La interna del gobierno según Mujica
"Correcta y leal". Así definió el ministro José Mujica su relación con Danilo Astori y afirmó que la candidatura presidencial de su colega está "cantada". Señaló que un TLC con China sería más peligroso que uno con Estados Unidos pero el Frente Amplio lo digeriría mejor. De todos modos, no se "desangra" por eso. "En mi cartera no tenemos el problema de a quién le vendemos, sino que no hay qué vender", explicó.
(Emitido a las 8.44)
EMILIANO COTELO:
Que esto iba a traer cola era prácticamente un hecho, era muy poco probable que el avance en las relaciones de Uruguay con Estados Unidos no generara lesiones dentro del Frente Amplio (FA).
Pero, ya que estamos hablando en términos futbolísticos, vale la pena conocer cuán grave es la lesión. ¿Se puede hablar de fractura, como ha dicho alguien la semana pasada, o es apenas un golpe más?
Y siguiendo con esta terminología futbolera, hay muchos que leen la firma del TIFA como otro golpe de Astori al resto del FA.
¿Es esa una lectura correcta? Sobre todo, ¿cómo y dónde sigue este partido?
Vamos a conversar de todas estas cuestiones con uno de los jugadores más influyentes, a quien muchos ven incluso como el capitán del equipo que busca balancear el poder del equipo económico que encabeza Astori.
Estoy hablando del ministro de Ganadería, José Mujica, líder del MPP, el sector más votado dentro del FA tanto en las elecciones nacionales de 2004 como en las internas del año pasado.
***
Ministro Mujica, para empezar, porque nunca se lo pregunté, ¿es futbolero usted?
JOSÉ MUJICA:
Creo que no hay uruguayo que no sea un poco futbolero; sí.
EC - ¿De qué cuadro?
JM - De Cerro.
EC - ¿Y de la celeste?
JM - Sí, naturalmente.
EC - ¿Fanático de la celeste, o tímido hincha ya un poco cansado?
JM - No, soy un hincha nostalgioso, pero no soy fanático. Ya a esta altura no soy fanático de nada.
EC - ¿Cómo le cayó anoche la derrota de Uruguay ante Argentina en el último segundo?
JM - Nos quedamos con el consuelo de que a Chile le pasó algo parecido.
EC - Es una forma de analizar las cosas.
JM - Qué le vamos a hacer...
EC - Y ya que nos metimos por el lado del fútbol y que va a haber más de una alusión al fútbol a lo largo de esta charla, ¿usted se siente el capitán de una parte del FA?
JM - Me siento capitán de la vereda de mi rancho. No, no es tan simple la cosa.
EC Se lo digo porque el capitán va a al sorteo, representa al equipo ante el juez, es el que más puede hablar con el juez, a veces tiene que ponerse el equipo al hombro pero de todos modos no puede evitar que alguno del equipo salga y pegue una plancha o proteste y se haga echar...
JM - Esas cosas son inevitables. Cuando usted tiene esta contradicción y trata de apostar al crecimiento, a la multiplicación y a la renovación, tendrá que pagar el precio de eventuales desubicaciones y humanos errores que se van amontonando. Es inevitable y no creo que haya otra forma maravillosa de hacer las cosas. Hagamos lo que podamos.
EC - ¿Trata de capitanear una parte del equipo?
JM - No trato de capitanear, no puedo escapar, que es una cosa distinta.
EC - Hay quienes lo ponen a usted a capitanear una parte del equipo.
JM - Es que las circunstancias un poco nos ponen en esa situación.
EC - ¿Qué circunstancias? ¿Los votos o las solicitudes y las gestiones de dirigentes?
JM - Los votos tienen un peso directo y un peso indirecto mucho mayor en este país, en todos los órdenes. Nos atribuyen magia pero nos llenan de responsabilidades que no podemos eludir con sencillez. En ese juego estamos, no sin contradicciones. Porque yo no soy un militante del MPP de los que van a la dirección, que se reúnen y van a la Mesa Política; no, casi no intervengo para nada. Sé que no me van a creer pero puedo pasar tres o cuatro meses sin reunirme con la dirección, y a veces me entero por los diarios. Y sé que no me van a creer, pero soy la cosa más alejada de un viejo secretario general de aquel estilo, de otra época. Además no creo en eso. Pero a veces recibo alguna llamada y tengo que hacer algo.
