El presidente de ARU, Fernando Mattos, destacó el diálogo que tienen con el Poder Ejecutivo y reclamó más coordinación.

Los desafíos del agro y el centenario de la ExpoPrado

La ExpoPrado está cumpliendo 100 años. Y la Asociación Rural los celebra en un año de varios desafíos como el estreno de un gobierno de izquierda y la consolidación del crecimiento del sector. El presidente de la gremial, Fernando Mattos, destacó el buen diálogo que tienen con el Poder Ejecutivo, reclamó más coordinación entre los ministerios y pidió fomentar la competitividad del agro.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
La Expo Prado celebra su primer siglo de vida. Esta semana se inauguró la centésima edición de la Rural, este evento tradicional que congrega a productores y trabajadores rurales de todo el país.

Pero este no es el único aspecto a destacar, porque esta Expo Prado 2005 se da cuando el sector agropecuario sigue en plena fase de expansión.

¿Cuán positiva es esta coyuntura? ¿Hasta cuándo puede mantenerse? ¿En qué medida peligra? ¿Cuáles son los riesgos que en el escenario, por ejemplo por el factor tipo de cambio?

Vamos a conversarlo en los próximos minutos con el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), ingeniero agrónomo Fernando Mattos.

***

Ingeniero Mattos, cada vez que hablamos con la ARU es necesario hacer la aclaración, porque creo que para los oyentes que no están directamente vinculados con el tema sigue persistiendo la confusión a propósito de qué es una gremial y qué es otra. Básicamente la ARU agrupa a los cabañeros.

FERNANDO MATTOS:
Mucho más allá de eso. La ARU es la entidad gremial agropecuaria más antigua del país, fundada en 1871. Lógicamente, una de las mayores fiestas tradicionales de la ARU es la celebración de los certámenes ganaderos, y en esta ocasión, como lo manifestaste en la introducción, estamos en la centésima edición. Es algo raro en el país, que un evento se realice por centésima vez.

Al mismo tiempo lo que define a la ARU es la autorización para llevar los registros genealógicos, que es la base fundamental de la cabaña y del mejoramiento genético animal en el país. Los registros de pedigrée se llevan desde hace tantos años en la institución.

Lógicamente, en el entorno de ese aspecto estamos muy vinculados a las gremiales de productores, a las gremiales de razas de criadores, pero también, con una visión más amplia, la ARU ha incorporado, en función de su filosofía, que va más allá de los temas de defensa de los intereses del sector agropecuario, del sector industrias y del trabajador rural –según manifiesta el artículo 1º del estatuto–, en su larga trayectoria, una serie de gremiales muy importantes, como la de los apicultores –que congrega más de 1.500 socios–, olivicultores, la Sociedad de Productores Forestales y una serie de otras actividades vinculadas con el sector agropecuario que no necesariamente están directamente relacionadas, como la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural, que es una entidad importante en el quehacer nacional, buscando la diversificación de los aspectos productivos y comerciales del sector.

EC – A partir de esa inserción tan amplia en el medio agropecuario me interesa ver cómo están parados ustedes en el escenario de este año 2005. Decíamos que es otro año cargado de señales positivas para el agro –en materia de acceso a mercados, de precios internacionales, de recuperación del mercado interno incluso–, pero por otra parte hay un dato importante: estamos ante el primer año de un gobierno de izquierda en la historia de Uruguay. ¿Qué balance hace la ARU de estos primeros meses del gobierno del Encuentro Progresista (EP)?

FM – Aún es muy temprano para hacer balances, aunque, lógicamente, en nuestro discurso del 11 de setiembre vamos a abordar el tema.

EC – El discurso de cierre de la Expo Prado.

