Entrevistas

Telefónica ofrece "una alianza" para mejorar la conexión de Uruguay a internet

Telefónica le ofreció a Antel integrarse a SAM-1, un anillo de fibra óptica que interconecta varios países de América entre sí y con Europa y Asia. La red tiene 21.000 kilómetros submarinos y 5.000 terrestres. Antonio Lagioia, gerente general de Telefónica International Wholesale Services para la región, informó que esa conexión bajaría los tiempos de respuesta a la mitad.

(Emitido a las 9.05)

ANDRÉS GIL:
Uruguay, Antel y los servicios de banda ancha. Ingredientes más que suficientes para discutir durante largo rato en nuestro país.

En especial sobre lo que refiere a la forma y la tecnología con la que Uruguay se conecta con el mundo, la forma como se conecta con la columna vertebral de internet a nivel mundial. Variables que a fin de cuentas determinan el tipo y la calidad de los servicios que Antel o, más concretamente, Anteldata puede brindar a sus usuarios.

JOSÉ IRAZÁBAL:
Para quienes por motivos laborales o personales dependen decisivamente del acceso a internet suele ser un motivo de preocupación constante, más allá de que el tema sólo aparezca en las portadas de los medios cuando tenemos algún accidente con las conexiones actuales que nos deja fuera del mundo.

AG - Hoy les proponemos retomar el tema, esta vez en contacto con una empresa que está en conversaciones con Antel ofreciendo una nueva conexión a través de un cable submarino de fibra óptica. Estamos hablando de Telefónica International Wholesale Services, una empresa del Grupo Telefónica, de España.

JI - Estamos en contacto con el gerente general de la empresa para Argentina, Paraguay y Uruguay, contador Antonio Lagioia.

***

AG - Para empezar, vale la pena explicar qué es Telefónica Wholesale.

ANTONIO LAGIOIA:
Telefónica Wholesale es la empresa mayorista de los servicios internacionales de todo el grupo Telefónica. Cuando hablamos de servicios internacionales estamos hablando de todo lo que es comunicaciones de voz, o sea los minutos internacionales, todo lo que es enlaces de capacidad, lo que son enlaces IP, básicamente para internet, y todo lo que son las redes VPN con las cuales se comunican las corporaciones. Todo el grupo Telefónica se basa en la infraestructura de esta empresa, que es mayorista internacional.

AG - En nuestra región la vedette del grupo es el cable submarino SAM-1.

AL - Es una inversión que hizo Telefónica –en aquel momento la empresa se llamaba Emergia– en el año 2000. El anillo se inauguró completamente en febrero de 2001. Es un anillo de fibra óptica de última tecnología, porque si bien se instaló en 2001 esta tecnología todavía no fue superada. Tiene una extensión de 21.000 kilómetros submarinos y 5.000 kilómetros terrestres y abraza todo el continente americano desde el sur de Buenos Aires, en Las Toninas, va por el Atlántico tocando distintos puntos, llega hasta Miami, en Boca Ratón, después baja por el Pacífico hasta Valparaíso y de ahí cruza en forma terrestre nuevamente hasta Buenos Aires. El hecho de que sea un anillo le da una disponibilidad superior.

AG - Para quienes no dominan el tema, ¿qué es lo que circula por ahí?

AL - Circulan básicamente datos, son señales ópticas eléctricas que tienen una capacidad inmensa, para hablar en términos técnicos, 1,92 terabytes, unos 1.920 gigas –los gigas son miles de megas–. Hoy está en menos de 10% de su capacidad total, hemos ampliado este cable por demanda, es la tercera ampliación que hacemos, estamos en 160 gigas, y el cable tiene una capacidad de 1.920 gigas.

AG - ¿Con qué objetivo tendieron ese cable subacuático? ¿Por qué vieron ahí una oportunidad de negocio?

AL - Básicamente hay una tradición y una vocación de Telefónica hacia América Latina, donde ya tenía filiales de telefonía y de comunicaciones, como es el caso de Chile, de Argentina, de Brasil, de Perú. Entonces para profundizar esa vocación en este territorio era importante que todos los países de América Latina tuvieran una intercomunicación sin necesidad de ser tributarios de Estados Unidos. Si había un lenguaje común no era necesario ir a Estados Unidos para comunicar Chile con Uruguay o Argentina con Uruguay.