EC - De eso vamos a hablar, y de ese rol de capitán o no capitán. Vayamos a un hecho concreto de la semana pasada. ¿Con qué sensación lo dejó todo lo que ocurrió en torno a la firma del TIFA que Uruguay concretó con Estados Unidos el jueves pasado?
JM - La primera sensación es que nosotros, los que tenemos responsabilidad, concretamente los ministros, no informamos bien empezando por mí a nuestras respectivas fuerzas políticas cuando hace meses, cuando se cerró la puerta del TLC y rápidamente en el Consejo de Ministros el presidente informó que iba a optar por el camino del TIFA. Todo el mundo estuvo de acuerdo, porque todo el mundo está de acuerdo en que hay que procurar mantener una diversificación de las relaciones económicas de nuestro país y en que la inserción internacional es importante.
EC - Pero se logró que todo el mundo estuviera de acuerdo dentro del FA porque implicaba por lo menos patear para adelante la polémica sobre el TLC. "Si es un TIFA, lo del TLC no quema ahora".
JM - Bajaba un poco los decibeles de la contradicción, porque lo que la crítica política ni que hablar la información inteligente no ha anotado es que existen dos problemas. Uno es la importancia que tienen la inserción internacional y las variables de comercio exterior, tema siempre angustioso, que lleva más de 50 años, después que se derrumbó el imperio inglés es el tema constante, una pesadilla. Y el otro es que para gobernar se precisan herramientas políticas y que usted no puede correr el riesgo de romper una herramienta política en el medio del gobierno, y que el frentista común y corriente que camina por la calle, en el acierto o en el error, tiene entre ojo y ojo todo lo que tenga relación con Estados Unidos. No es que eso sea justo o injusto, es una tradición cultural, las culturas existen en las sociedades. Entonces no puedo correr el riesgo de meterle a mi herramienta política, a la que necesito para gobernar, una presión que la pueda romper.
¿Cómo se rompe una herramienta política? La gente cree que una herramienta política se rompe por la altura, porque el Pepe se peleó con Astori. Eso es una bobada, una herramienta política sordamente se destruye todos los días cuando la gente se va para la casa, y esto no se ve.
EC - Esto a propósito de por qué fue una buena solución ir en busca de un TIFA con Estados Unidos y dejar a un costado el debate por el TLC. Pero justamente, teniendo en cuenta esa hipersensibilidad que existe en el FA a propósito de estas cuestiones, teniendo en cuenta que también estaba en riesgo la herramienta política, ¿cómo se entiende que el gobierno haya fijado una fecha con Estados Unidos para firmar el TIFA y sólo tres días antes le haya informado a la Mesa Política del FA?
JM - Fue un error de procedimiento, por eso digo y cargo con una parte que debimos haber sido mucho más vastos en la información interna, porque el Frente, además, es una fuerza política para bien, para mal o como se quiera, no estoy juzgando que no funciona con el "ordeno y mando", un puñado de señores importantes no se pueden reunir y tomar cualquier decisión. Hay que conversar con nuestra gente, es así y seguirá siendo así por la naturaleza de la fuerza política. Entonces no deberíamos descuidar esos aspectos.
EC - ¿Por qué ocurre una cosa como esta que ocurrió? ¿Qué es lo que hay que cambiar dentro del FA para que no pasen escenas o capítulos de un drama como los que se vieron la semana pasada?
