El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, destacó la firma de un acuerdo para construir un nuevo puente y el convenio en la industria automotriz.

Rossi: Brasil ha decidido asumir su responsabilidad

El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, destacó la firma de un acuerdo para construir un nuevo puente y el convenio en la industria automotriz, firmados durante la visita de Lula. "Creo que Brasil ha decidido asumir su responsabilidad como hermano mayor" para "atender a sus socios menores que no pueden seguir cargando con las asimetrías del Mercosur", dijo el ministro.

(Emitido a las 7.45)

EMILIANO COTELO:
Estas negociaciones de ayer en la Estancia Presidencial de Anchorena, que recién respasábamos en un informe, no se limitaron a los presidentes Vázquez y Lula. La delegación brasileña estuvo integrada por el presidente, su asesor Marco Aurelio García, el canciller Celso Amorín, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Luis Furlán, y el ministro de Minas y Energía, Silas Rondó.

En tanto, por Uruguay, participaron del encuentro además del doctor Vázquez, el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, el canciller, Reynaldo Gargano, el ministro de Economía, Danilo Astori, el de Industria, Jorge Lepra, el de Ganadería, José Mujica, y el de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, junto al ministro de Educación y Cultura y presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto.

Para saber en qué clima se desarrolló este encuentro y para conocer detalles de algunos de los anuncios que se formularon, les proponemos conversar con el ministro Rossi. Luego vamos a entrevistar a otro de los participantes en las reuniones, el ministro José Mujica.

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Ministro Rossi, ¿usted coincide en que se notaba un clima enrarecido en los últimos meses en función de esos "desplantes" del presidente brasileño, que en más de una ocasión había anunciado una visita que no se concretaba? Por ejemplo, no vino a la Cumbre Iberoamericana. También se habla de la falta de involucramiento de Lula en el conflicto Uruguay-Argentina por las plantas de celulosa.

VÍCTOR ROSSI:
No sé si había un clima enrarecido pero es indudable que faltaba el intercambio, faltaba el diálogo, faltaba la relación que como en todos los aspectos hay que forjar, hay que construir. Para eso es necesario tener los argumentos de cada uno en su visión de los problemas pero además el contacto personal, la relación mano a mano que es insustituible. En ese sentido creo que la jornada de ayer contribuyó mucho.

EC – El presidente Tabaré Vázquez llegó a señalar que el de ayer era un día en el que se producía "una profunda inflexión" en el relacionamiento entre los dos países. ¿Cómo es que se llegó a una evaluación tan positiva?

VR – En primer lugar, por la parte que nos tocó participar es indudable que el clima fue muy positivo. El intercambio, la posibilidad de abordar los distintos temas en esa relación personal que era lo que le iba a comentar. Es insustituible y permite en algunos casos reencontrarse con viejos conocidos, en otros casos trabajar con gente que representa a un país tan importante como es Brasil y abordar los temas directamente, sin ningún tipo de interferencia.

En ese sentido creo que también fue la relación que mano a mano tuvo el presidente Lula con el presidente Vázquez. Yo creo que tanto para el presidente Vázquez, que lo dijo públicamente, como para el presidente Lula que se extendió en la conferencia de prensa en un discurso lleno de precisiones, ese intercambio fue un hecho positivo, necesario.

EC – ¿Por dónde pasa esta inflexión de la que hablaba el presidente Tabaré Vázquez?

VR – Fue claro el presidente de Brasil al confirmar un mayor compromiso personal, incluso cuando hacía referencia al aprendizaje. Más de una vez ahondó sobre ese tema en el sentido de que no basta con decidir muchas cosas, no basta con quererlas sino que después hay que acompañarlas hasta que su instrumentación las haga efectivas. En el ejercicio de gobierno se aprende. El primer ejercicio le permitió a él aprender en dónde estaban las debilidades que muchas veces tenían las relaciones internacionales, más allá de las decisiones presidenciales. En este segundo período se propone profundizar para salvar esas carencias.

EC – Lula está comenzando su segundo período de gobierno pero al mismo tiempo Uruguay ha avanzado de manera sensible en las negociaciones con Estados Unidos. Concretamente en el mes de enero se firmó el TIFA, el acuerdo marco de comercio e inversión, que abre espacio a nuevas tratativas para la ampliación de la relación comercial con Washington. ¿Usted entiende que esas tratativas uruguayas con Estados Unidos, más la inminente llegada del presidente Bush a la región, incidieron para de algún modo sacar a Brasil de su letargo y hacerlo jugar un papel más fuerte en la región?

VR – Todo incide en realidad. Por algún motivo esta reunión con ese contenido se realizó en estos momentos y no pudo realizarse hace un año y medio cuando la relación entre el presidente Vázquez, Lula y entre varios de los que participaron ayer en la reunión de Anchorena venía incluso de antes de tener responsabilidad de gobierno. Entonces, los hechos todos influyen.