AG - Que es como se hace en algunos casos hasta el momento.

AL - Sí, cuando nace internet el backbone principal estaba en Estados Unidos y todas las comunicaciones tenían que ir hacia allí, se tendían cables que iban hacia Estados Unidos y después volvían. Telefónica vio la necesidad, no sólo para su negocio sino también para esta región en la cual había invertido y quiere seguir invirtiendo, de realizar esta inversión, que fue bastante cuantiosa, de 1.300 millones de dólares. Tender este cable fue un desafío, un riesgo, un reto, pero hoy está convencida de que fue una inversión bien hecha.

AG - Aquí En Perspectiva ya nos ocupamos de este cable subacuático, aunque de una forma algo lateral, a fines de 2002 cuando hicimos una entrevista con la gente de Emergia a propósito del trabajo de un barco, el Tyco Resolute, que es un barco de última generación que está amarrado al puerto de Montevideo y tiene a su cargo la tarea de monitoreo y reparación de un tramo importante de este cable, concretamente del que está tendido en el océano Atlántico. ¿Este barco sigue amarrado en Montevideo?

AL - Sí, está en el Puerto de Montevideo, la semana pasada estuve por ahí y lo pude ver desde las ventanas del edificio de Antel.

AG - En aquel entonces hacíamos notar la curiosidad de que estando el barco en Montevideo, Uruguay no estaba conectado con este cable. ¿Por qué Uruguay no aceptó en aquel entonces conectarse con el cable de Emergia?

AL - No fue que no aceptó, desde el inicio estaba previsto que el cable de Emergia llegara a Uruguay, pero en ese momento no había masa crítica, Uruguay no tenía el desarrollo en cuanto a usuarios de internet y de telecomunicaciones. Uruguay y Antel empezaron a hacer una política bastante agresiva con el tema ADSL en los tres últimos años. No fue el único país que no estuvo desde el principio, en este momento estamos concretando con Ecuador y con Colombia, que tampoco estuvieron desde el inicio, la conexión con el cable submarino.

AG - ¿Cuántos países están conectados actualmente con el cable de Telefónica?

AL - En este momento, con Ecuador y con Colombia, donde las obras ya están en ejecución, estamos en nueve países de América Latina. Los países de América Central se van interconectando con enlaces terrestres, porque son recorridos cortos, por ejemplo entre Guatemala y El Salvador. Era necesario que Uruguay, que sí tiene una muy buena salida al mar y que tiene una masa crítica, un volumen de negocios y un crecimiento de internet muy importantes, tuviera una salida con cable submarino.

Hoy Uruguay tiene dos conexiones, una que va hacia el norte y otra que va hacia el sur, con un recorrido terrestre bastante crítico, 700 kilómetros por el sur y 2.500 hacia el norte, lo cual es un riesgo. La fibra cuanto más recorrido esté expuesta en forma terrestre mayores posibilidades tiene de cortarse.

AG - Volviendo a la conexión subacuática, en esta lista de países que ya han concretado su conexión, todavía quedan fuera países como Bolivia, Paraguay y Uruguay. Bolivia y Paraguay no tienen costa, Uruguay sería el único país con costa que todavía no se sumó.

AL - Por eso la decisión de Telefónica de emprender esta obra.

AG - Olvidándonos por un momento de la oferta de Telefónica y su cable subacuático, porque está claro que esta es sólo una de las opciones, ¿por qué Uruguay debería, en el estado actual de las cosas, del tráfico de internet, de la tecnología disponible, ir en busca de una nueva conexión de banda ancha? ¿Es sólo una cuestión de volúmenes, de que el tráfico demandado de Uruguay es cada vez mayor, o hay también una cuestión de mejora, de aggiornamento tecnológico?

AL - Ambas cosas, pero si vamos estrictamente al punto de vista del usuario hay dos o tres cosas fundamentales. Con el cable submarino se bajarían los tiempos de respuesta a la mitad; estamos con un tiempo de latencia de 115 milisegundos y Uruguay está con poco más de 230, 250 milisegundos. Por otro lado se iría directamente al lugar requerido, por el hecho de tener un cable que tiene a todos estos países interconectados, si yo quiero conectar Montevideo con San Pablo no tengo necesidad de ir a Estados Unidos y después volver. Con eso evito tránsitos y pagos innecesarios, porque cada vez que hago un intercambio de tráfico, como pasa con el tráfico telefónico, tengo que hacer un pago. Es una conexión directa al backbone de internet que evidentemente va a traer una baja de costos, al tener una mayor capacidad y más confiable se va a producir una baja de costos.

