La Tertulia Agropecuaria

El presente y futuro del sector cárnico

El sector ganadero atraviesa un momento en el que todos los indicadores son positivos. Un momento en el que pensar cómo crecer y cómo cuidar los diferenciales favorables de Uruguay. De eso hablaron en tertulia los ingenieros agrónomos Rodolfo Irigoyen, Daniel de Mattos, Pablo Carrasco y Gustavo Diéguez.

(Emitido a las 9.34)

EMILIANO COTELO:
Ya estamos en ese momento del año en que la ciudad toda mira hacia el campo. Hoy comienza la 101ª Exposición Rural del Prado.

Para ir entrando en tema, en nuestro programa de hoy les proponemos poner la atención en la ganadería, un rubro que pasa por un momento exultante, lleno de indicadores positivos. Y dentro de la ganadería vamos a concentrarnos en el sector cárnico. Consolidado como el principal rubro exportador del país, la producción de carne vive una coyuntura histórica al tiempo que atraviesa transformaciones inéditas.

¿Hacia dónde apuntan estos cambios? ¿Están dadas las condiciones para el despegue de un sector cárnico más moderno, que exporte cada vez más valor agregado? ¿Se está aprovechando la bonanza para preparar ese salto? ¿Dónde están las amenazas al modelo actual?

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De estos temas vamos a conversar en los próximos minutos en esta Tertulia Agropecuaria, para la cual contamos con la presencia de cuatro ingenieros agrónomos vinculados con distintos ángulos de este sector.

Recibimos a Rodolfo Irigoyen, quien además es master en Economía por el Centro de Investigación y Docencia Económicas de México, fue docente de Economía en la Facultad de Agronomía, investigador y consultor en organismos internacionales, y hoy es consultor privado y productor rural.

También está con nosotros Daniel de Mattos, que es master en Ciencias Animales y doctor en Mejoramiento Genético por la Universidad de Georgia en Estados Unidos, se ha desempeñado como jefe del Programa Nacional de Bovinos para Carne del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y actualmente es gerente general de Carne Hereford.

Pablo Carrasco, que además de ser ingeniero agrónomo hizo una maestría y un doctorado en la Universidad de Porto Alegre, fue profesor de la Facultad de Agronomía y asesor de empresas ganaderas, y en 1999 creó junto con Gustavo Basso la empresa Conexión Ganadera, que cuenta con 40.000 animales que son propiedad de inversores urbanos.

Y el ingeniero agrónomo Gustavo Diéguez, que es asesor y consultor privado en cultivos y administración de empresas agropecuarias, desde fines de los 80 gerente general de Del Carmen ACISA, empresa dedicada a la producción ganadera en ciclo completo y agricultura, firma que a su vez es propietaria de Garmet SA, dedicada al mercado de granos y desde 1999 es propietaria del 50% del paquete accionario de Frigorífico San Jacinto, del cual Diéguez es actualmente presidente.

Junto a ellos, como coordinadora de la producción de esta mesa, nos acompaña la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, analista del programa Dinámica Rural, acá en el Espectador.

Yo decía que la producción de carne vive una coyuntura históricamente buena mientras atraviesa transformaciones inéditas. Quizás valga la pena empezar con algunas pinceladas de este panorama que luce tan auspicioso.

En primer lugar, la situación internacional es favorable y la situación regional también lo ha sido hasta ahora, con la ausencia de la competencia de Argentina y Brasil por sus problemas sanitarios.

Pero en este buen desempeño de la producción uruguaya de carne juegan, además, méritos propios del sector. En especial se pueden mencionar méritos del empresario ganadero, que ha incorporado innovaciones tecnológicas que a su vez han permitido mejoras pocas veces vistas en los índices de productividad tradicionales.

Como el consumo interno de carnes, lácteos, etcétera, está relativamente saturado, el incremento de la producción se volcó principalmente al mercado externo, que alcanzó su máximo histórico en los últimos meses.

Los volúmenes exportados en el año cerrado el 30 de junio marcan un crecimiento de 20% con respecto al ejercicio anterior y 45% por encima de los volúmenes del ejercicio 2003-2004. Si lo llevamos a dólares, el sector exportó en el último ejercicio 1.000 millones, y todavía puede pasar esa barrera para fines de este año.

En esta performance tan auspiciosa incide claramente el estatus sanitario del rodeo uruguayo, que asegura el ingreso a los mercados no aftósicos, que son los de mejores precios. Otro elemento fundamental fue la apertura del mercado de Estados Unidos, alcanzada en 2003, a la que se agrega ahora la posibilidad de algún tipo de tratado de libre comercio que al sector cárnico sólo le traería consecuencias positivas.

