Entrevistas

Nueva Palmira alcanza su idea inicial

A 176 años de su fundación, la ciudad de Nueva Palmira está alcanzando la idea que la originó: un gran puerto en la unión del Río Uruguay con el Río de la Plata. Sin embargo, el crecimiento espectacular de los últimos años en muchos casos no es acompañado por la infraestructura pública, por los servicios ni por la sociedad. El director de la Comisión de la Biblioteca Popular Jacinto Laguna, Alfredo Zaldúa, habló de esas dificultades.

(Emitido a las 10.05)

EMILIANO COTELO:
Hay varias preguntas que quien viene a Nueva Palmira seguramente se hace recorriéndola y observando por un lado sus atractivos y por otro los servicios o la infraestructura para aprovechar esos atractivos.

Pero no es ese el único aspecto, hay otras preguntas que tienen que ver, por ejemplo, con la relación entre la gente de la ciudad y su puerto. De todo eso vamos a conversar.

Nos acompaña Alfredo Zaldúa, que tiene 56 años y 56 años de palmirense, nació, creció, vivió y vive en Nueva Palmira. Ex bancario, escritor, actor de teatro, relator de fútbol, y hoy nuestro anfitrión, porque es el director de la Comisión de la Biblioteca Popular Jacinto Laguna, la primera biblioteca del interior del país, fundada en 1886.

Con Andrés Gil vamos a charlar con él.

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ANDRÉS GIL:
Señor Zaldúa, me interesaba empezar la entrevista con un concepto que manejó ayer cuando conversábamos en lo previo. Esto de que la ciudad empieza a ser hoy lo que en su momento, allá por 1831, planificó, pensó, visionó el presbítero Felipe Santiago Torres Leiva, su fundador. ¿Cómo incide eso en la actualidad y en esa especie de divorcio, esa incapacidad de la ciudad para subirse a un shock positivo tan fuerte como el del puerto?

ALFREDO ZALDÚA:
El tema tiene muchas puntas, como palmirense neutral totalmente (en el sentido de ver las cosas positivas, que las tiene y muchas nuestra ciudad), tenemos que hacer una autocrítica, reconocer las fallas y tratar de que se corrijan. Para empezar, no hay dudas de que la Palmira que visionó Torres Leiva es la que estamos viviendo hoy, desde hace poco tiempo, porque no podemos medir la edad individual de una persona con la edad de un país, de una ciudad o de la humanidad toda. Durante los 150 años de existencia de la ciudad siempre se habló del puerto, cuando venía un barco era el paseo público, íbamos todos en caravana porque llamaba la atención. Y de pronto, de un día para otro, en muy poquito tiempo, diez y pocos años, barcos en el puerto, atracados en el privado, en el oficial, en rada, en cantidades bastante considerables ya no son sorpresa. Ese fue un cambio radical que tomó a Palmira no preparada.

Lo que saco de toda la conversación de la tertulia es algo que comentábamos en charlas habituales con compañeros que hoy están como espectadores. La ciudad, los palmirenses veníamos de desengaño en desengaño, de promesa en promesa desde hacía ya hace bastante tiempo. Recuerdo haberlo expresado a raíz de una reunión en épocas del gobierno del doctor Lacalle, cuando Abreu era el ministro y había aquellos conflictos con la República Argentina; el puerto de Nueva Palmira estaba en disputa y el famoso dragado era un tema trascendente. Ese desengaño de los palmirenses nos llevó a que prácticamente la ciudad se pusiera de espaldas a tanta promesa y tanto hablar del puerto.

EC - Un caso concreto, frente a una de las entradas del puerto hay una explanada grande donde suelen estacionar los camiones que esperan para descargar, por ejemplo granos, por ejemplo soja. Son camiones y camiones. Y no hay nadie brindándoles servicios a esos camioneros, no hay nadie preparándoles comida, nadie instaló baños químicos o baños de mejor calidad. Nos cuentan que los camioneros recorren la ciudad caminando, largas cuadras, buscando un lugar donde comer algo. ¿Cómo se entiende que nadie haya tomado esa iniciativa elemental, porque ahí hay un negocio cantado? Y no solo un negocio, es la posibilidad de que esta gente que trabaja, los camioneros, lo haga en mejores condiciones.

AZ - Dejo de lado toda bandería política: la responsabilidad de la parte oficial es grandísima, tanto a nivel nacional como municipal, no de la actualidad sino de muchos años a esta parte. Se ha venido emparchando, tratando de solucionar sobre la marcha, se hablaba mucho de lo que podía ser Nueva Palmira como puerta de la hidrovía, como puerta del Cono Sur, la ciudad tiene un montón de eslóganes, pero era todo palabras, no hechos. Lo que está ocurriendo con la ruta 21 es un hecho evidente. Si aspiramos a promocionar el turismo, que consideramos que es una industria (sin chimeneas, como se dice), y las carreteras hacia el este son excelentes, también hay que contemplar que la parte de producción agrícola, ganadera, maderera, cerealera, tenga su infraestructura. Es responsabilidad del gobierno.

