Pero además, si no establecemos Políticas de Estado en la materia, a mediano y largo plazo el colapso energético será inevitable.

Esta situación deriva no solamente de las restricciones coyunturales y estructurales propias de nuestro país, sino, además, del hecho de encontrarnos en los tramos finales de la era del petróleo.

Una nueva era asoma en el porvenir, en la que nuestra ubicación en el escenario internacional dependerá de nuestra capacidad de anticipar los hechos y actuar en consecuencia.

En pocas palabras: podemos lograr una mayor independencia energética, o caer, definitivamente, en la dependencia, con sus graves consecuencias.

Ahora bien: un desafío de esta magnitud, en que las decisiones que adoptemos comprometerán nuestro futuro por 10, 20 o 30 años, en un tema vital para el crecimiento económico y para la calidad de vida de los uruguayos, no puede ser abordado por un solo sector de la vida del país.

Esta Política deberá surgir del acuerdo de una amplia mayoría, de modo de asegurar su continuidad en el tiempo, así como de disponer en su elaboración e implementación de la mayor cantidad y calidad de recursos humanos disponibles en el país.

Debe quedar claro desde el inicio que esta iniciativa no procura sustituir la imprescindible acción del Poder Ejecutivo en las decisiones de todos los días, tanto del actual como los que lo sucedan, sino que, por el contrario, pretende construir una visión nacional de largo plazo en materia energética, que puede resultarle de extraordinaria utilidad al Poder Ejecutivo de turno para orientar sus acciones.

Es por ello que el Partido Nacional convoca a los partidos políticos y a los sectores económicos y sociales más vinculados al tema, a constituir una Mesa de Trabajo a efectos de elaborar, en un plazo razonable, las grandes líneas de una Política Energética Nacional.

La agenda de dicha Mesa de Trabajo deberá ser definida por sus integrantes. No obstante, nos permitimos sugerir dos grandes avenidas por las cuales transitar. Por un lado, el estudio de la realidad actual y las perspectivas de cada uno de los componentes potenciales de nuestra matriz energética, para luego definir las líneas de acción en relación a cada uno de ellos. Por otra parte, el análisis comparado de las distintas formas de gestión de los recursos energéticos, que permitirá definir el modelo más adecuado para nuestro país en el mediano y largo plazo.

Si bien la propuesta que estamos presentando implica un desafío difícil y complejo, también somos concientes de la necesidad y urgencia de avanzar por este camino. Por tanto, entendemos que se deberá establecer un plazo para la elaboración de un primer documento, que luego necesariamente deberá ser revisado, modificado y ampliado periódicamente.

Desde el punto de vista operativo, y esto es solo una sugerencia, entendemos que la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios del Senado podría resultar un instrumento adecuado para coordinar esta iniciativa.

En las próximas horas tomaremos contacto personal con las autoridades de gobierno y de los principales partidos políticos de nuestro país (Frente Amplio, Partido Colorado, Partido Independiente y Unión Cívica), así como de organizaciones estrechamente relacionadas con el tema (Cámara de Industrias, PIT-CNT, Cámara de Comercio, Unión de Exportadores, Asociación Rural, Federación Rural, Cámara Uruguaya de GLP, URSEA), a efectos de invitarlas a participar en esta iniciativa. Asimismo entendemos que la Mesa de Trabajo deberá recurrir en busca de información y opinión a todas aquellas organizaciones que puedan efectuar un aporte relevante (Universidades, Institutos Tecnológicos, Asociaciones Profesionales, Asociaciones de Consumidores, etc.).

Los mantendremos informados de los pasos que vayamos dando en pos de concretar esta iniciativa que, estamos convencidos, inaugura una nueva etapa hacia la construcción de Políticas de Estado en temas fundamentales para el país, en definitiva, de políticas nacionales.

Senador Ing. Ruperto Long

Partido Nacional