AG - Cuando dice una conexión directa se refiere a no tener que pasar por otros países, como en el caso actual, que se pasa por Argentina o por Brasil antes de llegar a una conexión subacuática.

AL - Y a la disponibilidad, por el hecho de ser un anillo si hay un corte sobre el Atlántico automáticamente retorna al Pacífico y llega al lugar indicado.

AG - Una duda que surge a propósito de la conexión subacuática es cuál es su ventaja frente a una terrestre, la sensación es que en el caso de una eventual avería la solución lleva más tiempo. ¿La respuesta es el diseño en forma de anillo?

AL - Claro, eso hace que la disponibilidad sea 99,995, o sea que la posibilidad de estar sin servicio es muy baja. Por otro lado, al ir debajo del mar las posibilidades de corte son muy remotas. El cable Unisur, que se inauguró en 1994, que va de Buenos Aires a Montevideo y después sigue hacia Brasil, ya tiene casi 13 años y nunca ha tenido un corte, con lo cual la disponibilidad es mucho mayor. Los cables que van por tierra no tienen este tipo de disponibilidad.

Y por otro lado lo del anillo: ante un corte en determinado lugar el flujo es retomado automáticamente por el otro extremo.

AG - ¿Puede detallar cómo funciona el anillo? ¿Ante un corte en un lugar el flujo de información empieza a correr hacia el otro lado?

AL - Sí, eso está programado. Tenemos dos centros de intervención, uno que está en Perú y otro que está en Madrid –porque este anillo se conecta con el cable Columbus, tiene una conexión con Europa y con Asia–; el de Lurín, en Perú, hace un monitoreo las 24 horas del día los siete días de la semana y ante cualquier falla o pérdida de información la detecta e inmediatamente da la orden para la restauración automática. Por ejemplo, si hay un corte entre Montevideo y San Pablo, es automáticamente detectado y la información en vez de ir por el norte va por el sur, va por el Pacífico y vuelve a San Pablo por el norte. En casos de prueba o cuando hay mantenimiento preventivo se toman estas decisiones y el usuario no las detecta, son totalmente transparentes. El anillo permite tener un tráfico mucho más fluido entre los países que componen América Latina.

El tema del anillo también tiene un componente lírico, el anillo implica nupcialidad, compromiso, por eso decimos que es como un anillo nupcial para tratar de tener hermanados a todos los países de América Latina. Esa fue la vocación de Telefónica al hacer esta inversión en el año 2000.

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AG - A fines de diciembre ustedes mantuvieron contactos con Antel, se reunieron con su presidenta, la ingeniera María Simón. ¿En qué están esas conversaciones? ¿Qué hay de por medio?

AL - Reconocemos que Antel juega un rol hegemónico en las telecomunicaciones en Uruguay, entonces fuimos a comentarle este proyecto para ver el interés de la empresa. La ingeniera, a quien le interesan mucho los temas tecnológicos, vio la ventaja de tener una tercera ruta alternativa de mayor seguridad, nos dijo que iba a estudiar el tema y nos ofreció darnos la demanda estimativa que tendría Antel en los próximos años para que pudiéramos incluirla y realizar una oferta. Antel tiene en este momento cerca de 100.000 servicios de ADSL, o sea que el potencial de crecimiento que tiene frente a una capacidad instalada de un millón de líneas es bastante, porque tiene digitalizadas prácticamente todas las líneas, tiene un crecimiento potencial importante, sólo el 10% de sus líneas tienen ADSL. Esto nos da una posibilidad grande para animarnos más a llegar a Uruguay.

AG - ¿Qué negocio le están ofreciendo concretamente?

AL - Hemos recibido la demanda estimada para los próximos años de consumo de banda ancha. Aunque no es sólo para banda ancha, es un servicio también para empresas y para tráfico telefónico, pero el mayor consumo del cable de fibra óptica va a estar dado por internet. Hemos quedado en profundizar esa estimación de demanda y nos volveremos a reunir en los próximos días para concretar una oferta. Hay distintas opciones, Antel ya tiene una estación de amarre.

