Entrevistas

Germán Riet (Ancap): "Una falla del material" provocó el derrame de petróleo en Jaureguiberry

Consultado por En Perspectiva, el vicepresidente de Ancap, Germán Riet, dijo que el derrame de petróleo sucedido el sábado en Jaureguiberry, Canelones, "obviamente" ocurrió por "una falla del material", y descartó que haya habido errores de gestión. En este sentido, el jerarca confirmó que cuando la manga de petróleo reventó estaba bajo una presión normal. Además, dijo que esto ya había pasado "hace unos años" y que Ancap está en juicio con un proveedor internacional de artículos de goma. Por otra parte, explicó que "lo que se hace en cualquier derrame en tierra es realizar cateos continuos durante meses y años para ver qué va ocurriendo".


(emitido a las 7.34 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
La boya de José Ignacio fue una de las mayores obras de la dictadura. Está instalada en Maldonado a casi 4 kilómetros de la costa y cuenta con un oleoducto que conecta los 166 kilómetros que la separan de la refinería de La Teja en Montevideo.

Es de acero especial, está enterrada a unos 40 centímetros bajo tierra y normalmente se envían 8.000 metros cúbicos de petróleo por día, aunque en realidad su capacidad es mayor: 12.700 metros cúbicos.

Sobre las 17.00 horas del viernes se produjo un derrame de petróleo mientras se realizaban tareas de mantenimiento en la zona de Jaureguiberry. Varias cifras indican que lo que se derramó fueron unos 100.000 litros de crudo.

Estamos con Germán Riet, vicepresidente de Ancap. ¿Cómo es el estado de situación a esta hora? ¿El problema está totalmente controlado?

GERMÁN RIET:
La pérdida se cerró. Como bien se informaba, comenzó entre las 17.00 y las 18.00 horas, y a las 22.15 ya se había cerrado. El petróleo que se derramó desde el oleoducto pudo ser contenido con una barrera de arena y un gran zanjón con varios pozos conectados entre sí. La segunda fase era retirarlo, para que ese petróleo no drenara rápidamente hacia capas más profundas. Esa fase se cumplió entre la noche del viernes a las 22.00 horas y el mediodía del sábado. En ese período se terminó de retirar la mayor parte del crudo, que se recuperó en esos pozos. Posteriormente los pozos se taparon con arena y tierra limpia. Lo que ha quedado pendiente durante la tarde del sábado y el domingo son algunas manchas de petróleo que había sobre las aguas del Solís y que el viento las ha ido arrimando hacia la costa, pero en esto se trabajará durante los próximos días. Esto sucedió del lado de Canelones en Jaureguiberry, pero por suerte el viento había llevado estas manchas hacia la costa. No decantaron el río, sino que están decantando sobre arenas del lado de Maldonado. Se estuvo trabajando en la tarde del sábado y ayer recogiendo la arena sucia con palas y bolsas y cargándola en camiones para deponerlas en el lugar que dispuso la Intendencia de Maldonado.

JAE – ¿Está claro cuánto petróleo se derramó?

GR – No, ese es un cálculo...

JAE - ...Se estuvo manejando la cifra de 100.000 litros. ¿Qué tipo de cálculo es ese?

GR – Es un cálculo aproximado en función de lo que se pudo rescatar en los camiones de Ancap. Eso sí se pudo medir. Es el crudo que se recuperó y se llevó de vuelta a la planta de José Ignacio y lo que se estima que se perdió porque fue absorbido por la arena, por la tierra o por el agua.

JAE - ¿Qué fue lo que pasó?

GR – En realidad, el oleoducto no se rompió. Hay dos válvulas para bloquear el oleoducto a ambas márgenes del río, seguramente porque la cañería va por arriba del agua. Si se produjera un derrame, esto permite bloquear el oleoducto desde los dos lados del río. Si se produjera una rotura del caño en su cruce del río, el derrame sería mínimo. En esas válvulas también hay unas cámaras de cemento de unos tres metros de ancho, tres metros de largo y unos tres metros de profundidad donde el oleoducto tiene una bomba que permite conexiones y tiene una válvula que bloquea el flujo. A ambos lados de la válvula tiene dos conexiones que permiten conectar cañerías de goma para permitir vaciar un tramo del oleoducto hacia el otro lado, o en cualquiera de los dos sentidos, a los efectos de hacer una reparación si hay una rotura, etcétera.

JAE - ¿Qué pasó con esa manga en particular? Lo que también se ha informado es que soporta una presión de hasta 20 kilos de combustible, pero en ese momento se estaba trabajando a siete kilos.

GR – Entre cuatro y siete kilos. Entonces se estaba haciendo esa maniobra y la manga que era nueva se abrió, reventó, y...

