A propósito de la acusación del Presidente a El Espectador
Editorial de Emiliano Cotelo.
(Emitido a las 8.40)
EMILIANO COTELO:
Está claro que el presidente de la República puede opinar libremente.
Y, si quiere, puede opinar sobre los medios de comunicación. Nadie se lo va a impedir. Pero, con franqueza, yo creo que debería manejar con más tacto sus declaraciones en estos asuntos.
Coincido con el doctor Tabaré Vázquez en que los medios no son intocables y en que cualquier ciudadano, libremente, con respeto y tolerancia, puede criticarlos. Por supuesto. Pero el presidente no es un ciudadano cualquiera. En materia de medios de comunicación y periodismo la crítica del primer mandatario tiene un peso particular y muy profundo.
¿Por qué? Porque el Estado cuenta con herramientas que pueden incidir en el funcionamiento de los medios.
¿En busca de la autocensura?
Por ejemplo, ¿a partir de la disconformidad presidencial puede estar en juego la revocación del permiso estatal con el cual opera una radio o un canal de televisión? Otra pregunta: a un medio que el presidente señala como opositor sistemático, ¿puede llegar a sancionárselo con un trato discriminatorio en la asignación de la publicidad oficial?
Y, por último, los medios a los que ha aludido el presidente, ¿pueden ver afectado su acceso a la información y a la posibilidad de entrevistas con jerarcas de gobierno?
Esas preocupaciones son absolutamente pertinentes después de un pronunciamiento como el que acaba de hacer el doctor Vázquez. Y, por lo tanto, puede haber periodistas y/o directores de medios que de ahora en adelante se sientan condicionados.
No es el caso de Radio El Espectador; acá estamos acostumbrados a recibir presiones y ponerlas en el lugar que corresponde. Pero desde ayer el riesgo de la autocensura pasa a sobrevolar el periodismo uruguayo. Y eso es un problema para la libertad de expresión, una de las garantías básicas del sistema democrático.
Esa es una primera razón para considerar graves las declaraciones del presidente Vázquez.
Pero hay otras.
Las acusaciones, sin pruebas
En un solo acto el doctor Vázquez dio varios saltos en materia de subjetividad.
No se limitó a consignar hechos y emitir opinión, sino que además atribuyó intenciones.
Vázquez podría haberse mostrado molesto porque los medios que mencionó informan de una cierta forma sobre la actualidad. Ya lo ha hecho en otras ocasiones, cuando ha expresado su disgusto por el destaque que tendrían las noticias negativas y el escaso espacio que ocuparían las buenas noticias.
Sin embargo, esta vez Vázquez fue más lejos. Enumeró cuidadosamente una serie de publicaciones, canales de televisión y radios, entre ellos Radio El Espectador, y sostuvo que esos medios utilizan el periodismo para hacer oposición.
Difícilmente Vázquez tenga pruebas de esa afirmación suya; por lo menos, no las expuso. Lo que escuchamos fue una suposición del presidente, absolutamente temeraria, que sin embargo él presentó como un hecho. Y a partir de esa interpretación suya, Vázquez agregó que esos medios deberían reconocer que están actuando en la oposición. Aquí es cuando el presidente incurre una segunda audacia, ya que implícitamente acusa a este grupo de medios, entre ellos esta radio, de engañar cotidianamente a sus públicos presentándose como neutrales.
Me parece que un Jefe de Estado no debería argumentar de esa manera tan ligera. Ni sobre los medios ni sobre ningún otro tema.
En Perspectiva
Además de las puntualizaciones que la dirección de Radio El Espectador acaba de realizar, quiero dejar constancia que yo, Emiliano Cotelo, lamento y rechazo de la manera más contundente estos señalamientos que el presidente de la República ha hecho y que abarcan también a mi trabajo y al de mi equipo.
Mi equipo y yo damos la cara, en vivo, cada mañana, informando, entrevistando, analizando y, cada tanto, editorializando.
Y lo hacemos con espíritu crítico, claro, pero también constructivo, y guiados por una vocación de servicio público que asumimos con una convicción muy profunda. Por eso trabajamos muy duro, con rigor y profesionalismo. Porque respetamos a nuestros oyentes.
Tratamos de ser el vínculo más delgado posible entre la actualidad y nuestra audiencia. Y para eso empezamos por dejar a un costado nuestros intereses particulares, nuestros gustos y nuestras fobias. Y, por supuesto, no nos alineamos con ningún partido, ninguna ideología ni ninguna iglesia.
Esta tarea implica un esfuerzo muy serio y la encaramos con disciplina y con humildad. Como no podía ser de otra manera, aceptamos y atendemos las críticas. Pero esto de ayer es otra cosa. Aquí, sin aportar pruebas y desde la máxima investidura del país, se ha denunciado públicamente que somos deshonestos con nuestro público y que no hacemos periodismo independiente sino política de oposición. Esa es una ofensa muy hiriente para los profesionales que realizamos En Perspectiva y no podemos dejarla pasar.
El gobierno del doctor Tabaré Vázquez tiene apenas un año y tres meses.
En Perspectiva, en cambio, lleva 21 años en el aire.
Veintiún años durante los cuales, día a día, hemos ido construyendo un nombre y una trayectoria que constituyen el único capital de un programa de radio y de los periodistas que lo producen. En particular, yo, Emiliano Cotelo, desde el punto de vista profesional no soy nada más y nada menos que lo que ustedes escuchan cada mañana. ¿A alguien se le puede ocurrir que a mí podría servirme tirar ese capital por la borda poniéndolo a jugar a favor o en contra de un determinado gobierno?
En los 21 años de En Perspectiva hemos cubierto ya la gestión de cinco administraciones diferentes. Nosotros estamos muy tranquilos con nuestras conciencias.
Pero en definitiva son ustedes, que nos han examinado minuto a minuto, quienes tienen la palabra.