Entrevistas

Milton Machado (OSE): "Estamos estudiando alternativas" a la cuenca del Santa Lucía para abastecer de agua potable a Montevideo

Milton Machado (OSE): "Estamos estudiando alternativas" a la cuenca del Santa Lucía para abastecer de agua potable a Montevideo

En los últimos días ha habido episodios de agua con olor y sabor extraños atribuidos a concentraciones de algas aparecidas en el río Santa Lucía. El presidente de OSE, Milton Machado, explicó a En Perspectiva que el evento se dio por una combinación de ciertas condiciones de temperatura, consecuencia del cambio climático, y por la presencia en el río de sustancias residuales de fertilizantes aplicados a cultivos cercanos a la cuenca. Dijo que es un fenómeno "muy difícil de prever" pero reiteró que no implica riesgos para la salud humana y que al momento está neutralizado. No descartó, no obstante, que el episodio pueda repetirse y adelantó que OSE está evaluando las medidas a tomar ante esa eventualidad. También aseguró que el ente está trabajando en "mejorar el protocolo" para el monitoreo previo y en la posibilidad de buscar "alternativas" a la usina de Aguas Corrientes, a orillas del Santa Lucía, para la generación de agua potable destinada a la capital y el área metropolitana.


(emitido a las 9.00 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En estos días OSE fue noticia debido a que el agua de muchas canillas salía con olor y gusto extraños, un fenómeno atribuido por la empresa a algas que habían aparecido en el río Santa Lucía. El propio presidente de OSE, Milton Machado, reconoció que las algas pueden deberse a que esa fuente de agua tenga altos contenidos de fósforo y nitrógeno residuales de los fertilizantes aplicados a cultivos en la cuenca del río Santa Lucía.

Por ese motivo podría estar cuestionada la calidad de algo tan simple y esencial como el agua corriente que llega hasta nuestras casas. Algo impensable hasta hace pocos años, pero de lo que ahora advierten algunos especialistas, como el catedrático Daniel Panario, que dialogó ayer con a El Espectador.

De estos temas vamos a conversar con el presidente de OSE, ingeniero Milton Machado.

Usted dijo que las algas que provocaron esa agua con mal olor y sabor de la semana pasada son, en parte, promovidas por la presencia en el río Santa Lucía de una alta concentración de fósforo, derivada de la aplicación de fertilizantes en cultivos ubicados en esa cuenca. ¿Cuántas veces ha ocurrido esto en la historia de OSE?

MILTON MACHADO:
Esto es una combinación de determinados efectos que responden en parte a lo que tú estás planteando y de lo que habíamos informado a la población, y también a temas de cambio climático. Aclaremos para la audiencia que no son esas algas verdes de agua salada, del mar, con las que se hacen los buñuelos.

EC - Le pedimos una foto y la ponemos junto con esta entrevista.

MM - Estas algas son microorganismos.

EC - O sea que ni siquiera fotos se pueden tener.

MM - No, no se ven. Se puede ver lo que se llama un fitoplancton, esas pequeñas partículas verdes a veces, pero las características son algas verdeazuladas de la especie de las cianobacterias, ese es el término científico. Estas algas proliferan y se desarrollan en determinadas condiciones ambientales físicas y del agua. Se precisa la combinación de un aporte de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, condiciones de temperatura del agua y claridad, incidencia de los rayos ultravioletas. Es un tema muy difícil de prever, porque la floración, el llamado "bloom" de algas, se da de un momento para otro. Tienen que potenciarse y combinarse estos fenómenos para que se dé el bloom de las algas, que es un fenómeno muy rápido y se reproducen muy rápidamente.

EC - Había algunos antecedentes.

MM - Tenemos antecedentes. En OSE en particular hace cuatro o cinco años en la ciudad de Bella Unión tuvimos un efecto de este tipo, y la solución y lo que indica el protocolo –que fue lo que hicimos en Aguas Corrientes, en todo caso desarrollamos más las medidas tomadas allí– fue colocar carbón activado, que es un elemento que neutraliza, por un mecanismo de adsorción capta esa microbacteria y la precipita, y eso después se filtra. En Bella Unión terminamos colocando filtros de carbón activado que trabajan permanentemente debido a incidencias que hubo y dificultades por la concentración.

