Medio Ambiente

Ecuador apela a la sociedad para salvar a la biodiversidad

Ecuador apela a la sociedad para salvar a la biodiversidad

Unos 250 kilómetros al sureste de Quito, a medio camino entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio, la Amazonia esconde el bosque con más biodiversidad del planeta. Para salvaguardarlo de la perforación petrolera, Ecuador apela a la colaboración de ciudadanos de todo el mundo con el proyecto Yasuní.


En una entrevista con EFE, la responsable de la Comisión Yasuní ITT, Ivonne Baki, de visita en Madrid, explica las claves de esta iniciativa por la que el Gobierno de Ecuador pide 3.600 millones de dólares para conservar la "joya" más preciada de sus ecosistemas y no extraer los 846 millones de barriles de petróleo que yacen en su interior (el 20% de las reservas del país).

¿Por qué hay que conservar Yasuní?
Porque su millón de hectáreas es el lugar de mayor biodiversidad del planeta. En la última glaciación el cambio climático no afectó allí y en Yasuní se refugiaron todas las especies, impidiendo que se convirtiera en una pradera como el resto de la Amazonía. En una hectárea de Yasuní hay más biodiversidad que en toda Canadá y Estados Unidos juntos, allí viven varias comunidades indígenas en aislamiento voluntario.

¿Por qué no lo preservan directamente de la explotación petrolera?
Eso sería viable si Ecuador fuera un país que tuviera recursos para su pueblo, pero dependemos del petróleo, que es la principal fuente de ingresos, y no tenemos capacidad económica para dar el paso hacia un modelo renovable.

¿Cuánto piden por conservar Yasuní?
3.600 millones de dólares en los próximos 12 años, que es la mitad de lo que Ecuador hubiera ganado sacando el petróleo hace 4 años, cuando arrancó el proyecto. Hoy hubiera sido mucho más, unos 14.000 millones. Lo que pedimos es mínimo comparado con los daños que supondrían la emisión de los 410 millones de toneladas de CO2 que generaría el fuel de Yasuní. Y Ecuador es el que más pone, la mitad del total. Un esfuerzo grandísimo para el país.

¿Cómo se gestionará el dinero?
Existe un fondo de fideicomiso gestionado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el que hay representantes del Gobierno de Ecuador, comunidades indígenas y de otros países como España o Italia. El dinero recaudado irá a proyectos de energías renovables, para que Ecuador abandone la dependencia de los combustibles fósiles, y a reforestación.

¿Cuánto aporta España?
Ya ha aportado un millón y habrá otros cinco en los próximos 3 años.

¿Por qué cree que países comprometidos económicamente con el proyecto, como Alemania, se están echando atrás?
Porque quizá lo vean como un precedente negativo. Pero en Alemania existe muchísima presión de la sociedad civil y de los parlamentarios para que el Gobierno se comprometa con Yasuní. El apoyo de los jóvenes y de la sociedad civil a esta iniciativa es impresionante. En Francia se ha creado un grupo llamado "Viva Yasuní".

Para seguir adelante con el proyecto tienen de meta lograr 100 millones de euros antes de 2012. ¿Cómo va el contador?
Estamos en 60 millones, pero somos muy optimistas. Acabamos de abrirlo a la sociedad civil, sector empresarial, etc, y la respuesta ha sido muy positiva. La vicepresidenta del Banco de Canadá en Estados Unidos nos ha donado su sueldo de un año (150.000 dólares).

¿Qué pasará con las donaciones si finamente acaban perforando en Yasuní?
Entregamos un certificado de garantía de retorno. Si otro Gobierno decide explotar ese petróleo, se devolverá el dinero.

¿Cuál es el "plan B" del presiente de Ecuador si no consigue esos 100 millones?
Para Rafael Correa sólo hay plan A. El 31 de diciembre revisaremos la evolución de los aportes, y la Cumbre Río+20 en 2012 será otro punto de inflexión para ver la reacción del mundo hacia esta iniciativa.

Las petroleras llevan 50 años destrozando sus recursos naturales, ¿Por qué han actuado tan tarde?
Por falta de conocimiento y de comunicación sobre ese daño. Ahora hay más conciencia.