Iceberg a la deriva: alarma sobre nivel de los mares
Se desprendió de Groenlandia la semana pasada. Ahora, los científicos advierten sobre los peligros de un deshielo acelerado de sus glaciares y una preocupante subida de las aguas.
De una superficie superior a 250 kilómetros cuadrados cuatro veces la talla de Manhattan el inmenso bloque de hielo deriva tranquilamente hacia el Sur desde el 5 o 6 de agosto y podría bloquear temporalmente la circulación en el estrecho de Nares, entre el oeste de Groenlandia y la isla canadiense de Ellesmere, aunque sin llegar a constituir una amenaza para los grandes mercantes.
Sin embargo, más alarmante, según los expertos, resulta que esta fractura del glaciar Petermann la más importante registrada en el Ártico en los últimos 50 años deja entrever consecuencias graves para el calentamiento en Groenlandia.
"Es una señal que manda el Ártico, conforme a los esquemas del calentamiento mundial", estimó Ted Scambos, científico del Centro norteamericano de Datos sobre la Nieve y el Hielo, en Colorado. El especialista en glaciares Konrad Steffen, de la Universidad de Colorado, agregó que "es una señal de alarma que recuerda que los cambios son perceptibles".
El glaciar de Groenlandia retiene suficiente agua congelada como para aumentar por lo menos cinco metros el nivel de los mares en caso de deshielo pero, claramente, eso no sucederá inmediatamente y en un solo acto. Sin embargo, las estimaciones sobre su posible subida de aquí al final del siglo no paran de revisarse al alza.
Hace unos años, el consenso entre las decenas de científicos atribuía gran estabilidad al casquete. Hoy, consideran que el deshielo, fruto del calentamiento, elevaría el nivel de los mares por lo menos entre 50 centímetros y un metro de aquí a 2100, suficiente para sumergir las grandes ciudades costeras y echar a cientos de millones de habitantes de sus casas.
Steffen explicó: "El casquete sigue perdiendo volumen a un ritmo acelerado. Perdemos 350 kilómetros cúbicos al año. Más del doble del hielo contenido en todos los glaciares alpinos".
La desintegración del Petermann en el mar es en sí mismo un proceso natural: "Cientos de glaciares groenlandeses de todas las tallas vierten en los fiordos el exceso de hielo que producen y, de vez en cuando, estas lenguas que se precipitan al agua acaban rompiéndose. También hay que tener en cuenta la variabilidad natural y no atribuir todo al cambio climático", señala Ola Johannessen, de la Universidad de Bergen, en Noruega.
Pero esta brecha es excepcional y el caso del Petermann refuerza un principio de consenso entre los científicos: la principal causa de deshielo de los glaciares es el hecho de que es el océano el que está más caliente y no la temperatura del aire. "Una vez calentado el océano, su inercia es muy superior a la del aire, que dura 10 días. En los océanos puede durar décadas. Percibir los cambios lleva años, pero cuando llegan, perduran", advierte Steffen.
La cientifica Trudy Wohlleben, quien descubrió el bloque de hielo la semana pasada, dijo que "si bien puede amenazar barcos o plataformas petroleras, e incluso romperse como está previsto en varios grandes pedazos, el peligro no es inminente: la isla flotante debería demorar "entre uno y dos años para alcanzar la costa de Canadá", precisó.
Fuente: Radio Francia Internacional