(Emitido a las 08.42)

EMILIANO COTELO:
Dentro de poco tiempo, BankBoston Uruguay, una institución con 30 años de historia en el país, cambia de nombre, cambia de dueño.
El Banco Itaú de Brasil se asoma en nuestro horizonte.

¿Cómo viene este proceso? ¿Cuáles son las últimas novedades?
Vamos a averiguarlo con el jefe de producción de En Perspectiva, Andrés Gil, recién llegado de Sao Paulo, donde junto a un grupo de periodistas de Argentina, Chile y Uruguay participó de una serie de reuniones con las principales autoridades del Banco Itaú.

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Andrés, qué te parece si empezamos por situar al Banco Itaú, o mejor dicho al "Banco ITAU Holding Financiero S.A.", porque estamos hablando de un grupo bancario...

ANDRES GIL:
Es verdad, se trata de un grupo compuesto por tres grandes empresas organizadas por áreas de negocio: por un lado el Itaúbanco, que está dedicado al negocio de banca minorista; concretamente, y por ejemplo, cuentas corrientes, cajas de ahorro, tarjetas, seguros, servicios previsionales, gestión de fondos y carteras.

Después está el Itaúcred, que concentra su actividad en la cesión de créditos, con especial énfasis en la cesión de financiamiento para la compra de vehículos; y por último, el Itaú BBA que es el brazo del grupo que tiene a su cargo el manejo del negocio "corporate" (es decir, la atención de las grandes corporaciones) así como de la      banca de inversiones.

EC - Y algunos números para terminar de armar el panorama...

AG - Es un grupo que en total tiene algo más de 17 millones de clientes, 59.000 empleados, algo más de 3.300 agencias, 22.000 cajeros automáticos.

En el negocio de las tarjetas de crédito, con su ItaúCard atiende hoy el 22% del mercado, con la friolera de 13 millones de plásticos.

Andrés Gil junto a otros periodistas recorriendo las instalaciones del Itaú en San Pablo.

Es un banco extremadamente segmentado – de hecho en Itaú hacen casi un culto a la experiencia que han ido acumulando en esta modalidad de manejo del negocio bancario – ¿qué quiere decir esto? En resumidas cuentas, que trabajan cada segmento con una empresa o división diferente, que se especializa en el tramo del mercado a su cargo, con estrategias bien diferenciadas.

Para terminar con los datos, tiene activos por casi 100.000 millones de dólares y es el banco de mayor valor de mercado (es decir, valor accionario) en toda América Latina, con 38.700 millones de dólares. Un banco que mantiene el tan ansiado "grado inversor", pese a que – recordemos – Brasil como país no lo tiene.

EC - Antes de seguir y mirando al caso concreto de su llegada a Uruguay, ¿pudiste saber cuándo se va a procesar el cambio de marca en Uruguay, de BankBoston a Itaú?

AG - La pregunta me lleva a poner al día el estado de situación del proceso de transferencia del negocio del BankBoston en Uruguay a manos del Itaú. En la actualidad, todavía se está esperando la autorización de esta operación por parte del Banco Central de Brasil, después de la cual recién deberá resolver el Banco Central de Uruguay. Algo similar está pasando con el negocio de Itaú en Chile.

Roberto Setúbal.

Lo que sí te puedo decir es que – según me adelantaron las autoridades del Itaú con las que estuve reunido – se reconoce el desafío que significa el cambio de marca en Uruguay (de hecho, se reconoce textualmente que en nuestro país tienen que "construir una marca desde cero"). Pero al mismo tiempo te diría que tienen una "fe ciega" en la potencia de la marca Itaú, en buena medida basados en que algunas consultoras que se dedican a estos temas la han catalogado como la marca más valiosa de Brasil, por encima de otras muy emblemáticas y quizás más conocidas por nosotros como Bradesco, Bando Do Brasil, la cervecera Skol o Petrobras. En esto hizo especial énfasis el presidente del grupo, Roberto Setúbal, en una conferencia de la que participamos el lunes de tarde.

EC - ¿Y están trabajando ya en cómo armar esa marca desde cero?

AG – Sí, al día de hoy han hecho varias encuestas entre clientes y público en general, están eligiendo agencia de publicidad en Uruguay (no nos adelantaron el nombre pero dicen que ya está elegida) y lo que sí nos comentaron – algo que a mí me dejó bastante sorprendido – es que no tienen un límite presupuestal estipulado para esta tarea de consolidación de la marca en Uruguay. Así que supongo que vendrán con toda la artillería...

EC - ¿Y eso incluye a OCA?  Porque recordemos que la empresa de tarjetas de crédito forma parte del paquete a transferir desde el BankBoston al Itaú...

AG - Es interesante la pregunta, porque la respuesta es que no. De hecho, ellos deliberadamente van a mantener la marca OCA, porque entienden que es extremadamente valiosa. De hecho, te diré que me sorprendió mucho lo elogiosos que son con OCA. De hecho transmiten o por lo menos a mí me dio esa sensación, que están convencidos de haber comprado algo así como un tesoro. Por ejemplo, y cito textualmente comentarios que escuché, "una empresa ejemplar", "una empresa maravillosa", "una empresa en la que no vamos a tocar nada porque mejor no se podrían haber hecho las cosas".

En fin, por ese lado vinieron los comentarios y la verdad es que me sorprendieron.

Pero volviendo al tema de la marca, ellos entienden que es una excelente oportunidad de aplicar la experiencia que tienen en el manejo de la segmentación del mercado, al momento de hacer correr en paralelo dos proyectos como el Banco Itaú Uruguay y la empresa OCA que apuestan a segmentos de mercado totalmente diferentes. De hecho, agregaron que OCA va a ser una empresa 100% independiente del banco, en todos los sentidos.

EC - Pero volviendo al banco, en su momento cuando entrevistamos al gerente general de BankBoston, Horacio Vilaró, él nos decía que lo que el Itaú les pidió es que mantengan tal como está el plan de negocios vigente. Entonces, ¿qué otros cambios se pueden esperar, más allá de la marca?

AG - Te lo respondo en una palabra: tecnología. Por ahí viene el gran aporte que ellos esperan hacer al negocio del BankBoston en Uruguay, en la medida que es uno de sus fuertes. Ellos dicen "que la modernidad está en el ADN del banco". Estamos hablando, Emiliano, de un grupo que invierte muchos millones de dólares al año en tecnología, en equipos, en desarrollo, en capacitación, etc y que por ejemplo es realmente muy fuerte en el tema del e-banking, con cerca de 5 millones de usuarios que se manejan por esta vía...

Otra de las entrevistas que mantuvo el grupo de periodistas del Cono Sur.

EC: Supongo que les preguntaste el por qué de su decisión de entrar en Uruguay. En principio cuesta entender cómo un gigante como Itaú puede interesarse en un mercado tan chico como el nuestro...

AG: Te diré que los motivos son varios y sin pretender incluirlos todos, creo que en primer lugar vale la pena señalar que esto se inscribe en un proceso más amplio de internacionalización del banco, que ya tiene sus años. El banco está presente en Estados Unidos, Europa y Asia y completa inversiones en el exterior por cerca de 3.000 millones de dólares. Pero ahora, esta etapa pasa por poner un pie en la región (más allá de Brasil, obviamente), y esto lo están haciendo en un primer paso con el negocio en Uruguay, con otro de características similares en Chile, y la presencia – que ya tenían en Argentina y mantienen – a través de Banco Itaú Buen Ayre, concentrado en banca corporate y de inversiones, pero no minorista.

Pero además, recordemos que Brasil hace ya algunos años que está creciendo a tasas muy modestas -para 2007 los economistas del banco estiman un crecimiento del Producto Bruto Interno del 3% - lo cual obliga a buscar mercados con mayor potencial de crecimiento.

Ricardo Villela Marino

¿Y por qué Uruguay? Bueno, Ricardo Villela Marino, CEO para América Latina del Banco Itaú S.A. con quien nos reunimos el lunes, nos decía que a ellos les interesa el crecimiento que muestra el país (estiman un aumento del PBI para 2007 superior al 5%). Además, se tiene en cuenta la forma en que el negocio bancario suele crecer, a tasas que en países como el nuestro pueden duplicar la del crecimiento del PBI.

Seduce también la estabilidad macroeconómica del país, obviamente sin dejar de lado que vieron en la situación post crisis financiera de 2002, una oportunidad enorme de hacerse de una porción del mercado a través de una adquisición, para luego avanzar y apostar a ganar mercado. Un sistema que de a poco se va recuperando de la herida y la sangría de 2002, y que en plena fase de reconstrucción siempre ofrece oportunidades.

EC - ¿Y hay algo que les preocupe especialmente de nuestro país?

AG - Bueno, por el tono en que lo comentaron la preocupación más importante refiere a cuestiones que hacen a la institucionalidad del país. De hecho en más de una oportunidad se hice hincapié en las carencias institucionales del continente en general. Pero por mencionar un ejemplo de Uruguay, te diría que los tiempos de la justicia preocupan; en particular, el tema de las ejecuciones y la imprevisibilidad que esto puede generar sobre su negocio. Me quedó la impresión de que ellos pretenden reglas más claras en este frente, a extremo tal que en un principio no van a desarrollar el negocio de los préstamos hipotecarios porque entienden que no están dadas las condiciones. Por el momento, se van a concentrar en los créditos para la compra de vehículos, que – como te decía al principio – es uno de sus fuertes en Brasil...

Una de las conferencias organizadas por el Banco Itaú en este seminario al que invitó a periodistas de Argentina, Chile y Uruguay.

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EC - Para terminar, recordemos los términos de la operación, porque no estamos hablando de una venta lisa y llana, Bankboston Uruguay pasa del Bank of America al Itaú de una forma particular...

AG - Concretamente, la operación consistió en un traspaso de la operativa en Brasil, Chile y Uruguay a cambio del 7,4% de las acciones del Itaú que pasan a manos del Bank of America. Así, esta institución pasa a tener no sólo ese porcentaje del paquete accionario del ITAU, sino también un representante en su directorio. De ese 7,4%, 1,7% aproximadamente corresponde a la operación en Uruguay y Chile. Un monto estimado entre 600 y 650 millones de dólares.

Fotos: Marie Hippenmeyer