España y la Megaminería

Justo Rodríguez: Una mina no se cierra hasta que "se ha saneado totalmente la zona, tanto en el agua como en la tierra"

Justo Rodríguez: Una mina  no se cierra  hasta que "se ha saneado totalmente la zona, tanto en el agua como en la tierra"

Pasa el tiempo y el proyecto de Aratirí sigue en debate. Una de las preocupaciones más fuertes es qué pasará con "el día después", es decir, qué ocurrirá con las tierras dentro de 20 años cuando culmine la extracción de hierro. Según trascendió, el gobierno estaría planteando nuevas exigencias a la empresa referidas al "plan de cierre" de las minas. En diálogo con En Perspectiva, Justo Manuel Rodríguez, secretario general de la Unión General de Trabajadores de Asturias (UGT - Asturias), sostuvo que es esencial que se haga una "minería responsable", es decir "que no se permita la explotación si todo no está previamente dictaminado y escrito", además de controlar durante el proceso que la empresa cumpla con lo firmado. Indicó que para atenuar el impacto medioambiental "es fundamental controlar las aguas, porque tanto las de superficie como las que van por el subsuelo, pueden recibir contaminaciones importantes. Debe tener chequeos continuos y periódicos".

(emitido a las 8.48 hs.)

EMILIANO COTELO:
Si bien en la ley de minería de gran porte, aprobada el año pasado, hay un capítulo específico dedicado al plan de cierre de minas luego de finalizada la explotación, no se especifica claramente cómo se debe proceder llegado ese momento. Esa es una de las principales interrogantes que el proyecto de Aratirí le plantea hoy, tanto a ambientalistas como al propio gobierno.

Hasta ahora Zamin Ferrous propone rellenar de agua los enormes cráteres que dejarán las cinco minas que piensa explotar. El proceso de llenado insumiría 80 años. Pero, según trascendió en los últimos días, el Poder Ejecutivo le exigió que prevea otras variantes, incluyendo proyectos productivos a desarrollar en las tierras que se abandonan.

Este martes, en un seminario organizado por el PIT-CNT, expusieron delegados sindicales de España, Chile y Brasil. Y entre otras cosas, relataron las experiencias en sus países, sobre todo a la hora de mitigar los impactos sociales y ambientales de esta actividad y generar, a partir del momento en que terminan, nuevas iniciativas.

Vale la pena mirar esas experiencias. Para detenernos en la de España, recibimos a Justo Manuel Rodríguez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Asturias.
¿Cómo ha sido la experiencia en España en cuanto a explotaciones mineras a cielo abierto?

JUAN MANUEL RODRIGUEZ:
Pues hay experiencias desastrosas en España porque no se tomaron las medidas oportunas, lo que hoy llamamos responsables. No había planes específicos de cierre en estas minerías, y luego tampoco había una seguridad de qué se iba a hacer una vez que terminase la explotación. Hubo desastres importantes, que es de lo que hemos aprendido para plantear cierres ya responsables desde hace 15, 18 años. Realmente recuperar los terrenos que han servido para explotar, crear riqueza en esa zona y restituir esos terrenos. En algunos casos podemos decir que incluso se mejoró la situación que había en esa zona antes de la explotación de las minas. De ahí que la minería responsable en este momento juega un papel importante en todas las explotaciones.

EC - ¿Diría que ya hoy en España la minería, y sobre todo la minería de gran porte, se desarrolla de manera responsable, que hay un marco legal, un sistema de controles, que hay una conciencia empresarial que ya consolidó ese otro modelo?

JMR - Correcto. Hay ya medidas y leyes que contribuyen a que esto se haga de esta manera. Está regulado totalmente, está muy controlado, inspeccionado por la administración pública, y ya se exige dentro de ese tipo de contratos y de exportaciones al empresario que diga qué hay que hacer o qué va a hacer o cómo se va a comportar antes de terminar la explotación. Inicialmente todos esos planes tienen que estar ya acordados y escritos. Y uno muy importante: también tiene que dotar económicamente y estar respaldado, bien por un seguro, por una entidad financiera, dado que si la empresa quiebra o hay algún problema durante el período de explotación sea la propia administración pública quien termine de hacer esa rehabilitación, o sea, que no se vaya y quede todo lo que es la explotación al albur, que no haya recuperación ninguna.

