Tesoros arqueológicos en peligro por cambio climático
La desertificación, el deshielo, el aumento de las lluvias torrenciales y de los huracanes como consecuencia del cambio climático podrían destruir numerosos tesoros arqueológicos, como templos mayas, alertaron los expertos.
El cambio climático puede destruir numerosos tesoros arqueológicos, como momias descompuestas en Siberia, pirámides hundidas en la arena en Sudán o templos mayas que hacen implosión; aunque también puede dejar al descubierto nuevos hallazgos como "Oetzi", guerrero de la edad de piedra encontrado en 1991 en un glaciar alpino.
El deshielo, por ejemplo, amenaza los restos de los kurganes, tumbas de la época de los Escitas, en Asia Central, aseguró Henri-Paul Francfort, que dirige una misión francesa en esta zona para estudiar los restos de esta civilización nómada en las montañas de Altai en Siberia.
"El permafrost, una capa de tierra constantemente helada que los conservó hasta ahora, se funde y amenaza con descomponer los cuerpos momificados, tatuados, enterrados con caballos sacrificados, pieles, objetos de madera, vestidos", explicó este experto.
"Si no nos anticipamos muy pronto será demasiado tarde", alertó el arqueólogo, que confirmó un deshielo muy importante en el Ártico en 2010.
El calentamiento, sin embargo, puede tener el efecto contrario. En el Tirol italiano, "es sin duda el retroceso de un glaciar el que permitió descubrir un día a Oetzi, un guerrero de hace 5.300 años. El retroceso de los glaciares, especialmente en Noruega, saca a la luz con frecuencia otros vestigios", justificó.
Otro motivo de inquietud es el aumento del nivel de los mares. Según los últimos datos de los científicos, el nivel del agua aumentará un metro de ahora al 2100, amenazando regiones costeras enteras.
"El aumento de las aguas en ciertas islas del Pacífico provocará ineludiblemente la destrucción de todos estos sitios costeros. En Tanzania, la erosión marítima ha destruido ya un muro del fuerte de Kilma, construido por los portugueses en 1505", denunció Francfort.
En Bangladesh, la ciudad de Panam-Sonargaon, centro del reino de Bengala de los siglos XV al XIX y uno de los 100 lugares en peligro según la Unesco, se inunda frecuentemente por las crecidas de las aguas.
La multiplicación de los fenómenos climáticos extremos, "especialmente los ciclones con cargas de agua excepcionales que caen en tiempos récord", preocupa también a los arqueólogos, según Dominique Michelet, especialista francés en arqueología de América.
Michelet citó los casos de Chan Chan, capital del antiguo reino chimú y la ciudad más grande de la América precolombina (Perú), castigada por las inundaciones provocadas por El Niño, y el del templo maya de Tabasqueno (México), destruido por los huracanes Opalo y Rozana en 1995, aunque restaurado posteriormente.
"Los arqueólogos habían estabilizado el templo principal, pero los edificios se inundaron de agua e implosionaron", explicó.
Vincent Charpentier, del Instituto francés de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP), especialista en sitios costeros, confirmó esta amenaza: "En el sultanato de Omán, los ciclones Gonu en 2007 y Phet el pasado verano (boreal), han enterrado en arena lugares de 5.000 a 6.000 millones de años antes de nuestra era".
La arena es uno de los peores enemigos de los restos antiguos, especialmente en los desiertos. En Sudán, las dunas que rodeaban la ciudad de Meroe, capital del reino de Nubia (del siglo III a.C al IV d.C), atacaron las pirámides y las han enterrado.
Michelet juzgó "indispensable un trabajo de puesta en alerta que debe ir más allá del inventario de sitios amenazados catalogado por la Unesco".
Fuente: AFP