JM - Acá viene un aspecto muy interesante. Hace un mes y pico tuvimos una reunión política con algunos colegas y después salió todo trabucado, equivocado. Esa reunión, de hace más de un mes, fue en Malvín y el tema central fue eventuales futuros vicepresidentes para el FA para colaborar con Brovetto, que entre el ministerio, la responsabilidad del FA y los años, todo eso junto, necesita apoyo para priorizar algo que está descuidado, que es la atención del frente interno. Ahí discutimos, charlamos sobre la posibilidad de nombrar un par de vicepresidentes, o más. Esa fue la reunión que después apareció como una reunión del Frente contra Astori.
EC - Esa fue la reunión que, según Brecha el viernes pasado, constituyó un jalón importante en esta "rebelión de la chacra". Le ponen "rebelión de la chacra" porque habría tenido lugar en un quincho al lado de su chacra.
JM - No fue así, fue en Malvín, le puedo asegurar que fue un asadito que comimos en Malvín y hace más de un mes.
EC - ¿Y estuvieron los representantes de esos grupos que se mencionan, el MPP, la Vertiente Artiguista, el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Nuevo Espacio?
JM - Sí, estuvieron esos, pero el tema era el Frente. Y después no hubo más reunión, después en mi chacra hubo una reunión política con Carámbula, en la que tomamos unos vinos y hablamos de alfalfa. Usted se va a reír. Porque van quedando espacios muertos, sin ocupar por la agricultura, alrededor de las ciudades que crecen. Es un problema que tiene el área metropolitana y que tiene Montevideo. Como ha subido el maíz en el mundo y se mantiene caro, hay una industria que se llama el peleteado de alfalfa, que deseca la alfalfa y la transforma en pastillitas que acá en Uruguay no existe elaborando un alimento altamente proteico. En esas tierras no se pueden plantar otras cosas.
EC - Volvamos a las gestiones de la interna del FA.
JM - Después no hubo ninguna reunión política. Yo sé que un periodista tiene que presentar noticias, cuanto más novedosas mejor, y un medio de prensa también, pero habría que ser más prolijo en Uruguay y separar lo que es información de lo que es especulación. No es que no exista derecho a especular, existe todo el derecho a especular, pero separemos la información de la especulación, porque vienen cosas enredadas, como esa hermosa fantasía que ha aparecido por ahí de que a pedido de Tabaré Vázquez de vez en cuando nos reunimos Astori y el suscrito. Eso no tiene pies ni cabeza.
EC - Usted alude a información que publicó el sábado el diario El País.
JM - Eso no tiene pies ni cabeza, pero merecemos que nos den palo y está bien, el hombre público, entre otras cosas, tiene que pagar.
EC - Usted decía que efectivamente había tenido lugar esa reunión en el mes de diciembre, con un objetivo distinto del que luego se publicó, que lo que se buscaba era nombrar vicepresidentes del FA que contribuyeran a agilizar el funcionamiento del partido de gobierno, que hoy tiene sus problemas. ¿En qué quedó todo eso?
JM - Cada cual va a sondear en su fuerza política, eventualmente hay que cumplir toda una fórmula pero primero hay que plantear los problemas informalmente. Notamos que existe una mala relación con la fuerza política, y esto que nos pasó en parte no hace otra cosa que corroborarlo. Y esto no es un problema de confianza para con Brovetto, es que los hombres tienen límites y el Frente en la interna es una cosa que obliga a horas militante que no son fáciles de cumplir.
EC - ¿Es realista pensar que el gobierno vaya consultando con la fuerza política asuntos tan delicados como la negociación con Estados Unidos a propósito del TIFA?
JM - No, eso no es lo normal. En algunas cuestiones pico, en esas cuestiones en las cuales durante muchos años las decisiones que se toman puedan tener repercusión es bueno tener una visión rica de la fuerza política.
EC - ¿En aquellos asuntos en que puede haber una contradicción con planteos anteriores?
