Entrevistas

Para Breccia, el sistema político necesita terapia

El senador oficialista Alberto Breccia dijo que el relacionamiento entre gobierno y oposición es un caso para terapeutas. Según él, el sistema político está en un diálogo de sordos en temas como la designación de la Fiscalía de Corte. "Me da la impresión de que este es un tema más para politólogos que para nosotros. Como algunas personas en lo individual nos asistimos con un terapeuta, tendría que haber terapeutas del sistema político", ironizó.

(Emitido a las 8.46)

EMILIANO COTELO:
"¿Negociación entre el oficialismo y la oposición para nombrar un candidato de consenso como fiscal de Corte y procurador general de la Nación?

Las esperanzas duraron poco, esa posibilidad se vino abajo antes de haber comenzado. El Senado ayer no se pronunció sobre el pedido del Poder Ejecutivo para nombrar como fiscal de Corte a la doctora Mirtha Guianze, algo que todos los partidos políticos habían resuelto en la sesión de interpelación al ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto.

Cuando se esperaba que la negociación por un candidato de consenso para la Fiscalía de Corte, que se iba a iniciar ayer, encarrilara las frías relaciones entre gobierno y oposición, terminó sucediendo todo lo contrario", apunta la crónica del diario El País.

"El primer punto del orden del día previsto para la sesión de ayer era el tratamiento formal del pedido de venia. Se trataba de una propuesta efectuada a última hora del martes por la bancada nacionalista con la intención de forzar el pronunciamiento de la Cámara Alta sobre este polémico asunto, sabiendo de antemano que la venia sería rechazada. Entendían que de ese modo se pondría fin al provisorato y obligarían al Ejecutivo a proponer otros nombres", dice hoy la crónica de La República.

Pero la oposición fue tomada de sorpresa por la intervención del senador Enrique Rubio en la que anunció que el pedido de venia no sería tratado en el plenario sino que el asunto pasaría a la comisión correspondiente.

Estamos con el senador Alberto Breccia, senador del Movimiento de Participación Popular, Frente Amplio (FA).

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Senador Breccia, ¿qué pasó? ¿Por qué esta marcha atrás en algo que el propio FA había votado? Porque la moción presentada por el Partido Nacional (PN) para que este fuera el primer punto del orden del día ayer tuvo 29 votos en 29 en la madrugada de la víspera en la propia Cámara Alta. ¿Qué pasó?

ALBERTO BRECCIA:
Lo que pasó ayer específicamente es anecdótico: nuevamente, cuando todos habíamos decidido que se tratara la venia, la bancada del gobierno reflexionó en el sentido de que había habido en la sesión del día anterior una serie de imputaciones efectuadas por parte del senador Lara que rozaban la ética de la candidata propuesta por el gobierno, y como consecuencia, incluso previo a cualquier pronunciamiento, había que volver el tema a Comisión de Asuntos Administrativos, a ver si esas imputaciones que se habían hecho tenían asidero, porque significaban un manoseo del nombre de la candidata y era una obligación de honor del partido de gobierno ver si la candidata efectivamente estaba afectada por esos dichos.

EC - Desde la oposición, esta decisión que impulsó ayer el FA es vista de otra manera, se la observa como una maniobra para dilatar la permanencia de la doctora Mirtha Guianze como encargada provisoria de la Fiscalía de Corte.

AB - Me queda absolutamente claro. Le digo más, hablábamos ayer con un senador de la oposición –hemos estado tantas horas reunidos en esa sala que puedo estar confundiendo los tiempos, no sé si fue ayer o durante el desarrollo mismo de la sesión de interpelación al ministro Brovetto– de una cierta desazón que nos invadía. (Soy plantado de gajo en el sistema político, hace aproximadamente dos años me convocó el entonces senador Mujica.) Hablábamos de una cierta desazón que nos invadía porque de un lado y de otro hay quienes estamos intentando tender puentes y parece que no nos logramos entender. Comparo esto con la situación que se da en las relaciones internacionales con el gobierno argentino.

EC - Sí, más de un oyente ha hecho esa comparación en las últimas horas.

