Análisis Económico

Balance del anuncio de rebajas impositivas

Análisis económico de Tea, Deloitte & Touche.

(Emitido a las 07.36)

EMILIANO COTELO:
El ministro de Economía y Finanzas, Isaac Alfie, anunció ayer en el almuerzo mensual de ADM algunas medidas de las que se hablaba como muy factibles desde hace días.

(Grabación)

ISAAC ALFIE:
Hoy podemos anunciar que, a partir del 1º de agosto, vamos a eliminar completamente el adicional del IRP (Impuesto a las Retribuciones Personales) y no sólo del IRP sino de todos los adicionales a las rentas que se votaron, esto es el adicional del Impuesto a las Comisiones, el adicional del Impuesto a la Renta, al agro, a la industria y al comercio.

(Aplausos)

También vamos a eliminar el Cofis a los servicios públicos, UTE, OSE y Antel, y esto significa que a partir del 1º de agosto las tarifas públicas de UTE, OSE y Antel bajan aproximadamente 2,9%, quizás un poco más, compensando prácticamente el aumento que tuvieron entre junio y julio.

Por cierto que esto lo hacemos con la serenidad y con la tranquilidad de las cifras que mostramos.

(Fin de la grabación)

A propósito de cifras, esta semana el Banco Central había divulgado datos fiscales correspondientes a la primera mitad del año, en un informe que dio cuenta de una fuerte suba de la recaudación, con la consiguiente mejora del saldo fiscal.

En este marco, les proponemos dedicar nuestro análisis económico de hoy a examinar la situación fiscal. El diálogo será con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche. Antes de analizar los anuncios de ayer, comentemos las principales cifras fiscales divulgadas a comienzos de esta semana.

PABLO ROSSELLI:
Las cifras divulgadas esta semana llegan a junio y muestran que el superávit primario del sector público (sin contar las intendencias, de las cuales no se tiene información aún) alcanzó en el primer semestre del año a 7.439 millones de pesos.

Ello supone una mejora muy notoria en relación al primer semestre de 2003, cuando el superávit primario (es decir el resultado fiscal antes del pago de intereses por la deuda pública) llegó a 2.666 millones de pesos; quiere decir que tenemos en esa comparación un superávit primario más de dos veces mayor al del primer semestre del año pasado.

Y si consideramos los últimos doce meses, el superávit primario ascendió a 14.206 millones de pesos. Esa cifra equivale (tomando un PBI de 12.000 millones de dólares) a aproximadamente 4% del PBI, como señaló ayer el ministro Alfie. Supone un superávit mayor al que está contemplado para el conjunto de este año en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

EC - ¿Cómo se explica esa mejora tan importante del resultado primario?

PR - Esa mejora obedece al aumento de la recaudación de impuestos. Antes de aportar algunas cifras, debemos tener presente que la economía uruguaya mostró una fuerte recuperación en el transcurso de 2003, que se tradujo en un notorio incremento de la recaudación sobre todo en la segunda mitad del año. Por eso, debemos advertir que los niveles de recaudación del primer semestre de 2003 (contra los que estamos comparando) eran todavía muy bajos porque la economía recién salía del piso de actividad registrado en el cuarto trimestre de 2002. Esa aclaración, además de explicar la suba tan fuerte del resultado primario, pretende advertir, que no debemos esperar que los resultados primarios continúen mejorando tan rápido en los próximos meses.

EC - Tomamos nota de esa advertencia. Pero, ¿cuánto subió la recaudación este año?

PR - Si tomamos los ingresos tributarios del gobierno central del primer semestre de 2004, concluimos que se produjo una suba en términos reales (es decir, descontando la inflación) de 18% en relación a la primera mitad de 2003.

Esa es la explicación básica para la mejora del resultado primario. Aumentó la recaudación tributaria, es decir los ingresos del gobierno central. A nivel de las empresas públicas, la comparación del primer semestre de este año con el primer semestre del año pasado muestra un descenso del superávit primario, que se podría atribuir a una recuperación de la inversión en las empresas (el monto de aumento de la inversión es más o menos parecido al descenso del superávit primario).

EC - Eso respecto a los ingresos. ¿Qué está ocurriendo con el gasto del gobierno central?

PR - Siempre considerando las cifras del primer semestre de este año, el gasto primario (sin intereses) del gobierno central aumentó 5% en términos reales frente al mismo semestre del año pasado.

Esa suba del gasto primario se explica por una fuerte expansión de las inversiones, de más de 30% en términos reales, y por un aumento de los gastos de funcionamiento también importante, de 17% en términos reales.

EC - ¿Y qué está sucediendo con las remuneraciones?

PR - Siempre de acuerdo a las cifras presentadas por el Banco Central, las remuneraciones pagadas por el gobierno central aumentaron 3% en el primer semestre, siempre comparando contra el mismo período del año anterior.

***

EC - Después de ese análisis de las cifras hasta junio, detengámonos ahora en los anuncios de ayer. ¿Esperaban para ayer esa clase de anuncios?

PR - En cierta medida, sí. Desde hacía días se hablaba de que el Ministerio de Economía estaba considerando una nueva rebaja del Impuesto a las Retribuciones Personales, y el almuerzo de ADM podía ser una ocasión para hacer esos anuncios.