Desde agosto de 2004 la carne uruguaya cuenta con el aval del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, pero también ayudan otros avales importantes, por ejemplo el Programa de Carne Natural Certificada del Instituto Nacional de Carnes (INAC), varios emprendimientos de carnes con marca propia y ahora la posibilidad de que este año se logre una certificación similar del principal organismo europeo que integran las grandes cadenas de supermercados.

Mientras tanto, también la industria invierte para aumentar su capacidad de procesamiento de carne. En esta materia sobran ejemplos, para nombrar algunos: el frigorífico La Caballada, en Salto, que acaba de captar una inversión de 10 millones de dólares procedente de Norteamérica; el Casablanca, en Paysandú, que obtuvo la habilitación del mercado estadounidense; el Colonia, que inaugurará instalaciones nuevas el año que viene; el Frigorífico Canelones, con inversiones brasileñas; el PUL también; el San Jacinto, que maneja inversiones de grupos argentinos. Inversiones todas que se realizan bajo el supuesto, creíble, de una oferta ganadera que continúa en crecimiento.

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Con todo este panorama que luce tan favorable, ¿cómo podemos situar el lugar que ocupa el sector cárnico en la economía uruguaya?

RODOLFO IRIGOYEN:
No es una pregunta de fácil respuesta porque hay distintos enfoques para la respuesta. Si se hace por el lado del producto, que es lo tradicional en términos económicos, da una visión un poco reducida, porque el producto de todo el sector agropecuario anda en torno al 8% o 9%. El problema es que el producto mide el aporte en bienes y servicios de consumo final y el agro es un gran productor de bienes intermedios. Cuando se integra la cadena agroindustrial ese 8% o 9%, según trabajos de la Oficina de Planeamiento y Políticas Agropecuarias (OPYPA), para años de gran depresión del sector agropecuario daba casi 25%. Si se suma la agroindustria vinculada directamente con el sector agropecuario, eso se va al 25% o quizás en este momento al 30%.

La otra forma de visualizarlo, que es mejor vista por los integrantes del sector, es por el lado de las exportaciones. El país es altamente dependiente de las exportaciones, tradicionalmente si vemos materias primas y alimentos por un lado y bienes industrializados por otro, el primer grupo es el 50% y el segundo otro 50%, divididos a su vez en mitades entre los bienes industriales de origen agropecuario, que tienen un componente agropecuario en su elaboración –por ejemplo el calzado, el papel, la vestimenta, etcétera–, y los bienes no agropecuarios como pueden ser metalmecánica, química, plástico, etcétera. Ese 50% de bienes directamente vinculados con el agronegocio, más ese 25% de bienes industriales que tienen un componente agropecuario que viabiliza su producción a nivel nacional suman ese 75% que habitualmente se maneja como el aporte del sector agropecuario a la economía a través de sus exportaciones.

EC - Llevado a ese análisis termina impresionando bastante.

RI - Dije tradicionalmente, eso me da el promedio de los últimos diez años, pero si tomamos el último año, por efecto básicamente de la carne vacuna, de la soja y de algún otro producto, se ha sesgado más hacia el sector primario y eso que decíamos que era el 50% en este momento está por lo menos en el 55%, mientras que los bienes industriales, los dos ramos, tanto los de origen agropecuario como los de origen no agropecuario, han bajado del 25% al 20% aproximadamente cada uno.

Eso en una visión estática, pero si queremos tener una perspectiva un poco dinámica y nos ubicamos en lo que va de esta década, tenemos que Uruguay –voy a órdenes de magnitudes, no de cifras exactas, para mejor comprensión– en los años 2000 y 2001 exportaba en el orden de 2.000 millones de dólares y hoy exporta en el orden de 4.000 millones de dólares. Se duplicó el valor de las exportaciones, y el sector agropecuario ganando participación porcentual dentro de eso. Se duplicó en cinco o seis años. Pero de carne vacuna exportábamos 200 millones a inicios de la década –no me refiero coyunturalmente al año 2001, que fue más bajo por el tema de la aftosa– y hoy exportamos 1.000 millones.

EC - Se quintuplicó.

RI - Exactamente, mientras que las exportaciones generales se duplicaron, las agropecuarias un poquito más que se duplicaron, las de carne se quintuplicaron.

EC - Eso en cuanto a los números y concentrándonos en el sector cárnico concretamente, más allá de los primeros enfoques que proponía Rodolfo Irigoyen a propósito de lo agropecuario.

RI - Un dato adicional: en el contexto internacional, las exportaciones uruguayas, que en el inicio de esta década se ubicaban en el entorno del 3% al 3,5%, hoy se ubican en el entorno del 6,5% al 7%, también se duplicó la participación de Uruguay. Es decir, no es que crecimos porque todos crecen, crecimos muchísimo más que los demás.

