Según un informe de la revista "Nature", un grupo de investigadores advirtieron que si no se toman las medidas necesarias, la humanidad se enfrentará a un panorama desolador, en donde no habrá suficiente alimentos y agua potable, habrá sequías, se extinguirán especies, y habrá migraciones masivas en busca de un lugar mejor.

El crecimiento de la población y, por consiguiente, del consumo, y la destrucción de ecosistemas naturales son algunas de las causas de este diagnóstico. A eso hay que añadirle el aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Desde el último cambio climático que transformó la tierra, hace 14.000 años, el planeta se ha mantenido estable hasta el desarrollo de la civilización humana. La tasa de crecimiento de la población anual es de 77 millones de personas.

"Hay grandes posibilidades de llegar a un punto de no retorno, catastrófico, para el que no hay marcha atrás, y las consecuencias pueden ser enormes para nuestra calidad de vida como especie. Tendremos problemas muy grandes», afirma a ABC Jordi Bascompte, biólogo de la Estación Biológica de Doñana, uno de los investigadores del trabajo.

Si se continúa con este ritmo, se estima que para el 2025 el 50% de los habitats naturales mundiales estarán destruidos. Por lo que los científicos sugieren que todavía queda algo de tiempo para revertir esta situación.

Para ello, apuestan por frenar el crecimiento de la población, reducir el uso de energía per cápita en los países del primer mundo y optar por los tipos  de energía sustentable, emplear los recursos de forma más racional e intentar proteger las zonas vírgenes de la Tierra.