FM – En el cierre de la Expo Prado, que es la tradicional oportunidad donde se manifiestan el Poder Ejecutivo y la ARU en el acto de clausura. Evidentemente tenemos una gran expectativa, como todo el país, en función de esa novedad: por primera vez y después de una preparación de más de 30 años, la izquierda llega al poder y todos los sectores económicos y sociales del país tenían una gran expectativa en función del funcionamiento del gobierno.

Durante este período hemos tenido varias instancias de contacto, tenemos que reconocer que siempre hemos sido recibidos tanto por los integrantes del gabinete como por otro tipo de autoridades nominadas por el Poder Ejecutivo. Incluso toda vez que hemos intentado contactarnos con el propio presidente de la República hemos logrado conversar con él. Ése es un aspecto importante, tener el contacto, conversar, porque en definitiva lo que tiene que primar es que si le va bien al gobierno le va a ir bien al país, y la ARU trata de colaborar, como lo ha hecho siempre, para que los intereses nacionales estén por encima de todo.

EC – Entonces, por un lado usted dice "tenemos un buen diálogo con este gobierno". ¿Qué más? ¿Cómo ven los resultados que ha mostrado en estos primeros seis meses?

FM – Hay todo un proceso de aprendizaje del gobierno, se nota que en muchos aspectos hay bastante inexperiencia, hay un diálogo todavía muy cargado de la tradición o el entrenamiento de oposición y en algunos aspectos no se termina de asumir el rol real de gobierno de tomar decisiones y planificar el rumbo del desarrollo de Uruguay.

El gobierno asumió en una situación muy difícil, con márgenes de maniobra muy escasos, carga con un proceso de reivindicaciones, de reclamos y con un discurso, entonces una vez alcanzada la meta, llevar todo eso a la práctica no es una tarea muy sencilla.

Nosotros le reclamamos al gobierno un poco más de coordinación. Las señales y la actuación del equipo de gobierno no han sido lo absolutamente coordinadas que se podría desear, y evidentemente esto afecta la toma de decisiones, porque cuando miramos el panorama hay secretarios de Estado que miran para un lado y otros que miran para el lado opuesto. Evidentemente esto no es algo positivo para el país, que necesita recorrer el rumbo del crecimiento para superar las instancias tan difíciles que ha vivido –recordemos que hace tres años estábamos en el fondo del pozo–, tratar de recuperarnos es una cosa muy importante e imprescindible. Por eso entiendo que sería una lástima que en todo este proceso de transición –parece que le cuesta al gobierno encauzar el ritmo y el rumbo del desarrollo del país– estemos perdiendo la oportunidad de crecimiento que ya venía esbozándose al final de la administración del presidente Batlle.

EC - ¿Cómo observaron la crisis de esta semana, lo que ocurrió el miércoles, cuando estuvo en juego la posibilidad de renuncia del ministro de Economía Danilo Astori?

FM – Con enorme preocupación, porque no podemos perder la perspectiva de que el ministro Astori como conductor de la economía fue un factor fundamental de confianza. Confianza hacia la interna del país y hacia el exterior, y fue un factor fundamental cuando la fórmula presidencial del Frente Amplio (FA) decidió incorporarlo y nominarlo bastante tiempo antes de la elección como conductor de la economía. Ese detalle fue decisivo en la definición del pleito del 31 de octubre y por lo tanto apenas a seis meses de su permanencia en la cartera y con una conducción que entendemos acertada, coherente, con un discurso sólido... Entendemos que es lo más consistente que tiene el gobierno, su equipo económico ha actuado con enorme responsabilidad, manejando una situación muy difícil por el escaso margen de maniobra, por el alto endeudamiento y por la atención que tiene que dar el EP, que compartimos, a los enormes problemas sociales que tiene el país, fruto de la crisis profunda que eclosionó en el año 2002.

