Las abejas y nuestros alimentos en situación alarmante
Gran parte de los alimentos incluidos en la dieta de los seres humanos dependen de la polinización por insectos. Y, entre estos, la abeja es el más importante. Cuando va de flor en flor recolectando néctar y polen, lo transfiere de una flor a otra, permitiendo la obtención de semillas y frutos.
De esta forma mejora la cantidad y calidad de la producción agrícola y cumple un rol esencial en el mantenimiento de la biodiversidad en los ecosistemas naturales.
Pero, durante la última década, se han reportado múltiples episodios de pérdidas de colmenas alrededor del mundo. Un fenómeno al que Uruguay no es ajeno.
El 30% de las abejas del Uruguay han muerto a consecuencia de diversos factores. Así lo indicó un estudio del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable.
La responsable del trabajo, Karina Antúnez, estuvo este jueves en Rompkbzas para explicar sus alcances. Una investigación que resultó ganadora del Premio de "L´Oréal Unesco por las mujeres en la Ciencia".
Entre las principales causas, apuntó la creciente presencia de parásitos y patógenos como bacterias, virus, hongos y ácaros. También por la intensificación en el uso de la tierra. "La superficie plantada de monocultivos ocasiona que las abejas tengan menor cantidad, calidad y variedad de pólenes disponibles para su alimentación", afirmó.
Dado que el polen en sus principal fuente de protenías, dijo, esto genera abejas desnutridas, con una respuesta inmune disminuida y más expuestas a patógenos.
El tercer factor que incide en el fenómeno es el paquete tecnológico asociado a los monocultivos, que incluye un elevado uso de agroquímicos, entre ellos el glifosato. Como se aplica de forma aérea, implica un riesgo potencial para todos los insectos polinizadores.