JM - Con planteos anteriores y en los cuales la decisión que se tome pueda repercutir por años. Ese es el estilo que se utilizó en Uruguay. ¿Qué pasó cuando se tomó la decisión del Mercosur? Hay que separar, pero evidentemente ningún partido puede seguir el ritmo de un gobierno, ni un gobierno puede estar consultando todos los días, eso hay que sacárselo con peine fino. Pero convengamos que este es un tema hipersensible por sus características. Tal vez, en honor a la verdad, si hubiera que discutir un TLC con China, que probablemente estratégicamente sería más peligroso que un TLC con Estados Unidos, objetivamente, porque el poder y la influencia en el mundo van hacia allí, por razones culturales e históricas no produciría en el hombre frentista de la calle reacciones epidérmicas. Y no me digan que en política no existen esas cosas, existen, y es bastante sabio aprender a registrarlas.
EC - Usted, curiosamente, en una de sus respuestas anteriores no le adjudicaba toda la responsabilidad de esa falta de comunicación al FA al ministro de Economía, Danilo Astori, decía "nosotros los ministros no informamos suficientemente".
JM - Honradamente tengo que hacer una introspección de qué gestos internos hice con mi fuerza política con respecto a esto cuando en el Consejo de Ministros se tomó la decisión, y llego a la conclusión de que no hice ninguno, no fui a charlar con mis compañeros de dirección, después vinieron las vacaciones... Ahora no voy a agarrar a Astori de cabeza de turco, de algo que no me gusta.
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EC - Antes de volver al partido de gobierno, a su interna, alguna pregunta sobre el tema de fondo que estuvo la semana pasada en la agenda, el TIFA en sí. En este tipo de cosas el MPP y usted en particular se han mostrado muy pragmáticos, entonces, ¿cómo se planta ante un acuerdo como este? ¿Cree que, al margen de como se hicieron las cosas dentro del FA, este paso de fortalecer las relaciones con Estados Unidos es algo inexorable?
JM - Primero, el país tiene que diversificar sus relaciones económicas con el exterior, no tengo ninguna duda. Segundo y esto tiene categoría de principio, debe ser la lucha constante de vender un poco a muchos y no cometer el error de vender mucho a pocos, porque la única seguridad que puede tener un pequeño país es la diversificación. Tercero, no podemos pelearnos con la región, lo cual no quiere decir que la región sea hermosa.
Entonces, mejorar la relación económica con Estados Unidos me parece importante, depender de Estados Unidos me parece horroroso, como lo parecería si fuera con China o con la India. Cómo nos movemos es un problema de habilidad que no se arregla en una etapa, debe ser una constante de la política exterior y económica de Uruguay, no vamos a cambiar el mundo.
Hay un dilema, si el mundo hiciera lo que prometió, mejorar multilateralmente las relaciones comerciales, no tendríamos estas discusiones. Los países centrales acuerdan en ciertos tratados particulares cosas que en el mundo multilateral están negando. Entonces, ¿cómo me voy a negar a discutir con Estados Unidos, a ver si puedo mejorar algo? Discutir significa qué le doy y qué me da, lo que se decidió fue hacer una comisión para entrar a discutir eso y quisiera estar informado, saber.
EC - ¿El límite es un TLC? ¿Para usted se puede o no llegar a un TLC?
JM - Para mí el límite es lo que me pidan, hay cuestiones intelectuales que si me devuelven los cerebros se las llevo.
EC - ¿Cómo es eso?
JM - Me piden que les reconozca el mundo cada vez más tremebundo de propiedad del conocimiento, y al mismo tiempo los mejores cerebros de América Latina se fueron. Vamos a ser coherentes: no me pidas tanto porque me llevaste mucho, y para tratar de acortar la ventaja que me llevás me tengo que reservar el derecho a copiarte todo lo que pueda.
EC - Estados Unidos podría argumentar: yo no me los traje, ellos vinieron, ustedes no fueron capaces de retener a esos cerebros.
JM - Sé perfectamente que puede formalmente argumentar todo eso. Sin embargo a los que van a trabajar me los corren y levantan un muro, y a otros me los reciben selectivamente. No hay nadie exento de culpa. Pero yo tengo el deber de pelear, la cuestión intelectual es clave.
EC - La cuestión de la propiedad intelectual, uno de los temas sensibles que al aparecer en el anexo del TIFA hizo saltar tapones y luces de alarma dentro del FA.
