Advierten sobre peligros de importar animales exóticos
Ranas exóticas escapadas de criaderos fundidos ganaron terreno en el sur del país y se están comiendo a las ranas criollas, que son de menor tamaño.
Esto está produciendo una alteración al medio ambiente que ya no tiene marcha atrás, dijo a El Espectador Melita Meneghel, encargada del Laboratorio de Sistemática e Historia Natural de Vertebrados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
La especialista advirtió sobre los peligros de importar animales exóticos y no tener los recaudos suficientes para asegurar que no se escapen.
Durante un par de décadas Uruguay apostó a la ranicultura y se levantaron proyectos exportadores que terminaron naufragando.
Tras el cierre de estos criaderos, los ejemplares no fueron sacrificados y a los saltos o nadando fueron ganando los charcos aledaños.
Estas ranas de gran tamaño son las llamadas "ranas toro", originarias de América del Norte, que pueden promediar el kilo de peso, y que se caracterizan por su gran hambre.
Principalmente se comen otras ranas, en este caso las ranas criollas. También se comen pájaros y roedores.
Según Menenguel, esta rana se adaptó al clima uruguayo y demostró éxito en su conquista territorial, en desmedro de la fauna autóctona.
Interrogada acerca de cómo empezó la invasión, Menenguel respondió:
"Es una especie que fue criada para llenar determinado tamaño de cuota a exportarse y eso no pasó. La gente que la criaba decidió terminar y en vez de devolverlo lo que hicieron fue largarlas. Es una especie de mucho tamaño es una especia de gran tamaño que se come otras especies. Hay dos lugares en el país donde las ranas se esta reproduciendo por Montevideo y para el este del país".
En lo que refiere al efecto que esta especie puede tener en el medio ambiente uruguayo, la especialista indicó:
"En varios lugares donde se soltaron, al estar compitiendo con otras especies de ranas, ya altera el medio ambiente y agrega otro depredador y consume otros animales. Hay especies de bañado más chicas que una gallina y de ese tamaño para abajo estas ranas se las está comiendo. El riesgo ecológico es complicado y es otro de los posibles trasmisores de hongos que esta liquidando poblaciones anfibias".
Otro peligro con estas ranas son las enfermedades que propagan, particularmente a través de un hongo letal para otros anfibios:
"Todas las poblaciones de anfibios en el mundo están en peligro pero uno de los motivos que se esta estudiando es un hongo en la piel que es contagioso y los termina liquidando. Al compartir charco hay gran posibilidad de que todas se contagien".
Ante esta invasión, Menenguel dijo que lo que se puede hacer es "nada" dado que "no se pueden cazar las razas de a una. Cuando el ser humano mete mano hace estas cosas, por no quererlas matar termina molestando a las demás especies. La consecuencia de tener un supuesto buen corazón para con un animal exótico tiene una gravedad seria".
Mirando al futuro, la especialista sostuvo que hay que tener recaudos de seguridad para que especies exóticas que son reproducidas en criaderos, no se escapen, como pasó con las ranas toro:
"Por eso siempre es grave el importar animales de otra parte del mundo que no existan en ese lugar al que llegan y tener la certeza de que ninguno se pueda escapar. Algunos pueden hacer mínimo daño y tienen costumbres similares a especies autóctonas pero cuando es un animal así de ese tamaño y puede comerse cualquier animal mientras tenga el adecuado tamaño".
Este tema no es nuevo en el país. Por lo menos desde 2008 se está hablando del tema sin la repercusión esperada.