Entrevista con el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa a propósito de la propuesta de reforma del Estado.

Nin: pensar en la reelección "es absolutamente gratuito"

Ayer el gobierno comenzó a definir la reforma del Estado. Será "un proceso de transformación democrática", dijo Rodolfo Nin Novoa. "Quizás haya que cambiar el concepto de empleado público por el de servidor", afirmó. Ese proceso puede incluir reformas constitucionales, se advirtió y desde la oposición se ve allí un camino a la reelección. "Es absolutamente gratuito", opinó.

(Emitido a las 7.38)

EMILIANO COTELO:
"Hoy comenzó el análisis de un proceso de transformación democrática del Estado". Estas palabras pertenecen al vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa, que de esta manera definía el puntapié inicial que el gobierno le dio a la reforma del Estado en la reunión que ayer el presidente Tabaré Vázquez mantuvo con sus ministros.

Es un tema que promete grandes discusiones en los próximos meses entre otras cosas porque según se anticipó ayer, la reforma del Estado requerirá reformas a la Constitución.

¿Por dónde vienen los principales lineamientos? ¿Por qué se necesita tocar también la Carta Magna? Estamos en diálogo con el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa.

***

Vicepresidente Nin, ¿por qué se lanza la reforma del Estado en este momento?

RODOLFO NIN NOVOA:
Porque a un año y medio de gestión y habiendo adquirido la experiencia necesaria para hacer una evaluación de la marcha de este período y una proyección de los próximos años, todos los ministerios y los gobernantes tienen una idea muy acabada de cuáles son las cosas que promueven y cuáles las que dificultan el desarrollo nacional. Y se entiende necesario abordar estos aspectos a través de una transformación democrática, más que de una reforma.

EC - ¿Qué quiere decir? ¿Por qué pone ese énfasis?

RNN - Porque la transformación es reconocer que no se parte de cero, que se han hecho cosas desde este gobierno y desde gobiernos anteriores, sería una necedad no reconocerlo. La transformación es una actitud casi constante porque se van planteando nuevas metas y nuevos desafíos y se precisan a veces nuevos recursos y nuevos instrumentos y otras veces se precisa dejar de lado algunos existentes.

EC - Pero usted no dice sólo transformación, dice transformación democrática del Estado. ¿Por qué pone el término democrática?

RNN - Porque en el marco de este modelo de gobierno que está llevando adelante el Frente Amplio (FA), de relación con la sociedad, la participación ciudadana se constituye en un elemento esencial y fundamental. Entonces va a haber una discusión, una participación que le va a dar sentido a esta expresión democrática.

EC - Cuando hablan de transformar el Estado, a grandes rasgos, en capítulos principales, ¿por dónde van?

RNN - En primer lugar queremos un mejor Estado, que tiene que tiene que estar subordinado a un proyecto de desarrollo nacional que apunte al crecimiento con empleo, a la inversión, a la equidad, a la justicia social. Definimos que es una tarea esencialmente política, que va a estar liderada por el presidente y el Consejo de Ministros; esto no es una cuestión de técnicos exclusivamente, aunque los técnicos van a participar, obviamente.

Tenemos además una suerte de desafío gerencial, habrá que hacer un gran esfuerzo en materia de capacitación y jerarquización de la carrera funcionarial, quizás haya que cambiar el concepto de empleado público por el de servidor público para que a la administración entren los mejores; la Oficina Nacional de Servicio Civil va a ser el apoyo para estas transformaciones.

En una rápida radiografía del Estado vamos a ver cómo abordar los temas de la Administración Central, los temas de las empresas públicas, que se pueden dividir en dos grupos, las que están en competencia y las que funcionan en régimen de monopolio, y cómo acercamos el sector privado al sector público, cómo hacemos una gestión de los llamados PPP, proyectos público-privados, una experiencia que en algunas partes del mundo está dando muchos y buenos resultados, y que queremos ver cómo incorporamos, está prevista en la Constitución y en definiciones programáticas del propio FA.

Y por último un elemento fundamental son los planes de evaluación constante de los proyectos y de la marcha de las reformas. En Uruguay tenemos una tendencia a no evaluar correctamente o profundamente los planes que ponemos en marcha y los cambiamos por otros porque tenemos otra mirada momentánea sobre los asuntos que estamos tratando.