JAE - ...Pero reventó con bastante menor presión de la que supuestamente debería soportar.

GR – Exacto, y empezó a derramarse crudo rápidamente...

JAE – ...¿Es un problema de material o hubo un problema de gestión?

GR – En principio parecería ser un problema de material, porque la manga quedó conectada después de que se vació. Fue el problema que tuvimos en esas cuatro horas entre las 18.00 y las 22.00. Lo importante era vaciar la cámara para poder entrar en ella y cerrar las conexiones a la manga de goma para que no siguiera saliendo crudo. Después que se hizo eso se vació, se limpió, y la manga está correctamente instalada. Lo pude ver con mis propios ojos, entonces obviamente hubo una falla del material.

JAE – ¿Y qué va a hacer Ancap después de ese diagnóstico?

GR – Ahora lo tendrán que...

JAE – ...Lo digo porque hay un proveedor que está atrás, que hizo las instalaciones y vendió eso. También debe haber otras partes del oleoducto en la misma situación. ¿Qué es lo que va a hacer Ancap a partir de esto?

GR – Esas mangas no están colocadas allí permanentemente, sino que las lleva allí el equipo que va a hacer el mantenimiento. Las coloca y las saca en cada ocasión, por eso sabíamos que estaba en buen estado y que era nueva. Ahora, cuando se hagan los análisis en el laboratorio y los técnicos lo vean, veremos las condiciones de compra y qué se hace con el proveedor. Yo le contaba a un periodista durante el fin de semana que ya habíamos tenido problemas y que ya no son mangas o mangueras, sino que los que se usan para conectar la boya petrolera con los barcos se llaman manguerotes. Son de otra capacidad de presión. En ambos extremos tienen metal para poder conectarlos con tornillos, tanto hacia la boya petrolera como hacia los barcos. Ya había habido una falla hace unos años. Estamos en un juicio; es un proveedor internacional de artículos de goma muy conocido, neumáticos, etcétera, y hay varias empresas importantes de la región: YPF argentina, ENAP de Chile, Petrobras de Brasil. Somos nosotros y otros que tuvimos el mismo problema, y con esa empresa, que ya estaba cuando nosotros ingresamos a Ancap en el 2005, estamos en un juicio conjunto. Esta semana hay una instancia de conciliación en Londres. Ir contra un proveedor de esta naturaleza es complicado. En este momento yo no sé si esta manga es de este mismo proveedor. Lo quiero aclarar, pero se analizará la situación según las condiciones de compra, etcétera.

JAE – ¿Ya hay alguna decisión tomada por parte de Ancap en relación al mantenimiento?

GR – Por ahora, lo que se ha hecho es resolver la situación y priorizar lo que se va a seguir haciendo en estos días y en las próximas semanas, como la remediación de los problemas de medio ambiente que allí se provocaron.

JAE – Frente a eso ya dijo que van a continuar los trabajos en el día de hoy, pero ¿qué más se puede hacer?

GR – Lo que se hace en cualquier derrame en tierra es realizar cateos continuos durante meses y años para ver qué va ocurriendo: si el líquido derramado va drenando hacia lugares más profundos y se buscan remediaciones del suelo profundizándolo o cambiando más la tierra si es necesario. El trabajo de vigilancia del terreno afectado dura mucho tiempo.

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JAE – En estas horas se han generado muchos comentarios a propósito de cómo se actuó después de conocido el incidente, porque se trabajó en forma inmediata y con diferentes reparticiones que estuvieron involucradas en el ataque a este problema. Por allí surge como antecedente un dato interesante y positivo: en noviembre de 2010, Ancap y la Armada casualmente habían realizado un simulacro de derrame de petróleo en el arroyo Solís Grande, un ejercicio que consistió en colocar barreras de contención para lograr retener el petróleo, que fue lo que se necesitó y lo que tuvo que hacer el equipo técnico el viernes ante este accidente ocurrido mientras se realizaba el mantenimiento de este oleoducto. En esa oportunidad, el ejercicio se simuló con que el derrame era producido por una avería del oleoducto, y para su contención se desplegaron barreras de playa y de contención de última generación que habían sido recientemente adquiridas. Al igual que el viernes pasado, del ejercicio participó la subprefectura de La Floresta. Una de las diferencias fue que en noviembre, cuando ocurrió el simulacro, había mal tiempo y esto había complicado más la tarea. En realidad, el viernes pasado el tiempo no fue malo, así que la actividad estuvo mejor. En aquel momento, la Armada había informado a través de un comunicado que el ejercicio era muy importante porque permitía adiestrar al personal y extraer conclusiones para mejorar la operativa en situaciones reales, y eso fue lo que finalmente ocurrió.

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