No hay indicios de nueva fuga
La fuga de petróleo en el Golfo de México paró hace dos días y no se ha detectado otras filtraciones.
Esto ocurre en momentos en que los estadounidenses esperan el diagnóstico final antes de dar por finalizado el desastre de la marea negra.
El grupo británico BP afirmó el sábado que "no hay indicios" de que haya una fuga de petróleo en el golfo, dos días después de instalado un artefacto similar a un embudo para sellar el flujo de crudo de forma definitiva.
Causante del derrame tras su avería en abril por la explosión y posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, el pozo resiste bien al cerramiento de válvulas que logró frenar el jueves el vertido de petróleo al Golfo de México, anunció este sábado la empresa.
"No hay ninguna evidencia" de que el pozo "no resista". Es decir, no hay ningún indicio de nuevas fugas desde el pozo, que alcanza una profundidad de cuatro kilómetros bajo el nivel del mar, dijo el vicepresidente de BP, Kent Wells, durante una conferencia de prensa.
La presión en el interior del pozo, que estaba completamente cerrado el jueves a las 20H25 GMT por primera vez desde el comienzo del derrame de petróleo el 20 de abril, ha seguido aumentando, lo cual es "una buena señal", explicó.
"El hecho de que la presión sigue aumentando nos da más confianza de que la prueba funciona", dijo Wells. Los datos se encuentran "absolutamente" dentro del rango previsto por los ingenieros, añadió.
De todas formas, Wells advirtió que las pruebas no finalizaron y que hace falta aún esperar antes de sacar conclusiones definitivas. En ese sentido, esbozó la posibilidad de reabrir el pozo por un corto periodo con el fin de reducir la presión en su interior.
El derrame, la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos, se detuvo cuando las válvulas de un nuevo embudo instalado el lunes fueron cerradas, cerca de tres meses después del naufragio de la plataforma Deepwater Horizon gestionada por la petrolera británica BP, tras una explosión que dejó once operarios muertos.
Los residentes de la región, cuyos medios de vida se interrumpieron por el derrame en muchos casos, oscilan entre la alegría y el miedo de que la fuga vuelva a aparecer con más fuerza.
Una de las principales preocupaciones es la posibilidad de que, atrapado en el pozo tapado, el petróleo comprimido termine por crear grietas y se vierta de nuevo al mar.
Pero el presidente, Barack Obama, el viernes se mostró cauto. "El nuevo embudo es una buena noticia", dijo a la prensa en la Casa Blanca, y agregó que "es importante que no nos adelantemos" pese a que "hay mucha información en los medios que parece indicar que esto (la contención) se ha logrado".
Fuente: AFP
Foto: BP