Entrevistas

Satisfacción de la gremial forestal por anuncio de Stora Enso

La anunciada "maga inversión" por parte de la sueca Stora Enso, una de las principales empresas del sector, es vista con "buenos ojos" por la Sociedad de Productores Forestales. Respecto al poco valor agregado de las plantas de celulosa, el presidente de la gremial, Oscar Costa, dijo que en una etapa posterior llegará la fabricación de productos terminados. Costa destacó que la inversión del Estado fue de unos 100 millones de dólares y provocó la llegada de capitales por miles de millones.

(Emitido a las 8.36)

EMILIANO COTELO:
Fue una noticia fuerte al comienzo de esta semana: el anuncio de las inversiones en Uruguay de Stora Enso, una de las principales empresas mundiales en el sector forestación, papel y cartón.

Nils Grafström, presidente de Stora Enso para América Latina, confirmó a la agencia France Press que la empresa invertirá 250 millones de dólares en Uruguay para la forestación de 100.000 hectáreas en un plazo de siete años, como plataforma forestal para una planta de celulosa con capacidad de producción de 1.000.000 de toneladas anuales. La decisión de instalar la nueva planta, que demandará una inversión de 1.000 millones de dólares, se adoptará en tres o cuatro años. Mientras tanto, sólo durante 2005, Stora Enso desembolsará 100 millones de dólares en Uruguay para forestar 50.000 hectáreas.

El diario Últimas Noticias informa hoy que la empresa sueco-finlandesa ya compró 12.000 hectáreas en Durazno y Tacuarembó, donde el precio de la tierra no ha sido por el momento afectado por el incremento de la demanda, según consignaron operadores del sector. Las compras en ambos departamentos se efectuaron en el entorno de los 1.000 dólares la hectárea, precio normal en el mercado inmobiliario rural, dice la nota.

El grupo ambientalista Guayubirá manifestó su oposición a la nueva planta con el argumento de que el monocultivo elimina puestos de trabajo. La activista ambiental Ana Filippini, directiva de la institución, dijo que éste no es el tipo de industrialización que reclama el país productivo que se votó.

Más adelante vamos a tener la visión del gobierno a propósito de este tercer actor que se suma en materia de plantas de celulosa en territorio nacional. Antes nos interesa conocer cómo ven este movimiento los que ya están forestando en Uruguay.

Estamos en diálogo con el ingeniero Óscar Costa, presidente de la Sociedad de Productores Forestales.

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Ingeniero Costa, ¿fue una sorpresa para usted esta noticia?

ÓSCAR COSTA:
En parte sí, en parte no; porque sabemos que el sector está dinámico, sabemos lo que está pasando y quizás en el futuro tengamos más noticias de este tipo. La tomamos con la alegría de estar en este sector, hemos apostado desde hace muchos años a un sector que hoy está empezando a dar sus frutos porque están comenzando etapas de cosecha después de muchos años, de 15 años plantando nuestros árboles silenciosamente.

EC – Pero la presencia de un gigante como Stora Enso, con la cantidad de hectáreas que proyecta forestar, también podía verse como un problema para ustedes, como un competidor. ¿No puede bajar los precios, por ejemplo?

OC – Uruguay todavía está en etapas iniciales en el tema forestal. Tenemos que recordar que hace apenas 15 años que comenzamos con esta historia, la última ley forestal, la 15.939, que ha posibilitado todo esto, es del año 1987, y queda mucho por hacer. Según la ley y los decretos reglamentarios Uruguay tenía unos 3,5 millones de hectáreas de aptitud forestal.

EC - ¿Qué quiere decir "aptitud forestal"?

OC – Son suelos que están comprendidos en la ley porque tienen las mejores condiciones para ser forestados y menos aptitud para la ganadería y la agricultura, por ejemplo.

EC – Usted dice que 3.000.000 de hectáreas han sido definidos como de aptitud forestal. ¿Y cuánto ha sido plantado ya?