JM - Porque en el mundo, no el mundo en el que voy a vivir, el mundo en el que estamos entrando, en el mundo del porvenir esa propiedad vale más que la otra, es cada vez más decisiva. No se precisa ser muy genio en economía para darse cuenta del valor que encierra eso hacia el futuro. Lo tendrá que ir decidiendo la fuerza política.
Pero en lo que yo no acompaño a nadie es en que esto es un tema como para desangrarse. Estoy recordando los argumentos de 1990 cuando se votó el Mercosur, las cosas que se dijeron en este país, los mismos que dijeron un montón de cosas son los mismos que hoy son detractores del Mercosur y plantean lo otro. Parece que tenemos que colgarnos de alguna esperanza muy lejana porque no podemos resolver los problemas que tenemos desde el punto de vista interno, y le atribuimos al exterior la magia de solucionar nuestros problemas. Tenemos problemas, la industria textil tiene un bruto problema, y otras, y algunas rendijas nos vendrían muy bien. En mi cartera tenemos no el problema de a quién le vendemos sino que no hay qué vender. Así que pongamos las cosas en sus justos términos.
EC - A la pregunta que yo le hacía responde: el tema no es TLC sí o no, sino qué contenido tenga ese acuerdo.
JM - Para mí la cuestión son los contenidos.
EC - ¿Usted piensa que Astori tiene el TLC entre ceja y ceja, que para Astori el TLC es la meta? ¿Cómo ve esa parte de la puja dentro del gobierno?
JM - Astori ha sido enfáticamente claro, le reconozco la claridad de lo que piensa y cómo lucha por ello. Todos en la vida tenemos nuestros estantes de utopía, él también. Según mi humilde percepción, la inserción internacional es importante, importantísima, pero más importante es lo que hacemos dentro del país.
EC - ¿A qué se refiere cuando dice que Astori ha sido clarísimo? ¿Clarísimo en qué sentido?
JM - A que defienda honradamente un TLC con Estados Unidos, pero le atribuye un grado de magia que yo no veo ni por las tapas. Por eso le digo, yo no me desangro por esto.
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EC - Volvamos a hablar de equipos, en esa comparación futbolera que hacíamos al principio. Entre las dos sesiones de la Mesa Política del FA de la semana se dio una coordinación de posiciones muy nítida entre el MPP, el Partido Socialista, la Vertiente Artiguista, el Nuevo Espacio, el Partido Comunista y el Fidel. Estos grupos acordaron una moción que finalmente no se votó porque ustedes constataron que no iba a tener apoyo suficiente pero que autorizaba la firma del TIFA agregando una serie de condiciones y advertencias. Varios han visto este episodio como la consolidación de eso que se ve como un espacio político alternativo al equipo económico dentro del FA, una especie de contrapeso del poder que de hecho han terminado teniendo Asamblea Uruguay y sus posiciones en materia económica, en materia de inserción internacional dentro de la gestión del gobierno. ¿Usted qué dice?
JM - No es así, fue tratar de hacer coherente una decisión de la Mesa Política y el sentir de mucha gente con una decisión que inevitablemente el gobierno tenía tomada. El gobierno iba a firmar el jueves, porque si no firmaba hacía un papelón. Pensamos que era mejor negociar una posición por la cual la Mesa Política convenía positivamente y se reservaba alguna forma de tener información de primera mano en un tema muy particular por las razones que al principio le mencioné. Nos parecía lo más racional. No lo logramos porque no iba a tener los votos, el reglamento del FA es muy especial y no se presentó. La finalidad, en el fondo era tener una coherencia entre la fuerza política y los gestos del gobierno. No lo logramos.
¿Qué había precedido a eso? Una llamada que me hizo Astori.
EC - A eso iba, ¿fue una gestión que usted emprendió por iniciativa propia, o a pedido de Astori?
JM - Astori nos hizo una llamada por teléfono el día antes y nosotros le informamos rápidamente a nuestra fuerza política, que de allí negoció, convocó a alguna gente y salió esa posición.
EC - ¿Efectivamente, como informó Búsqueda el jueves, usted el lunes de noche después de la primera sesión de la Mesa Política de la que Astori había salido complicado recibió una llamada del ministro para salir de esa situación?
JM - Sí, para ayudar, porque también Astori se daba cuenta de que se venía la firma y teníamos esa incoherencia. Después vinieron esas reuniones en las que se habló con las otras fuerzas políticas; yo no participé en esas reuniones ni en la redacción de una eventual propuesta ni nada, pero sí participé en la iniciativa de hacer algo. No era a favor ni en contra de Astori, era a favor de la coherencia entre la decisión que tomaba el gobierno y la fuerza política. Pero no fue, ya pasó.
EC - O no tanto, porque el tema vuelve y hay algún otro intento de que la Mesa Política termine aprobando un documento con características parecidas a las de ese que se frustró la semana pasada.
JM - Hasta ahí no llego, no me he movido más, no sé lo que va a pasar, no puedo aventurar. Me imagino que va a haber reuniones, teléfonos que van y vienen... No sé lo que va a pasar.
EC - Usted corrigió algunos detalles del informe que Brecha publicó el viernes pasado titulado "Rebelión en la chacra", y de hecho descartó que haya en marcha la creación de una especie de polo alternativo al poder del equipo económico o de Asamblea Uruguay. En ese informe, entre otras cosas, se dice: "La mayoría de la izquierda grupos como los que mencioné, MPP, Partido Socialista, Vertiente Artiguista, Partido Comunista, preocupada por la orientación del equipo económico, comenzó a juntarse en una suerte de bloque alternativo. Esta resistencia a un alineamiento pleno con la acción del gobierno anuncia la irrupción de un nuevo escenario donde las posturas críticas no son exclusivas de los sectores llamados radicales y el disciplinamiento en la línea del Ejecutivo parece algo cada vez más lejano. El vector de esa nueva actitud sería ese agrupamiento o polo entre emepepistas, socialistas, vertientistas y comunistas que comenzó a gestarse antes de diciembre, cuando la discusión de la Reforma Tributaria". ¿Qué dice usted a propósito de estos acercamientos?
JM - Frente a temas puntuales permanentemente hay un movimiento de "estoy más de acuerdo con fulano y menos con mengano". Es así, esto es de la vida fluyente desde el punto de vista político. De allí no se puede sacar la idea de la construcción de bloques vertebrados de tal naturaleza, no es así.
EC - Aparentemente estos grupos han coincidido en posiciones comunes, ahora en el intento de arreglar este tema del TIFA, antes en la Reforma Tributaria, en los temas de endeudamiento interno y también en el presupuesto para la educación, se citaba como antecedentes.
JM - Seamos un poquito más profundos.
EC - Adelante.
JM - Quienes pertenecen al Partido Socialista, quienes pertenecen al Partido Comunista, quienes cargan con la mochila de nuestra historia tienen vieja historia y viejos antecedentes e inevitablemente tienen, en el acierto o en el error, la virtud y/o las limitaciones de su proceso histórico. A nadie debe extrañar que a veces andemos medio cerca, porque al fin y al cabo pertenecemos a un viejo tronco común. Lo cual no quiere decir que hayamos andado históricamente a los besitos ni nada por el estilo. Eso es una cosa que tiene raíces históricas de génesis; de ahí que nos reunamos con el maleficio de frenar al equipo de economía es muy frondoso.
Además el equipo de economía está compuesto por mucha gente, diversa gente, y no estamos resolviendo la cuestión electoral, de aquí a allá no sé lo que va a pasar.
EC - La sospecha es que detrás de estos movimientos, detrás de estas jugadas lo electoral esté de por medio.
JM - En Uruguay lo electoral está siempre, pero le van a decir "no, no me hable de elecciones, falta mucho, ni siquiera lo pensamos". Esa va a ser la postura oficial de todos los partidos y de toda la gente que está en la cuestión, que siempre está jugando.
EC - Mirando hacia las próximas elecciones el FA tiene dos grandes alternativas: uno, intenta la reelección del presidente Tabaré Vázquez, complejo asunto...
JM - Complejo asunto cultural en Uruguay.
EC - Y alternativa dos, encontrar otro candidato.
JM - Y alternativa tres, las dos.
EC - ¿Qué quiere decir eso?
JM - Que va con la reelección y con otro candidato.
EC - Al estilo del año 1971, como hizo Pacheco en el 71.
JM - No digo que vaya a ser así, estamos hablando de alternativas.
EC - Pero para buscar candidatos alternativos a Tabaré Vázquez en primer lugar aparece su nombre, por el peso que el MPP ha ido adquiriendo y tiene después de las elecciones nacionales, después de las elecciones internas, y además hasta por una cuestión de carisma, de su personalidad, que le ha hecho a usted, más allá del MPP, tener dentro del FA un lugar que pocos han tenido en los últimos tiempos. Y en segundo lugar aparece el nombre de Astori, incluso porque en algún momento Vázquez le habría asegurado algún tipo de apoyo para esa pretensión cuando le adelantó que lo iba a nombrar ministro de Economía, y simplemente porque es la segunda fuerza política en votación dentro del Frente y porque está teniendo una gestión muy destacada como ministro.
Están esos dos nombres, entonces tiende a verse a esta coordinación de la que veníamos hablando recién como la de los grupos que lo están empujando a usted en contraposición a Danilo Astori.
JM - Tenemos que ser sinceros, nada de falsa modestia ni nada por el estilo: mi candidatura no la veo ni por las tapas, porque estoy viejo. Más claro: porque es una changa que no es para un hombre tan entrado en años.
EC - Ya lo ha dicho usted más de una vez.
JM - Eso es lo que pienso. Me gustaría empila esa carrera, para mí es un honor y en materia de campaña electoral me revuelvo bastante, pero tengo que lidiar con el almanaque y uno tiene que ser objetivo.
EC - También es cierto que usted ha dicho más de una vez que si por usted fuera no estaría como ministro en este momento, que ya le habría llegado el tiempo de descansar, etcétera, y sin embargo está en el primer plano de la actividad política.
JM - Es cierto, esas cosas son contradictorias, pero le repito: no la veo ni por las tapas. Mucha gente me lo ha planteado, no de mi sector, de fuera, porque todo el mundo especula con esas cuestiones. En este país los candidatos presidenciables no se procesan muy fácilmente. Astori está cantado, pero de aquí a allá pueden aparecer algunos otros por ahí, y ojalá.
No sé si el presidente llevará o no lo de la reelección ni es un problema sencillo para Uruguay, todo eso está para adelante. Pero hoy hay que gobernar, y por cosas que están dibujadas siento que mi deber es apuntalar en todo lo que pueda la marcha de este gobierno, que como cualquier gobierno va a tener aciertos y errores. Pero en Uruguay hay una Constitución y el Ministerio de Economía y Presidencia de la República institucionalmente tienen un peso determinante en un montón de cosas. Si está bien o está mal se puede discutir, pero es la Constitución que tenemos.
El Ministerio de Economía por su naturaleza tiene que ver prácticamente con todo; obviamente que quien esté al frente va a tener un peso enorme en la realidad. Si al país le va bien, sin que se lo proponga, como cosa a favor, como viento a favor, las velas astoristas se hincharán. Y ojalá que al país le vaya bien, porque sería de una mezquindad terrible desear que por una cuestión de candidatura al país le vaya mal.
EC - ¿Cómo define hoy su relación con Astori?
JM - Correcta.
EC - Yo sé que es correcta...
JM - Y leal.
EC - Por un lado se lo ve como un competidor, pero por otro se lo ve como una especie de socio en las difíciles.
JM - Sí, señor. Y con Gargano también, y con todos, cuando Gargano estaba machucado lo fui a ver. Sí, señor, los voy a ver, son mis compañeros, pertenecemos a un equipo, hacemos lo que podemos. Yo lo siento como un deber. De la misma manera que cuando hay un lío grande a veces me tengo que meter tratando de terciar y de ayudar. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Sería muy fácil en mi circunstancia ser un opositor interno y crearle problemas al gobierno. ¡Qué fácil sería crearle problemas al gobierno, pero qué irresponsabilidad para con el país! Es muy fácil asustar en este país.
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EC - Volviendo al tema de las relaciones con Estados Unidos y dejando de lado la interna del FA, quiero hacerle una pregunta sobre la interna del Poder Ejecutivo. ¿Le parece serio que Uruguay firme con Estados Unidos un tratado como el TIFA y el canciller no esté presente? ¿Es posible tener una política de Estado en cuanto a la inserción internacional cuando al regreso de la última cumbre del Mercosur, que tuvo lugar en Rio, dos ministros que participaron conjuntamente y que vuelven en el mismo avión cuando son consultados por la prensa dan evaluaciones de esa cumbre completamente diferentes, diametralmente opuestas?
JM - Yo no lo veo así.
EC - ¿Puede el Poder Ejecutivo seguir manteniendo esta diferencia de criterios entre Astori y Gargano?
JM - Yo sé que Gargano había delegado la cuestión del TIFA en manos de Presidencia y lo había hecho de motu proprio. Quiere decir que esto estaba dirimido dentro del Poder Ejecutivo.
Gargano es mi compañero y yo voy a procurar que funcione lo mejor posible, de la misma manera que Astori, y si hay contradicciones...
EC - ¿Es sostenible un gobierno que muestra estas contradicciones permanentemente en un asunto tan delicado como este?
JM - Depende de la madurez del conjunto del gobierno.
EC - ¿A usted no le preocupa como imagen del gobierno y del país?
JM - Me preocupa tener un conflicto con Argentina y tener que seguir llevándolo, ese es el primer punto de la agenda internacional.
EC - ¿Usted quiere decir que por ese motivo Gargano no puede salir del gabinete?
JM - No, yo no tengo que decidir si Gargano va a estar o no en el gabinete, eso está fuera de mi prerrogativa, le corresponde al presidente de la República. Yo trato de apoyar hasta subjetivamente a mis compañeros, porque espero que en los trances amargos que me toquen a mí también mis compañeros, a veces concordando y a veces discordando... Porque uno a veces tiene matices y se banca lo que hace fulano, pero fulano también se banca...
EC - Se lo pregunto sobre todo por la imagen del país y del gobierno, estas diferencias entre Gargano y Astori ya son comidilla en los comentarios de ministros brasileños, argentinos, de los periodistas de los países de la región, que destacan esto de manera permanente, en algunos casos hasta con tono irónico. ¿Es sostenible esto?
JM - Para mí, honradamente los compañeros mantienen sus puntos de vista y es bueno que la región tenga conciencia de las heridas que nos provoca, que vea también los problemas que nos genera. Voy a ser más claro: una de las fallas del Mercosur es esa visión fenicia de que tenemos que hacer pura y exclusivamente negocio entre nosotros, y que podemos rifarnos 300 años de historia que le estamos vendiendo a todo el mundo. El gran error es no construir economía. La última vez que Amorim vino a Uruguay me reuní con él y le pedí, le dije textual: "Pedile por favor a Lula que le dé manija a Petrobrás para que meta una gran empresa de fabricación de biodiesel en Uruguay". Tenemos que construir economías conjuntas, pero esa es otra historia, pero si Argentina me pega una cachetada... Le dejo este problema, si hay gente de Uruguay que está mirando para otro lado y se quiere insertar, y los dos grandes vecinos quieren construir en el Mercosur, flaco favor nos están haciendo los dos vecinos de hecho crean las condiciones para los que quieran arrancar para otro lado.
Entonces sería bueno que los cancilleres de la región registraran esas contradicciones que en nuestro devenir se producen. Acá no es el problema Gargano o el problema Astori, el problema es: si la región no nos da respuesta, ¿qué hace Uruguay?
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Edición: Mauricio Erramuspe