EC - Desde la oposición una reacción que se ha producido en estos días, desde que se anunció que se va a trabajar en la reforma del Estado, es: bienvenida, ¿pero por qué recién ahora? ¿Por qué durante tantos años el FA se opuso a otros planes de reforma del Estado que impulsaron gobiernos de los partidos tradicionales? ¿Qué responde usted?

RNN - Básicamente los planes de reforma del Estado que se proponían estaban planteados como venta o no venta de activos públicos, privatizaciones, achicamientos del Estado. Para nosotros es una cosa más profunda, de más largo alcance. Además tenemos definiciones; lo digo porque se dice que nos negamos a algunas transformaciones, por ejemplo en el caso de Ancap.

EC - Ese es uno de los argumentos que se esgrimen para destacar la oposición que en el pasado tuvo el FA, el referéndum contra la ley de asociación de Ancap.

RNN - Ayer mismo se recordó y se leyó la decisión que había tenido la fuerza política sobre este punto. Entre otras cosas se decía que no podía haber ninguna asociación que no tuviera previamente un marco regulatorio acordado, y aquella asociación no lo tenía. No es que nos opusiéramos a cualquier tipo de asociación, nos oponíamos a ese modelo concreto.

EC - También se ha recordado que luego de lograr la derogación de la ley de asociación de Ancap por el referéndum, el hoy presidente Vázquez anunció que en muy pocos días iba a estar pronto un proyecto alternativo, que después nunca se presentó.

RNN - El proyecto alternativo era parte de la definición que habíamos tomado en aquel momento. Pero lo que me interesa sobre todo y lo que a la ciudadanía le debe interesar, es ver cómo entre todos tenemos una mirada crítica sobre el Estado, ver cuáles son los obstáculos que hay que remover para que sea funcional a un proyecto de desarrollo con las características que se han definido y algunas otras, y llevarlo adelante. Para eso precisamos una vinculación muy estrecha con los actores sociales, con los trabajadores públicos, con los trabajadores privados, con las empresas.

EC - Puede ocurrir y todo indica que va a ocurrir, que desde el propio FA y desde los sindicatos surja oposición a algunos de estos planes de reforma, teniendo en cuenta los antecedentes. ¿Cómo van a manejar esa variable?

RNN - No nos asusta que pueda haber voces opositoras. En ningún caso de ningún proyecto sobre ningún tema que se plantee a la ciudadanía va a haber unanimidad.

Sobre esa base vamos a discutir, sin dramatismo, aceptando las diferencias y tratando de lograr una posición –lo digo con mucha franqueza– que desde la óptica de nuestra visión de país y de Estado pueda concretarse. Porque podría pasar que por circunstancias determinadas no tuviéramos los acuerdos necesarios para hacer prevalecer nuestro punto de vista. Así como decimos que hay que evaluar las cosas una vez puestas en marcha, también tenemos que evaluarlas antes, y por cierto que una reforma de estas características tiene que contar con los apoyos sociales mínimos para funcionar, como cualquier reforma. Pero me parece que no va a ser el caso, hay una necesidad de transformar el Estado, nosotros no venimos al gobierno para perjudicar específica o concretamente a ningún sector, y en ese marco que estamos planteando, de nuestra propia visión sobre el Estado y sobre el país, vamos a escuchar y recoger muchos de los planteos que se vayan haciendo. Aspiramos a lograr acuerdos básicos que nos permitan tener éxito con esta reforma.

EC - ¿Por qué es necesario llegar incluso a la reforma de la Constitución?

RNN - Yo me hago la figura de mirar una gran sala donde hay mesas, sillas, sillones, escritorios, y los quiero ordenar. Seguramente voy a tener una idea mejor si abro la puerta y miro en su conjunto la sala y los implementos que están dentro, porque si miro sólo por el agujero de la cerradura, es decir tengo una visión parcializada del asunto, difícilmente pueda tener éxito en la distribución de esos objetos. Y muchas veces cuando se habla de reforma del Estado se habla de dos cosas, de la inamovilidad de los funcionarios públicos y de la privatización de las empresas, del achicamiento del Estado. Es una visión parcial, es una parte apenas de la discusión que hay que llevar adelante. Y cuando se habla de la inamovilidad famosa de los funcionarios públicos hay que recordar que está plasmada en la Constitución de la República y que modificarla –felizmente– es una tarea bastante engorrosa.

EC - La inamovilidad no abarca a todos los funcionarios públicos.

RNN - No, a los de la Administración Central.

