Entrevistas

Reclaman política territorial para el desarrollo productivo

El caso de la fábrica que Isusa prevé instalar en Soriano es una perla en un largo collar de imprevisión. Así lo ve el ingeniero agrónomo Pablo Sánchez que trabaja en esa zona. "El desarrollo industrial no tiene orden", afirmó. "Tenemos que tomar conciencia y tratar de que las autoridades encaminen un poco mejor el tema y no pongan a la gente, a todos los productores, a resolverlo".

(Emitido a las 8.57)

EMILIANO COTELO:
A propósito del primer corte de ruta que tuvo lugar en nuestro país ayer en el departamento de Soriano con relación a las plantas de celulosa, indirectamente relacionado con las plantas de celulosa porque en realidad era una protesta contra la instalación de una fábrica de Isusa que va a elaborar ácido sulfúrico destinado a la planta de Botnia, un emprendimiento que en principio iba a radicarse en el departamento de Colonia, que el intendente Walter Zimmer decidió rechazar y que se corrió unos kilómetros para emplazarse del lado del departamento de Soriano, en la zona cercana a la Agraciada.

Sobre esa noticia, a propósito de la cual entrevistamos más temprano a uno de los militantes de una de las ONG que llevaron adelante la protesta, hemos ido recibiendo mensajes de distinto tipo, por ejemplo este de la ingeniera Gabriela Guala, integrante del grupo de productores que impulsó la movilización y que enfatiza que el corte de ruta 21, kilómetro 284, fue contra la instalación de Isusa en la zona de la Agraciada, ya que la misma estaría produciendo ácido sulfúrico para abastecer a Botnia. "Creemos que ese no es el lugar por encontrarse en una región altamente poblada y de excelentes campos agrícolo-ganaderos así como de alta densidad de apicultores. Esas son básicamente nuestras razones".

Recibimos también un mensaje del ingeniero agrónomo Pablo Sánchez, que propone un enfoque complementario para el análisis de esta situación.

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Ingeniero Sánchez, en el correo que nos mandó hace un rato usted se presentaba como productor que trabaja desde hace quince años en la zona de la Agraciada. ¿Tiene posición a propósito de esta polémica?

PABLO SÁNCHEZ:
En primer lugar, soy asesor técnico, no soy productor, estoy relacionado desde hace 15 años con todos los productores que trabajan en la zona y he quedado en el medio de esta situación. Como técnico estamos continuamente siendo consultados por los productores, y por consiguiente nos hemos tenido que interiorizar en el tema porque es base, somos consultados no sólo por la situación productiva, por los sistemas productivos, sino que empiezan a aparecer estos temas que ponen a la gente en el medio. Agraciada es una zona de las más densamente pobladas en el sector rural de Uruguay, acá los productores no tienen más de 250 o 300 hectáreas, tenemos un trabajo hecho con Facultad de Agronomía muy importante, que lo prueba. Además la zona tiene índices productivos muy importantes, no es una zona cualquiera. Además de estar pegada al puerto de Nueva Palmira, los resultados productivos son mucho más elevados que los del resto del país.

EC - En su correo electrónico usted pone el énfasis en el problema del ordenamiento territorial. ¿A qué se refiere?

PS - Esto es parte del gran desorden que yo mencionaba. El desarrollo industrial no tiene orden, cualquiera puede venir, asentarse, comprar un predio y desarrollar una industria cualquiera sea sin que medie algo que es básico que es estudiar qué impacto tiene en la zona, cuáles son las alternativas, por qué ese lugar. Cualquiera está desarrollando cualquier cosa en cualquier lado. Pegado a Palmira y en Soriano, en Agraciada, se han desarrollado plantas de silos al lado de las rutas, los camiones hacen cola sobre la ruta, nadie previó el aspecto seguridad en el tránsito.

En Palmira los camiones que vienen a descargar tienen que entrar al pueblo porque las estaciones de servicio están en el centro de la ciudad, no hay una fuera.

EC - Fue muy interesante el informe que publicó el sábado pasado el suplemento ¿Qué Pasa?, de El País, a propósito de ese problema en particular vinculado con Nueva Palmira en cuanto al ordenamiento territorial. Pero usted va más allá, dice: "El ejemplo que se ha estado comentando forma parte de ese gran desorden que vive Uruguay. En el 88, por citar otro caso, se promulgó la ley forestal aprobada en democracia, ese día decidimos ser un país forestal pero nos olvidamos de lo que seguía: ¿qué íbamos a hacer con la madera? ¿Escarbadientes? ¿Por dónde se sacaría la producción? ¿Por qué carreteras, por cuáles trenes? ¿Dónde iban a estar las industrias relacionadas? Para ese entonces faltaba mucho, había que plantar los árboles, esperar que crecieran y talarlos. Ahora ese tiempo ya pasó, ¿y qué hicimos? Nada. Entonces ahora queda la gente en el medio". Esa es su inquietud, va bastante más allá de este episodio concreto de la fábrica en la zona de Agraciada.

PS - Continuamente los productores nos están preguntando qué posición tenemos, nos ponen entre la espada y la pared y nos fuerzan a tomar una posición sobre esto, a expresar si estamos a favor o en contra de Isusa. Y creo que por ahí no va el camino, lo que está faltando es decidir dónde van a estar las industrias relacionadas con esa gran industria forestal y de qué manera las vamos a desarrollar. Sin duda tienen que estar cerca del puerto de Palmira, entre Palmira y Fray Bentos, ya está decidido, ya está encaminado el tema, es muy difícil volver atrás. No vamos a talar todos los árboles y dejar de ser un país forestal, ese camino ya está tomado, ya lo encaminamos.

Pero tenemos que tomar conciencia y tratar de que las autoridades correspondientes encaminen un poco mejor el tema y no pongan a la gente, a todos los productores, a resolverlo. A nadie le gusta que pegado a su casa, donde ha desarrollado su familia, donde está progresando, porque estamos pasando por un buen momento agrícola y la gente quiere desarrollarse, dejar de llorar y empezar a crecer, se le instale una planta de procesamiento de ácido sulfúrico. Estamos hablando de esa situación, pegado a ese establecimiento seguramente hay más de 70 u 80 productores, no es poca gente, con niños, con escuelas. Es una preocupación realmente alta.

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Edición: Mauricio Erramuspe