La segunda semana, la definitiva, comienza este lunes en Bonn. Este encuentro forma parte de la denominada Convención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas.

Esta reunión es decisiva en lo que refiere a la discusión de un nuevo texto que incluya lo que fue acordado el año pasado en Copenhague. En esta oportunidad existe la esperanza de que a la conferencia de Cancún, en el mes de diciembre, se pueda llegar con un documento base fuerte que sea sustitutito del Protocolo de Kyoto, que vence en 2012.

Sin embargo, las voces no son unánimes. El holandés Yvo de Boer, quien ha sido secretario ejecutivo de la Convención de Nacionales Unidas para el Cambio Climático durante los últimos años y que deja su puesto el 1º de julio, asegura que no ve demasiados avances. Cree que Cancún será un fracaso similar al de Copenhague.

Por otro lado, la costarricense Christiana Figueres, quien sustituirá a De Boer, afirma que sigue trabajando para vencer los escollos por los que atraviesa este proceso de negociaciones. Afirmó que quiere que se consiga en Cancún un acuerdo importante.

A esta altura también se retoma el debate sobre quién pone el dinero, quién lo va a utilizar y para qué. Desde la Unión Europea se aseguró que para este año está disponible casi la totalidad de los aproximadamente 2.400 millones de euros con los que el organismo se había comprometido en la cumbre pasada.

Las autoridades señalaron que el monto no se va a ver afectado a pesar de la difícil situación económica que están atravesando algunos países del viejo continente.