La UE de cara a Cancún
A tres meses de la Cumbre de Cambio Climático de Cancún, la comisaria europea de Acción por el Clima muestra el proyecto regional para lograr el éxito.
"Un proyecto de la Unión Europea (UE) sobre cambio climático para el éxito en Cancún
Por. Connie Hedegaard, Comisaria Europea de Acción por el Clima.
Alcanzar un acuerdo internacional sólido sobre el cambio climático sigue siendo una prioridad central para la Unión Europea. A nivel mundial, la década pasada ha sido la más calida registrada, y datos recientes muestran que a lo largo del mundo, de enero a mayo de este año, los primeros cinco meses fueron en promedio los más calurosos alguna vez registrados desde que se comenzó a llevar registros en 1880. La reciente ola de calor en Rusia, las inundaciones en Pakistán y la sequía en China son desgraciadamente, consecuencia del aumento en la frecuencia y severidad de fenómenos atmosféricos severos que dan una muestra de lo que traerá el cambio climático.
El mes pasado [julio], un reporte oficial holandés deslindó al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de cualquier error que hubiese descalificado las conclusiones principales del reporte de 2007 sobre posibles impactos regionales por el cambio climático. El cambio climático no desaparecerá, no importa lo que una minoría de escépticos quiera que creamos.
En la conferencia sobre cambio climático en Copenhague celebrada en diciembre del año pasado, la mayoría de los países reconocieron que el calentamiento global necesita mantenerse por debajo de los 2° C con la finalidad de prevenir los impactos más severos y potencialmente catastróficos del cambio climático. Esto requerirá un esfuerzo internacional coordinado, en la forma de un esquema fuerte y legalmente vinculante sobre el clima.
La Conferencia de Copenhague logró algunos progresos en esta dirección. El Acuerdo de Copenhague aunque no es vinculante, por ejemplo, condujo a todas las grandes economías a establecer compromisos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero o a tomar acciones para regularlos. Asimismo, el Acuerdo incluye compromisos por parte del mundo industrializado para proporcionar cerca de 30 mil millones de dólares para el financiamiento durante los siguientes tres años del 2010 al 2012, para ayudar a las naciones en desarrollo más pobres y las más vulnerables, específicamente, para que lleven a cabo una "rápida aplicación" en el combate a las emisiones de gas de efecto invernadero y en la adaptación al cambio climático. Casi una tercera parte de este financiamiento provendrá únicamente de la Unión Europea, y estamos ya cumpliendo nuestros compromisos.
En el 2007, la Unión Europea se dio a sí misma una ventaja al comenzar el desarrollo de la economía mundial de bajo carbón, (y con ello el crecimiento y empleos que la acompañarán) al comprometerse de manera unilateral a recortar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 20% por debajo de los niveles de 1990 para el 2020. La UE está lista para expandir nuestra reducción hasta alcanzar el 30% si otras grandes economías hacen su parte. Esta oferta permanece en la mesa de negociaciones. Para el largo plazo hemos establecido la meta de recortar nuestras emisiones, junto con otros países industrializados, de un 80 al 95% por debajo de los niveles de 1990 para el 2050.
La Conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas de este año, a llevarse a cabo en diciembre en Cancún, México, debe mantener el ritmo e impulso sin precedentes, surgidos en la preparación de la Conferencia de Copenhague. Europa está lista para decisiones ambiciosas en Cancún. La Conferencia necesita alcanzar acuerdos en una serie de temas que engloben los progresos alcanzados hasta ahora, incluyendo asuntos institucionales, y que siente las bases para un esquema legalmente vinculante sobre el clima que sea acordado tan pronto como sea posible.
Este conjunto de decisiones podría incluir áreas como la cooperación tecnológica, un esquema para la adaptación al cambio climático, un esquema global para la reducción de emisiones provenientes de la deforestación tropical, nuevos mecanismos para el carbón, y la construcción de capacidades en los países en desarrollo.
Esto último está relacionado con otro importante asunto, la transparencia en cómo medimos, reportamos y verificamos nuestros esfuerzos. El Acuerdo de Copenhague ya tomó en cuenta este tema, pero necesita ser desarrollado por parte tanto de los países industrializados como de los países en vías de desarrollo. Estos proyectos concretos pueden ser financiados a través del compromiso de financiamiento de "rápida aplicación" contenido en el Acuerdo de Copenhagen.
Como lo hemos aclarado repetidamente, la preferencia de la UE es por un esquema legalmente vinculante sobre el clima mundial que debería tomar la forma de un nuevo tratado. Estamos, no obstante, abiertos a considerar un segundo periodo de compromisos bajo el Protocolo de Kyoto que se centre en que otros grandes emisores se comprometan a llevar a cabo su parte en un esfuerzo global sobre emisiones como parte de un acuerdo más amplio, y que las debilidades en el Protocolo que actualmente minan su integridad ambiental sean solucionadas.
La última ronda de las negociaciones internacionales, realizada en Bonn durante la primera semana de agosto, logró buenos avances hacia nuevos compromisos de las Partes para el Protocolo de Kyoto, pero esto no fue igualado en las negociaciones paralelas sobre la acción de cooperación a largo plazo de parte de todos los países. Necesitamos de manera urgente que los Estados Unidos y los países en desarrollo, especialmente las grandes economías emergentes, se comprometan de manera más enérgica en acciones y objetivos de mitigación.
Un segundo periodo de compromisos bajo el Protocolo de Kyoto por si solo, y sin corregir sus debilidades, no daría ninguna garantía de mantener el calentamiento global por debajo de los 2° C. La atención central del Protocolo sobre los países industrializados, y la ausencia de los Estados Unidos, significa que el Protocolo compromete a los países que representan únicamente el 30% de las emisiones globales en la actualidad. Aún así, el hecho es que el aumento en las emisiones globales está siendo causado cada vez más y más por las grandes economías emergentes, como lo señalan los datos recientes del informe holandés que indican que los recortes en las emisiones de los países industrializados el año pasado fueron completamente superados por el crecimiento de las emisiones en los países en desarrollo de rápido crecimiento.
Sigo convencida que Cancún puede conseguir un resultado ambicioso. El clima lo necesita. La UE está preparada. Espero que otros lo estén también."