Análisis Económico

El rescate de Chipre y las implicancias para el resto de las economías de la Eurozona

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 7:51 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Europa y buena parte del mundo se vieron conmovidos este fin de semana cuando se supo que habrá un "rescate" para Chipre por unos 10 mil millones de euros.

Si bien esta era una posibilidad que se manejaba hace tiempo, lo que sorprendió fue conocer algunos ingredientes de la fórmula. El mayor impacto vino porque el rescate involucra, por lo menos en el planteo original, un impuesto que recae en todos los depositantes del sistema financiero chipriota, incluso cuando el país tenía en pie un sistema de seguro de depósitos.

Todavía están pendientes algunos detalles, hay mucha negociación por estas horas, pero mientras tanto hay feriado bancario y los depositantes están en una especie de ‘corralito’.

Los mercados tuvieron una reacción bastante negativa a los anuncios y en general parece prevalecer la opinión de que el esquema sienta malos precedentes para otros países.

Vamos a poner foco en este tema en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, me animaría a decir que Chipre es un país bastante desconocido para la mayoría de los uruguayos. Quizás sea bueno comenzar con una breve síntesis de qué ha estado sucediendo en los últimos tiempos y cómo llegamos hasta los anuncios del sábado.

TAMARA SCHANDY:
Chipre es una economía bastante chica, de las más pequeñas de la Zona Euro. Hoy tiene un PBI algo inferior a los 25.000 millones de dólares. Tiene entonces aproximadamente la mitad del tamaño de la economía de Uruguay y representa sólo 0,2% del PBI agregado de toda la Eurozona.

Al igual que toda Europa, Chipre está atravesando un contexto recesivo. Desde el 2008 el PBI lleva una caída acumulada de 4% y se estima que sólo este año, en 2012, podríamos ver una baja adicional de 3% o 3,5%. Como en otros países que en estos tiempos han tenido dificultades, tenemos un déficit fiscal elevado (por encima del 4% del PBI) y un ratio de deuda pública sobre PBI también alto (de casi 130% según las últimas mediciones).

Sin embargo, la génesis de todo el problema que aparece ahora no está tanto en la expansión del gasto público en la década pasada, sino más bien en la fuerte expansión del sistema bancario, que llegó a tener activos por más de siete veces el tamaño de todo el PBI de Chipre. Eso se dio como resultado de una estrategia bastante explícita por convertirse en un centro financiero off-shore (para no residentes). El sistema bancario a su vez se fondeaba con una proporción de depósitos de no residentes muy importante. De hecho, más de dos tercios de los depósitos de Chipre son hoy saldos de clientes extranjeros. Toda esta situación determinaba una vulnerabilidad bien importante para el sistema y para la economía en su conjunto.

EC - ¿Cómo se compara eso con los ratios que tienen otros países?


TS – Es una situación bastante excepcional. Incluso España, que, como hemos comentado en otras oportunidades, también tuvo una expansión acelerada del crédito en los 90s y del tamaño del sistema bancario en la década de los 2000s, tiene una relación de menos de 4 a 1 entre el tamaño del sistema bancario y el PBI. En el caso de Chipre es de 7 a 1. Chipre, de hecho, está entre los casos más extremos de sistema financiero "sobre-dimensionado", por decirlo de alguna forma, junto con ejemplos como Irlanda o Islandia, que también fueron países con ratios de más de 5 a 1 con el tamaño de la economía y que tuvieron dificultades severas en los últimos años.

EC - ¿Y respecto al rol de los depósitos de no-residentes? ¿Allí también se destaca Chipre como excepcional?

TS - Sí. En particular, Chipre tiene una operativa fuerte de clientes rusos. De hecho, se estima que los rusos tienen entre 20.000 y 25.000 millones de euros en los bancos chipriotas, más un de un tercio del total y más que todo el PBI del país.

También me parece que es interesante marcar que la tendencia de aumento de los depósitos de no residentes ha ido acentuándose en los últimos años. De alguna forma podríamos decir que pasó algo similar a lo que vimos en nuestra región en 2000-2001, cuando había una fuga de depósitos de Argentina a Uruguay. En ese paralelismo Grecia sería Argentina y Chipre Uruguay. A medida que se fue agravando la crisis griega, los bancos chipriotas fueron recibiendo cada vez más depósitos de no-residentes que se iban de Grecia temiendo una "pesificación" o quitas sobre sus depósitos en Grecia. Si uno mira las cifras, hubo un "espejo" muy claro entre la baja de los depósitos en Grecia y el aumento de los depósitos en el vecino Chipre.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Y cuál fue, entonces, el disparador de la crisis?

TS - En realidad se combinan varios elementos. Chipre, como muchos países de la Eurozona, tiene problemas bastante severos de competitividad. Esos problemas, sumados a la crisis en la vecina Grecia, generaron como decía una caída del PBI que costó ingresos fiscales y derivó en un deterioro del resultado fiscal.

Pero, sobre todo, lo que sucedió es que tanto el sector público como los bancos de Chipre eran grandes tenedores de títulos de deuda griegos. Cuando Grecia empezó a tener problemas y sus bonos empezaron a desvalorizarse, el impacto en Chipre se hizo sentir fuertemente. Para poner un ejemplo, se estima que las quitas que se hicieron en la reestructura de la deuda griega tuvieron un impacto de 4.500 millones de euros en las finanzas públicas de Chipre. Eso es 25% del PIB de todo el país en pérdidas por la reestructura de la deuda griega.

RA - Con esa situación se entiende bastante la necesidad de un rescate. Pero en casos anteriores, como los de España, Portugal o la propia Grecia, en general habíamos visto reacciones de alivio en los mercados. ¿Por qué en este caso vemos reacciones mayormente negativas?

TS - Para responder eso hay que mirar un poco cómo se estructura este acuerdo. Decía Emiliano al comienzo que el rescate será por unos 10 mil millones de euros aproximadamente. Una parte viene de la llamada Troika (el FMI [Fondo Monetario Internacional], la Comisión Europea y el Banco Central Europeo), igual que fue el caso de otros rescates que vimos en Europa en este último tiempo.
 
Sin embargo, hay una gran diferencia con estos antecedentes que es que en el caso de Chipre hay una parte importante del rescate que de hecho se financia con un impuesto que grava a los depósitos del sistema bancario del país. Hasta ayer se manejaba que se gravaría con 6,75% a los depositantes de menos de 100.000 euros y con 9,9% a los depósitos mayores a esa cifra. Esta mañana eso se está revisando antes de la votación en el Parlamento, pero en cualquier caso este planteo tiene implicancias enormes, porque es la primera vez que se están imponiendo pérdidas sobre personas que supuestamente estaban cubiertas por un esquema de seguro de depósitos. Todos los depósitos hasta 100.000 euros estaban 100% protegidos por ese esquema y sin embargo ahora tendrán una pérdida bastante relevante. Incluso si eso ahora se revisa y hay depositantes pequeños que terminan estando eximidos del impuesto, el solo hecho de haberlo puesto sobre la mesa es una señal que genera inquietud en Europa.

EC – Sí, se "cae" el seguro de depósitos de la Unión Europea. Parecía algo inamovible, algo que daba una gran tranquilidad y que siempre estaba disponible. Pero con este caso en particular se pensó en la posibilidad de hacerlo caer, de que no rigiera plenamente. Por lo menos se lo "manoseó".

TS – Exactamente, y por montos que no son menores. Se calcula que en total en Chipre se pretenden recaudar unos 5-6 mil millones de euros, o sea que estamos hablando de más de la mitad del total del monto del rescate.

RA - ¿Por qué se hizo así? ¿Por qué el rescate fue de esta manera?

TS - Uno podría argumentar que no era necesario quebrar el esquema de seguro de depósitos e imponer esas pérdidas a los depositantes en la medida en que para la Zona del Euro, 10.000 millones de euros es un monto súper pequeño. Estamos hablando de menos de 10% de los montos que estuvieron sobre la mesa en los casos de España o Grecia.

De allí que lo que realmente preocupa es la señal. Por decirlo en términos muy crudos, de alguna forma estamos viendo líderes dispuestos a confirmar que los depósitos pueden ser confiscados (o al menos parcialmente) a pesar de que evitarlo era casi "gratis" para la Eurozona en su conjunto. Visto así, es una nueva muestra de que el accionar sigue estando en buena medida orientado según la visión alemana. El hecho de que haya un costo grande que está siendo absorbido por los depositantes permite que los acreedores queden protegidos. No se está imponiendo pérdidas a los bancos y tampoco a sus acreedores.

RA - También va muy en la línea con la visión alemana el pedir que los países hagan ajustes fiscales importantes, aunque tengan economías en recesión.

TS - Sí. Y lo otro a destacar es que otra vez aparece de manifiesto que Europa en su conjunto no tiene realmente vocación de avanzar hacia una unión bancaria, que es un tema que ha estado sobre la mesa en estos últimos tiempos y que incluso hemos comentado en el programa en alguna oportunidad. Se le sigue pidiendo a los Estados nacionales que se hagan cargo de buena parte del costo de los rescates, aún en casos como este donde hay muchos clientes no-residentes de por medio. Alemania apoya de cierto modo esta argumentación de que Chipre alentó un "sobre-dimensionamiento" del sistema con un esquema de baja tributación, pero aun así es un debate con muchos matices.

Todo esto por supuesto plantea fuertes críticas de los votantes en Chipre y abre además el debate de temas de equidad. Incluso se corre el riesgo de debilitar la legitimidad democrática de los gobiernos, como de hecho han planteado recientemente varias voces de peso en la academia económica.

Por último, con este enfoque el costo político para un gobierno nacional de solicitar "rescate" se ha tornado aún más alto. Y esto también es importante desde el punto de vista de las perspectivas para los mercados financieros en Europa, porque según el marco formal que se ha ido armando en los últimos meses, no va a haber sostenimiento de los bonos por parte del Banco Central Europeo ni asistencia financiera de la Troika a ningún país que no se someta a un programa de rescate, que no lo pida, con lo cual se empieza a percibir que el costo político de hacer esa solicitud es cada vez mas alto, que pueda involucrar quitas en los depósitos del país, por lo que es una razón más para postergar pedidos de ayuda.

RA -  ¿Es de esperar que a partir de este quiebre en el esquema de seguro de depósitos haya corridas sobre los bancos, en Chipre e incluso en otros países?

TS - En Chipre ahora hay feriado bancario y corralito hasta que se defina exactamente cómo se cobrará el impuesto, todavía falta la aprobación parlamentaria y algunos otros detalles. Pero sin duda es un gran signo de interrogación qué es lo que pasará después, cuando la gente pueda sacar los depósitos de sus cuentas. Sería bastante lógico ver una salida importante.

Por otro lado, por lo que decía recién es claro el riesgo que supone para otros países. Seguramente en la retórica de estos días vamos a estar viendo un énfasis en que Chipre es un caso excepcional e intentos por generar tranquilidad respecto a la situación de los depositantes, sobre todo en economías más grandes como España o Italia. Sin embargo, si los europeos perciben que no hay dinero o que no hay voluntad política para poner tan poco dinero como el que pedía Chipre, entonces es natural que emerjan dudas de si habrá dinero para evitar pérdidas de los depositantes en otras economías más grandes, con necesidades de fondos que son varias veces mayores que las de Chipre. Ciertamente hay un elemento de riesgo en el horizonte.

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