AB - Parece un diálogo de sordos. A uno a veces lo invade la desazón, la gente que me conoce de mi ejercicio profesional sabe que yo he preferido durante mis 25 o 26 años de ese ejercicio profesional la conciliación, la negociación y el acuerdo antes que la litis, que el juicio, porque entiendo que la litis tiene costos altísimos que van más allá de lo económico. De todas maneras, me doy cuenta de que al menos por ahora todos los integrantes del sistema político estamos adoleciendo de una carencia seria en ese sentido, me hago responsable.

El gobierno está funcionando bien, en algunas áreas muy bien, pero el gobierno todo, integrando el partido de gobierno y los partidos de la oposición, podría funcionar mejor, y de eso somos responsables todos. Lo digo y asumo la responsabilidad de decirlo.

EC - ¿Cómo se arregla esto ahora?

AB - Esto tiene formas de arreglarse. Seguimos dialogando, seguimos intercambiando opiniones, sin duda va a haber una solución. Si nos ponemos a pensar, en el propio tema de la Fiscalía de Corte, con ser trascendente desde el punto de vista institucional para el funcionamiento del Ministerio Público, no le va la vida al país. Entonces tenemos que lograr una solución y la vamos a lograr. Hoy parece haber una especie de inhibición, no sé si es un tema del propio funcionamiento del sistema político uruguayo –quizás eso lo debería analizar más a fondo el sector de los politólogos– o si a esta altura es un tema personal. Lo cierto es que los puentes que se tienden para el diálogo muy rápidamente se levantan, entonces el tránsito queda interrumpido. Si usted o la gente se pudieran tomar la molestia de leer las versiones taquigráficas de la sesión de interpelación al ministro Brovetto, se darían cuenta de que en mi larga intervención no hubo ningún tipo de agravio, permanentemente intenté tender esos puentes, y del otro lado el senador Abreu en su intervención hizo hincapié en aspectos puramente técnicos y, más allá de expresar su posición negativa a la venia de la fiscal, también estaba tirando puentes. Esto no sucedió ayer sino en la propia noche de la interpelación; en ese sentido el titular de La Diaria de ayer es absolutamente ilustrativo con ese "Que no y que no", por parte del senador Larrañaga. Pero de ninguna manera imputo esta conducta exclusivamente al partido de la oposición.

EC - Ahora hay una carta de los 14 senadores de la oposición dirigida al presidente de la República, Tabaré Vázquez, en la que le recuerdan que la doctora Mirtha Guianze carece del apoyo necesario en el Poder Legislativo y le solicitan que en cumplimiento de la Constitución proceda a sustituirla en su actual cargo y abra la instancia necesaria para abordar la posibilidad de otra candidatura.

AB - Si usted se fija, en la carta –que evidentemente fue redactada de apuro, todos presenciamos cuando se estaba redactando– se dice que no cuenta con los votos necesarios para designarla definitivamente en el cargo y al mismo tiempo se pide que se la releve de la encargatura. Cuando la encargatura desde hace tres años –no de ahora con la doctora Guianze– ha sido una forma de funcionamiento del fiscal que no requiere las mayorías exigidas por la Constitución. Quiere decir que la carta le está recordando al presidente un hecho que es obvio: que no cuenta con los votos para su designación definitiva, y a continuación vincula ese hecho obvio con otro hecho que no es obvio, necesario ni legal, que se la releve de su encargatura, cuando los últimos fiscales en este país han funcionado todos en forma de encargatura interina y nunca el sistema político, nunca la oposición ha vertido quejas sobre esto.

Este es un razonamiento que yo le estoy haciendo a usted y que podría volver a hacer en cámaras si se volviera a plantear el problema, y entonces de ambos lados tendríamos argumentos preciosos, algunos de ellos efectivos, otros muy efectistas, acerca de por qué ambas partes tenemos razón.

EC - Y cada uno seguiría emperrado en la suya.

AB - Exactamente, de todos modos seguiría cada parte en la vereda de enfrente. Le digo más, me da la impresión de que este es un tema más para politólogos que para nosotros. Como algunas personas en lo individual nos asistimos con un terapeuta, tendría que haber terapeutas del sistema político.

