Desaparecidos: expectativa ante los resultados de la investigación del Ejército
Las versiones de prensa respecto a los informes que recibió el jefe del Ejército, Ángel Bertolotti, de militares retirados vinculados a causas por violaciones de los Derechos Humanos, son dispares. Todo indica que las consultas seguirán de cara al 8 de agosto, cuando vence el plazo dispuesto por el gobierno para el informe que emane desde el arma de tierra. Informe En Perspectiva.
(Emitido a las 7.36)
EMILIANO COTELO:
Ayer al mediodía vencía el plazo que, según trascendidos, había dado el teniente general Ángel Bertolotti a los oficiales retirados comprometidos en violaciones a los Derechos Humanos para que resolvieran si van a colaborar o no con la investigación interna que el Ejército viene realizando sobre desaparecidos.
Se trata de los coroneles retirados José Gavazzo, Juan Antonio Rodríguez Buratti, Gilberto Vázquez, Eduardo Rama, Jorge Silveira y Gustavo Taramasco, y el capitán retirado Ricardo Arab. Varios de ellos se habían negado a testimoniar en la comisión, disconformes con la política que el nuevo gobierno está siguiendo en esta materia, en particular molestos con el hecho de que se haya habilitado la actuación de la Justicia Penal en algunos de estos casos, lo que podría derivar en que estos efectivos terminaran procesados y hasta presos.
¿Cuál fue el saldo de la jornada de ayer en la sede del Comando del Ejército? Vamos a repasar los enfoques de los diarios.
Las distintas versiones
El titular principal de La República es: "Gran expectativa. Bertolotti recibió ayer multiplicidad de datos sobre desaparecidos. Sobre el escritorio del comandante en jefe del Ejército había ayer una pila de papeles conteniendo la información con datos sobre la suerte de los desaparecidos".
Según el diario El Observador: "Se desinfló expectativa sobre desaparecidos". Ése es el título de la nota que va en página 5, que en el segundo párrafo indica que "la información aportada por siete militares retirados al comandante en jefe del Ejército sobre la desaparición de María Claudia García, nuera del poeta argentino Juan Gelman, es similar a la que figura en los informes finales de la Comisión para la Paz".
De acuerdo con el diario El País: "La exhortación que realizó el comandante a los retirados el miércoles 20 no contó con el respaldo que esperaba el titular del Ejército. Bertolotti recibió en la víspera el testimonio de sólo dos coroneles retirados, Jorge Silveira y Ernesto Rama. De todos modos en el correr de los días algunos de los retirados le entregaron a Bertolotti otros datos y le señalaron entre otras informaciones que los restos de María Claudia García se encontrarían en el Batallón 14", como adelantó el viernes 22.
Por último, Últimas Noticias dice en su página 2: "Dos coroneles retirados aportaron ayer datos de segunda mano sobre el paradero de los restos de la nuera del poeta argentino Juan Gelman ante el comandante en jefe del Ejército, Ángel Bertolotti. Esa información fue considerada no concluyente para identificar el emplazamiento de la tumba de María Claudia García que, se supone, se encuentra ubicada en un predio aledaño al Batallón 14", según dijeron a ese matutino fuentes militares.
¿Entonces?
A partir de este espectro de crónicas es muy difícil sacar conclusiones sobre el saldo que dejó este lunes 25 que aparecía como una fecha clave en la interna militar. De un diario a otro surgen matices importantes e incluso contradicciones un tanto desconcertantes. Esto no debería sorprendernos, cualquiera que haya procurado trabajar periodísticamente estos temas en estos días sabe que el terreno es enormemente resbaladizo. Hay fuentes muy locuaces, pero generalmente hablan desde posiciones muy jugadas y con intereses creados, y las fuentes más ponderadas y sobrias tienden a ser bastante herméticas, por lo cual en esos informantes hay que obtener los datos casi con tirabuzón. En estas condiciones la tarea periodística se vuelve muy delicada y las conclusiones terminan siendo frágiles.
Para nosotros en particular no ha sido sencillo avanzar periodísticamente en esta información de ayer. No se conocen otros entretelones de lo sucedido, entre otras cosas porque varios jerarcas y funcionarios que aspiraban a recibir detalles de primera mano no pudieron conversar ayer con Bertolotti.
Por ejemplo, pese a lo que se había informado en la prensa, el comandante en jefe del Ejército no estaba invitado al acto aniversario de la Base Aérea Nº 1, en Carrasco, así que no concurrió y, por tanto, no se encontró allí con las diversas autoridades presentes. Bertolotti tampoco se comunicó ayer con el presidente de la República. Y, por otra parte, no se reunió con los generales en actividad que están esperando una convocatoria.
Se supone que en las próximas horas varios de esos contactos se concretarán y, por lo tanto, habrá algo más de información sobre lo ocurrido ayer. Y, especialmente, con el correr de las horas será posible obtener no sólo lo que ocurrió en la víspera sino, sobre todo, un panorama global de lo que viene dejando el conjunto de la investigación que encabezan los generales Pedro Barneix y Carlos Díaz.