EC - Aparte de los números, ¿qué otros elementos pueden agregar para situar al sector en la economía uruguaya?

PABLO CARRASCO:
En las discusiones históricas uno venía a este tipo de debates a demostrar lo importante que era el sector en el que estaba. Pero los números dados por ti y por el ingeniero Irigoyen son tan contundentes que a uno le hacen pensar al revés, es una ley que en un pueblo chico uno no se puede comprar un auto demasiado caro porque enseguida le van a pedir dinero de todos lados. Entonces esta presentación de Rodolfo me hace pensar que a los grandes después les van a pedir la colaboración para que el país salga.

En ese sentido el sector ganadero, el sector agropecuario, es un fuerte hincha –contra lo que siempre se dijo– del crecimiento de los demás sectores, de economías equilibradas, entre otras cosas porque se van a repartir los ojos. A veces esa conciencia agropecuaria que pedimos en exceso te ahoga y te deja como único aportador al sistema. Así que si hay algo en lo que se puede estar de acuerdo en esta mesa es en que aunque las personas normales y ciudadanas no entiendan exactamente por dónde les llegan los beneficios, no hay la menor duda de que este crecimiento brutal de la ganadería se está derramando sobre la ciudad por vías muy diferentes y muy contundentes que se están sintiendo.

EC - ¿Por qué vías? Porque una de las preguntas que aparecen a propósito del sector carne es qué impacto tiene en el empleo. Y de nuevo, podemos hablar de cifras de trabajadores vinculados estrictamente con la producción, por ejemplo en los campos, más los que se desempeñan en los frigoríficos, pero seguramente con esos dos rubros nos estamos quedando cortos a la luz de lo que ustedes venían diciendo recién, de lo que decía Rodolfo, por dónde termina teniendo relación con la economía nacional el sector de la carne. ¿Qué podemos agregar? Por el lado del empleo, por ejemplo.

GUSTAVO DIÉGUEZ:
Por el lado del empleo directo a nivel de la industria manufacturera –desde ya que yo veo toda la industria de la carne, todo el ciclo desde el nacimiento de un ternero hasta que lo faenamos y lo exportamos– ha tenido un crecimiento importante. Como decía Pablo, el derrame de este crecimiento viene por varios lados, en lo directo y en toda la gama de servicios que acompaña a la cadena.

EC - ¿Ejemplos?

RI - Camiones, talleres, ha dinamizado todo el sector, ni qué hablar a nivel de campo pero también en las ciudades. Dinamiza todo el sector aportando una actividad bastante mayor.

EC - Desbordando incluso a algunos sectores. Pienso por ejemplo en la producción de cartón, las exportaciones de carne en buena medida van en cajas. ¿Alcanza la producción nacional de cartón?

RI - Sí; no sólo cartón, también de polietileno, buena parte del cual se importa a pesar de que esa industria se está adaptando y también está creciendo. Va teniendo un efecto en cascada hacia los demás sectores.

DANIEL DE MATTOS:
El trabajo no sólo ha aumentado en cantidad sino que ha cambiado el perfil y se han incorporado al sector trabajadores o sectores de la actividad económica que antes no estaban. Un ejemplo claro es la tecnología de la información dada por los requerimientos de trazabilidad que estamos teniendo, aquellos que antes se dedicaban al software solamente en Montevideo están pensando en el campo. Ha cambiado el perfil, incluso dentro de la industria frigorífica hay nuevas exigencias, nuevas certificaciones, exigencias sanitarias que se imponen y cambian. Es muy dinámico todo esto, los desafíos sanitarios que tiene el mundo, de vaca loca, etcétera, han hecho que el perfil del trabajador haya cambiado y se hayan incorporado otros sectores de la economía que antes ni pensaban en el agro. Y va a seguir cambiando, porque estamos en un proceso de maduración del sector que va a requerir mayores cambios y desafíos hacia la educación y hacia otros sectores para adecuarse a los cambios.

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EC - Algunos datos más para dar algunas impresiones de lo que pesa el sector cárnico en la economía uruguaya.

RI - Sobre el efecto dinamizador, analizamos y se dieron ejemplos anteriormente al interior de la cadena, pero también debemos tener en cuenta los efectos de pre y posproducción, porque todo ese aumento de la producción primaria se genera con base en un aumento de la oferta forrajera que a su vez tiene una serie de demandas hacia atrás, hacia la industria semillerista, hacia la industria de los fertilizantes, hacia la provisión de postes, que es madera, una serie de cosas, y a su vez cada una de ellas se encadena con la elaboración de otros bienes y otros servicios. Y hacia delante como servicios de posproducción tú mencionabas el cartón, pero todo lo vinculado con la exportación, que también requiere una serie de servicios. Entonces hay un efecto dinamizador al interior de los distintos eslabones de la cadena pero también hacia fuera, hacia antes y después en los procesos estrictamente cárnicos.