AG - ¿Está en Montevideo?

AL - No, está en Maldonado. Es otro tema que queremos discutir con Antel, si es conveniente llevar la fibra a Montevideo o a Maldonado, dependerá de los permisos, de los técnicos que haya. Cuando se traza un tendido de fibra óptica, la gente de Tyco, que es nuestro proveedor en este ámbito, hace estudios de factibilidad, de profundidad, de tráfico de barcos para prever toda posible complicación y darle mayor seguridad al cable. Hay un par de aspectos técnicos a definir con la gente de Antel teniendo en cuenta las recomendaciones de nuestro proveedor en cuanto a cuál es el mejor trazado para el cable. A lo mejor hay infraestructuras que pueden ser utilizadas, nos han dicho que la estación de amarre que está en Maldonado tiene espacio para alojar otro cable, eso aceleraría tiempos.

AG - El tendido del cable correría por cuenta de Telefónica, en este caso tercerizado a Tyco, y después habría una contratación de servicios por parte de Antel.

AL - Sí, una contratación de servicio y puede haber una participación en la ejecución y en la gestión del cable. Son aspectos que tenemos que definir con ellos. Queremos que Antel como empresa de Uruguay tenga un rol protagónico, es un beneficio para Uruguay, sin perjuicio de que buscamos el beneficio para nuestra empresa.

AG - El hecho de que Uruguay todavía no tenga una conexión de fibra óptica subacuática, ¿cómo lo deja frente al resto de los países del continente? ¿Cuántas conexiones tiene un país promedio en América del Sur?

AL - Hemos hecho un pequeño estudio comparativo entre la población, el producto bruto y los accesos de banda ancha, y hemos visto que por ejemplo en Ecuador, Colombia y Perú, que tienen acceso submarino, el tráfico de internet se multiplica por dos o por tres con relación a los países que no lo tienen. Hay una intención del usuario de decir "ahora tengo salida acuática, tengo más seguridad" y eso trae una multiplicación de los usuarios.

AG - La oferta genera su propia demanda.

AL - Así es. Y también a nivel corporativo, muchas de las empresas de desarrollo de software y demás que están asentadas en Uruguay a lo mejor tienen sus centros en países lejanos. Esto profundizaría la instalación de nuevos centros, ya que Uruguay es un centro de capacitación muy importante no sólo en temas de desarrollo de software sino también de call centers. Uno de los issues que mira cualquier call center o empresa de desarrollo de software que se instala es el tema telecomunicaciones, no sólo su confiabilidad sino también su costo.

AG - La inversión de Telefónica fue hecha en el año 2000. La tecnología en este negocio va realmente muy rápido, los tiempos entre un paradigma y otro son cada vez más cortos. ¿No estamos hablando de un cable ya un poco obsoleto?

AL - No, al principio de la conversación le dije que esta inversión no ha tenido una tecnología superadora. De todos modos, la fibra óptica, que es lo que está sumergido, es lo que menos cambia, lo que puede cambiar son los equipos que la explotan. El cable nació con 40 gigas y ya vamos por la tercera ampliación, estamos en 160 gigas; desde la primera ampliación hemos adaptado los equipamientos que se ponen en cada estación de amarre y en cada unidad repetidora, ahí sí hay tecnología superadora y la vamos adaptando. Lo que está sumergido no ha sido superado tecnológicamente.

AG - En caso de que se llegue a un acuerdo entre Telefónica y Antel, ¿qué plazos se manejan para el tendido de esos cerca de 250 kilómetros de cable que unirían Las Toninas en Argentina con el territorio uruguayo?

AL - El tiempo que tenemos previsto es de nueve meses y nuestra intención es acelerar todo lo posible para que esto sea una realidad en 2007, o sea que tengamos un embarazo feliz y un parto este año.

AG - ¿Cuál es la disposición de la presidenta de Antel?

AL - Hasta el momento ha sido muy buena. Entiende la superación cualitativa en lo tecnológico, pero también tendrá su presupuesto y querrá comparar costos.

AG - ¿Sabe si está manejando alguna otra alternativa?

AL - No lo sabemos, no nos lo ha dicho. Estamos confiados porque en este momento la empresa que tiene el cable y que más ampliaciones ha hecho en América Latina es Telefónica.

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Edición: Mauricio Erramuspe