Hay que esperar
De todos modos, algunas fuentes que consultábamos anoche en el Ejército remarcaban que para la culminación de la investigación interna faltan todavía 13 días. "Hay que esperar", insistían estos informantes.
Otras fuentes, en este caso políticas, relataban que a fines de la semana pasada el comandante Bertolotti se mostraba muy optimista con respecto a los resultados que podía conseguir.
A nivel del gobierno se aguarda con sumo interés estas conclusiones por varias razones, algunas obvias y otras más sutiles. Por un lado, si la investigación promovida por el propio Ejército se cierra de manera productiva, la estrategia trazada por el gobierno de izquierda se estará anotando un éxito seguramente inesperado por muchos observadores y dirigentes políticos.
Pero, por otro, es fundamental que esa indagatoria aporte datos concretos para que puedan llegar a buen puerto los trabajos de excavación que se llevan adelante en los cuarteles. El ejemplo más nítido en este sentido es la tarea que aún no se inició en el Regimiento 14, de Toledo, que enfrenta el problema de que el área a remover aparece por ahora como demasiado extensa, según la delimitación que se ha podido realizar con los antecedentes disponibles. Se trata de una franja de un kilómetro de extensión, donde los trabajos pueden ser eternos y pueden directamente fracasar si no aparecen testimonios de fuentes militares que permitan moverse con mayor precisión.
Muy dinámico
Sea como sea, lo único que está claro es que este proceso sigue siendo muy dinámico y variable. Y que cada día se entrelazan en él distintos hechos, declaraciones, versiones y acciones.
Por ejemplo, ayer mismo el Centro Militar y el Círculo Militar presentaron en el Edificio Libertad un escrito, acompañado de 120 firmas, en el que se impugna la nueva interpretación que el gobierno de Tabaré Vázquez le dio al alcance de la Ley de Caducidad.
Mientras por esa vía intentan frenar las actuaciones judiciales que se reabrieron este año, y que pueden terminar en procesamientos y hasta condenas de soldados, por otra parte esas mismas instituciones se preparan para el caso de que los juicios sigan adelante y por eso están procurando fondos para contratar abogados defensores para "aquellos oficiales en situación de actividad y/o retiro que así lo requieran". Un comunicado de los centros sociales difundido en la página web del Ejército destaca que a esos efectos se abrió una cuenta en la sucursal 19 de junio del Banco República.
La semana pasada se supo que el Ejército proporcionaría asesoramiento jurídico a los oficiales retirados que deban comparecer en los juzgados penales. De inmediato despertó la polémica sobre si correspondía que el Estado asumiera los gastos de esa defensa. Con el correr de los días se precisó que los abogados del Ejército se han limitado a aconsejar a estas personas sobre cómo proceder ante las primeras citaciones. Pero luego, cuando estos retirados necesiten un apoyo jurídico personalizado, éste quedará a cargo de letrados contratados privadamente con dinero de las colectas organizadas por los clubes militares.
Mientras tanto siguen sin concretarse citaciones judiciales a los oficiales retirados. Casualidad o no, lo cierto es que los trámites de los juzgados parecen sincronizarse con los deseos del comandante Bertolotti, que el lunes de la semana pasada expresó su esperanza de que episodios sensibles como estos, si se dan, ocurran después del 8 de agosto, cuando el Ejército debe entregar al Poder Ejecutivo las conclusiones de su investigación interna.
A esa demora, querida desde filas castrenses, paradójicamente vienen a contribuir también algunas acciones promovidas desde la vereda de enfrente. Por ejemplo, ayer el abogado de Juan Gelman, José Luis González, presentó un escrito ante la justicia recusando al fiscal Enrique Möller, debido a que éste ya se expresó dos veces sosteniendo que este caso debería estar protegido por la Ley de Caducidad, cuando sobre ese punto dice el doctor González no le corresponde expedirse al fiscal, sino al Poder Ejecutivo, según lo que la propia ley establece.
Más allá de las razones que Gelman y González esgriman para dar ese paso, lo cierto es que con la interposición de ese recurso el trámite del juicio se suspende temporariamente mientras esa demanda es estudiada por el fiscal de Corte. ¿Cuánto demorará esta gestión? No está claro, demorará más o menos días, pero mientras tanto sigue corriendo el tiempo, la fecha del 8 de agosto se acerca y las citaciones a militares continúan sin concretarse.
Esperar...
Algunas características de este proceso recién van tomando forma a medida que el tiempo pasa. Sobre un cierto punto, sobre un cierto aspecto del devenir de los acontecimientos primero surgen versiones confusas y recién con el correr de los días la información decanta y se vuelve algo concreto. A veces termina siendo algo sin importancia, otras termina siendo algo fundamental. Por eso vuelvo a lo que dije al pasar: parece conveniente frenar la ansiedad y esperar.
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