Las peores picaduras de insectos del mundo
Si usted cree que las picaduras de avispas duelen, cuídese de las hormigas gigantes tropicales. El "Schmidt Sting Pain Index" valora el dolor que producen las picaduras de insectos, en una escala del 1 al 4.
¿Le molestan las hordas de avispas que se lanzan sobre cualquiera que intente disfrutar de una buena comida al aire libre? ¡Le entendemos! Pero, aunque las avispas son generalmente bastante impopulares, una picadura de avispa, por ejemplo en Alemania, es relativamente indolora, excluyendo a los alérgicos, por supuesto.
Al menos, esto es lo que muestra el Schmidt Sting Pain Index o Índice Schmidt del Dolor producido por Picaduras, que lleva el nombre de su desarrollador, el investigador de insectos Justin Schmidt.
Schmidt trabajó como director de investigación en el Southwest Biological Institute (SBSC) de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, y estudia los mecanismos de defensa química de hormigas, abejas y avispas. Un asunto doloroso pues, durante su investigación, recibió picaduras de alrededor de 150 tipos diferentes de insectos.
Para no perder de vista ningún detalle, en la década de 1960, Schmidt comenzó a desarrollar una clasificación de las diferentes picaduras, ordenadas según el sufrimiento causado. En particular, señaló la duración exacta y la intensidad de cada picadura. Además, Schmidt describió el dolor percibido en su propia y humorística clave.
Por este sacrifico, Schmidt fue galardonado con el Premio Ig Nobel, en 2015. La distinción, una parodia estadounidense de los Premios Nobel originales, definida a veces como Anti-Premio Nobel, se otorga a obras que "primero hacen reír y luego pensar a las personas".
Nivel 1 de dolor:
Quien llora en este nivel, es un llorón verdadero. El dolor de una mordedura de insecto del nivel 1 desaparece en cinco minutos y no tiene una intensidad apreciable. Por ejemplo, las picaduras de abejas de patas peludas entran en esta categoría.
Ahora bien, que todos experimenten este encuentro como lo describe Schmidt, como "casi placentero" y "como un amante que ha mordisqueado algo demasiado duro en el lóbulo de la oreja", es cuestionable.
Con similar ternura describe Schmidt la picadura de la abeja arenera o de sangre: "ligera, fugaz, casi afrutada, como si una pequeña chispa estuviera recogiendo un solo pelo del brazo".
Nivel 2 de dolor:
A partir de este nivel, el dolor comienza a ponerse incómodo. Una picadura de esta categoría es dolorosa por un promedio de entre cinco y diez minutos. La mayoría de las picaduras de himenópteros entran en esta clase de dolor y aquí también encontramos nuevamente a nuestra avispa. Según Justin Schmidt, su picadura es "abundante y caliente".
Aunque la abeja de miel es mucho más popular, su picadura es al menos tan dolorosa como la de una avispa. Así que Schmidt halla palabras menos tiernas para la abeja: su picadura se asemeja a una "cabeza de fósforo rota que quema en tu piel".
Nivel 3 de dolor:
Poco a poco, el dolor se vuelve crítico. A partir del nivel 3, las picaduras comienzan a doler con intensidad, por hasta 30 minutos. "Corrosivo, ardiente e implacable, como si alguien usara un taladro para exponer una uña encarnada, o vertiera una taza de ácido clorhídrico sobre una herida". Este ese es el comentario de Justin Schmidt sobre el aguijón de las hormigas aterciopeladas.
¿Es esta descripción realmente útil? Después de todo, no todos se habrán ya derramado ácido clorhídrico sobre una herida. Sin embargo, queda claro: ¡Con las hormigas aterciopeladas no se juega!
Nivel 4 de dolor:
Ahora sí, dolor real. Solo dolores realmente brutales y paralizantes logran entrar en esta categoría. Un miembro de este club selecto es la avispa caza tarántulas o halcón tarántula. Su picadura es "feroz, deslumbrante, terriblemente eléctrica, como si alguien dejara caer un secador de pelo en el baño de burbujas". Secador de pelo y bañera, eso no suena bien.
La caza tarántulas es, con hasta cinco centímetros de longitud, la avispa más grande del mundo. Afortunadamente, el dolor de su picadura no parece tomar mucho tiempo, después de cinco minutos se detiene. Muy diferente a la hormiga gigante tropical, que lleva adecuadamente el apodo de "hormiga de 24 horas".
Esta es la reina del dolor. Su puñalada atormenta a sus víctimas, ¿adivina?, hasta por 24 horas. Con un "dolor intenso y radiante, como correr sobre brasas de carbón ardientes y enterrarse un clavo oxidado de siete centímetros en el talón". En inglés, esta especie se llama "Bullet Ant", literalmente, hormiga bala. ¿Por qué? Esta comparación será igualmente comprendida por unos pocos, pero su picadura parece ser tan dolorosa como una herida de bala.
Quien considere estas valoraciones demasiado subjetivas tiene, por supuesto, razón. Pues cada persona tiene una sensación de dolor muy individual, que depende del equipamiento genético básico de cada quien. Este determina, por ejemplo, la naturaleza del tejido o el metabolismo de las sustancias transmisoras, los denominados neurotransmisores. También la psique del individuo y hasta la experiencia particular del día juegan un papel. Así, un estado de ánimo negativo fortalece la sensación de dolor, mientras uno positivo lo amortigua.
Sin embargo, Schmidt no está solo con esta clasificación de dolor. El entomólogo Christopher K. Starr también desarrolló una escala de dolor en la década de 1980 ("A simple pain scale for field comparison of hymenopteran stings", o sea, "Una escala de dolor simple para la comparación de campo de las picaduras de himenópteros"). El resultado: Starr y Schmidt identificaron las mismas picaduras de insectos como las más desagradables.
¿Y usted? ¿Qué gana con todo este conocimiento sobre el potencial de dolor provocado por las picaduras de insectos? Quizás podría pensar lo siguiente para la próxima picadura de avispa: podría haber sido mucho más doloroso. Y un consejo: la distracción ayuda. Esto ha sido demostrado por la investigación. Y no solo en los niños, sino también en los adultos, la atención y las expectativas juegan un papel crucial. El dolor se vuelve realmente intenso cuando nos enfocamos en él.DW
Autora: Sophia Wagner (rml/ers)