EC - A todos se les han ido ocurriendo ejemplos para agregar. Ingeniero Diéguez.

GD - Dos. Uno en el sector primario sin duda, esto que decía Rodolfo, que ha llevado a tener más tecnología, mayor producción de semillas, la gente tiene que prepararse porque estamos con maquinaria de otra tecnología, hoy ya no maneja un tractor o una cosechadora alguien que no conozca una computadora porque está todo computarizado.

Y lo otro, reafirmando lo que decía Daniel, casi todas las inspecciones hoy que se hacen tanto en la Unión Europea como en los frigoríficos, el trabajo va más que nada por una auditoría de papeles, no ya las inspecciones antiguas que venían a mirar en qué estado estaba la planta, en lo que también se fijan. Reafirmando lo que decía él sobre el aspecto de preparación de la gente para todo eso.

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EC - Me interesaría pasar del diagnóstico que acabamos de recorrer al futuro. ¿Cómo ven las perspectivas del sector cárnico a mediano plazo? ¿Qué impresiones tienen?

RI - Ya es casi un lugar común, el alerta sanitario. Parte de este auge, de esta euforia es producto de que a nuestros competidores les está yendo mal por temas sanitarios. Nosotros procesamos muy bien el brote aftósico de 2001, en tiempo récord recuperamos un estatus que nos permite exportar a la gran mayoría de los mercados. Tenemos que cuidar eso como un patrimonio invalorable.

EC - Algo que no depende sólo de nosotros.

RI - Por supuesto, todas las acciones que trasciendan lo nacional para ir a lo regional también son fundamentales para preservar este estatus sanitario. Y el otro gran tema es el macroeconómico, el que se menciona habitualmente. Ahí tenemos algunas luces verdes amarillento o amarillas medio verdosas, hay alguna dudas. Son temas bastante polémicos, básicamente la inflación en dólares que ha soportado el país. Se discute mucho medio punto más o medio punto menos en la inflación en pesos, si es el 6,5 o el 6, pero no preocupa demasiado tener una inflación en dólares del 20%. Eso lleva a un aumento de costos enorme, nosotros exportamos básicamente commodities (materias primas) y la estrategia de exportación de commodities pasa fundamentalmente por la caída de costos. Por ahí hay un alerta importante. Otro es la incógnita que representa la reforma impositiva, veremos cómo se cristaliza, pero ahí también hay algunos tonos amarillos en el semáforo.

EC - Llamados de atención que supongo que los demás quieren enriquecer.

PC - Si lo que estamos analizando son las perspectivas de crecimiento del sector, primero, por lo menos por un esquema de orden que me quiero imponer, querría separar lo que crecimiento de producción de lo que es crecimiento de valor de esa producción, ambos temas que pueden ser muy ricos y que podemos atacar por separado.

EC - Vamos a esas dos preguntas. ¿La producción de carne en Uruguay tiene margen para seguir aumentando?

PC - El ingeniero Irigoyen nos estaba mostrando un incremento de 200 a 1.000 millones que está respaldado en un aumento de valor, por supuesto, pero en un aumento de la producción de carne total del país, que ha respondido en una forma que no tiene parangón en otros países.

Entonces, para saber si podemos proyectar ese crecimiento hacia delante, me gustaría analizar quiénes fueron los que lo hicieron, quiénes están detrás, si le pongo la lupa a este proceso qué encuentro detrás de ese aumento de producción de carne, quiénes la están produciendo, quiénes están mejorando. Porque hay cosas que habría que conservar, que fueron los protagonistas de este crecimiento, si pensamos en un futuro parecido al pasado.

Si miramos con lupa vamos a encontrar una cierta contradicción entre lo que esperábamos o lo que nos enseñaron que debían ser las estructuras productivas más eficientes y lo que encontramos en los datos. Los datos nos dicen que hay una enorme concentración de la ganadería en manos de empresas grandes que están utilizando la extensividad con mucha eficiencia, casi una contradicción en sí misma.

Por ejemplo, el 5% de las empresas tiene el 45% del ganado nacional, el 23% de las empresas tiene el 80% del ganado nacional.

Más allá de que todos tengamos ideas y planes para el pequeño productor, lo que salta muy claro es que quienes hicieron este proceso de crecimiento fueron los que tienen el 80% del rodeo nacional, eso parece poco discutible. Y son personas que no viven en el establecimiento, casi la mitad de los productores, sean chicos o grandes, no vive en esta ganadería y en este campo uruguayo, son "los cajetillas" de Pocitos y de otros barrios los que lo están haciendo, son gente de instrucción completa.

Lo que me preocupa es que todo ese modelo va contra la teoría que uno tenía en la cabeza: los pequeños predios, el productor intensivo viviendo en su casa era el que generaba el aumento de crecimiento y de producción. Y como en este país muchas veces cuando la teoría contradice a los hechos... "peor para los hechos".... Una de las luces que yo pongo, además de las que ponía Rodolfo, es el respeto a este sistema de producción basado en la extensividad en el que hay sociedades anónimas, empresas con personería jurídica, donde están hoy las inversiones.

Seguir creciendo a este ritmo implica mucho dinero metido en el campo para llegar ya no a estas tasas sino tal vez a un 20% o un 30%. Estamos a un 20% o 30% de un primer techo, seguramente, y eso se va a llevar con mucho dinero que van a poner estas estructuras.

EC - ¿Cuál es entonces el mensaje por este lado? ¿No hacer qué? Es un mensaje para el gobierno, para el sistema político.

PC - Para quienes toman las decisiones en esta relación, sobre todo a la vera de una serie de decisiones que van a empezar a tocar esa estructura tal vez sin medir las consecuencias. En cuadro que va ganando no se deberían hacer muchos cambios, y este cuadro va ganando.

EC - Estamos hablando de advertencias, de mensajes, de solicitudes que están dirigiendo a distintos sectores, porque algunas van para el gobierno, otras van a la sociedad en su conjunto, otras van a los propios productores y a toda la cadena cárnica. Les propongo que redondeemos esta parte de la conversación.

D de M - No hay que olvidar la respuesta que ha tenido tanto a nivel industrial como a nivel productivo, y lo positivo que ha sido, pero también decir que esta situación de hoy de la carne tiene aspectos coyunturales y aspectos estructurales. En los próximos cinco o seis años es más que positivo, más allá de que podamos subir o bajar un poquito los niveles de precios.

Pero me quedé con el ejemplo del cartón. Es un ejemplo simbólico que podemos usar para muchas cosas en el sector cárnico. Tengo miedo de además de quedarme sin cartón quedarme sin otros recursos que son esenciales, como el recurso humano. Me preocupa mucho que el sistema educativo uruguayo no esté formando personas específicamente para el sector de la carne como lo hacen otros países. Me preocupa que el sistema de innovación, que es la Universidad, que son los institutos de investigación, estén más concentrados en la generación de tecnología para el aumento de productividad del sector primario y estén apuntando al sector industrial en la formación.

EC - ¿Qué es lo que no se está formando y debería formarse? ¿Qué tipo de profesionales?

D de M - Por ejemplo aquéllos dedicados a los alimentos, a la innovación y el desarrollo de alimentos que nos permitan acercar la cadena hacia Uruguay y por tanto acercar el valor hacia Uruguay. De hecho, hay inversores que están dispuestos a traer y acercar esa cadena de productos preparados o semipreparados para bajar costos de procesamiento en Europa.

EC - ¿Cómo es esto? Industrias europeas del sector cárnico que tienen interés en trasladar sus instalaciones a esta zona del mundo.

D de M - Trasladar hacia Uruguay el procesamiento que hacen cuando reciben nuestras carnes –hay que mencionar que nuestras carnes van mucho a restaurantes y a la industria del catering– para mejorar la eficiencia, bajar los costos y poder tener un material de primera línea.

EC - Existe la oportunidad de negocios en los que estaríamos agregando más valor a la producción nacional de carne, porque una parte del proceso, que hasta ahora se hace fuera del país, podría hacerse acá mismo con inversiones europeas. ¿Cuál es el inconveniente, cuál es el riesgo allí? ¿No tener con quién hacerlo?

D de M - El inconveniente y el riesgo están por el lado de no estar preparados, de no tener el cartón humano, el cartón de la tecnología y no estar pensando y generando ideas en esas áreas.

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EC - ¿Están dadas las condiciones para el despegue del sector? Esa era la pregunta y ustedes lanzaban algunas advertencias, luces amarillas e incluso algunas rojas. ¿Cuál quedaba?

GD - Voy a agregar algunas cosas a lo ya dicho para redondear un poco el tema advertencias. Necesitaríamos tener una conciencia ciudadana, conciencia país, de las amenazas que podemos tener sobre todo en la parte sanitaria. Rodolfo hoy mencionaba, y lo vivimos no hace mucho, que hace cuatro o cinco años tuvimos una caída muy fuerte a raíz de la aftosa, hoy hay otras amenazas.

EC - Justamente, desde la audiencia, Juan, de Pocitos, dice: "Las cosas a veces pueden demostrarse por la contraria, cuando estalló la aftosa en 2001 se produjo un desastre de quietud e inactividad en todo el país".

GD - Exacto.

RI - Es preferible otro método.

GD - Sin duda, pero hoy cuando hablábamos de cómo se dinamizó, si bien se puede decir que hubo un efecto rebote, el país volvió con un crecimiento mayor y ha exportado mucho más de lo que exportaba no sólo en dólares sino también en volumen.

EC - Cuidar el estatus sanitario parece imprescindible. Y esa no es tarea sólo de los productores o de los frigoríficos.

GD - Exacto, por eso digo una conciencia ciudadana, una conciencia país, todos los que estamos involucrados tenemos que luchar por eso. Y la otra amenaza que hoy Rodolfo mencionaba es la suba de costos en dólares. La coyuntura favorable puede estar no haciéndonos ver ese peligro porque de todas maneras vamos marchando bien, pero no olvidemos que tenemos una coyuntura de precios que ojalá durara pero sabemos que es más que nada por un tema regional de Brasil y Argentina, Argentina que se autoexcluye y Brasil que tiene problemas sanitarios. Ahí hay un tema que puede afectar la inversión, porque hoy la inversión tanto a nivel de la industria manufacturera como en el campo es muy importante y venía siendo muy fuerte, pero hay unas señales amarillas o semiverdes de gente que está pensando en no ir tan fuerte porque estas incertidumbres le están generando dudas.

EC - Hablando de precios, dice Nacho por correo electrónico: "Pese a la actual campaña publicitaria que celebra los incrementos en las exportaciones de carne, el ciudadano de a pie se da cuenta de que los precios en el mercado interno no dejan de aumentar. Entonces es tentadora una regulación como la que Kirchner impuso en Argentina limitando las exportaciones de carne hasta tanto no se aseguren productos decentes a precios accesibles para la población". ¿Qué dicen de este punto?

D de M - Qué está primero, el huevo o la gallina. Evidentemente la regulación del mercado que hizo Kirchner nos favoreció muchísimo a nosotros y perjudicó muchísimo a los argentinos, habría que hacerle un monumento a Kirchner de este lado del río Uruguay por generar tanto bien a nuestra economía. Ahí estoy con lo que decía Pablo Carrasco hoy, no toquemos lo que funciona, yo prefiero que la gente gane más y pueda comprar más caro.

Y en desacuerdo en otros aspectos, todo lo que funciona no se toca es cierto hasta cierto punto, tenemos que tocar cosas y rápidamente. Hoy hablábamos de educación, de innovación, de investigación. Marco normativo, tampoco lo tocamos, ahí le compete al sector político la responsabilidad de adaptar el actual marco normativo a los nuevos requerimientos sanitarios, a las nuevas exigencias que estamos teniendo de los mercados, un ejemplo es la ley de trazabilidad, hay que seguir en ese sentido. El marco tributario es altamente complejo dentro de la carne, a una empresa de productores como la nuestra le costó muchísimo meterse dentro de ese marco, además el atraso cambiario frena la innovación y el agregado de valor pero este tipo de cosas también y el país tiene en este mercado tan complejo de la carne que está cuotificado –quizás la gente no lo sepa– la administración de un bien público que son las cuotas cárnicas de acceso a los mercados europeos y americanos que debe generar innovación en la cadena y por lo tanto agregado de valor.

PC - Una acotación a esto del valor. Tengo la sensación de que estamos montados en un fórmula uno que es el producto y lo estamos conduciendo con libreta amateur, en el sentido que no estamos obteniendo de él lo que tenemos de potencial. Digo que es un fórmula uno porque estamos hablando de un rubro en el que, a diferencia de todo lo demás en lo que nos autoflagelamos diciendo que somos chiquitos, somos el séptimo exportador del mundo, somos el 10% del mercado mundial. En algunas cosas dentro de la carne somos el primer productor mundial, en potencial de carne a pasto en el mundo no sé si Nueva Zelanda con algún ganado lechero y nosotros con nuestra excelente genética no nos podemos poner en ese nicho como la cabeza para vender.

La libreta amateur con la que estamos conduciendo es la lógica del commodity con la que estamos manejando este negocio y que tiene por lo menos tres consecuencias visibles. Una es el bajo precio, Argentina exporta más caro que nosotros, con todo su efecto K (de Kirchner) más todo lo que se la ha agredido, la carne argentina todavía sigue siendo una grifa y nosotros tenemos la alternativa de entrar en Miami con carne uruguaya que diga "carne argentina" en el restaurante y cobrar algún pesito más por hacernos los porteños. Allí hay una franja que hay que recorrer para salir del commodity.

Una segunda consecuencia de la lógica del commodity es que toda la energía se pone en la compra de ganado, cuando uno vende commodity el precio está dado, es un dato, y uno sale a hacer el negocio tratando de buscar el mejor margen comprando lo más barato posible. Entonces la energía se pierde en la compra del ganado y no en la exportación.

Y la tercera cosa típica de la lógica de los commodities es el entrar y salir de los mercados: todo le vendo al NAFTA el año pasado, ahora todo le vendo a Rusia, después todo para Chile, después entra Canadá... Yo entro al que me pague más, al mejor postor, pero esa lógica que es razonable desde el punto de vista económico y cierra, en el largo plazo no es el camino que conduce a que el fórmula uno ponga la sexta y llegue a los 340 kilómetros por hora.

D de M - Eso no quiere decir que cambiemos de cliente, le podemos vender al mismo cliente en Rusia y en Estados Unidos. Hay una lógica de commodities que hay que seguir, no olvidemos que esta es una industria que desagrega, en lugar de tener autopartes y hacer un auto, pone un auto, le saca y vende autopartes. Tenemos que seguir vendiendo en el mercado spot, y miren que soy el principal defensor de la diferenciación y por eso formamos una empresa de productores, pero la fidelización no viene sólo por parte nuestra sino también por parte del mercado comprador.

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EC - Están buenos todos estos llamados de atención que ustedes han ido lanzando en estos minutos, pero sigo con una pregunta que creo que vale la pena dejar para el final: ¿por qué hay que tomar todas esas precauciones?, ¿qué puede rendir el sector cárnico uruguayo más allá de lo que acaba de lograr con estos valores históricos en las exportaciones? ¿Cuánto más puede dar? ¿Qué ventajas puede tener para el país que siga evolucionando y desarrollándose?

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EC - Yo sé que les quedan algunas observaciones por agregar del capítulo anterior, pero permítanme incorporar por lo menos un pantallazo de qué es lo que entienden que aún puede rendir el sector. Por ejemplo en cuanto a nivel de producción, por el lado cuantitativo, ¿qué techo tenemos?

GD - Creo que tenemos un techo bastante más alto que el que tenemos hoy. Hay muchos ejemplos en el país de producción de carne con un grado de intensificación bastante importante, a pesar de la parte extensiva que de por sí tiene. Ahí es donde fácilmente podemos llegar a crecer muy fuerte.

EC - ¿En qué orden? ¿Duplicar?

GD - No, no; ojalá que sí, pero sin duda podemos pensar en un crecimiento de 20% o 30%.

EC - Un crecimiento de 20% o 30%, ¿en qué período?

GD - En uno o dos años. El otro tema es el crecimiento de valor.

EC - ¿Qué posibilidades hay de agregar valor en esta cadena?

GD - Ahí tengo algún matiz con lo que se ha dicho, no es tan fácil. Por ser una industria que desagrega, tomamos un animal y sacamos de él 300 productos, hay un montón de productos que no hay más remedio, son commodities. La mitad de la faena del país hoy son vacas, y yo no puedo ir a un restaurante y decir que el bife de vaca es el mejor, voy una vez pero al no tener consistencia el producto... La calidad del producto va por ahí, por ser bueno y consistente, tenemos algún trabajo realizado a nivel de churrasquerías y restaurantes y uno tiene que tener una consistencia en el producto. Pero estamos hablando de un 8% o 10% del bicho, el resto del animal no digo que sea todo commodity, hay que intentar, pero siempre vamos a tener una parte a la que es muy difícil sacarle más valor, sobre todo cuando hay otros actores que también pesan.

D de M - Pero cuando nosotros vendemos la paleta de vaca a ciertos mercados esos mercados la procesan de alguna forma. Quiero mencionar un ejemplo, Tyson Foods está poniendo paleta de vaca en las comidas preparadas y prontas para poner en el microondas. Tal vez debamos pensar en venderles a esas empresas la paleta ya cocida, tiernizada, saborizada, etcétera.

GD - Se está haciendo.

D de M - Yo creo que es acertada la inversión que se ha hecho hasta ahora para permitirnos generar más volumen de carne, pero por ese lado las inversiones han sido tímidas.

GD - Se están haciendo inversiones también en todo lo que es preparación porcionada o diversas formas de darle mayor valor al producto.

RI - Me quedó una cosita muy breve sobre los mensajes de los oyentes. Querría dejar esta reflexión: no sé a qué se dedica, pero es muy probable que ese oyente (o alguien de su familia) que ve con preocupación, que dice "está todo muy lindo pero a mí la carne me sale más cara", tenga trabajo porque la carne sale más cara. Si la carne estuviera más barata probablemente no tendría trabajo y no podría comprarla.

Con respecto al potencial, todos somos conscientes de que en todas las fases de la cadena hay un potencial, una frontera tecnológica a conquistar enorme, que tampoco es rígida, cuando la conquistemos seguramente se correrá y nuevamente nos quedará mucho por conquistar.

EC - A propósito de la posibilidad de agregar valor viene una pregunta de Alberto que va a un ejemplo muy concreto, una pregunta muy legítima: "¿No se puede precocinar la carne sobre las brasas y luego congelarla, de manera que quien la compre con un golpe de microondas, por ejemplo alguien que vive lejos, pueda disfrutar de un asadito, el sabor de un asadito a las brasas?".

PC - Debería ir preso quien haga eso con un asado.

D de M - Con el cerdo y el pollo lo han hecho muy bien, la carne vacuna tiene un debe en ese sentido. Hoy podemos comprar costillas rostizadas o de barbacue de cerdo muy buenas, con todo. Hay que pensar en esas cosas.

EC - Hay un uruguayo que está fuera del país y que se muere por el sabor del asadito.

PC - Está jugando para el enemigo.

(Risas)

RI - Sobre las posibilidades. Una luz amarilla –y esta es rojiza– es que todos los días vemos anuncios de nuevas inversiones, cosa que nos deja muy contentos –hoy oí sobre un nuevo grupo que viene a comprar tierras–, pero siempre son inversiones hacia el sector primario, no hacia el agregado de valor. Se compran tierras, la industria ha invertido muchísimo, principalmente en nuevas playas de faena, en más frío, pero no en los procesos que reclamaba Daniel en los que dice que tenemos un gran horizonte y es así. Ahí hay temas económicos y macroeconómicos, como los que mencionaba al principio, que deberían ser una preocupación central de las autoridades porque cualquier industrial puede demostrar con números que en la medida que agrega valor pierde competitividad, que para ser competitivo tiene que estar recostado sobre el sector primario de la economía y en la medida que se aleja de él pierde competitividad. Ese es un punto central y como mensaje quiero dejarlo como el número uno.

EC - Desde la audiencia preguntan específicamente por el pequeño productor. Ustedes hablaron del papel relevante que han jugado los grandes productores en la transformación del sector y en este crecimiento que ha tenido en los últimos años. Juan, de Pocitos, pregunta qué salida ven para el pequeño productor en el sector producción de carne.

PC - Así como me parece que no debería haber activismo estatal con relación al esquema ganadero extensivo actual que está soportando este crecimiento, deberían existir toda la atención y todo el cuidado hacia ese pequeño productor, pero no transformándole la ganadería para que se adecue a la pequeña producción, porque eso es asesinar la ganadería, sino buscando qué es lo que genera valor y más mano de obra en la pequeña parcela.

Tengo mis serias dudas de que la cría vacuna sea la actividad que condice con una pequeña producción. Por lo tanto tenemos que explorar esos otros caminos, como ha hecho Chile, que planta una hectárea de arándanos y trabajan 35 personas. Hay todo un camino por recorrer en otras áreas y en la misma producción bajo otras formas que tienen un enorme impacto sobre los pequeños agricultores que son imprescindibles desde el punto de vista social. Una cosa no quiere decir la otra.

D de M - Hay que definir qué es un pequeño agricultor, porque en ganadería un pequeño agricultor tiene 300 o 500 hectáreas. En algunos casos está condicionado porque tiene un campo de basalto superficial, en Salto o en Artigas. Creo que el sector mismo tiene la capacidad de reactivarlos, no estoy tan seguro de que tenga que hacerlo el Estado a través de inversión directa, tiene que haber dentro del sector una dinámica propia porque la necesita, necesitamos más terneros, el propio sector la va a generar. El Estado tiene otro tipo de herramientas para que esas cosas pasen.

EC - Dice Rafael, por correo electrónico: "Felicito la iniciativa de integrar a las tertulias los temas agropecuarios ya que se trata de la principal área de producción y exportación de nuestro país. Pero para la próxima edición, ¿no podrían convocar algún médico veterinario?".

ROSANNA DELLAZOPPA:
Ya lo tenemos convocado.

EC - Era obvio que esa pregunta iba a venir, saltaba a la vista cuando veíamos la conformación de esta mesa. Viene una segunda mesa la semana próxima, que va a atender en particular ese frente pero va a tratar de cubrir otros aspectos que hoy seguramente quedaron en el tintero.

Rosanna, ¿para dónde vamos la semana que viene?

RD - La idea es completar esta tertulia con una mirada un poco más hacia el interior de la cadena cárnica. Para eso invitamos gente de la investigación, el presidente del INIA; gente de la producción, ejemplos de productores emprendedores; y nuevamente gente de la industria. Va a estar presente el cuidado de la salud animal, ha quedado claro que es fundamental.