero.

Se prevé que los países en desarrollo, que serán los principales afectados por este fenómeno, se unan a lo establecido en este acuerdo, "ya que incluye firmes compromisos en financiamientos tanto a corto como a mediano plazo", afirma el sitio.

De acuerdo al secretario de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, la firma del Acuerdo de Copenhague es una declaración de intenciones pero con algunas limitaciones importantes.

"A los países no se les está pidiendo que firmen el acuerdo, no se les está pidiendo que se embarquen en una meta legalmente vinculante. Los países no estarán obligados a dar cumplimiento a la acción que presenten ante el Secretariado. Será una indicación de sus intenciones, y como dije, esta es una herramienta importante para avanzar en las negociaciones", señaló.