Pero para explicar mejor nuestro diagnóstico, conviene señalar que en marzo, con la publicación de las cifras de actividad económica y conocidas las cifras de recaudación de los últimos meses de 2003, quedó claro que la economía había crecido en 2003 a un ritmo muy superior al que a nuestro juicio resultaba previsible un año atrás; por consiguiente, la recaudación también estaba siendo mayor a la que preveíamos hace un año. Pero una vez tenido en cuenta ese hecho, a nuestro juicio debíamos esperar que este año tendríamos una suba muy importante de los ingresos tributarios, lo que dejaría al gobierno un margen de discrecionalidad muy importante para flexibilizar su política fiscal sin afectar el cumplimiento de la meta acordada con el FMI (que establece un superávit primario de 3,2% del PBI para este año).

A su vez, en la medida en que siempre se observa una flexibilización de la política fiscal durante los años electorales (y esto es un hecho muy bien documentado de la historia económica del país), correspondía esperar que efectivamente la política fiscal se tornara más expansiva, más flexible a lo largo del año. Por eso, más allá del detalle de qué impuesto podía bajarse o no y de si la ocasión de ayer era el momento para los anuncios, ya estábamos trabajando sobre la hipótesis de una segunda flexibilización importante de la política fiscal en la segunda mitad del año.

EC - ¿Y cuál es el balance que realizan ustedes, de esos anuncios de rebajas tributarias?

PR - En primer lugar, debemos aclarar que aún no tenemos información suficiente para evaluar el costo de esos anuncios en términos de lo que queda del año, pero sobre todo en términos de las proyecciones para 2005 (porque en este año la rebaja afecta sólo a los meses de agosto a fin de año).

En segundo lugar, es claro que la decisión de flexibilizar la política fiscal en un año electoral puede dar lugar a diversas valoraciones políticas, sobre las que no corresponde que nosotros nos pronunciemos. En todo caso, podemos aportar algunas consideraciones que ayuden a ordenar las ideas.

EC - ¿Cuáles son esas consideraciones?

PR - Es claro que los ingresos tributarios han mejorado y eso abría dos grandes alternativas para la política fiscal en 2004. El gobierno podía, por un lado, destinar los mayores ingresos tributarios a incrementar fuertemente el superávit primario o, por otro lado, podía flexibilizar la política fiscal.

A pesar de que aún no contamos con estimaciones precisas de los costos de los anuncios, en principio entendemos que al menos este año las medidas anunciadas ayer no pondrían en riesgo el cumplimiento de la meta fiscal acordada con el FMI, que reitero es de un superávit primario de 3,2% del PBI y que Alfie señaló ayer que se subiría a 3,4%.

EC - Fue un anuncio como destinado a dar mayor seriedad a las medidas de rebajas de impuestos. Algo así como "bajamos impuestos pero al mismo tiempo asumimos un compromiso más exigente de superávit fiscal primario".

PR - Exacto. Y esa es una de las razones esgrimidas por el gobierno para anunciar estas medidas: que esta flexibilización no afecta el cumplimiento de la meta y que se puede incrementar el superávit primario en dos décimos.

Sin embargo, también podría argumentarse que en las condiciones actuales habría sido mejor aumentar sustancialmente más el objetivo de superávit primario.

EC - ¿Por qué? ¿Hace falta aumentar más el superávit primario, el resultado de las cuentas antes del pago de intereses de deuda?

PR - Reitero que la respuesta puede variar sensiblemente en función de valoraciones políticas. Pero en tono de explicar por qué se podría entender conveniente incrementar el superávit primario, se puede mencionar que las tasas de interés que el gobierno está pagando en las nuevas emisiones de deuda pública resultan muy, pero muy altas en términos reales: el gobierno está realizando emisiones de letras en Unidades Indexadas a más de 10% anual de tasa de retorno. En ese contexto, un mayor incremento del superávit primario podría generar un doble efecto positivo: podría permitir en primer lugar lo obvio, que es emitir menos deuda a esas tasas tan caras (porque Uruguay debe seguir emitiendo deuda no sólo para renovar las colocaciones que están venciendo sino para cubrir su déficit fiscal, del orden de 2% del PBI). Pero, más importante aún, un aumento del superávit primario podría inducir a una reducción de las tasas de interés de las nuevas emisiones.

A su vez, siendo que la economía sigue creciendo a buen ritmo, se podría pensar que desde el punto de vista de la necesidad de que las políticas macroeconómicas se manejen de forma anticíclica, podría ser conveniente que la política fiscal fuera menos expansiva.

Pero lógicamente, incrementar el superávit primario -y más este año- supone mantener un esfuerzo de ajuste, y los esfuerzos de ajuste tienen costos, significan sacrificios.

Y un último elemento a considerar tiene que con la forma en que se flexibiliza la política fiscal. Habrá quienes privilegien la reducción de impuestos como los escogidos por el Poder Ejecutivo, otros pensarán que es mejor abatir el costo de los combustibles para abatir uno de los componentes del alto "costo país" que siempre se menciona, otros entenderán que es más propicio aumentar el gasto público en algunas áreas como las sociales, educación, etcétera. De nuevo, las preferencias por cada opción van a estar muy influidas por las valoraciones políticas de cada uno.

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Edición: Jorge García Ramón