EC - Ese es uno de los instrumentos previstos en la ley de minería de gran porte que se aprobó el año pasado aquí en Uruguay. Lo que falta saber es cómo se lo va a poner en marcha, falta conocer los detalles.

Pero a propósito de la experiencia española y de los cambios que ha habido en esta materia, además de la normativa que regula el impacto ambiental y el cierre de las explotaciones mineras a cielo abierto, ¿se han tomado medidas con viejas explotaciones abandonadas? ¿Se ha ido también a compensar, a reconstruir tierras que vienen de minas que terminaron de explotarse hace años?

JMR - Sí, eso se está haciendo. Pero tiene un coste importante para el erario público, quiere decir que si la empresa se va quien tiene que asumir ese coste es el contribuyente con sus impuestos. No es justo que el beneficio se lo lleve la empresa y sin embargo luego el perjuicio originado en la zona lo tengamos que pagar o lo tengan que pagar todos los ciudadanos del país. Eso ahora se hace de tal manera que en el propio cálculo de beneficios también vaya la rehabilitación de esos espacios.

EC - De todos modos, en algunos lugares se está haciendo con dineros públicos, dice usted.

JMR - En los lugares donde las empresas no se responsabilizaron de esas malas experiencias, como el tema de Aznalcóllar, en Sevilla, donde hubo una rotura de una balsa, además cerca de un paraje de Doñana, que es un paraje medioambientalmente protegido, eso tuvo graves consecuencias. Se rehabilitó, hay una larga judicialización del tema, eso no lleva un año ni dos, lleva cinco o 10 años, porque son empresas multinacionales muy potentes y se está intentando resolver en los tribunales. Pero entretanto el Estado español y la Junta de Andalucía tuvieron que invertir grandes cantidades de dinero, que espero que recuperen y se le exija a la empresa cargar con eso. Es una empresa quebrada, eso tiene grandes problemas.

EC - Según la experiencia asturiana y española en general, ¿cuáles son las medidas concretas que deben adoptarse para atenuar el impacto medioambiental de la minería de gran porte en dos etapas: durante la explotación y en el cierre?

JMR - Hay una legislación, el Estatuto del Minero, en el que se marcan las condiciones laborales de la mina. Es un trabajo duro, un trabajo agresivo medioambientalmente, no solo con la naturaleza sino también con los propios trabajadores. Luego hay un decreto de seguridad y salud de las actividades mineras, y también unas normas básicas sobre la seguridad minera, allí se establecen las reglas de comportamiento de la minería responsable. Todo esto está regulado en España y mejorando a lo largo del tiempo.

A partir de ahí, lo importante es el inicio, cómo se establece todo antes de partir, que no se permita la explotación si todo no está previamente dictaminado, escrito y controlado. Eso no quiere decir que haya que bajar la guardia durante el período de explotación, hay que embridar a la empresa y exigir que todo lo que se ha firmado se cumpla. A mi juicio, que no soy un experto, pero sí tengo la experiencia de estar en una zona y de vivir en Asturias, que es una región eminentemente minera, eso a uno le da cierto conocimiento.

EC - Sí, en Asturias este asunto es de todos los días, forma parte de la historia, de la idiosincrasia asturiana, las minas de hierro y de carbón básicamente.

JMR - De hierro y de carbón. El hierro se agotó primero pero siguen las minas de carbón, que ahora también están en cierre porque la explotación de carbón en los países emergentes es mucho más económica, por lo tanto el precio del carbón en Asturias ya no es competitivo. Entonces aguantaremos hasta 2018, mínimo, las explotaciones que quedan, y luego tenemos previsto ver si la Unión Europea nos permite continuar algún tiempo más.

Lo importante en una explotación de este tipo es el control de las aguas.

