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La crisis de los combustibles, la energía, el ambiente y la ausencia de un Plan B

La crisis de los combustibles, la energía, el ambiente y la ausencia de un Plan B

En una nueva edición de Rompkbzas Verde, el especialista en temas ambientales Eduardo Gudynas planteó, con datos muy reales, lo que sucedería ante una crisis múltiple por el aumento en el precio de los combustibles y llamó a prepararse para un mundo post petrolero. 

"Antes de escuchar, usá la billetera y cargá el tanque". Eso es lo que recomendó Eduardo Gudynas, nuestro especialista en temas ambientales, en una nueva edición de Rompkbzas Verde.

Simulando un falso informativo, planteó el desafío que significaría una crisis múltiple por el aumento en el precio de los combustibles. Sin embargo, los datos que usó fueron bien reales, basados en la reciente huelga de camioneros en Brasil, que se inició a fines de mayo y que duró diez días. 

Gudynas lanzó una advertencia ecológica: el petróleo se acaba, y hay que prepararse para un mundo postpetrolero. Y, aunque no se acabe, no se podrá quemar todo para no agravar el cambio climático. 

Recordó que el pico petrolero ocurrió en 2016 y, desde entonces, la disponibilidad viene en bajada. El costo de extracción es mayor y la economía no soportaría los precios reales. Se necesita más energía para extraerlo, por tanto buena parte de las reservas se gastan en su propia extracción. 

La crisis en Brasil, sostuvo, mostró qué sucedería con un colapso por falta de combustibles.

Según el experto, las consecuencias más graves no girarán en trono a que no habrá nafta para un auto particular, sino que colapsará la distribución de bienes y servicios. Toda la producción y procesamiento agropecuario quedará suspendido. La consecuencia será gente sin comida en las ciudades. La crisis seguirá en sectores esenciales, como la salud pública. 

Para Gudynas, las instituciones políticas actuales no está preparadas, ya que son adictas las petróleo. También la gente, que podría expresar reacciones perversas por conseguir combustibles, incluyendo la violencia. 

Lo que está en juego, sostuvo, es la necesidad de una reconversión energética y ecológica.