EC - Es interesante y al mismo tiempo curioso lo que usted dice. En definitiva muestra una gran preocupación pero al mismo tiempo no puede mencionar alternativas para encauzar esta situación.

AB - Para mí que he estado en muchísimas negociaciones en el ámbito profesional, las alternativas son seguir reuniéndonos, seguir dialogando. Tengo una confianza casi absoluta, casi religiosa en el poder de la palabra, la palabra es lo que nos salva. En definitiva tenemos que seguir conversando, tengo la expectativa y la esperanza. Le repito lo que le dije en alguna entrevista anterior: dentro del Senado y en temas que de pronto no salen tan evidentemente a la opinión pública, el diálogo entre las fuerzas del gobierno y de la oposición es cordial y fluido, entonces es muy factible que en una de esas oportunidades se pueda comenzar a conversar de estos temas de fondo.

Siempre pongo el ejemplo de que hace un mes aprobamos una ley de repoblamiento de la campaña iniciativa del senador Larrañaga, que me pareció una ley sumamente interesante y que además hace a lo profundo de los problemas de este país, una ley descentralizadora, que atiende los problemas reales de la campaña. La votamos, la dialogamos, la elaboramos y junto con ella votamos algunas leyes relativas a colonización. Son cosas que de pronto la gente no ve pero que el sistema político sigue elaborando. El sistema político en este país sigue funcionando y muy bien, a pesar de todos los pesares.

Estos temas hacen a la estructura misma de una serie de instituciones. No es sólo la Fiscalía de Corte, son también los organismos de contralor, el Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral, aún está pendiente la integración de los entes autónomos y servicios descentralizados, pero aparentemente para la oposición eso es demasiado. Sigamos conversando, a ver en qué punto medio de estos puentes nos podemos encontrar.

EC - Su análisis incluye una autocrítica importante con respecto al manejo que el propio oficialismo está haciendo del tema.

AB - Sí.

EC - No lo noto muy convencido de que lo correcto ayer fuese el pase del análisis de la venia de la doctora Guianze a comisión.

AB - Por eso le digo que no ubico el problema ayer, lo ubico anteayer.

EC - Pero no lo noto convencido de que ese fuese el camino correcto.

AB - El tema lo situó muy bien un distinguido senador de la oposición, que dijo: "Me da la impresión de que no nos estamos teniendo confianza mutua".

EC - Eso es clarísimo.

AB - Ojo, las negociaciones a veces también implican pasos en el sentido de establecer que en determinadas cosas no estoy dispuesto a transar salvo que tú transes antes. Esto es un do ut des, doy en cuanto me des. Pero sucede que cuando uno plantea eso, que es la esencia de la negociación –y en esto quizás vaya la falta de formación en ese sentido de algunos integrantes del sistema político–, muchas veces no se entiende que –esto va a levantar alguna ola– el tema de la "comercialización" es absolutamente legítimo, "doy algo para que tú me des" no es siempre bastardo, no es siempre malo, de eso se trata en general en las relaciones humanas y en las relaciones políticas, de eso se trata en general hasta en el matrimonio. ¿Cómo podemos no entender en el sistema político que muchas veces se trata de ceder en tal cosa para que el otro ceda en tal otra? Inmediatamente del otro lado se hace el argumento –me refiero a cualquiera de los dos lados– de que eso puede ser visto por la gente como que el sistema político está bastardeando la política y entonces estamos transando a partir de cargos.

No se trata de eso, se trata de algo mucho más profundo, de participación de aquellos individuos del sistema político que nos sentimos identificados con determinadas ideas en la solución común de los problemas de la nación. Y esas ideas comunes existen –estoy absolutamente convencido– por lo menos en las tres colectividades más grandes que forman el sistema político de este país así como en una cantidad de gente independiente. El problema es que a partir de metodologías equivocadas, esas ideas comunes están de un lado y otro de un muro que no podemos derribar.

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Edición: Mauricio Erramuspe