Creo que, si interpretamos lo que el presidente ayer nos dijo, Brasil ha decidido asumir su responsabilidad como hermano mayor, como país con una mayor economía, con una mayor superficie, con una mayor población. Un rol que no significa, también lo explicó el presidente, hegemonía sino atender la situación de quienes son sus socios menores y que no pueden seguir cargando con el peso de las asimetrías que el relacionamiento económico en el Mercosur genera.

EC – Varias notas de prensa, tanto acá como en periódicos de la región, citan a fuentes de la delegación brasileña sosteniendo que Lula llegó a Anchorena con la intención de lograr de Uruguay su compromiso de permanecer en el bloque regional, por considerar que el alejamiento de alguno de sus socios afectaría el objetivo principal de Brasil de fortalecer la integración de América Latina. ¿Se notó esa preocupación en la delegación brasileña?

VR – Yo no sé si ese era el objetivo de Lula y si era el temor que podían tener las autoridades. Lo que yo le puedo asegurar es que el alejar a Uruguay del Mercosur nunca ha sido la posición del presidente Vázquez ni del gobierno uruguayo. El asunto es que exista un más y mejor Mercosur, como lo ha reiterado hasta el cansancio el presidente.

El problema es que el Mercosur debe funcionar para resolver los problemas de los países que participan en la integración regional y no para agravar esos problemas o tratar con indiferencia esos problemas.

Al terminar la reunión, el presidente Vázquez entre los obsequios que le hizo llegar al presidente Lula, le dio un discurso de Artigas,  creo que de las Instrucciones del año XIII, un discurso en la Quinta de la Paraguaya que se copió del Archivo Histórico Nacional. Allí ya se define, por parte de Artigas, lo que era la visión federalista e integracionista de Artigas. El presidente cuando le entrega este regalo, le dice a Lula que el Uruguay tiene un mandato desde el fondo de la historia, de su principal figura, su principal referente que es Artigas, de trabajar por la integración.

Nunca el gobierno uruguayo se planteó salir del Mercosur. Lo que sí reclamamos y se reclamó con mucha fuerza -y creo que en esta reunión de ayer Brasil asumió-, es la necesidad de que el estar dentro del Mercosur no signifique un perjuicio, no signifique un sufrir para los países menores, como es el caso de Uruguay y no únicamente Uruguay.

EC – De todos modos, hablando de problemas del Mercosur, el conflicto Uruguay-Argentina por la planta de Botnia aparentemente no figuró en las conversaciones de ayer.

VR – No, estuvo ausente porque además es pública la posición que Brasil ha manifestado respecto a su voluntad de que entre Argentina y Uruguay sean capaces de resolver este problema.

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EC – Lo llevo ahora a su esfera de acción concreta, la del transporte y las obras públicas. ¿Qué destaca usted como resultados de las conversaciones de ayer con sus pares brasileños?

VR – En el caso del ministerio de Transporte nuestra participación tenía que ver con un puente ya famoso: el segundo puente Mauá. Se trata del puente entre Yaguarón y Río Branco, que fue acordado en el año 2000 por los presidentes de Brasil y Uruguay -en su necesidad e importancia-, está esperando todavía que pueda avanzarse lo suficiente para abordar su construcción.

EC – ¿Por qué es necesario un segundo puente sobre el Río Yaguarón?

VR – Porque el puente Mauá "histórico", ese precioso puente que habrá que recuperar y que habrá que mantener, no tiene las condiciones para poder permitir la carga que circula entre Uruguay y Brasil. Brasil tiene interés además de sacar ese tránsito del paso por el Chuy y canalizarlo por una zona que desde el punto de vista ambiental, desde el punto de vista de su sistema de carreteras, le sea más conveniente. Uruguay también tiene interés de que se fortalezca esta conexión entre Uruguay y Brasil, a la altura de Río Branco.

El asunto es que se había decidido impulsar este puente por parte de los gobiernos pero realizarlo concediéndolo a particulares. Y los estudios confirmaron que los flujos que por ahí se esperan, por lo menos en una primera instancia, no son suficientes para este financiamiento por concesión. Entonces el tema quedó postergado.

EC – ¿Cuál va a ser la fórmula ahora?

VR – Como los acuerdos tienen que ser confirmados por los poderes legislativos, debía cambiarse el acuerdo para que los poderes legislativos de Brasil y de Uruguay nos autorizaran a abordarlo con recursos presupuestales, con recursos propios. Y eso es lo que finalmente se logró. Se logró una fórmula que ahora, firmada por los presidentes, tendrá que ser aprobada por el poder legislativo de Brasil y de Uruguay y nos permitirá abordar rápidamente, según nuestra intención, la culminación del proyecto y la realización de la obra.

EC – ¿Qué inversión implica?

VR – Alrededor de unos 12 millones de dólares.

EC – ¿Ese es el volumen total de la inversión?

VR – Sí, esa es la inversión necesaria para el puente y los accesos de uno y otro lado. Pero también después habría que, por ejemplo, agregarle una inversión dirigida al mantenimiento del puente histórico. No sé si usted lo conoce...

EC – Sí claro.

VR - Es un puente muy lindo, muy pintoresco y que queremos preservar porque además también tiene un paso ferroviario. Nosotros querríamos mantener la posibilidad de utilización de ese puente, no sólo para vehículos livianos, sino también eventualmente para el cruce de trenes desde Uruguay. Ahí tienen una zona donde depositan su carga.

EC – El puente nuevo que requiere una inversión por lo que usted señalaba de 12 millones de dólares, ¿en qué medida va a ser afrontado por cada uno de los países? ¿50 y 50?

VR – Claro, la responsabilidad es 50 y 50, tanto en el puente como en la preparación cada uno de sus accesos. Sin embargo, Brasil a través de sus fondos de desarrollo ha manifestado su disposición de hacer posible la obra de inmediato y que después Uruguay pudiera hacerse cargo del financiamiento de su parte.

EC – ¿Están previstas fechas para la culminación de estos trabajos?

VR – La primer fecha que había que asegurar era que ayer los presidentes estuvieran en condiciones de firmar el nuevo acuerdo. Ya se le dio muchas vueltitas a este acuerdo y ayer se firmó la nueva redacción. Ahora tenemos que ir rápidamente a que tanto el poder legislativo en Uruguay como en Brasil lo confirme, Lula manifestó su disposición. Incluso en la conferencia de prensa comprometió para que en un plazo breve de tiempo en Brasil también quedará aprobado por el legislativo. A partir de ahí entonces es que tenemos que hacer el llamado y poner en marcha el proyecto.

EC – Rafael de Canelones dice: "espero que los puentes que van a arreglar y el puente nuevo que se va a hacer no terminen después como los puentes con Argentina, bloqueados y sin que puedan pasar los productos uruguayos". Tiene una cierta carga simbólica que uno de los acuerdos entre las dos delegaciones Uruguay y Brasil haya sido a propósito de un puente, un puente nuevo, ¿no?

VR – Sí, yo coincido con la preocupación de Rafael, es parte de la necesidad que tiene Uruguay de ser considerado por quienes integran la región y respetado en sus derechos. Uruguay necesita de la comunicación con Argentina para relacionarse con el resto de América. Y necesita de la comunicación con Brasil en situaciones de normalidad y todos sabemos que por una razón o por otra razón hay productos uruguayos que han tenido dificultades cuando llega el momento de tener que pasar al otro lado.

(Se corta la comunicación)

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EC – Otra oyente acota que puede haber otro tipo de simbología en este entendimiento de ayer mientras un problema importante dentro del bloque son los cortes de los puentes binacionales entre Uruguay y Argentina, aquí se hace una apuesta a construir otros puentes.

El puente internacional Barón de Mauá, el puente internacional, fue inaugurado en 1930 en homenaje al Vizconde de Mauá. ¿Saben cuánto mide? Mide 2112 metros, tiene 85 arcos y 2046 pilotes uniendo Río Branco con Yaguarón, con enlace carretero y ferroviario.

La mayor parte de la extensión del puente está ubicada en territorio uruguayo. Fue este el primer puente internacional que tuvo Uruguay. Cuando se inauguró en 1930 ostentó el privilegio de ser el más largo de Sudamérica.

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Ministro me faltaba preguntarle si algún otro elemento que usted entienda necesario destacar.

VR – Hay una parte que tiene que ver con el Ministerio de Industria pero que también nos importa mucho a nosotros y es los acuerdos automotrices, los acuerdos sobre automotores y autopartes.

La mayoría de la maquinaria y la mayoría de los ómnibus que circulan en Uruguay, es de origen brasileño. Son grandes fábricas del mundo que tienen sus plantas en Brasil, allí se incorporan las carrocerías. Nosotros tenemos un parque tanto de buses como de camiones que necesita ser renovado y son muchos millones de dólares que Uruguay paga. Con esto se agrandan las diferencias desfavorables para Uruguay en la balanza comercial. Por lo tanto, convenios donde por un lado Brasil se comprometa a incorporar partes elaboradas en Uruguay y fundamentalmente donde Brasil permita el ingreso de vehículos, de tipos de vehículos que se puedan armar en Uruguay es una cuestión fundamental, justamente para pasar de los dichos a los hechos. Para que esa situación tradicionalmente desventajosa que sufre Uruguay en el intercambio comercial pueda tener los mayores atenuantes posibles.

Y este es un tema que también Brasil manifestó comprender. La delegación de Brasil manifestó compartir, incluso hay una reunión ya prevista para el 9 de marzo para abordar estos temas y algunos otros que estaban en la agenda. Hay una disposición de trabajar y hasta algún anuncio que se habrá de confirmar respecto a la voluntad de facilitar que parte del ensamblado, que parte del armado de estos ómnibus, de estos vehículos, pudiera realizarse con mano de obra uruguaya en Uruguay.

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Edición: Mauricio Erramuspe