Catástrofe por vertido deja 34 muertos y más de 250 desaparecidos en Brasil
La catástrofe causada por la ruptura de una represa de la minera Vale en la ciudad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, deja ya un balance de al menos 34 muertos y entre 250 y 300 desaparecidos.
Por Carlos Meneses y Alba Santandreu
Las autoridades de Minas Gerais informaron de que las víctimas habían pasado de 34 a 40, pero rectificaron poco después, en medio de una divergencia de números entre las diferentes instituciones involucradas en la operación de rescate.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sobrevoló este sábado la zona afectada en helicóptero y dijo que su Gobierno "hará todo lo que esté a su alcance" para "pedir justicia" y "prevenir nuevas tragedias" como esta o la ocurrida hace tres años en Mariana, de características similares y en la que murieron 19 personas.
"Es difícil estar delante de todo ese escenario y no emocionarse", subrayó Bolsonaro, quien aceptó la ayuda ofrecida por Israel en las labores de rescate.
En medio de la conmoción y un vaivén de cifras sobre desaparecidos y rescatados, los bomberos mantienen la esperanza de hallar a más personas con vida, a pesar de que el número de víctimas mortales pasó de 11 a 34 en cuestión de horas.
Las autoridades no han aclarado si entre los 34 muertos se encuentran los ocupantes de un autobús hallado entre el lodazal y en el que viajaban algunos empleados de la compañía que no sobrevivieron a la marea de residuos.
"Está todo el mundo desolado. Aún no dan informaciones sobre si está vivo, si está muerto y queda esa ansiedad enorme. No se sabe qué va a pasar y la espera es muy angustiante", dice a Efe André Luis Dutra, psicólogo voluntario, de 34 años y que también trabajó asistiendo a las víctimas de Mariana.
Dutra se encarga de transmitir a las familias un "pensamiento positivo" y la idea de que "por más que las posibilidades de sobrevivir sean pequeñas, tienen que agarrarse a ellas" .
Para él, lo ocurrido en Brumadinho, "no es un accidente, es una negligencia y un crimen" y alerta de que hay unas 400 represas similares en Minas Gerais que son auténticas "bombas de relojería".
"¿Cuántas personas tienen que morir más para que las autoridades tomen alguna providencia?", se preguntó.
Cerca de él se encuentra Giovani de Oliveira, de 22 años. Busca a su amigo de la infancia, quien trabajaba desde hacía unos cinco meses en el complejo minero como montador, y confía en Dios para que le traigan de vuelta.
"Las personas no tienen noción de lo que está ocurriendo", afirma.
La sociedad civil también se ha movilizado y varias ONG de Minas Gerais han creado el grupo "SOS Brumadinho" a través del cual se están coordinando para traer material de higiene, agua y alimentos no perecederos.
Para facilitar la asistencia a las víctimas y facilitar la llegada de recursos, las autoridades de Minas Gerais, golpeado por dos tragedias similares en tan solo tres años, decretaron luto oficial de tres días y el estado de calamidad pública en el municipio de Brumadinho, que se sitúa a unos pocos kilómetros del gran museo a cielo abierto de Inhotim.
Otro de los diques de la minera se encuentra en observación debido a las lluvias y ante el riesgo de un nuevo colapso que podría genera más daños en la zona.
Con el drama de magnitud aún sin conocer, la Justicia cercó este sábado las cuentas de Vale y determinó, en dos procesos distintos, el bloqueo de 6.000 millones de reales (unos 1.621 millones de dólares) de la compañía para el "inmediato y efectivo amparo a las víctimas y reducción de las consecuencias" de la catástrofe.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), por su parte, aplicó a la minera una multa de 250 millones de reales (alrededor de 67,5 millones de dólares) por el desastre, mientras que el Gobierno de Minas Gerais estipuló a su vez una sanción de 99 millones de reales (unos 26,7 millones de dólares).
El presidente de la mayor productora mundial de hierro, Fabio Schvartsman, pidió disculpas por lo sucedido y recalcó que Vale "es una empresa muy seria, que hizo un esfuerzo para dejar las represas de la mejor forma posible" después del desastre ocurrido en 2015 en Mariana.
La Fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, afirmó tras visitar la región que el Ministerio Público "actuará firmemente" para que los "riesgos sean prevenidos" y que ese tipo de tragedias no se repitan. "Las medidas que se aplicarán a Vale do Rio Doce están siendo examinadas de forma conjunta", recalcó la fiscal, quien creó un grupo de trabajo para investigar el accidente. EFE