OC – Apenas estaremos llegando a las 800.000 hectáreas. Quiere decir que hay mucho por hacer, hay mucha tela por cortar aun.

EC - ¿Cómo impacta la decisión de Stora Enso de plantar 100.000 hectáreas más?

OC – Impacta, porque evidentemente se ha forestado a un ritmo sostenido e importante. Cien mil hectáreas es una cantidad importante, pero en algunos años en este país se llegó a forestar cerca de 70.000 en el pico, en 1998, por tanto no es una cantidad que nos asuste. Pensamos que se van a hacer y con creces, que incluso se van a superar las 100.000 hectáreas porque se sigue plantando a un ritmo importante en virtud de los proyectos que ya venían en marcha.

EC - ¿Hacia dónde va, entonces, la actividad forestal en nuestro país en cuanto al proceso productivo que sigue a la plantación? ¿Qué se vislumbra en Uruguay como posibilidades de industrialización de la madera? Estamos hablando de tres grandes proyectos de plantas de celulosa que implican agregarle valor a la cosecha de árboles lisa y llana, no vamos a estar exportando rolos, pero hay quienes entienden que el agregado de valor debería ser mayor aún. ¿Cómo observan ustedes esas posibilidades?

OC – Vemos con muy buenos ojos el hecho de que venga este tipo de empresas, como Stora Enso, porque trae tecnología, capacidad de gestión, capacidad de management, que nos va a hacer muy bien a todos porque son contagiosas. Los mercados son inteligentes, van a ir haciendo los productos que se demanden en el mundo. La celulosa y el papel son altamente demandados, hay un déficit de materia prima para seguir generándolos, pero un país forestal, en la medida que va madurando, entra por lógica en otras instancias de generación de productos de la madera, llámense primera, segunda y tercera transformaciones, aserrado, bobinado, fabricación de productos terminados, muebles y otros, que también tienen una demanda muy importante. Pero para eso los países tienen que tener una historia forestal y la madera adecuada, con los diámetros y las dimensiones para eso, cosa que Uruguay seguramente va a tener; la tecnología que vamos a ir incorporando y el conocimiento que vamos a ir adquiriendo nos van a llevar a transformarnos en un país que realmente esté en la categoría de país forestal, en la que ya estamos entrando. Allí habrá celulosa, papel y madera sólida de otras características, como ya está pasando, a pesar de que estamos dando un primer paso de sólo 15 años durante el cual nos hemos venido transformando en el sector que quizás sea el número uno de la economía dentro de cuatro o cinco años.

EC - ¿Cómo influye el hecho de que se haya votado hace muy pocos días la derogación de los subsidios a la actividad forestal?

OC – Los subsidios fueron muy importantes en el arranque de todo este proceso porque sólo con una inversión en incentivos, subsidios y alguna exoneración impositiva, una inversión del Estado del orden de los 100 millones de dólares, no más, ha generado plantaciones directas del orden de 1.000 millones de dólares, plantaciones que se están proyectando en el orden de 2.000 a 3.000 millones, toda esta inversión nueva que nos llevaría a una inversión superior, más todo lo que ya se está haciendo en el norte, en Rivera y Tacuarembó, fundamentalmente en plantas para madera sólida. Allí hay inversiones del orden de los 1.000 y quizás más millones de dólares que fueron anunciadas hace poco pero que se han venido gestando desde hace mucho.

EC - ¿Qué quiere decir madera sólida?

OC – Madera sólida es la que no va para celulosa, es la madera que se transforma mecánicamente en madera aserrada, en elaboración de productos como tableros, aberturas, muebles, etcétera.

EC - ¿Entonces cuál era su conclusión?

OC – Mi conclusión es que con una inversión muy pequeña que hizo el Estado, muy inteligente, a través de esa ley de consenso, porque todos los partidos estuvieron de acuerdo, se ha generado una inversión privada que se ha multiplicado ene veces. Estoy hablando de 100 millones de inversión estatal frente a miles de millones de dólares de inversión privada.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe