Andrés Masoller (MEF): "en un marco de más estabilidad de precios" la lógica de negociación salarial "debe ser revisada para ir hacia otros esquemas"
En Perspectiva entrevistó al economista Andrés Masoller, director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), quien afirmó que desde el gobierno "ven los primeros indicios de un quiebre" en la tendencia inflacionaria, ya que "el componente más estructural de la inflación está ajustándose a la baja". Masoller sostuvo que si bien el MEF estaba "al tanto de la medida" promocional de UTE, y que sabían que iba a incidir en el dato del IPC de diciembre, la medida "forma parte de la estrategia comercial de la empresa". De cara a lo que pueden ser próximas presiones inflacionarias, el jerarca señalo que el gobierno va a "tener una participación activa" en las futuras negociaciones salariales. En ese sentido planteó que tener un componente de aumento por inflación pasada y otra por inflación proyectada "tenía una lógica más clara cuando se trataba de recuperar lo perdido en la crisis de 2002", pero "en un marco de más estabilidad de precios esa lógica de negociación debe ser revisada para ir hacia otros esquemas posibles que hay que discutir con los actores". Al ser consultado sobre el dólar, manifestó que "no existe un piso, (pero) sí existe una preocupación por el nivel actual del tipo de cambio, que ha descendido en forma significativa en los últimos meses, y por lo tanto pasó a ser un objetivo importante mantener o incluso incrementar cierto nivel de competitividad cambiaria". "El dólar ha bajado mucho, en este momento está muy barato, y no me extrañaría ver agentes financieros que ante la liquidez existente en el mercado entraran en un círculo de compra de dólares", agregó. Respecto a las posibilidades de instrumentar ajustes al sistema tributario como en el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE), que trascendieron la semana pasada, Masoller opinó que una medida de este tipo afecta "la lógica de la reforma tributaria en su conjunto, que se basaba en varios objetivos" y por eso consideró que un cambio en este sentido debería evaluarse de cara a un nuevo programa de gobierno del Frente Amplio y no ahora.
(emitido a las 8.50)
EMILIANO COTELO:
El año pasado llegó a temerse más de una vez que la inflación superara el 10%. Esa posibilidad hizo que el Poder Ejecutivo impulsara medidas específicas y poco ortodoxas, como el acuerdo con los supermercados para la congelación y rebaja de precios. Pero además el Gobierno llegó a enfrentarse con el sindicato de la bebida, al entender que el convenio salarial que estaba a punto de firmarse con la patronal podía incrementar las presiones inflacionarias.
El jueves de tarde recibimos una noticia que sorprendió a muchos, incluso a los propios analistas económicos que ya habían hecho sus proyecciones: la inflación cerró el año 2012 en 7,48%, muy por debajo de lo que venía registrándose en los meses anteriores, cuando había pasado el 9%. Pero esto fue posible porque en diciembre hubo deflación, una baja de precios de 0,73%, y esto, a su vez, ocurrió básicamente por un descuento que UTE ofreció ese mes a más de un millón de clientes.
¿Qué responde el equipo económico a los expertos que sostienen que este es un resultado artificial y que en realidad las presiones inflacionarias permanecen intactas? ¿Cuáles son sus previsiones para este 2013? ¿De qué manera se enfrentará el otro problema serio, la caída del dólar, con su impacto negativo en la competitividad de la producción nacional?
De estos y algún otro tema más, vamos a conversar con el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, economista Andrés Masoller.
Mencionaba recién en la introducción que la inflación cerró 2012 en 7,48%, muy por debajo de lo que venía registrando en los últimos meses, por ejemplo en noviembre la inflación de 12 meses había sido de 9,03%. De todos modos, el 7,48% está muy por encima del máximo del rango meta, que es de 6%. Entonces, en primer lugar y para una respuesta general, breve, ¿qué evaluación se hizo en el equipo económico de ese resultado?
ANDRÉS MASOLLER:
La evaluación es positiva. No olvidemos que en el cuatrimestre julio-octubre la inflación venía creciendo a un ritmo de un 1% por mes en promedio, estábamos en un escenario de presiones inflacionarias severas. El bimestre noviembre-diciembre en materia inflacionaria fue bueno, no solamente la inflación observada, sino también lo que se llama inflación subyacente o estructural, que fue muy baja, lo que de alguna manera da señales positivas para el arranque de este año.
EC - En diciembre hubo deflación de 0,73%. Dicen algunas notas de prensa que es el mejor registro para el mes de diciembre en los últimos 50 años. ¿Ustedes esperaban un número así?
AM - No, creíamos que iba a estar en torno a una inflación nula, cero. El dato sorprendió por el impacto que tuvo el plan UTE Premia de la empresa energética.
EC - La caída de precios de diciembre tuvo como factor determinante esa promoción de UTE, que ofreció un descuento a un gran número de clientes: los que hubieran adherido al plan de tarifa inteligente o "Tu ahorro vale doble", o hubieran pagado en fecha. Esa promoción terminó provocando un descuento promedio de 19% en las facturas de UTE. Según CPA Ferrere, sin esa promoción de UTE la inflación del año habría sido de 8,43%. ¿El equipo económico le pidió a UTE esa medida?
AM - No, forma parte de una estrategia comercial de la empresa. Hay otros organismos del sector público que tienen programas promocionales para los buenos pagadores, por ejemplo el BPS tiene desde hace ya unos cuantos años un programa muy exitoso. UTE en este caso adopta una estrategia similar para premiar diferentes objetivos que considera relevantes. Me importa destacar que este es un programa permanente, no es un programa por una única vez este año, sino que la idea es concentrar un 1% de la recaudación de la empresa a este tipo de medidas al cierre de cada año.
EC - ¿Entonces eso no fue coordinado con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)?
AM - No, estábamos al tanto de la medida, sabíamos que iba a afectar el dato de diciembre, pero forma parte de la estrategia comercial de la empresa.
EC - Una casualidad muy beneficiosa, entonces, porque fue la gran tabla de salvación en el último mes del año.
AM - Yo no diría eso. El dato sin el ajuste por UTE también es bueno, una inflación prácticamente nula corregida por el efecto de UTE es un buen resultado para diciembre que generalmente es un mes con inflación importante.
EC - ¿Cuánto habría sido la inflación sin la promoción de UTE?
AM - Habría estado aproximadamente en cero.
EC - ¿Y por lo tanto la inflación del año...?
AM - Habría estado entre 8, 8,3%, más o menos. De todas formas, lo significativo es la reducción que se da en el IPC en los últimos dos meses del año.
EC - Yo le preguntaba si el Ministerio había tenido algo que ver con esa promoción de UTE porque este resultado de diciembre ha generado alguna polémica. Por ejemplo, hay quienes cuestionaron que se hubiera recurrido a ese instrumento para obtener un número bajo, y otros lo elogiaron, porque indirectamente permitió actuar sobre uno de los factores inflacionarios de los últimos tiempos: los ajustes salariales. En algunas notas se recordaba que en 2012 los distintos sectores de actividad tomaron para los convenios salariales una inflación proyectada de 5% (el centro del rango meta oficial), pero como en los hechos los precios subieron más de lo que se esperaba, con el ajuste de enero corresponde que haya una corrección a ese desvío, y según señalaba Alfonso Capurro, de CPA Ferrere, "de no haber sido por la promoción de UTE en diciembre, los correctivos habrían sido de 3,5% y ahora van a ser de 2,5%", lo que reduce las presiones salariales sobre la inflación.
Otro economista que habló fue Javier De Haedo, quien dijo: "El gobierno logró lo que pretendía, que era influir en la inflación pasada a efectos de que los acuerdos salariales y las cláusulas gatillo sean más suaves de lo que habrían sido". A su entender, si bien el gobierno "decidió no desindexar la regla, actuó sobre el IPC, logrando el mismo efecto numérico".
¿Qué responde usted?
AM - Indudablemente, los ajustes nominales van a ser menores en enero como consecuencia de que el cierre del año de inflación 2012 fue menor, pero eso no afecta el crecimiento real, es un tema estrictamente nominal. Si la inflación fue menor, los salarios nominales también van a crecer menos, pero dado cómo es el mecanismo de fijación de salarios, lo que importa es el componente real, y ese componente real se negocia en cada uno de los grupos de negociación colectiva y es el relevante para saber cuál es el poder de compra del trabajador.
EC - Distintos sectores les reclamaban al Gobierno y al equipo económico que tuvieran en cuenta la incidencia de los ajustes salariales en la inflación. El equipo económico respondía que no se iban a tomar medidas específicas en esa materia, pero ¿entonces se optó por un camino indirecto para lograr el mismo objetivo, como dice Javier de Haedo?
AM - El conjunto de acciones implementadas en los últimos dos meses de alguna forma ayuda a tener un menor nivel de inflación y de inercia inflacionaria. Había un diagnóstico de que la inflación tenía un componente transitorio importante en los últimos meses, y las medidas que se tomaron en noviembre y diciembre incluso esto de UTE, que si bien no es una medida activa ayuda a contener la inflación, eso es objetivo también contribuyen a reducir esa inercia inflacionaria y por lo tanto a encauzar la inflación hacia el rango meta establecido.
ROMINA ANDRIOLI:
Otra lectura que puede hacerse, que incluso surgió entre los oyentes el otro día cuando lo planteábamos, es si no puede interpretarse que una medida como esta que tomó UTE no es injusta con el trabajador, que recibirá un incremento salarial menor, que no necesariamente refleja la incidencia real de la inflación en su salario. ¿Qué dice usted?
AM - Repito: es una reducción de tarifas que se va a dar todos los años, es algo permanente, no es un efecto por única vez que pueda afectar el nivel salarial real del trabajador. En la medida en que se repita todos los años, vamos a tener un efecto en diciembre como consecuencia de esta política de la empresa. Y tanto los analistas como los propios trabajadores van a tener que entender que es un componente más que todos los años en diciembre va a afectar la inflación de ese mes.
EC - Hoy mismo han venido varios mensajes de oyentes que dicen que por un factor ajeno, extraño, puntual, "terminamos perdiendo un punto de ajuste salarial".
AM - Insisto, el aumento salarial es un aumento nominal. Sí va a haber un aumento salarial menor de un punto, pero eso no quiere decir que haya pérdida real del poder de compra del trabajador, porque la inflación va a ser menor todos los años, por lo tanto con un aumento salarial menor también se va a lograr el objetivo real comprometido en cada negociación colectiva. Es un tema nominal, por lo tanto no debería afectar el poder de compra del salario.
EC - Sigo preguntándole por distintos temas que han ido apareciendo en estos días a partir de los números de la inflación de diciembre. Varios analistas coinciden en que lo que ocurrió en diciembre fue una baja pasajera de la inflación y advierten que las presiones inflacionarias continúan latentes. En enero, de hecho, las presiones hacia arriba van a volver, este mes quedó ya sin efecto el acuerdo de precios con los supermercados que implicaba el congelamiento de los precios y, aparte, una rebaja del 10% en 200 productos. Además entró en vigor el aumento del boleto en Montevideo (el común sube 5% y el diferencial y de dos horas un 11%), y se anunciaron otros incrementos, en la cuota mutual, en la carne, etcétera. Entonces, ¿el equipo económico tiene previsto tomar nuevas medidas para incidir a la baja sobre los precios?
AM - No, en principio vamos a ver cómo evolucionan los precios en los próximos meses. Enero va a ser un mes de inflación alta, indudablemente, hay que hacerse esa idea, pero luego en febrero y marzo se va a retornar a niveles más bajos de inflación. Creemos que estamos ante un quiebre de la tendencia inflacionaria que se dio en noviembre un poco a partir de las acciones tomadas.
EC - Ustedes ven un quiebre.
AM - Vemos los primeros indicios de un quiebre, el componente más estructural de la inflación está ajustándose a la baja. Es clave que en el 2013 todas las políticas económicas apunten a consolidar el objetivo, que es lograr que la inflación se ubique gradualmente en la meta del Banco Central del Uruguay (BCU).
EC - ¿Entonces ahora en enero no se piensa tomar ninguna medida en particular?
AM - No.
EC - Lo más crítico era cómo cerraba el año, en los meses previos a fin de año sí se justificó actuar de manera heterodoxa.
AM - Correcto, en los primeros meses del año se va a evaluar la situación y se va a empezar a elaborar un lineamiento más definitivo para la ronda de negociación salarial que se concentra básicamente en el mes de junio, va a haber que plantear algunas pautas específicas para esa ronda de negociación colectiva.
EC - Esa era una de mis preguntas, ¿qué se prevé hacer con respecto a los problemas de fondo detrás del empuje inflacionario? Distintos sectores de analistas insisten en mencionar dos capítulos, el alto nivel del gasto público y los acuerdos salariales indexados. Usted entraba recién en el segundo tema.
AM - Sí, es un tema de preocupación. Consideramos que los acuerdos salariales tienen que estar alineados con la situación del país, con los problemas inflacionarios, y en ese sentido vamos a tener una participación activa, un diálogo profundo con todos los actores, trabajadores, empresarios, a los efectos de ordenar la discusión salarial y compatibilizar el crecimiento de los salarios con la estabilidad de precios.
EC - ¿Puede adelantar algo más afinado en esa materia?
AM - No, vamos a trabajar estos meses. Lo que preocupa al Gobierno es la inercia que deriva del actual esquema de negociación.
EC - ¿Qué quiere decir con eso?
AM - La actual negociación tiene un componente de inflación pasada y un componente de recuperación. Eso tenía una lógica más clara cuando se trataba de recuperar lo perdido en la crisis de 2002, se decía que se aseguraba un determinado poder de compra y sobre eso se daba un aumento real, seguro. Creemos que en un marco de más estabilidad de precios esa lógica de negociación debe ser revisada para ir hacia otros esquemas posibles que hay que discutir con los actores.
EC - ¿Con respecto al gasto público qué se puede anunciar en este momento?
AM - El gasto público creció significativamente el año pasado, pero ha sido básicamente por algunos fenómenos más bien transitorios. Hay por ejemplo un fenómeno de pago en un juicio por la crisis de 2002 a los acreedores del Banco Comercial; estuvo el gasto de Pluna, que tuvo una erogación importante; hay también temas de mayor ejecución de los organismos, este año han sido más eficientes en ejecutar el gasto y eso ha tenido como consecuencia un aumento del gasto, pero por una única vez, una vez que se alcanza el tope presupuestal establecido ese gasto no puede seguir creciendo a ese ritmo.
EC - En la oposición se reclama recortar el gasto o que no siga aumentado, tomar medidas que incidan sobre el gasto de una forma que a su vez beneficie el comportamiento de la inflación.
AM - El recorte del gasto es un tema muy delicado, sobre todo en un marco de desaceleración de la economía, cuando hay una situación internacional compleja. Una medida de recorte del gasto podría tener consecuencias en el sector real de la economía, en el crecimiento económico. Por otra parte, hemos realizado estudios que marcan que una reducción del gasto no tiene un efecto significativo sobre la inflación, de modo que tendría un costo importante en materia social, en materia de reducción de planes importantes de este gobierno, pero no tendría el impacto esperado. Por lo tanto sería una medida muy ineficiente para lograr el objetivo, que es la reducción de la inflación.
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EC - Para volver sobre instrumentos que tiene en sus manos el Gobierno a efectos de incidir sobre la evolución de la inflación si es necesario en estos primeros meses del año, no apuntando a los asuntos de fondo sino en todo caso a paliativos, ¿qué se puede hacer con las tarifas públicas?
AM - En el caso de OSE se dio un aumento inferior al que correspondía, se decidió postergar una parte del aumento para mitad de año, en una perspectiva de ayudar a reducir las presiones inflacionarias. En el caso de UTE se está evaluando la situación con la empresa, hay que destacar que el aumento del costo de generación es muy significativo, el crecimiento de la demanda energética hace que todo crecimiento deba ser atendido a un costo muy elevado por la empresa en función de las centrales térmicas que son las de mayor costo, por lo tanto hay un rezago importante en cuanto a un ajuste que refleje esos costos de producción de energía. En ese sentido es posible que se evalúe una postergación de al menos una parte de ese aumento.
EC - ¿Cuándo tiene que ocurrir el aumento?
AM - Se hace siempre a principio de año, enero o febrero, seguramente en febrero habrá un aumento, pero no el que debería ser de acuerdo al costo de generación.
EC - ¿Qué directivas habrá en el MEF con los combustibles?
AM - Depende mucho de lo que ocurra con el precio del crudo. Hay un espacio mínimo, pero si hay espacio para una baja, se estará procesando en los próximos días.
EC - Una rebaja de los combustibles sería muy bienvenida desde el punto de vista inflacionario.
AM - Sí, es una rebaja chica, además los combustibles no tienen una incidencia tan importante en el IPC, pero eso señala la voluntad del Gobierno de que también las tarifas ayuden a controlar la inflación.
EC - ¿Entonces tendremos una rebaja de los precios de los combustibles?
AM - Insisto: dependerá mucho de lo que pase con el precio del crudo, en estos días hay mucha volatilidad, por lo tanto estamos tratando de lograr un determinado nivel de crudo a partir del cual se pueda implementar esa baja.
EC - ¿Cuándo se resuelve?
AM - Seguramente en estos días, se está trabajando intensamente para tener en estos días una idea del monto de la rebaja.
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EC - El dólar continúa presionando a la baja en los últimos meses. Si vamos al número de 2012, vemos una caída de 2,5% comparando el cierre de 2012 con el cierre de 2011. ¿El combate a la inflación piensa hacerse a costa de un dólar más bajo?
AM - El instrumento central para controlar la inflación es la política monetaria, indudablemente. El BCU tiene un rol protagónico en la lucha por la inflación, y en ese sentido ha implementado una política monetaria con sesgo contractivo. Eso ha afectado la cotización de la divisa, es un fenómeno normal que ocurre cuando se suben las tasas de interés, pero de todas formas es necesario controlar que esa reducción no termine afectando el crecimiento económico o la competitividad del sector exportador. Por lo tanto es un delicado equilibrio, en cada momento se debe evaluar cuál es la situación real del sector exportador a los efectos de ver si es posible continuar una reducción del valor del dólar.
EC - Se lo preguntaba porque en este debate hay quienes sostienen que al BCU se lo está dejando solo en esta lucha contra la inflación, que faltan otro tipo de medidas como las que analizábamos antes y que dependen del Poder Ejecutivo.
AM - Yo discrepo con esa visión. La política económica es única, se están haciendo esfuerzos en varias áreas, en todas las áreas de la política económica, a nivel salarial las políticas salariales, en materia de prudente manejo de gasto público las medidas de contención de precios y de acuerdos de precios también ayudan. Hay una batería de medidas que apoyan la tarea del BCU.
EC - Vayamos a lo que ocurrió en estos días. El viernes 28 el BCU decidió subir la tasa de política monetaria de 9 a 9,25% debido a la preocupación por la inflación, y esa medida tuvo una incidencia fuerte por el lado de la presión vendedora del dólar cuando se reanudó la actividad oficial el miércoles pasado. Para frenar la caída del dólar el BCU hizo compras muy fuertes de dólares, incluso el miércoles hizo la mayor compra diaria de de su historia, 120 millones. En total, en tres días compró 165 millones de dólares, y pese a eso no logró evitar una caída de 0,02% en la semana.
AM - Prácticamente estabilidad.
EC - Logró estabilidad, en todo caso. ¿Hasta qué punto se está dispuesto a continuar con la intervención en el mercado?
AM - Se trata de evitar una sobrerreacción del tipo de cambio, como ocurrió cuando se subió la tasa de interés en octubre al 9%. Recordemos que en los días siguientes el tipo de cambio tuvo una fuerte tendencia a la baja y eso generó también una preocupación en la gestión de la política económica. Con esta compra se está tratando de dar una señal de evitar esa sobrerreacción y buscar cierta estabilidad del tipo de cambio dentro de un marco de flotación, obviamente. Se entiende que hay un nivel de tipo de cambio que es consistente con los objetivos que se plantean en materia de precios.
RA - ¿Cuál es el umbral del cual el dólar no puede descender, para el Gobierno? Se lo pregunto porque hasta ahora el BCU compraba divisas para evitar fuertes variaciones en el tipo de cambio. ¿Hay un cambio en la política y se apunta ahora a fijar un "piso" del valor del dólar?
AM - No existe un piso, sí existe una preocupación por el nivel actual del tipo de cambio, que ha descendido en forma significativa en los últimos meses, y por lo tanto pasó a ser un objetivo importante mantener o incluso incrementar cierto nivel de competitividad cambiaria. El dólar ha bajado mucho, en este momento está muy barato, y no me extrañaría ver agentes financieros que ante la liquidez existente en el mercado entraran en un círculo de compra de dólares.
RA - Usted pronostica que esto va a ir en una tendencia ascendente.
AM - No, digo que hay liquidez en el mercado y seguramente hay agentes que entienden que es un buen negocio empezar a comprar dólares. No creo que sea un tema de un piso, pero se trató de dar una señal importante.
EC - Pero ¿hay de hecho un piso en los 19 pesos?
AM - No, para nada, estamos en un sistema de flotación cambiaria. Lo que se ha hecho en estos días ha sido dar una señal importante en materia de preocupación del Gobierno por la competitividad externa del país.
RA - Según publicó el sábado el diario El Observador, en la reunión que mantuvieron el equipo económico, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y otros ministros vinculados al área más económica, el presidente José Mujica manifestó su preocupación por el valor del dólar y la competitividad de los productos uruguayos. ¿Qué les dijo concretamente?
AM - Se hizo una evaluación global del estado de la economía, se valoró positivamente el crecimiento del país si uno mira la situación regional Uruguay se destaca por su buena performance económica, se plantearon objetivos para este año de estabilidad de precios, de preocupación por la competitividad y sobre todo por el crecimiento económico. Para eso también es necesario contar con un nivel de tipo de cambio que permita que el sector exportador continúe creciendo. Hay un conjunto de objetivos que la política económica está balanceando continuamente.
EC - ¿Con el dólar a 19 pesos se logra eso?
AM - Insisto, creo que no hay un problema de competitividad al día hoy, las exportaciones han estado creciendo, crecieron un 10% en el 2012, estamos en un nivel prácticamente de pleno empleo. Sí, la reducción de los últimos meses es motivo de preocupación, pero no tenemos un objetivo explícito de cuánto debe ser el valor del dólar.
RA - ¿Se piensa adoptar algún otro tipo de medidas teniendo en cuenta ese deterioro de la competitividad?
AM - En principio se están tomando medidas de intervención cambiaria fuertes, el BCU en ese sentido tiene...
RA - Sí, pero más allá de las compras importantes de divisas, ¿se está pensando en otro tipo de medidas?
AM - No, en principio no, se cree que se tienen instrumentos de apoyo a los sectores productivos importantes que están en pleno funcionamiento y que de alguna forma van a permitir paliar la situación de baja competitividad de algunos sectores que están muy enfocados en la región. Esos sectores están siendo apoyados muy fuertemente con políticas productivas.
EC - Esas medidas van a mantenerse vigentes, ¿y no hay otras de estilo similar previstas?
AM - No, por ahora se están implementado esas medidas que han sido muy efectivas en lograr que algunos sectores mantengan sus niveles de exportación.
RA - ¿Y con Brasil cómo se ve la situación, teniendo en cuenta la relevancia de este mercado y que es uno de los países con los que más se ha deteriorado la competitividad?
AM - Nos preocupa la situación económica de Brasil, la situación productiva. Brasil creció muy poco en el último año, y eso indudablemente afecta las exportaciones de Uruguay. El dinamismo del mercado arrastra las exportaciones de Uruguay y eso no está ocurriendo. Creo que buena parte de las exportaciones a Brasil se pueden diversificar, pueden ir a otros mercados, por ejemplo productos lácteos o incluso algunos cereales que se colocan. Es altamente probable que un 50% o más de las exportaciones a Brasil puedan relocalizarse hacia otros mercados si en ese mercado no se pueden colocar por un tema de competitividad.
EC - Pero, casualmente, el Gobierno está haciendo un énfasis muy fuerte en fortalecer, incrementar, aprovechar incluso la buena disposición del Gobierno de Brasil para hacer más fluido el comercio Uruguay-Brasil. ¿Entonces?
AM - Hay sectores que están fuertemente sesgados a Brasil y a Argentina. Son los sectores que tienen más componente industrial, que no son tanto de base agropecuaria, por ejemplo la industria automotriz, la industria química, los plásticos. Esos sectores están siendo relativamente afectados por esta situación, pero su volumen de exportación es menor, representan 200 millones de dólares en un total de 10.000 millones. Entonces si bien esos sectores pueden sufrir las consecuencias de un menor nivel de competitividad, hay que relativizarlo en lo que es la evolución global de todo el sector exportador.
EC - Pero hay una contradicción en un momento en el que se apuesta tan fuerte a Brasil.
AM - Sí; también es una contradicción que haya trabas comerciales, que haya dificultades de acceso a los mercados. Es la realidad con la que hay que lidiar todos los días, pero se apuesta a profundizar los vínculos comerciales con el país norteño.
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EC - La semana pasada, el semanario Búsqueda informaba que en la reunión que mantuvieron con Mujica que mencionábamos antes, en la que participó el equipo económico, en la que estuvo el vicepresidente Danilo Astori, pero también estuvieron varios economistas del Gobierno identificados como "mujiquistas", se acordó instrumentar algunos cambios en el sistema tributario para lograr una mejora en la distribución de la riqueza. Entre esos cambios estarían una suba del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) y una tributación específica para productos suntuarios. Concretamente, ¿qué ocurrió en esa reunión en esta materia?
AM - No, ahí no se acordó nada, lo que se hizo fue evaluar cuál es la situación económica del país y cuáles son los objetivos para lo que resta del período de Gobierno. Se coincidió en que uno de los objetivos es profundizar las políticas de redistribución y de reducción de la desigualdad, creemos que en ese sentido se han hecho avances sustanciales en este período de Gobierno y en el anterior. Basta decir que Uruguay es de los países que más han reducido el índice de Gini, que mide la concentración del ingreso en los hogares, Uruguay es uno de los países que han reducido más la desigualdad medida por este indicador. Se plantearon objetivos en materia social de continuar reduciendo la pobreza, creemos que estamos en buen camino, porque la pobreza ha caído a la mitad en apenas cuatro o cinco años, y estamos muy cerca de llegar a niveles de pobreza de un solo dígito, por debajo del 10%, que era uno de los objetivos centrales de este Gobierno. En ese sentido hubo un consenso muy importante entre todos los miembros del Gobierno en continuar profundizando las políticas sociales y las políticas redistributivas. La forma concreta de hacerlo es materia de discusión, los ajustes al régimen tributario se pueden seguir haciendo perfectamente, ya se han hecho.
