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Entrevista con el politólogo Luis E. González publicada por El País

(Incluida en la edición de Economía & Mercado el lunes 29 de agosto de 2005)

"-¿Cuál es su percepción de la política económica del gobierno uruguayo que no luce ni tan ortodoxa como la de Lula, ni tan desarrollista como la de Kirchner?

-Los parecidos con la línea económica del gobierno brasileño no le vienen mal al presidente Vázquez para enfrentar los problemas políticos internos porque, a pesar de todos los pesares, la imagen de Lula sigue siendo positiva entre los simpatizantes del Encuentro Progresista y entre el público más informado. Por otro lado, la política de Kirchner no es "tan" desarrollista como parece a primera vista. Por comparación con los vecinos, parece haber un equilibrio razonable en la política económica del gobierno uruguayo.

-¿Están claramente delimitadas las grandes corrientes dentro del Encuentro Progresista/Frente Amplio/Nueva Mayoría (EP-FA-NM) que disputan los lineamientos de las políticas del gobierno?

-Por un lado, se puede distinguir entre dos grandes "perspectivas" que, a nuestro juicio, llamaríamos "pragmáticas" y "tradicionales". Por otro lado, en los debates y conflictos de las últimas semanas y meses, se pueden identificar al menos tres grandes actores, observándose algo parecido a un triángulo. Como siempre, hay algunas zonas grises en sus fronteras. Con las cautelas del caso, uno de los vértices de ese triángulo es lo que se puede llamar un pensamiento socialista o socialdemócrata europeo, con muchas afinidades con el gobierno actual de Lagos en Chile; el corazón de este vértice es Asamblea Uruguay (AU). En otro de los vértices se encuentra una izquierda muy tradicional, que no es claro hasta qué punto ha acompañado los cambios del mundo a lo largo de los últimos quince años. Aquí se encuentran las agrupaciones genéricamente socialistas de origen histórico marxista -aunque entre los socialistas existen, por lo menos, minorías considerables que no deberían ser consideradas "tradicionales" en este sentido- y, tal vez, también algunos grupos más pequeños que se ven a sí mismos como radicales. En el tercer y último vértice está el Movimiento de Participación Popular (MPP), que representa una tradición diferente, aunque de origen histórico también radical como fue el MLN Tupamaros. Los desacuerdos y disputas entre el MPP y AU son hoy muy visibles. Pero no es seguro que ambos grupos estarán siempre en lados opuestos en otras líneas divisorias potencialmente importantes dentro del partido gobernante. Puede ocurrir que en algunos temas relevantes el MPP esté más cerca de AU que del vértice "tradicional".

-¿En qué se basa esa presunción?

-En primer lugar, históricamente ha sido así. El Movimiento de Liberación Nacional (MLN), que hoy es el núcleo del MPP, surgió por oposición a las fuerzas de izquierda tradicionales, de las que lo separaron -en el acierto o en el error, eso es otra cuestión- tanto la doctrina como la acción. Además, en un período de tiempo breve, muchas voces desafectas de los partidos tradicionales, sobre todo del Partido Nacional, se incorporaron al MLN, y luego al MPP, en números más importantes, en términos relativos, que los cosechados por la izquierda tradicional. A veces el carácter de oposición armada del MLN en los años sesenta y setenta se diferencia tanto del EP-FA-NM actual que uno pierde de vista esas características. Pero en estos aspectos -orígenes, forma de crecimiento- el MLN y el MPP se parecen más al conjunto de todo el actual partido gobernante que a la izquierda tradicional. En segundo lugar, el ministro Mujica ha insistido largamente en que lo que el país necesita es construir un capitalismo "en serio". Esa tarea no es fácil, lleva su tiempo. Después se verá. Los socialdemócratas también creen que eso es lo que hay que hacer. ¿Los instintos de la izquierda tradicional realmente quieren eso? Rodney Arismendi, el padre de Marina, alguna vez sostuvo ideas parecidas, pero me parece forzado decir que los comunistas -y buena parte de los socialistas- de hoy realmente persiguen esa meta. En resumen, el mapa político "práctico" de la izquierda de hoy muestra tres grandes actores".