EC - Usted también aclaró que esas algas que aparecieron en la zona del río Santa Lucía eran inocuas para el ser humano. ¿Para usted está absolutamente claro que ese fenómeno de las algas no altera la calidad del agua como para afectar a quien la consume?

MM - La calidad del agua, en lo que hace a condiciones de sabor y olor, se afectó.

EC - No es muy tranquilizador tomar agua con gusto a gamexán.

MM - No es agradable, pero nosotros trasmitimos tranquilidad y siempre tuvimos la certeza y la convicción de que el agua era apta para consumo humano. Tomamos las primeras medidas, chequeamos rápidamente para verificar el origen. Este fenómeno es nuevo también porque estas algas no provinieron del embalse de Paso Severino. Muchas veces este fenómeno de algas prolifera en aguas más calmas, quietas, y no en aguas turbulentas o en el torrente del río, pero en particular este caso vino de la zona de Fray Marcos, San Ramón y Santa Lucía y se termina desarrollando en lo que llamamos la olla de la toma de la usina de Aguas Corrientes, la pequeña represa donde tenemos la toma. El tema fue este efecto repentino.
 
EC - Pero yo le insistía y le preguntaba a propósito de qué garantías tiene el consumidor, primero por esto del olor y del sabor, que era muy chocante, pero además por lo que dijo ayer el ingeniero agrónomo Daniel Panario (director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República) cuando se lo consultó aquí en 810 Vivo Mediodía. Panario afirmó que por este tipo de problemas de la semana pasada tomar agua de la canilla "ya no es tan seguro como antes". Incluso sugería que, para estar tranquilos, la solución es instalar a nivel doméstico los filtros de carbón activado que se ofrecen en el mercado. ¿Qué responde usted?

MM - El agua en el Uruguay sigue siendo de un nivel que cumple con toda la normativa internacional en cuanto a seguridad y calidad. Este fue un evento particular, como estamos explicando, aunque sin duda no es agradable sentirle ese olor al agua. Aclaremos que el último evento de este tipo que hubo en el río Santa Lucía fue en el año 1988, hacía 25 años que no se producía un efecto de este tipo. Además nosotros estamos monitoreados por la Ursea (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua) y tenemos coordinación directa con el Ministerio de Salud Pública, donde se hacen los controles. En este caso particular rápidamente chequeamos de dónde venían esas algas, porque pensamos en un principio que podían ser del embalse de Paso Severino, pero no, fue del río en movimiento. Una vez que rápidamente verificamos eso, mandamos a hacer los análisis y le comunicamos a la población que el agua no tenía problemas para consumo humano.

EC – Esto es parte de lo que decía Panario ayer aquí en El Espectador:

"No hay ningún control de la agricultura en la cuenca, en las vías de las que tomamos agua potable. La floración de algas es un problema, los plaguicidas que seguramente están llegando han aparecido en dosis importantes en la toma de OSE. La Laguna del Cisne, que da agua desde Atlántida a Parque del Plata, Costa Azul y La Floresta, está rodeada de cultivos de soja hasta pocos metros del embalse. Si no se controla un poco la agricultura en las fuentes de agua potable, vamos a tener problemas serios con mucha frecuencia."

La pregunta que surge escuchando a Panario es: ¿el problema son las algas, o estas son solo un indicador de algo más serio, de la presencia en el agua de esa cuenca de restos de agroquímicos?

MM - Ahí diferenciemos fertilizantes y agroquímicos. Esto se produce principalmente por los fertilizantes, por esta concentración mayor de los nutrientes que mencionábamos al principio, nitrógeno y fósforo, eso es lo que determina. Pero es cierto, ha habido un cambio de la matriz productiva, se ha desarrollado la agroindustria. Uruguay tuvo una transformación en los últimos cinco, seis, siete, ocho, hasta diez años, que modificó toda la estructura industrial y agropecuaria en esos aspectos. Recordemos que Uruguay era una plaza financiera, la prioridad de este país era ser plaza financiera en toda la década del 90 y principios de este siglo, cuando llegamos a lo que llegamos. Después hubo un cambio estratégico de política en lo que hace a la producción y hoy empezamos a ver los efectos en lo que se visualiza como un Uruguay productivo. Por eso ahora tenemos que tener mucha responsabilidad y ser muy cuidadosos en lograr un equilibrio entre ese Uruguay productivo que desarrolla agroindustrias, mano de obra, innovación y tecnología, y la preservación del ambiente, que no se hipotequen las posibilidades de las nuevas generaciones en lo que hace a nuestros principales recursos naturales, que son la tierra y el agua. Tenemos que conseguir esa compatibilización.

Nuestro referente en el Poder Ejecutivo es el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma). Estamos trabajando en forma muy cercana principalmente con la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente) y la Dinagua (Dirección Nacional de Agua) en lo que llamamos los comités de cuenca; la ley prevé comités regionales y comités de cuenca para que todos los actores institucionales y privados o productores tengan un lugar de reunión, de discusión y coordinación de los procesos y las acciones que toman en determinado territorio en la región. Y la cuenca del Santa Lucía sin duda debe pasar a un nivel prioritario –este evento nos va a ayudar– para incrementar esa coordinación y ver con una responsabilidad mucho mayor qué es lo que se está haciendo en esa cuenca.

En estos comités participan el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Mvotma con sus direcciones, la OSE, participará la Ursea, y las intendencias también son parte de esa "policía sanitaria" que tenemos que generar en la coordinación interinstitucional. Y los productores, que son los que han llevado adelante este desarrollo productivo y tecnológico del país, en el que empieza todo el tema de los transgénicos, de mejorar la producción, de obtener mayor rentabilidad, mayor rendimiento de los cultivos. Todo este desarrollo termina en teniendo efectos de residuos en el suelo, que en presencia de lluvia son arrastrados a las fuentes de agua bruta, a partir de las cuales se potabiliza el agua que suministramos.
    
EC - Enseguida quiero profundizar en eso, en lo que se puede hacer de ahora en adelante, pero quizás la consulta todavía apuntaba a la realidad de hoy. Por ejemplo, ¿OSE tiene forma de medir si el agua que manda a las cañerías tiene elementos derivados de la aplicación de fertilizantes y pesticidas, por ejemplo glifosato? Dejemos el problema de las algas que provocaron el olor y el sabor; ¿en el agua que va por las cañerías no quedan restos de esos agroquímicos?

MM - OSE tiene un monitoreo cotidiano, diario, de todos los indicadores que le permiten establecer si las condiciones del agua la hacen apta para el consumo humano y potable.

EC - ¿Hay informes, hay estudios diarios?

MM - Sí, sacamos muestras diarias. Hemos hecho inversiones muy grandes en estos últimos dos, tres, cuatro años en un plan de gestión de laboratorios, invertimos ahora millones de dólares en el laboratorio central, en nuevas tecnologías, tecnología nuclear, para poder estudiar una mayor cantidad de factores biológicos, físicos y químicos que nos permitan tener un monitoreo permanente. Y además llevamos adelante una gestión de descentralización: el laboratorio de Fray Bentos después de lo de la planta de UPM-Botnia tomó una envergadura mucho mayor, hay un laboratorio nuevo en Colonia, hay uno nuevo en Canelones, estamos construyendo el laboratorio de Tacuarembó. Hay una política de mayor control, que sin duda es gradual, insume mucho dinero; vamos invirtiendo, reinvertimos los ingresos de OSE en un montón de obras y proyectos, eso también es parte de esto de mantener la calidad y la seguridad del agua.

EC - ¿Esos informes no deberían publicarse?

MM - Se publican. Nuestro regulador, la Ursea, tiene permanentemente esos informes, que además muchas veces se publican en nuestra página web. Lo que pasa es que hay determinada periodicidad en los distintos tipos de informes.

EC - A eso iba: una información rutinaria, cotidiana, que se sepa que está permanentemente actualizándose y está disponible.

MM - Sin duda podemos mejorar esa comunicación con toda la población y tener mayor disponibilidad y mayor detalle de ese monitoreo mediante los informes de laboratorio que hacemos, que nos permiten trasmitir tranquilidad a la población. Somos un país privilegiado en cuanto a lo que es el agua segura, el agua potable y la calidad del agua que brindamos.

EC - ¿Y de eso que dice Panario, que para estar tranquilos lo mejor es poner en la casa un filtro de carbón activado?

MM - No compartimos eso, porque mucha gente pone un filtro que a lo largo del tiempo también empieza a acumular bacterias.

EC - Sí, el filtro requiere mantenimiento a su vez.

MM - Y los uruguayos no estamos acostumbrados a algunos mantenimientos.

EC - Pero se ha ido extendiendo la costumbre de tener un filtro de esos al menos en una de las canillas de la casa, eso está ocurriendo.

MM - OSE no lo recomienda, esa es la posición que tenemos. En el organismo tenemos todo un equipo técnico con mucha formación y preparación, gente que hace muchos años que trabaja en el organismo, y trabajamos también con el asesoramiento técnico y la evaluación. Para esta situación de las algas el viernes pasado hicimos un comité con todo nuestro equipo de laboratorio, la gerencia de Agua Potable, la gente de Aguas Corrientes, nuestras gerencias involucradas, y estuvimos discutiendo el tema, estuvimos analizando este nuevo fenómeno, cuáles eran las salidas, si las medidas que se tomaron siguiendo el protocolo siguen siendo adecuadas o hay que incrementar otros elementos. Nos planteamos por ejemplo la posibilidad de tener un sistema más permanente en lo que hace a la aplicación de carbón activado en polvo, que no es la solución total pero que puede mitigar.

EC - Aplicaron carbón activado ante este suceso particular, no lo aplican regularmente.

MM - No, no es permanente. Si decimos que este evento no pasaba desde hace 25 años es un disparate utilizar permanentemente carbón activado.

EC - Pero ahora consideran esa posibilidad.

MM - Para filtrar toda el agua que producimos y elevamos en Aguas Corrientes para la capital y el área metropolitana, que tiene un orden promedio de 600.000 metros cúbicos diarios, habría que construir una batería de filtros de carbón activado que, en un número medio grosero, no bajaría de 30, 40 millones de dólares. No tiene sentido invertir eso en una obra para un evento que se produce con esta frecuencia. Sin duda ahora tenemos que prevenir, porque es probable –hablando en términos estadísticos– que este fenómeno se repita, por estas condiciones de las que hablábamos, si estas condiciones se repiten el fenómeno se va a volver a producir. Tenemos que definir qué batería de elementos podemos desarrollar para neutralizar o mitigar los efectos de un fenómeno de este tipo, y ahí, mejorar el protocolo en cuanto a tener un monitoreo previo.

Entramos en una política que empezamos hace ya un par de años, nuestros planes de seguridad del agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) planteó en el año 2004 que los planes de seguridad del agua deben involucrar una gestión global de la cuenca con una gestión de prevención, y la prevención implica un monitoreo de toda la cuenca antes de que el agua llegue a la toma en la cual se la potabiliza. Esto implica recursos, tecnología, todo otro desarrollo.

EC - Esa era otra de mis dudas, porque en definitiva esta vez, la semana pasada, OSE informó, pero informó tarde, transcurrieron una cantidad de horas durante las cuales la gente abría la canilla y se encontraba con esa agua sospechosa sin tener ninguna información oficial.

MM - Yo no diría que informó tarde. Este evento comenzó en la madrugada del jueves, e inmediatamente llamamos a los centros de diálisis; ese el primer punto del protocolo frente a la detección de un evento, porque son los lugares más críticos, porque este tipo de fenómenos –está estudiando a nivel mundial– puede afectar a la gente que se dializa por problemas renales. Eso fue avisado inmediatamente.

EC - Pero se le pudo haber avisado a la población qué era eso.

MM - Estábamos viendo hasta dónde incidía el evento, porque lo que se sintió fue olor. Por eso decía, tenemos la certeza y la convicción de que es un evento que se repite con respecto a otras cosas que nos han pasado en el interior, no de esta magnitud ni en este lugar. Evaluamos esto y pensamos que era mucho peor salir a dar una alarma o a avisarle a la población ante una cuestión del agua que estábamos convencidos de que no tenía problemas para consumo humano. Salimos directamente cuando tuvimos los análisis hechos y la verificación científica de que las concentraciones de estas cianobacterias no afectaban la salud de la población.

EC - De todos modos, usted mismo señalaba recién que hay otro modelo de trabajo por el cual se podría haber estado advertido, OSE podría haber estado advertida de que esto se venía.

MM - No de este evento, con esta forma repentina que tiene; y había pasado hace 25 años, era muy difícil advertir que se venía, por la forma en que se produce este efecto de bloom de algas. No lo podemos prever, lo que se puede hacer son estudios de cuenca, estudiar los factores por los que se produce, la temperatura en los momentos en que se produce, las condiciones del agua, cómo son determinada cantidad de nutrientes, y ver si cuando se dan esas condiciones puede llegar a producirse este evento. Estamos hablando en términos muy estadísticos.

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EC - Pensando en de aquí en adelante, la zona del río Santa Lucía donde OSE toma el agua para abastecer Montevideo y la zona metropolitana, teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en los últimos años y lo de la semana pasada, ¿no debería ser área protegida de alguna manera? Con ese y otros temas venimos en el final de la entrevista.

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EC - Abrir la canilla, llenar un vaso de agua y tomarla fue siempre algo natural en Uruguay, algo que hacíamos sin pensar; no sabíamos, entre otras cosas, que éramos privilegiados. Pero hace unos años algo empezó a cambiar y la calidad del agua ha sido puesta en duda más de una vez.

El episodio más reciente es este que motiva la entrevista que estamos teniendo esta mañana con el presidente de OSE, Milton Machado: el agua que a partir del jueves tuvimos en la zona de Montevideo, esa agua con olor y gusto a gamexán.

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EC - Tengo una cantidad de preguntas de los oyentes, y una viene a propósito de la consulta que le hice por la recomendación del ingeniero agrónomo Daniel Panario de instalar en las casas filtros de carbón activado. Usted decía que no lo recomiendan; ¿no lo recomiendan o entienden que no es necesario? No es lo mismo.

MM - Entendemos que no es necesario. Si estamos asegurando que cumplimos con toda la normativa internacional, que hacemos todos los análisis de laboratorio, tenemos un monitoreo de la calidad del agua, entendemos que no es necesario. Pero además no lo recomendamos, porque si la gente coloca ese tipo de dispositivo termina acumulando y criando bacterias o cualquier otro microorganismo en ese propio dispositivo. Entonces lo subrayamos: no es necesario y no lo recomendamos.

EC - Y si se instala hay que llevar adelante el mantenimiento requerido con mucho cuidado.

MM - Hay que hacerse cargo.

EC - Después hay oyentes de distintas zonas que señalan que siguen teniendo agua con ese mal olor y ese mal gusto. Le menciono oyentes de Ciudad de la Costa y del Prado, por ejemplo.

MM - Mientras persista determinada cantidad de agua en depósito (tanques en edificios, en casas), mientras no se termine de consumir aquella cantidad de agua que ingresó cuando se produjo el evento, eso va a perdurar. Esto se termina cuando esa agua que llegó al tanque se termine de mezclar con el agua que entra y se acabe el fenómeno dentro de cada uno de esos almacenamiento en los tanques. Ahí no tenemos mucha vuelta.

EC - Vamos a qué es lo que se puede hacer de ahora en adelante. Teniendo en cuenta que este episodio de las algas en el río Santa Lucía tiene como una de sus causas, no la única decía usted pero una de sus causas, una concentración fuerte de agroquímicos (fertilizantes, pesticidas) provenientes de cultivos que se han desarrollado intensamente en la zona, ¿puede pensarse, por ejemplo, en que esa cuenca sea una zona protegida en la que rija una normativa especial para las actividades productivas?

MM - Podría pensarse, es una propuesta que puede llegar a evaluarse a nivel del comité de cuenca. Como decíamos, esto es una coordinación interinstitucional en la que participan los actores institucionales y los actores privados. Se puede llegar a discutir hasta dónde compatibilizamos los distintos intereses en esa cuenca, los intereses productivos con los intereses ambientales y los intereses del país y de la OSE para tener una fuente de agua bruta adecuada para potabilizar. Sin duda ahora va a haber una nueva discusión en este comité de cuenca.

Pero nosotros estamos pensando en distintas medidas. Primero, como comentaba, un plan de seguridad, hicimos toda una experiencia en Dolores, salió muy bien y ahora la vamos a reproducir en nuestro plan de acción para este año en cinco lugares del país. Se trata de la gestión que recomienda la OMS respecto a la prevención, estudiar todos los eventos de la cuenca, desde que llega de la fuente agua bruta a la toma, a la elevación, el bombeo y la distribución en las cañerías, y no solo monitorear el ingreso a la usina y los distintos puntos donde distribuimos el agua y se les da a los usuarios.

Otro aspecto: vamos a evaluar los costos de poner un sistema de carbón activado en polvo, que si bien no tiene el mismo rendimiento y efectividad que los filtros de carbón activado, va a colaborar mucho a mitigar, y sería una inversión menor que construir filtros de carbón activado.