EC – Astori se queda, el diferendo se solucionó, hubo acuerdo, hubo humo blanco, como llegó a decir alguno de los ministros en la residencia de la avenida Suárez el miércoles al caer la tarde. Por un lado, lo que a ustedes les preocupaba, la permanencia de Astori al frente del equipo económico, se dio; ahora, el hecho de que se haya producido ese diferendo, que es un diferendo Astori-Vázquez o un poco más complejo, y la forma como se laudó, ¿les deja tranquilidad o hay heridas que todavía generan preocupación?

FM – Fue una tormenta importante dentro del gobierno. Muchos preguntan quién se fortaleció, quién se debilitó; nosotros entendemos que todas las partes salen fortalecidas, estos diferendos en el gobierno pueden ocurrir y de repente ganaron una notoriedad muy importante.

EC - ¿Para usted todas las partes salen fortalecidas? Otra lectura puede ser que todos salen debilitados, todos se desgastaron algo.

FM – Capaz que el gobierno en conjunto se ha debilitado, pero en cierta manera muestra también una madurez. Evidentemente un ministro es un fusible, si el ministro Astori continúa en la cartera es por sus condiciones, por su solidez, pero principalmente porque el presidente renovó la confianza en sus aptitudes y su compromiso de gobierno y lo confirmó en el cargo. Se encontró una fórmula transaccional para atender el requerimiento y la postura del presidente de la República, que entendía que tenía que destinarse una parte importante de los recursos a la enseñanza, y la postura del ministro Astori, que entiende que es el responsable del manejo de los números. Por lo tanto creo que ese camino del medio que se encontró es adecuado. Nos da una gran tranquilidad que el ministro Astori continúe en la cartera, que no es sólo el ministro, es todo su equipo económico. Al mismo tiempo, en la preocupación por los hechos que ocurrieron, lo llamamos al presidente de la República para manifestarle nuestro beneplácito por el resultado final y la tranquilidad que todos tenemos al haberse solucionado esta primera tormenta. Y el presidente nos manifestaba que estaba muy tranquilo, que tenía la tranquilidad de que todo lo que se había hecho había sido para tratar de dar una señal favorable y positiva, cada uno peleando por su posición, pero en definitiva alcanzando el entendimiento. Y hubo otros actores muy importantes para laudar este diferendo, puede indicarse al propio ministro Mujica, que tuvo una actuación relevante en este hecho.

EC – En definitiva, el hecho fue en sí mismo grave, entre otras cosas por el momento en que se produjo, dice usted, a los seis meses, con el presupuesto de por medio; pero ahora que se solucionó, ustedes quedaron... ¿cómo hay que decir? ¿Tranquilos?

FM – Aliviados por la primera noticia y al mismo tiempo tranquilos de que seguramente, al tener el respaldo el propio ministro Astori del presidente de la República, las cosas se van a solucionar. Y queda claro el camino, porque lo que tenemos que entender es que la conducción es responsable de la economía, que salimos de dificultades tan grandes, y si bien las reivindicaciones son justas y va a haber muchos otros sectores, tradicionales corporaciones que presionan por recursos, el país tiene que darse su tiempo de recuperación.

Lo que está en juego es el conjunto de la economía, no es sólo un tema de decir "les vamos a asignar los recursos", que son escasos, sino para qué los vamos a asignar. Esa es la parte que falta, porque si hacemos un gran esfuerzo todos los actores sociales en derivar recursos hacia un sector especial, al que no negamos la autenticidad de sus reclamos, tenemos que ver que eso no vaya sólo a remuneraciones sino que vaya para una efectiva mejora de ese sector en forma estructural que nos proyecte hacia el futuro, hacia el progreso y el mejor bienestar de toda la sociedad.

EC – Usted está señalando un aspecto, un factor que van a seguir de cerca en la discusión del presupuesto.

FM – Es así. En cuanto al presupuesto, todavía no hemos tenido una lectura más profunda; en contactos previos hablamos con el ministro Astori que nos indicó que los sectores privados vamos a tener una instancia de participación, no en el proyecto porque no corresponde, pero sí en la discusión que se va a generar en el Parlamento hasta su definitiva aprobación.