EC - ¿Cómo es ese aspecto en particular, el de las aguas?

JMR - Es fundamental controlar las aguas, porque las aguas, tanto las de superficie como las que van por el subsuelo, pueden recibir contaminaciones importantes. Por lo tanto eso tiene que estar muy regulado, tiene que estar muy controlado y tiene que tener chequeos continuos y periódicos.

Y luego están las voladuras. Las voladuras también tienen que ser controladas, porque si son inmensas pueden contaminar la zona y traer perjuicios. Todo eso tiene que estar pactado, controlado, y a nivel del Estado se hacen controles y catas continuas para que esto se haga adecuadamente.

EC – Durante su charla usted hizo una presentación. Ahí hay mucha información, mucho gráfico, mucha foto. Vale la pena recorrerla directamente.

Por ejemplo, en la placa 21 expone las fuentes más comunes de contaminación en el ambiente. Allí se listan: escapes de gases de equipos utilizados en la perforación, carga y transporte de materiales; gases de explosivos usados en operaciones de detonación o voladuras; polvo de excavaciones, materiales de carga y otras operaciones en una mina de cielo abierto; polvo producto del molido y segregación de materiales; emisiones de gases en operaciones de procesamiento del mineral, e incremento de los niveles de ruido producido por la actividad minera.

Sobre cómo enfrentar o cómo prevenir estos impactos ambientales, ¿qué destacaría?

JMR - Hay medidas de prevención y atenuación de estas fuentes contaminantes. Están las técnicas de supresión de polvo, el regado de la zona donde va a haber voladuras, el mantenimiento de los vehículos en perfecto estado y el correcto almacenamiento de los materiales. Y luego está lo de replantar y cubrir lo más rápidamente posible los suelos: no se hace una explotación y se espera a que finalice el período, sea de 15, 20 o 30 años, para hacer la repoblación del suelo, sino que según se va explotando, eso se va recuperando, porque es la forma menos contaminante.

EC - Está buena esa observación, de algún modo es anticiparse al plan de cierreÂ...

JMR - Eso es anticiparse al plan de cierre.

EC - Â... pero en este caso para ir atenuando el impacto ambiental, por ejemplo la difusión de polvo.

JMR - Correcto. E ir recuperando las tierras porque hay disoluciones que se efectúan con la propia agua de lluvia, y la forma de evitarlo es que eso se vaya repoblando y reconstituyendo lo más rápidamente posible.

Luego están las cintas transportadoras, que deben ser cintas cubiertas, no deben ir abiertas, porque con el propio viento, el tiempo y el temporal se puede también contaminar la zona. Y están las instalaciones para el ruido, con las barreras, que pueden ser naturales, con árboles, o pueden ser artificiales. Y luego está realizar planes específicos de voladuras, éstas tienen que ser muy controladas y acordes con el tipo de explotación, el tipo de terreno, etcétera. Como podemos ver, hay contras y hay pros para resolver esto en la propia explotación.

Hace muchos años no había estas posibilidades tecnológicas ni había tampoco la conciencia social necesaria para que esto se hiciese. Pero hoy en día tenemos experiencias muy negativas que nos tienen que servir para aplicar esto positivamente. La tecnología permite hacer que esto sea mucho más viable y menos agresivo para las personas y para el ambiente.

EC - Hace un rato usted citaba un caso de una experiencia muy negativa. ¿Qué otro podría agregar a propósito de estos puntos que estamos manejando?

JMR - Citaba el caso de Aznalcóllar porque fue un desastre de una empresa multinacional que tuvo repercusiones a nivel mundial. Además afectó el coto de Doñana, que es un coto protegido, de aves protegidas, porque esa zona es el paso de África hacia la península de Europa. Y luego está también en San Quintín, en Ciudad Real, la escombrera de minerales abandonada. El cierre no se hizo adecuadamente y con el agua de lluvia todos los residuos contaminaron la zona.

Estos son los ejemplos que no es que se deban evitar, se pueden evitar. Por tanto hay que hacer un trabajo arduo por parte de los agentes sociales pero también de la administración, del Estado.