EC - ¿Por qué es responsabilidad del gobierno brindar alimento y servicios higiénicos a los camioneros que vienen a descargar en el puerto? Ahí está faltando espíritu emprendedor de gente de aquí mismo, que no sé por qué no aprovecha esa posibilidad de hacer dinero, de generar algunos puestos de trabajo.

AZ - Hemos estado en tanta duda...

EC - El ejemplo del parador de Punta Gorda, un lugar espectacular, viene turismo incluso de Argentina con mucha frecuencia a disfrutar estos paisajes.

AZ - Seguimos con la parte política, porque de repente se hacen concesiones que lamentablemente después sacan el rédito que le corresponde al usuario sin que le importe, porque total paga dos pesos, no le importa el servicio que le dan. Tiene que haber un seguimiento, no estoy en contra de la parte privada, pero tiene que ser un complemento, todos tenemos nuestras responsabilidades, incluso yo como simple ciudadano asumo mi responsabilidad de a veces no levantar la voz cuando es necesario o cuando veo una anomalía. Trato de hacerlo, soy periodista y me peleo bastante, en el mejor de los sentidos, tratando de dar un apoyo. Pero si concesionamos un parador (o cualquier otra cosa) por un X tiempo, que son muchos años, por una bagatela, al concesionario no le importa el servicio. No hay un seguimiento, el ministerio le da la concesión a Emiliano Cotelo y yo como ministro tengo que seguirlo para ver si cumple con los requisitos que prometió en esa concesión.

Eso es lo que está pasando. Palmira hoy es un lujo en infraestructura de restaurantes con respecto a otros años, incluso los hoteles no digo que sean de alta categoría pero no había motivo para invertir porque no había seguridad para nada. Y de un día para otro, en lo que la vida humana es un pestañeo, nos encontramos con una ciudad que está en una transición total. De ahí viene toda esta hecatombe, incluso ha habido enfrentamientos simplemente por no conversar de la debida forma, porque cada cual defiende sus intereses, como ciudadano, como empresario o como representante de las fuerzas vivas. Era lo que nos faltaba, un poco de polémica, porque hoy polemizar parece una mala palabra, si no estoy de acuerdo contigo sos enemigo.

AG - ¿La población está algo así como anestesiada?

AZ - Estábamos desengañados. Y los cambios vinieron tan rotundamente que a veces caemos en los costumbrismos. El puerto de Nueva Palmira está pagando los platos rotos en este sentido, cuando tuvo el despegue supuesto, toda esa polémica que se ha generado con el ambiente, que no se ha tocado, no se tocó prácticamente, lo de Botnia. Yo estoy contra la contaminación pero es un tema muy fino y que abarca muchas cosas, no pasa solamente por la generación de determinados productos, en este caso por la celulosa, sino que hay otras, relacionadas con el mismo agro, hace tiempo que estamos viviendo químicamente.

AG - A propósito de esos cambios tan rotundos en toda la estructura de la ciudad, aprovecho un mail de Adriana, de Palmira, que tiene mucho que ver con cosas que escuchamos este fin de semana: "El mayor problema de Palmira es que no hay un plan de ordenamiento territorial, está el puerto y están las casas alrededor, están pasando los camiones por toda la ciudad y es todo un caos". Ahí hay un desafío importante para Nueva Palmira, para su crecimiento, es una ciudad que está limitada en su capacidad de crecimiento ordenado.

AZ - Totalmente, carecía de ordenamiento hasta que empezó todo este movimiento.

EC - ¿De quién depende un plan de ordenamiento territorial?

AZ - De la Intendencia Municipal de Colonia.

EC - ¿Solo de la Intendencia? ¿Cuánto juega la Junta Local?

AZ - Depende de la Intendencia. Lo digo con propiedad y no defiendo a los actuales ediles ni los anteriores, tampoco a nivel municipal se toma conciencia. No vamos a entrar en litigio con las ciudades vecinas, ni cercanas ni más lejanas del departamento, pero debemos reconocer que Palmira ha carecido de peso político y ha tenido un perfil demasiado bajo, quizás la ciudadanía palmirense no ha sabido valorar y defender sus virtudes, sus atributos, Torres Leiva no fue ningún tonto, la prueba está en que contra la naturaleza no se puede. No tengo nada contra la gente de Fray Bentos ni la de Paysandú que defiende su puerto, pero la naturaleza es sabia y no podemos resignar lo que nos ha dado porque a la larga la naturaleza pudo más y nuestro puerto es el que tiene mayores posibilidades de expansión.

EC - Por un lado hubo un problema con las autoridades, tanto municipales como eventualmente del Poder Ejecutivo. No es un tema de ahora, tiene años y años.

AZ - La carretera 21 hace muchos años que está calamitosa y parece un paisaje lunar.

EC - Por otro lado hay un problema con la gente, con el estado de ánimo de la gente, la cabeza, el corazón de la gente, que durante años arrastró una frustración con respecto al desarrollo de la ciudad y de golpe se encontró con que la realidad cambiaba y le costó adaptarse. ¿Cuánto juega en ese sentido el factor invasión? ¿Cuánto juega el hecho de que los líderes que han impulsado buena parte de los proyectos vinculados con el puerto de Nueva Palmira no son de aquí? ¿Tiene algo que ver?

AZ - No, los palmirenses tenemos que sincerarnos (lo digo a título personal), toda la vida nos quejamos de que no nos daban bolilla, de que el puerto estaba frustrado, y cuando el puerto empieza a funcionar nos empezamos a complicar con que sucede esto y lo otro, los camiones van y vienen. Volvemos a lo mismo, los de mi edad, un poquito más viejos, un poquito más jóvenes, somos de una generación que nació con Palmira hecha, el puerto existía, había empleados portuarios que iban a cumplir el horario, nada más, porque venía un barco cada no sé cuánto, era toda una novedad. Fuimos creciendo con una Palmira estable, pueblerina, aldeana si se quiere, con muchos valores que ojalá no perdamos, más allá de que ya nos está afectando el crecimiento, no por culpa de las empresas, pero se ha concentrado una cantidad de gente, se acabó aquello de que éramos pocos y nos conocíamos, ahora ya hay apellidos que son totalmente ajenos a la ciudad.

Pero no es la invasión, nos ha tocado vivir a nuestra generación, algunos un poco más viejos y algunos un poco más jóvenes, una parte de la historia que no se había tocado. Porque lo otro ya estaba, como ya está lo damos por impuesto, ahí es donde asumimos. También estamos en el costumbrismo, de repente yo estaba acostumbrado a sentarme en la vereda de mi casa a tomar mate y ver la puesta del sol, y hoy no la puedo ver porque Ontur hizo un galpón. Vamos a ponernos de acuerdo, queremos trabajo o no queremos. Tenemos que tener claro (es el error más grave que se ha cometido, y aquí hay responsabilidad de todas las partes) que no ha habido un ordenamiento, porque poco faltó para que los silos se hicieran en la plaza, es esa la sensación general del pueblo en sí.

AG - Usted está pintando una foto, ¿pero cómo es la película?, ¿se puede decir que están mejor que hace cinco o diez años? Porque este proceso ya tiene una década de desarrollo.

AZ - Palmira ha tenido otro tipo de frustraciones, estaba la fábrica de aceite Óptimo, que era el pulmón de la ciudad, aunque mucho más chica, y cuando se fue para Montevideo se produjo un quiebre. Después Lestido, en dos oportunidades. Quizás recién ahora Lestido ha dejado de ser añorado, era otro tipo de trabajo, había buenas remuneraciones, por lo menos aceptables, mucha mano de obra, cosa que el puerto no daba, lo que no quiere decir que no funcionara, pero movía menos gente o las ganancias se repartían entre pocos.

AG - ¿Hoy están más preparados, más cerca del puerto que hace unos años?

AZ - Si comparamos a Palmira con otras ciudades del interior, antes de todo este proceso, es cierto que hubo desocupación, capaz que todavía queda en una mínima parte, pero Palmira siempre ha tenido características diferentes de otras ciudades del interior, de casi todas, porque uno va a otra ciudad y no ve toda esa infraestructura portuaria que ha ido aumentando, la parte de zona franca. Eso mal o bien comparativamente genera fuentes de trabajo. De repente hay quienes defienden el ambiente y me ven como en contra de la defensa del ambiente, pero es simplemente decir que hay que organizar. La gente venía a Palmira muchas veces engañada, porque desde hace ya muchísimos años en los titulares de los diarios de Montevideo aparecía "Nueva Palmira, puerto...", entonces la gente dejaba su casa, venía a instalarse aquí y se encontraba con que había un muelle y el agua, nada más. Se fue creando una expectativa muy grande con mucha antelación, recién ahora se empieza a concretar en los hechos.

Es un proceso que se va a ir dando, cada uno va a ir acomodando las piezas, se va a ir adaptando. Insisto, por más que Emiliano crea que no, los ciudadanos somos responsables pero Uruguay es excesivamente solidario, el ciudadano uruguayo, el palmirense por excelencia, y estamos muy acostumbrados a que sea Juan Pueblo el que solucione los temas. Para algo votamos el día de las elecciones (a quien sea, no me interesa, no tengo bandería política), para algo están, tienen que hacer seguimiento o controles de cumpliendo, es lo que le corresponde al Estado, que somos nosotros. Porque decimos "no podemos depender del Estado (esa es otra discusión que tengo desde siempre), no le podemos pedir todo al Estado", ¿pero quién es el Estado? Somos nosotros.

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Edición: Mauricio Erramuspe