EC - Usted dice que el gobierno está dispuesto a tocar la inamovilidad.

RNN - El gobierno está dispuesto a analizar todos los temas abriendo las puertas para entrar a esa sala y ver cómo distribuir mejor los elementos que hay en ella. Uno de ellos son los funcionarios públicos. La inamovilidad de los funcionarios públicos tiene que verse dentro de un marco más general, en el marco del ingreso a la Administración Pública, de una reorganización que jerarquice la carrera administrativa, tiene que ver con el nivel salarial de los funcionarios públicos. Discutamos todo eso, no sólo cómo los echamos.

EC - ¿Qué otros cambios requerirían reformas de la Constitución?

RNN - Básicamente ese. Porque la asociación de empresas públicas con empresas privadas está regulada por el artículo 188, se precisa una mayoría especial de tres quintos de votos para permitirla. Como muchos sectores ponen énfasis en la inamovilidad de los funcionarios públicos, como si todo pasara por ahí, recordé que eso requiere un camino engorroso, porque la única manera que tiene un gobierno que tiene mayoría simple, como tiene este, para modificar la Constitución es hacerlo a través de un proyecto que desemboca en una constituyente, que tiene tres meses para su formación y un año de plazo, que termina en un plebiscito que ella misma establece, con lo cual estamos hablando de por lo menos dos años de duración. Por eso decimos: pongámonos a estudiar todo el tema del Estado en un marco más general, aprovechemos las cosas buenas que todavía tiene y transformemos aquellas que según el punto de vista de la mayoría no condice con el proyecto de desarrollo que hemos convenido todos.

EC - Cuando se mencionó en los anuncios de ayer la posibilidad de tener que reformar la Constitución, algunas de las reacciones de la oposición apuntaron a que lo que está detrás de todo esto es en realidad la intención de incluir en esa reforma la reelección presidencial.

RNN - Es una suposición absolutamente gratuita. Ese tema ni se habló, ni debe haber pasado por la cabeza de ninguno de los que estábamos allí presentes. Lo que decimos es que el mapa político nos muestra fehacientemente que es muy difícil hoy, dadas la composición y la reacción de los sectores opositores, conseguir dos tercios de votos o tres quintos o mayorías especiales. Por algo no se ha podido cambiar el Tribunal de Cuentas, no se ha podido cambiar la Corte Electoral, no se puede nombrar al fiscal de Corte. Todas esas cosas nos muestran una realidad con la cual hay que trabajar.

EC - ¿Qué quiere decir con eso? ¿Que la reforma de la Constitución que se necesitaría, por ejemplo para modificar la inamovilidad de los funcionarios, no sería viable?

RNN - Es probable que no sea viable, de acuerdo con la historia reciente todo aquello que precise mayorías especiales va a ser muy difícil de conseguir, hasta ahora ha sido imposible.

EC - Desde la audiencia, Enrique pregunta por qué no se ha mencionado entre los sectores a reformar el Poder Judicial.

RNN - Se habló del Poder Judicial pero no olvidemos que estamos en un Estado de derecho, que tenemos separación de poderes.

EC - Ahí sí se requiere una reforma de la Constitución.

RNN - El propio Poder Judicial debería encarar, si lo entiende conveniente, una reforma.

EC - ¿Se va a dialogar con el Poder Judicial a esos efectos?

RNN - Sí, porque a veces se habla de dónde tienen que estar los fiscales, si en el Poder Ejecutivo o en el Poder Judicial –creo que tienen que estar en el Poder Ejecutivo–; de dónde deberían funcionar los defensores de oficio para los que no tienen recursos para una adecuada defensa, si deberían ser miembros del propio Poder Judicial o del Poder Ejecutivo; de si la Suprema Corte de Justicia debería operar únicamente como un tribunal de alzada mientras un ministerio se ocupara de la administración de la justicia. Se habló y se trató el tema superficialmente, en el marco de la independencia de poderes.

EC - ¿Cuándo van a estar prontas las líneas generales, los proyectos concretos de esta reforma del Estado?

RNN - Va a haber una cadencia, no un solo proyecto que plasme todas las reformas. Le adelanto que en la Rendición de Cuentas que se va a presentar en 2007, que corresponde al año 2006, va a haber algunos avances, algunas normas que empezarán a modificar algunos de estos aspectos que hemos mencionado.

-----------
Edición: Mauricio Erramuspe