***

EC - Continuamos conversando esta mañana con Justo Manuel Rodríguez, secretario general de la Unión General de Trabajadores de Asturias, España, uno de los expositores en el seminario sobre minería de gran porte que organizó este martes el PIT-CNT aquí en Montevideo. Con él estamos hablando de la experiencia española.

En Uruguay se discute especialmente en estos últimos meses, a propósito del proyecto Aratirí, cómo debe realizarse el cierre de las minas luego de que finalice la explotación. Está el riesgo de que si eso se maneja mal queden grandes cráteres, montañas de escombros y desechos y grandes estructuras y maquinarias en desuso que se abandonan. De todo esto ha habido. Entonces, esa modificación sustancial del paisaje, las nuevas formas de contaminación que vienen a partir de estos restos, todo está en el centro de la preocupación. ¿Cuál fue la experiencia española? ¿Qué podemos mencionar como ejemplos de lo que se pudo hacer, de planes de cierre exitosos?

JMR - Hay planes de cierre exitosos. Uno de los últimos y de los más relevantes es el de As Pontes, en Galicia, donde se hizo un gran lago que tardó tres años en llenarse y ahora se está utilizando de forma turística, es una zona de encuentro para familias enteras y de recreo. Creo que es el mayor ejemplo, porque era un cráter enorme y se hizo un gran lago con dos islas. Eso quiere decir que es posible dejar los espacios mineros cuando realmente hay un compromiso político y social y se embrida a la empresa para que tenga un compromiso económico.

EC - Me queda la duda de qué tamaño tiene ese cráter que se terminó llenando de agua. Porque en el proyecto Aratirí estamos hablando de cráteres muy profundos, se habla de profundidades de 300 a 400 metros en las cinco minas que se prevé desarrollar. Tanto es así que la propia empresa ha dicho que ese proceso de llenado de agua demoraría 80 años, aunque en el ínterin ya se alcanzarían coberturas importantes. Pero estamos hablando de 80 años para terminar. En el ejemplo que usted menciona fue mucho más rápido.

JMR - Tres años. La producción que había en esta mina de bismuto era de 270 millones de toneladas. El hueco que quedó era de 900 millones de metros cúbicos y 230 metros de profundidad.

EC - No está tan lejos de lo que vamos a tener acá.

JMR - No está tan lejos de lo que va a ser aquí. Las montañas de estériles eran de 160 metros de altura y 720 millones de metros cúbicos. Era una explotación de 24 kilómetros cuadrados. Son unas dimensiones similares.

EC - Serían 2.400 hectáreas. En el caso del proyecto Aratirí son entre 500 y 800 hectáreas de las minas en sí mismas, y 16.000 hectáreas como área de respaldo, ese es otro número que hay que tener en cuenta.

JMR - Sí, la premisa de la actividad minera es que una mina no se considera cerrada hasta que la última tonelada del producto y el último litro de agua vertido no estén completamente saneados. Una mina no se cierra el día que deja de explotarse, sino que se cierra o se puede decir que está verdaderamente cerrada cuando ya se ha saneado totalmente toda la zona, tanto en el agua como en la tierra.

EC - Ese es el concepto actual.

JMR - Ese es el concepto actual. Y es el concepto que hay que seguir, porque si de algo hay que aprender es de los errores que cometimos en el pasado, y tienen que servir a todos los países para tomar las medidas para que no se vuelvan a producir.

EC - En el caso de esta solución de llenado del cráter con agua, ¿de dónde se toma el agua?

JMR - En Galicia, en As Pontes, se tomó agua de lluvia, pero también había un río al que se le cambió el cauce y llevó hacia el cráter, era el agua de lluvia más el río. En estos momentos el río está nuevamente con cauce, se quedó sin durante esos tres años, porque toda el agua estaba para llenar, pero una vez hecho el llenado el reboce ha producido nuevamente el cauce del río.

EC - Otro punto delicado es cómo se logra que el agua que llena el cráter no sea contaminada por los restos de la actividad minera.