***

EC - Tradicionalmente el sector rural se ha manejado con dos referencias en lo que tiene que ver con el vínculo con el gobierno: el ministro de Economía y el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. En esta administración esos cargos están ocupados por personas con visiones de país algo divergentes... En estas horas precisamente está en discusión cuán divergentes son esas visiones, pero ha habido en estos meses unas cuantas diferencias notorias entre Astori y Mujica, en particular opiniones distintas sobre el manejo de la política económica. Ustedes, ¿cómo manejan ese aparente dualismo?

FM – Tenemos un muy buen diálogo con ambos secretarios de Estado.

EC – Usted fue muy elogioso recién con Astori, pero al mismo tiempo dice "tenemos muy buen diálogo con Mujica". ¿Entonces?

FM – Con Mujica hace aproximadamente un mes, estuvimos junto con otras gremiales agropecuarias, estamos trabajando en conjunto, y lo primero que le dijimos cuando en forma reiterada estaba anunciando su alejamiento de la cartera –pidiéndole excusas por el atrevimiento– fue que se estaba equivocando. Se estaba equivocando porque una vez alcanzado el poder por la izquierda, por el FA, celebramos en cierta manera que por primera vez teníamos un ministro de Ganadería con enorme respaldo político, con el respaldo que le confieren los votos.

EC – Es interesante eso, no es habitual que el ministro de Ganadería sea a su vez un líder político, y con el caudal de votos que tiene Mujica.

FM – Es la lista más votada del partido de gobierno, lo que no es cosa menor. Pero el ministro de Agricultura está reiterando, como lo hizo en los últimos cuatro o cinco meses prácticamente en forma quincenal, para ponerle una frecuencia, su eventual alejamiento por problemas de enfermedad o por discrepancias en algunos aspectos o en otros, y nos parecía que esa posición lo debilitaba. Eso también es una forma de respaldar la acción del ministro, que tiene que actuar siempre para consolidar esa fortaleza política con el apoyo de las gremiales, porque en definitiva si no trabaja con la gente, si no trabaja con los sectores que tienen que ver con los cometidos de la cartera es muy difícil.

EC – Qué paradoja, ¿no?: la ARU respaldando a un líder tupamaro, cuando el MLN llegó en su momento a copar su sede en una de las acciones más vistosas, que más repercusión tuvieron en su momento, entre los años sesenta y setenta.

FM – Es así, tuvimos enormes diferencias desde el punto de vista conceptual e ideológico. Pero las cosas pasan, los tiempos pasan y las cosas evolucionan. Y cuando lo traemos a los días de hoy, en qué aspectos hay grandes diferencias entre el ministro Astori y el ministro Mujica, creo que ese diferendo se solucionó incluso con una gran contribución de Mujica para la permanencia de Astori, nos parece que las diferencias no son tantas. Si quitamos dos o tres temas, como los aspectos macroeconómicos referidos al manejo del tipo de cambio y la afectación de esto a la competitividad, y si le quitamos el otro aspecto que ha sido factor de disputa y de cierta fricción entre ambos secretarios de Estado y sus propias bancadas, como es el tema del endeudamiento, hay muchas más coincidencias que divergencias entre la actuación y el pensamiento de los dos líderes de los movimientos de izquierda.

EC – Casualmente los dos aspectos de diferencia que usted acaba de marcar son temas que tienen que ver, que tienen incidencia fuerte en la actividad que ustedes desarrollan, la agropecuaria. ¿Entonces? ¿Cómo observan el manejo del tipo de cambio y de la política monetaria en general y el manejo del endeudamiento, teniendo en cuenta todo lo que falta aún para la consolidación de este renacimiento del agro en Uruguay?

