Medio Ambiente

Éxito en Cumbre del clima de Cancún a pesar de Bolivia

Éxito en Cumbre del clima de Cancún a pesar de Bolivia

Más de 190 países reunidos en la conferencia del clima de Cancún (México) adoptaron el sábado, con la objeción de Bolivia, un paquete de medidas para combatir el calentamiento global y devolver credibilidad a la negociación climática tras el fracaso de Copenhague.

En medio de ovaciones y emocionados aplausos, y tras dos semanas de arduas negociaciones, la presidenta de la conferencia, la canciller mexicana Patricia Espinosa, proclamó hacia las tres de la madrugada la aprobación de los documentos.

Bolivia fue el único país que se opuso al acuerdo, alegando su falta de ambición en la lucha contra el calentamiento global y ausencia de las propuestas realizadas por la conferencia climática de los pueblos, realizada en su país en abril.

"Nosotros somos representantes de un país pequeño pero un país que tiene principios, que no vende su soberanía, que habla por los pueblos del mundo, y por eso no estamos de acuerdo con esta decisión; no hay consenso para su adoptación", afirmó el representante boliviano Pablo Solón en un intento de bloquear la decisión.

Sin embargo, Espinosa optó por adoptar los acuerdos al considerar que "la regla del consenso no significa la unanimidad, ni mucho menos la posibilidad de que una delegación pueda pretender imponer un derecho de veto".

El acuerdo está formado por un conjunto de medidas para estimular la lucha contra el cambio climático.

Entre ellas destacan la creación de un Fonde Verde para ayudar a los países en desarrollo, un mecanismo de protección de los bosques tropicales, "fuertes reducciones" de las emisiones de CO2, y garantías de que no haya un vacío entre el primero y el segundo periodo del Protocolo de Kioto.

"Dije que Cancún podría sacar acuerdos y Cancún sacó acuerdos", afirmó el presidente de México, Felipe Calderón. "Se ha dado un paso muy grande en restablecer la confianza de la comunidad internacional en el multilateralismo", consideró.

El proceso de negociación climática bajo la égida de la ONU se vió gravemente desacreditado hace un año en Copenhague, tras una conferencia que sólo logró producir una declaración política sin valor jurídico que fue rechazada por varios países, entre ellos Bolivia, Cuba y Venezuela.

La actitud venezolada fue este año diametralmente opuesta, cooperativa y coconciliadora.

Este acuerdo "nos llena de luz y de esperanza", afirmó la representante venezolana Claudia Salerno, y aseguró que su país trabajará para conciliar la postura de Bolivia.

Gracias a una formulación suficientemente amplia para dar cabida a todas las posiciones, el acuerdo logró superar el principal escollo de la negociación: el rechazo de Japón y Rusia a suscribir una prolongación del Protocolo de Kioto más allá de 2012.

Ese tratado es el único instrumento vinculante que compromete a los países industrializados a reducir sus emisiones de carbono y su continuación es una cuestión de principio para los países en desarrollo.

El acuerdo recoge también la necesidad de limitar a 2º C el alza de la temperatura del planeta. Es la primera vez que una meta de este tipo figura en un acuerdo de Naciones Unidas.

Otro de los resultados de Cancún es la creación un Fondo Verde para financiar la adaptación y las medidas para enfrentar el cambio climático por los países más pobres y vulnerables, que debe llegar a 100.000 millones de dólares anuales en 2020.

Se aprobó asimismo un mecanismo de protección de los bosques tropicales, cuya masiva deforestación provoca el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.

Pese a reconocer los avances logrados en Cancún, las organizaciones ecologistas hicieron hincapié en la necesidad de esfuerzos más ambiciosos.

"Cancún pudo salvar el proceso pero todavía no salvó el clima", afirmó el director de políticas climáticas de Greenpeace, Wendel Trio, pidiendo mayores esfuezos en el futuro.

Las decisiones de Cancún deben constituir los cimientos de un nuevo tratado internacional más ambicioso en la lucha contra el calentamiento, idealmente en la próxima conferencia, a finales de 2011, en Durban (Sudáfrica).