JMR - Hay que impermeabilizar el suelo, hay técnicas que ya están en vigor y empresas especializadas. Es una cuestión muy importante en la regeneración de todos estos terrenos, tanto de los cráteres como del mezclado de tierras para, en función de a qué se vaya a dedicar la tierra, buscar los pH y el tipo de mezcla necesaria.

EC - Esa es otra solución posible. Estábamos hablando de llenar con agua y que el lago después tenga distintos usos, desde recreativos hasta utilización del agua para la propia producción, para riego, etcétera. Pero también se pueden llenar los cráteres con suelo, con piedra y tierra.

JMR - Con los estérilesÂ...

EC - ¿Qué son los estériles?

JMR - Los estériles son los residuos, por cada tonelada de hierro hay dos toneladas de tierra.

EC - Ese es otro de los remanentes de la actividad minera. A lado del cráter está esa montaña de escombros, restos, estérilesÂ... Cabe la posibilidad de usar esos estériles para el propio relleno del cráter.

JMR - Â... Para el propio relleno del cráter o para el relleno de superficies que en algunos casos se utilizan para instalaciones recreativas o productivas. En Asturias tenemos alguna experiencia donde se han desarrollado polígonos industriales en esa superficie que se ha rellenado y hay instalaciones productivas. Por ejemplo hay una instalación de transformación de aluminio.

EC - Por lo que veía en su presentación, hay casos de cráteres que han sido destinados a actividad productiva, por ejemplo la plantación de kiwis en Asturias (diapo 35). ¿Cómo es eso?

JMR - Eso no era un cráter, eran escombreras; que son adonde van esos estériles, es la montaña. Esa montaña se extiende de manera que forme parte de la orografía del terreno, que no rompa la armonía. Allí se han hecho dos enormes plantaciones de manzanos. La manzana en Asturias no es solo de mesa sino fundamentalmente para fabricar sidra, entonces se hizo una gran plantación que luego se combinó –porque era una enorme–, se la hizo mixta, con una parte de manzana y la otra de kiwi. Eso ya está en fase productiva.

EC - Y en cuanto a los cráteres, además de la solución del llenado con agua, ¿qué otra existe?

JMR - Fundamentalmente el llenado con agua o el llenado con el propio estéril para quitarle profundidad al cráter.

EC - En ese último caso, cuando se llena con el propio estéril, ¿qué termina ocurriendo luego con el cráter, para qué se lo emplea?

JMR - Se impermeabiliza. Hay que estudiar, antes de iniciarse la producción, qué se puede hacer en la zona. Si es una zona agrícola y ganadera, pues habrá que buscar que en la rehabilitación siga habiendo producción agrícola y ganadera. Puede ser naturística o forestal, puede ser científica o cultural, deportivaÂ... Hay que buscar antes de empezar la producción, decir: Â"Cuando esto lo terminemos de explotar, dentro de 15, 20, 30 años, ¿qué tenemos previsto hacer?Â". No improvisemos cuando falte un año, falten dos, qué vamos a hacer. Nadie mejor que los habitantes de la zona, que la Intendencia de la zona, que los que realmente conocen la zona de explotación para ver qué se puede hacer. Eso hay que trasladárselo a la empresa y a los expertos para que ese estudio esté hecho antes de comenzar la explotación.

EC - De la experiencia acumulada ya por España, ¿puede asegurarse que es posible que esas tierras que se destinaron a la minería de gran porte después tengan, todas ellas, otro destino productivo, ya sea por el lado del agro, por el lado de la industria, eventualmente por el lado del turismo? ¿Es posible que no queden tierras muertas, tierras inaccesibles, tierras impresentables?

JMR - Es posible, hay que poner los medios para que sea así. Claro que es posible, la experiencia dice que sí. Está la parte más problemática, que es la parte de los lodos, que tiene que tener tratamientos especiales, porque no es solo un cráter ni son solo los estériles, están los lodos que se producen; aunque en el caso de esta mina de Uruguay no haya productos químicos para la extracción del mineral, se pueden producir por los propios efectos naturales de la lluvia, etcétera. Esos lodos tienen que tener un tratamiento especial. Hay explotaciones que tienen incluso balsas que se tienen que encofrar durante un período de tiempo que en algunos casos puede ir entre 80 y 100 años. Son espacios no tan amplios, más reducidos, pero la experiencia nos dice que eso técnicamente es posible y tecnológicamente también.

EC - ¿Económicamente es posible?

JMR - Económicamente es posible, es el estudio inicial que hay que hacer. Económicamente es posible, eso ya depende de otros parámetros, del coste que a nivel internacional tenga el mineral que se vaya a explotar, sea carbón, hierro, oro u otro tipo de mineral, y luego qué previsiones se pueden tener. Diría que esos estudios las empresas multinacionales los tienen todos muy bien hechos. Insisto mucho en embridar, en ser exigentes. Muchas de las personas que están al frente del medioambiente están en posiciones positivas, no en posiciones talibanas de que no se puede hacer nada, y tenemos que hacerles mucho caso porque nos permiten orientarnos hacia la exigencia. Quiere decir que hay que explotar, pero con responsabilidad. En estos momentos todo apunta a que hay condiciones para que eso sea así.

EC - Teniendo en cuenta esta experiencia española y el debate que existe en Uruguay a propósito del eventual inicio de la minería de gran porte con un proyecto como el de Aratirí, ¿qué dice usted?, ¿cuál es la relación costo-beneficio de esta actividad?

JMR - Todos los países que hoy son cabecera industrial tuvieron grandes explotaciones mineras. Esa fue la base del desarrollo industrial, podemos tomar como ejemplo Europa o España. Los países más desarrollados, como Alemania, tenían unas grandes explotaciones mineras. Inglaterra exactamente igual. Y España fundamentalmente en la zona norte, en el País Vasco y Asturias había grandes cantidades de hierro y de carbón, y esa fue la base de la siderurgia, de la metalurgia y del desarrollo industrial.

En estos momentos hay en Europa, y diría que en el mundo entero, una fuerte discusión: si se apuesta por la economía financiera y especulativa, que no produce nada, solo mueve capitales y especula, o se apuesta por la economía productiva, por todas aquellas empresas y aquellos sectores que producen bienes de consumo y por lo tanto generan una riqueza no solo en esas empresas, sino también en los sectores de servicios, en los comunes pero también en los servicios avanzados. Ahora Europa vuelve a apostar por la industria, porque en Europa y en España esa economía especulativa nos ha dejado muy mal pertrechos.

EC - En Uruguay el debate termina siendo minería de gran porte versus agro, por el hecho de que esta actividad va a desplazar a otra que ya es muy tradicional en el país y que tiene sus puestos de trabajo, sus números en cuanto a la exportación incluso.

JMR - En algunas zonas que conocemos conviven perfectamente. Asturias tiene un eslogan que es: Â"Asturias paraíso naturalÂ". Es verde, se parece mucho a Suiza, con baterías de leche, etcétera, y hay una convivencia natural entre la industria, la minería y el agro. También hay que acostumbrarse a vivir. Usted está hablando aquí con un joven que empezó a trabajar con 15 años y que nació al lado de muchas chimeneas y zonas llenas de humo, porque en el año en que yo nací, en el 49, en la zona de la cuenca minera había siderurgia, había minería, había metalurgia, una actividad fabril tremenda. Y uno llega a ver cómo puede convivir y hay una regeneración de la naturaleza que a veces no pensamos que pueda ser.

Yo conocí el río Nalón, en la zona donde vivía, en la cuenca minera, que bajaba entre los estériles de carbón –que no son muy contaminantes, el estéril de carbón es la suciedad, pero no es contaminante en sí mismo–. Pues hoy día se pesca, eso se está regenerado y nos estamos movilizando con unas huelgas estos días en Asturias, en las cuencas mineras, porque quieren cerrar la minería y los trabajadores y la sociedad se movilizan porque quieren mantener la economía, porque es una base económica de empleo.

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Transcripción: María Lila Ltaif