FM – El tema del tipo de cambio, del manejo de la política monetaria y el endeudamiento van de la mano, fue lo que sufrió el sector agropecuario con el atraso cambiario que se procesó desde finales de la década de los ochenta hasta que eclosionó en la fuerte devaluación de agosto de 2002. Ese factor decisivo y que estructuralmente ha afectado al sector agropecuario con un muy fuerte endeudamiento, que alcanzó en la fecha de profundización de la crisis el 150 por ciento del valor del producto agropecuario, realmente fue de gran traumatismo para la producción y luego de varios factores, con la recuperación de mercados, con el alivio de la carga tributaria realizado por la administración anterior y la superación de los aspectos sanitarios que nos permitió volver a acceder a los mercados, junto con la ganancia de competitividad por la devaluación, permitió un fortísimo crecimiento del sector agropecuario, que además recibió flujos de otros sectores de lo financiero que no tenían confianza en el propio sector. La agropecuaria recibió flujos de capital muy importantes que le permitieron ese crecimiento, y ese crecimiento resultó en que hoy es el sector que más redujo su endeudamiento.

De cualquier manera el tema del endeudamiento ha sido un compromiso de campaña, el ministro Mujica se comprometió a dar respuesta a través de una ley a los temas de endeudamiento, principalmente para aquellos sectores de productores que no pudieron soportar el largo período de atraso cambiario que terminó con su viabilidad productiva en muchos casos. Lamentablemente el gobierno o la sociedad tendrán que tomar una decisión, qué hacemos, ¿vamos a terminar ejecutando o va a haber una solución en función de una cierta contemplación y de interpretar –no tenemos duda– que son sectores útiles para la sociedad, porque, como dijo Mujica, es mucho más fácil hacer un abogado o cualquier otro profesional que hacer un productor agropecuario. La sociedad tendrá que tomar una decisión.

La ARU siempre estuvo en contra de la solución por ley, entendemos que a la larga es perjudicial para el sector porque aleja los flujos de capitales de riesgo y entendemos que la recuperación o el abatimiento de la deuda que se viene procesando desde hace dos años vienen de la mano de que las condiciones de rentabilidad existan, que no exista una pesada carga tributaria, de que la competitividad no sea afectada. Y aquí entra el otro factor que tú mencionaste, que es el tipo de cambio, el manejo de la política monetaria. Popularmente se dice que hay atraso cambiario y la academia económica dice que no, pero hay una inflación en dólares que afecta la competitividad y así se lo hemos trasmitido tanto al ministro Mujica, que está absolutamente de acuerdo con nosotros, y también al ministro Astori, que nos ha manifestado que este proceso va a tener su continuidad, que va a demorar algún tiempo para que no tenga consecuencias tan importantes, a lo que nosotros le decimos que tenemos que tomar medidas correctivas para que los procesos de generación de rentabilidad en el negocio sigan funcionando.

EC - ¿Están satisfechos con el manejo que se está haciendo de la posibilidad de esas medidas correctivas que compensen los efectos de la inflación en dólares?

FM – Hay otros componentes de la competitividad, no es sólo la política monetaria. Hay aspectos de productividad, tecnológicos, aspectos vinculados a la discusión de la política tributaria que se va a dar después de la discusión de la ley de presupuesto –nos preocupa mucho en qué sentido se va a encaminar esta discusión–, y por otro lado hay aspectos estructurales que deben estudiarse y que requieren políticas de Estado que todavía no han estado en discusión, como por ejemplo una política de seguros agrícolas.

La producción agropecuaria está absolutamente expuesta a las vicisitudes climáticas, los seguros agrícolas son caros en el mundo y normalmente hay un componente de intervención o de subsidio estatal, que no es una mala palabra en este sentido, porque es mucho mejor asistir y ayudar a que la accesibilidad del sistema agropecuario sea algo realmente alcanzable para el productor, que tener que atender aspectos sociales de emergencia con mucho más dinero por parte del Estado, con mucho más capital y siendo mucho menos efectivo.

------------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn