Agua que no es de beber
Según un estudio del río Santa Lucía, existe una clara relación entre la intensificación de la actividad productiva agropecuaria con la eutrofización de ese curso fluvial y su cuenca, es decir de la acumulación de residuos orgánicos.
Se encontraron tendencias de estabilización en los niveles de eutrofización del cauce principal del río, y descendentes a partir de 2013 en el fósforo total. Los siete especialistas que elaboraron el informe utilizaron datos de importación de fertilizantes como indicador indirecto de la intensificación productiva agraria, debido a que no existen datos disponibles de fertilización discriminados por cuenca o departamento.
El doctor en Ciencias Biológicas, Luis Aubriot, explicó a Rompkbzas que para lograr una recuperación de la calidad del agua a largo plazo es necesario avanzar en el control de la fertilización excesiva, y extender las zonas de amortiguación hacia los tributarios de menor orden y sus nacientes.
El trabajo señala que en los últimos años la sociedad uruguaya experimentó el deterioro de la calidad de agua de varios ecosistemas acuáticos. En la actualidad, la generación de embalses para riego a gran escala y la instalación de nuevas industrias de gran porte en el país, sumadas a la tendencia de aumento de actividades agropecuarias, plantean un escenario desafiante para la conservación de los ecosistemas naturales y de la calidad de agua.
A este contexto preocupante se suman las predicciones de cambio climático que indican aumentos de temperatura y de precipitaciones para la región, lo que podría potenciar los efectos de la eutrofización de los ecosistemas acuáticos. Por lo tanto, los autores consideran que "se plantea un escenario complejo que requiere de la coordinación y esfuerzos entre usuarios e instituciones vinculadas al monitoreo y a la gestión de los recursos naturales para instrumentar planes de manejo sostenibles a largo plazo".
Fuentes: Rompkbzas – El País