EC - Pero concretamente, ¿cómo ve usted estas dos posibilidades, un ajuste al IRAE y planificar un tributo específico que grave algunos bienes de consumo suntuario? Porque en la crónica se decía que usted había dado una opinión en contra agregando que la coyuntura internacional no permite este tipo de modificaciones.
AM - Mi opinión personal es que hay ajustes que se pueden hacer y ajustes que requieren más discusión y más evaluación de la oportunidad de realizarlos. Se han hecho ajustes en el régimen tributario a lo largo de estos últimos años, se ha incorporado una nueva franja al IRPF, se ha subido el mínimo no imponible, se han gravado los intereses de los depósitos en el exterior de los uruguayos, se han profundizado las medidas redistributivas en materia tributaria estrictamente. Es perfectamente posible pensar en algunos artículos suntuarios que no estén gravados y puedan ser gravados, se puede estudiar esa medida. No se han hecho propuestas concretas, en la reunión simplemente se presentó la idea y se quedó en estudiar el tema. Creo que es más complicado el tema del IRAE, ese sí es un cambio más fundamental del régimen tributario, que requiere más discusión.
RA - ¿Por qué lo ve como algo más complicado? ¿Entiende que si se llegara a aplicar este tipo de cambio se podría perjudicar el clima de negocios y con ello las inversiones?
AM - No podemos cortar el círculo virtuoso entre inversión, crecimiento y redistribución. La inversión es un componente clave de este modelo económico, ha crecido mucho y esperamos que en lo que resta del período de Gobierno continúe creciendo y aportando al crecimiento. La apuesta es a que esos recursos generados por un mayor crecimiento se redistribuyan hacia los sectores de menores recursos y con más carencias. Ese es el esquema básico que ha predominado en la concepción económico-social de este Gobierno y del anterior, y la apuesta es seguir profundizando en eso, al crecimiento, a la creación de empleos de calidad, porque eso va a repercutir en un menor nivel de pobreza, en una mejora de la distribución del ingreso, como hemos estado viendo hasta este año.
EC - No contestó específicamente la consulta que le hacía Romina sobre si medidas de ese tipo, de ajuste del IRAE, podrían afectar el clima de negocios.
AM - Afectan la lógica de la reforma tributaria en su conjunto, que se basaba en varios objetivos, en el objetivo de mejora de la equidad, pero también en el objetivo de estímulos a la inversión y de eficiencia de recaudación. No se debería avanzar significativamente en uno de esos objetivos si eso tiene repercusiones negativas sobre otros objetivos de la reforma tributaria. La economía se está frenando y hay una situación complicada a nivel internacional, creo que no es el mejor marco para discutir aspectos tan importantes del régimen tributario.
RA - ¿Hasta dónde está dispuesto el equipo económico a hacer valer este planteo que usted está haciendo con respecto al IRAE?
AM - Estoy haciendo una opinión personal en cuanto a cuáles son las posibles acciones que correspondería implementar este año. Creo que es relevante lo que ocurra en la rendición de cuentas, en la que no hay espacio para continuar aumentando el déficit fiscal, por lo tanto ante cualquier acción que se pretenda que requiera financiamiento va a haber que pensar qué financiamiento se le da a los efectos de no afectar las cuentas públicas. La discusión del IRAE debería hacerse en un marco más programático de la fuerza política de preparación hacia el próximo período electoral, es un tema que por sus consecuencias debe ser discutido profundamente en todos los ámbitos de decisión política.
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Transcripción: María Lila Ltaif
Foto: Presidencia
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