Y después, esto nos lleva una vez más a un pensamiento estratégico de empezar a diseñar una fuente alternativa para la generación de agua potable para toda la capital y el área metropolitana, que es el 60% de la población de este país.

EC - Ese dato es muy impactante: el 60% de la población del país se abastece de esa fuente de agua.

MM - Exactamente, de la usina de Aguas Corrientes.

EC - Es un poco riesgoso que esa sea la única alternativa.

MM - Exacto. Hay que poner cartas sobre la mesa y definir cuál es el diseño técnico más adecuado, el óptimo, para una nueva fuente. Ahí también se van a desarrollar un montón de tensiones y de conflictos de intereses en cuanto a lo que implica, porque una de las propuestas puede ser –la estamos evaluando– una nueva represa en la cuenca. Y una nueva represa implica, primero que nada, expropiaciones de tierra en la zona de tierras más productivas desde el punto de vista de los cultivos frutales, la fruticultura, la ganadería intensiva. Cuando se dio el tema con los tambos, aquello de Florida Sustentable, se hizo un trabajo muy interesante, porque habíamos visto que el agua empezaba a contaminarse con el producto del trabajo industrial del área lechera. Entonces ahí tenemos todo un tema de evaluar costos, conflictos de intereses y posibilidades de una nueva represa, que sería construir también una nueva usina que sería una nueva fuente para toda el área metropolitana.

En su momento también se había planteado la alternativa de desalinizar agua del Río de la Plata, pero tenía unos costos impresionantes desde el punto de vista energético.

EC - Pero tecnológicamente es posible, y existe experiencia en el mundo.

MM - En ingeniería todo se puede hacer, menos ir contra la ley de gravedad; el problema es lo que cuestan las cosas. Sin duda, podemos desarrollar una tecnología de ese tipo y lo estamos evaluando en algunos puntos focales. Ahora vamos a instalar una planta móvil desalinizadora en La Paloma, porque tenemos problemas de infiltraciones salinas. Y estamos estudiando la posibilidad de poner una desalinizadora en la Costa de Oro, porque se ha llevado el agua con líneas aductoras desde Aguas Corrientes hasta cerca del borde del arroyo Pando, o sea que recorremos 60, 70, 80 kilómetros para trasladar el agua, por tanto, si tenemos un problema en esa fuente, toda esta población para acá se queda sin agua.

EC - En esa zona van a explorar la posibilidad de por lo menos experimentar con la generación de agua potable desalinizando el agua del Río de la Plata.

MM - Exacto, esa es una de las opciones que tenemos en la Costa de Oro, la zona de Santa Lucía del Este, Cuchilla Alta. Estamos estudiando alternativas, estamos preocupados por tener otras fuentes, tener alternativas, no poner todos los huevos de la misma canasta, que es el problema que hoy tenemos y que es histórico. Es la fuente que tenemos desde hace muchos años, Paso Severino se construyó en la década del 70, y los ingleses ya hace 140 años tenían la usina en Aguas Corrientes. Es parte del diseño de un nuevo proyecto, van a ser inversiones millonarias en serio, entonces hay que tener muy claro cuáles son las opciones. Otra opción puede ser traer un troncal de algún otro embalse, en algún momento algunos técnicos de nuestro organismo plantearon la posibilidad de llevar una tubería desde el embalse del río Negro hasta el río Santa Lucía. De ese modo, si en algún momento tenemos algún tipo de problema, no quedamos dependiendo de la fuente del Santa Lucía.

EC - ¿Cuándo se van a tomar estas decisiones?

MM - Esto implica toda una discusión técnica, una discusión hasta político-estratégica y una discusión financiero-económica de las soluciones. Hay que hacer un estudio muy serio, porque una vez que uno se embarca en un proyecto de esos es difícil retornar. Además son procesos largos, porque si nos tiramos a construir una represa, eso implica expropiaciones, que en este país llevan 5, 10, hasta 15 años. Eso también nos preocupa, que nos embarquemos en un barco a muy largo plazo. Manejamos distintas opciones.

EC - Por decir algo, ¿esto va a estar resuelto antes de que finalice este período de gobierno?

MM - Es nuestra meta y nuestro objetivo tener definida cuál es la solución óptima y alternativa para una fuente en la usina de Aguas Corrientes en esta administración, antes de que finalice este período de gobierno.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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