02.11.2001





Carné o tarjeta magnética


Comentario a cargo de Emiliano Cotelo.


Portada En Primera Persona
EN PERSPECTIVA
Viernes 02.11.01 - Hora 07.00


A raíz de los casos de abogados "truchos" que tomaron estado público en los últimos tiempos, la Suprema Corte de Justicia resolvió esta semana crear un carné de abogado.

Según anunció el presidente de la Suprema Corte, Milton Cairoli, la presentación de este carné será obligatoria cuando los abogados deban realizar trámites en los juzgados.

El miércoles pasado consultamos al respecto al presidente del Colegio de Abogados, Ronald Herbert.

En síntesis, Herbert vio el carné como un avance, pero señaló algunos problemas.

Primero, destacó que los abogados no ejercen su profesión solamente en las dependencias del Poder Judicial, sino a diferentes niveles del Estado y del sector privado, por ejemplo en la negociación de un contrato entre dos empresas. También en esos ámbitos se requiere certificar con seguridad la habilitación de ese profesional.

Segundo, habló de los riesgos de falsificación que un carné implica.

Y, tercero, hizo notar que el carné se emitirá cada cierto tiempo, pero en el ínterin puede perder validéz si es que, por ejemplo, el abogado es suspendido en el ejercicio de la profesión, tanto temporal como definitivamente.

Pocos minutos después, un oyente de EN PERSPECTIVA enviaba un mensaje interesante. Decía:

El planteo del carné parece un poco arcaico.
¿Por qué no hacer una tarjeta con banda magnética que permita al juzgado la identificación sin errores y el manejo de las inhabilitaciones en tiempo real?
Se podría publicar el material sobre los números de matrícula en internet para que los clientes (que no tienen un lector magnético) lo puedan corroborar, y se podría incluír ahí un numero de casos en los que intervino, observaciones etc. Así se podría tener un "historial" del abogado que además serviría como un criterio adicional de selección para el cliente.
Esta misma base de datos podría ser la que consultara la tarjeta magnética al ser pasada por un aparato lector que diera en tiempo real la habilitación o estado del profesional. Eso es más dificil de falsificar que un carné, y sería útil para todos.


La sugerencia me pareció muy atinada, sobre todo porque permite dar solución a algunas de las objeciones que planteaba el presidente del Colegio de Abogados.

Una tarjeta con banda magnética permitiría consultar instantáneamente un banco de datos que, a su vez, podría estar actualizado minuto a minuto con las altas y las bajas de estos profesionales.

Es elemental (y además podría ser utilizado también por las otras profesiones que enfrentan inconvenientes similares).

Francamente, que al comienzo ya del siglo XXI lo más elaborado que se pueda proponer sea un carné, suena poco razonable.

Como dice el oyente "parece un poco arcaico".

Claro, tal vez ese horizonte tan modesto con el que se mueven los integrantes de la Suprema Corte es coherente con el atraso tecnológico alarmante que caracteriza al funcionamiento de la justicia en nuestro país. La pobreza en materia de computadores es antológica, afecta por supuesto la velocidad y la agilidad de los procesos, y llega a tal punto que es legítimo preguntarse si no es utópico pensar en que los estrados judiciales puedan disponer de lectores de tarjetas magnéticas.

De todos modos, creo que lo más lógico es encarar este asunto tan importante reflexionando con la mira puesta lo más alta posible, y buscando soluciones de futuro y no condenadas a la obsolescencia a los pocos días de vida.
Después de todo, la Suprema Corte tiene entre sus planes algunos proyectos de informatización, algunos de los cuales cuentan con financiamiento del Banco Iinteramericano de Desarrollo (BID).

En los próximos días vamos a volver sobre el tema EN PERSPECTIVA para ver cómo se lauda esta discusión.

Una discusión que es relevante, porque todo indica que hay más casos de abogados truchos que los que han tomado estado público.

Pero la discusión es relevante, además, porque no se agota en este aspecto del carné o tarjeta magnética. Como ustedes habrán escuchado en estos días, la necesidad de impedir el ejercicio ilegal de la profesión de abogados ha derivado en una polémica mucho más profunda a propósito de colegiación sí o no. Y ese sí que es un asunto complejo, cargado de argumentos, matices y, también, posturas apasionadas.

Lo retomamos en cualquier momento.











En perspectiva
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